sábado, 9 de diciembre de 2006

La historia interminable


"Pero una cosa son los delirios de la Razón decimonónica y otra que, a estas alturas de Google, el jefe de la Oposición proponga al nieto de Lozano un "consenso" sobre la Historia de España."

Quizá haya sido por el influjo de esa ley fatal, la que ordena que uno siempre acaba por parecerse a su peor enemigo. O tal vez fuera fruto de un tropezón casual, simple mímesis inconsciente con el entorno. Sea como fuere, un hombre por lo demás tan inteligente como Mariano Rajoy acaba de pronunciar la primera tontería que le recuerdo. Porque bien estaba, por ejemplo, que la Constitución de la República Popular de Albania estableciera que Dios no existe. O que la Inglaterra anterior a la máquina de vapor fijara por votación democrática del Parlamento los dogmas de la fe anglicana. Y, si me apuran, incluso tenía un pase aquel artículo de la Pepa que ordenaba que todos los españoles somos justos y bondadosos. Pero una cosa son los delirios de la Razón decimonónica y otra que, a estas alturas de Google, el jefe de la Oposición proponga al nieto de Lozano un "consenso" sobre la Historia de España.

Así formulada, esa idea no desmerecería en nada a la iniciativa de crear un Ministerio de Marina en Andorra o una Conselleria del Sentido del Ridículo en Cataluña. Y es que los cánones históricos nada más pueden ser instaurados por los chamanes de las tribus que quieren chamanes porque no quieren dejar de quererse tribus. Sólo por ellos. Y sólo en ellas. En la mía, por ejemplo, Joan Saura –el de las caquitas del gato– ha cometido impunemente una Dirección General de la Memoria Democrática. Un servicio público gratuito a través del cual los comunistas nos explican a los ex comunistas que nosotros luchábamos por la libertad y no por una dictadura del proletariado, tal como erradamente creíamos recordar. Labor pedagógica que, por cierto, a nadie escandaliza. Pues es sabido que en todo proceso de invención nacional la mentira bien entendida siempre empieza por uno mismo.

Que eso ocurra en un rebaño, donde todos hablan como el rebaño, razonan como el rebaño, sueñan como el rebaño y forman su identidad en el rebaño, no deja de ser normal y hasta natural. Al cabo, en los rebaños, ya se sabe, sólo se conjugan la primera y la tercera persona del plural. Eternamente se repite "nosotros" con delectación. Y eternamente se escupe un "ellos" con desprecio. De ahí, por ejemplo, que nadie aquí discuta el dogma sagrado de que ellos –es decir, Aznar y Franco– invadieron el Estado catalán en 1714 porque nos odiaban a nosotros –es decir, a Saura, el gato de la Mayol y los otro siete millones que zascandileamos por Casa Nostra–. Pero, en una comunidad de individuos, como España, tratar de pactar ahora entre los grupos parlamentarios el resultado final de la Batalla del Ebro sería mucho peor que un crimen y que un error: sería un chiste.

José García Domínguez
Libertad Digital, 09-12-2006

La unánime sentencia


"No sé por qué, un efeto inmediato de las críticas de Blanco ha sido el de traernos involuntariamente la imagen sobrecogedora de la plana mayor socialista haciendo el corro de la patata frente a la cárcel de Guadalajara."

De la Vega celebra sin apenas disimulo la unánime sentencia del Supremo porque abre, dice, un nuevo camino. La conducirá, como todos, a Roma. Así tendrá ocasión de volver a pedir el cierre de la COPE y de ser despedida de nuevo por un minutante que pasaba por allí. Pero antes el camino atravesará espacios deplorables de impunidad, donde el Gobierno no está sometido a las leyes. Zonas de arenas movedizas que se tragan el Imperio de la Ley y se llevan, con él, el Estado de Derecho. Vaya, pues, con muchísimo cuidado, vicepresidenta, en su excursión.

Con todo, la unánime sentencia sólo habría podido satisfacer a los querellantes de Manos Limpias a costa de un grave conflicto institucional. No era, por tanto, previsible ningún resultado diferente al que conocemos. Siendo así, la acción penal ha resultado contraproducente, y su único efecto real va a ser la legitimación de facto de las reuniones socialistas con un partido ilegal. Ello suscita interesantes cuestiones, como por ejemplo: a la hora de la verdad, ¿cuál es la diferencia efectiva entre una organización legal y una organización ilegal?

Rajoy y los suyos se han tenido que conformar, frente a la unánime sentencia, con establecer que lo legal puede ser inmoral. Claro, hombre. A pesar de lo modesto de la afirmación, el brillante José Blanco ha sabido sacarle punta y se ha apresurado a acusar al PP de "inmoralidad" y de "poner dificultades a las sentencias", reacción que, en definitiva, parece agrandar y mejorar el trabajo de la oposición. No sé por qué, un efeto inmediato de las críticas de Blanco ha sido el de traernos involuntariamente la imagen sobrecogedora de la plana mayor socialista haciendo el corro de la patata frente a la cárcel de Guadalajara. Qué escena goyesca si hubiera acudido De la Vogue con un pañuelito de Gucci tapándole los ojos, convirtiendo el corro en gallinita ciega, como la justicia.

La descomunal estafa que se ha dado en llamar "proceso", en plan kafkiano, sólo puede funcionar mientras nuestras bien remuneradas instituciones miren hacia otro lado, el lado que les señala el dedo del ilusionista Rodríguez, mago sindicado. Todo el mundo sabe a estas alturas que hay truco, pero nadie quiere reventar la fiesta. Sólo la general dejación, la infame y masiva negligencia, explican lo que sucede. Rodríguez, Blanco y De la Percha contaban con ellas, lo que los convierte, sin ironía, en finos analistas de su entorno.

Juan Carlos Girauta
Libertad Digital, 09-12-2006

Nuestros nuevos amos


A los españoles nos destrozaron la vida reyes, aristócratas, curas y generales. Bajo su dominio discurrimos dando bandazos, de miseria en miseria y de navajazo en navajazo, a causa de la incultura y la brutalidad que impusieron unos y otros. Para ellos sólo fuimos carne de cañón, rebaño listo para el matadero o el paredón según las necesidades de cada momento.


Situación a la que en absoluto fuimos ajenos, pues aquí nunca hubo inocentes. Nuestros reyes, nuestros curas y nuestros generales eran de la misma madre que nos parió. Españoles, a fin de cuentas, con corona, sotana o espada. Y todos, incluso los peores, murieron en la cama. Cada pueblo merece la historia y los gobernantes que tiene.

Ciertas cosas no han cambiado. Pasó el tiempo en que los reyes nos esquilmaban, los curas regían la vida familiar y social, y los generales nos hacían marcar el paso. Ahora vivimos en democracia. Pero sigue siendo el nuestro un esperpento fiel a las tradiciones.

Contaminada de nosotros mismos, la democracia española es incompleta y sectaria. Ignora el respeto por el adversario; y la incultura, la ruindad insolidaria, la demagogia y la estupidez envenenan cuanto de noble hay en la vieja palabra. Seguimos siendo tan fieles a lo que somos, que a falta de reyes que nos desgobiernen, de curas que nos quemen o rijan nuestra vida, de generales que prohíban libros y nos fusilen al amanecer, hemos sabido dotarnos de una nueva casta que, acomodándola al tiempo en que vivimos, mantiene viva la vieja costumbre de chuparnos la sangre.

Nos muerden los mismos perros infames, aunque con distintos nombres y collares. Si antes eran otros quienes fabricaban a su medida una España donde medrar y gobernar, hoy es la clase política la que ha ido organizándose el cortijo, transformándolo a su imagen y semejanza, según sus necesidades, sus ambiciones, sus bellacos pasteleos. Ésa es la nueva aristocracia española, encantada, además, de haberse conocido.

No hay más que verlos con sus corbatas fosforito y su sonriente desvergüenza a mano derecha, con su inane gravedad de tontos solemnes a mano izquierda, con su ruin y bajuno descaro los nacionalistas, con su alelado vaivén mercenario los demás, siempre a ver cómo ponen la mano y lo que cae. Sin rubor y sin tasa.

En España, la de político debe de ser una de las escasas profesiones para la que no hace falta tener el bachillerato. Se pone de manifiesto en el continuo rizar el rizo, legislatura tras legislatura, de la mala educación, la ausencia de maneras y el desconocimiento de los principios elementales de la gramática, la sintaxis, los ciudadanos y ciudadanas, el lenguaje sexista o no sexista, la memoria histórica, la economía, el derecho, la ciencia, la diplomacia. Y encima de cantamañas, chulos.

Osan pedir cuentas a la Justicia, a la Real Academia Española o a la de la Historia, a cualquier institución sabia, respetable y necesaria, por no plegarse a sus oportunismos, enjuagues y demagogias. Vivimos en pleno disparate. Cualquier paleto mierdecilla, cualquier leguleyo marrullero, son capaces de llevárselo todo por delante por un voto o una legislatura. Saben que nadie pide cuentas. Se atreven a todo porque todo lo ignoran, y porque le han cogido el tranquillo a la impunidad en este país miserable, cobarde, que nada exige a sus políticos pues nada se exige a sí mismo.

Nos han tomado perfectas las medidas, porque la incultura, la cobardía y la estupidez no están reñidas con la astucia. Hay imbéciles analfabetos con disposición natural a medrar y a sobrevivir, para quienes esta torpe y acomplejada España es el paraíso. Y así, tras la añada de políticos admirables que tanta esperanza nos dieron, ha tomado el relevo esta generación de trileros profesionales que no vivieron el franquismo, la clandestinidad ni la Transición, mediocres funcionarios de partido que tampoco han trabajado en su vida, ni tienen intención de hacerlo.

Gente sin el menor vínculo con el mundo real que hay más allá de las siglas que los cobijan, autistas profesionales que sólo frecuentan a compadres y cómplices, nutriéndose de ellos y entre ellos. Salvo algunas escasas y dignísimas excepciones, la democracia española está infestada de una gentuza que en otros países o circunstancias jamás habría puesto sus sucias manos en el manejo de presupuestos o en la redacción de un estatuto. Pero ahí están ellos: oportunistas aupados por el negocio del pelotazo autonómico, poceros de la política. Los nuevos amos de España.

Arturo Pérez Reverte. Periodista, escritor y guionista (Canarias.Indymedia.org)
XLsemanaldigital
C´s#: ¡¡¡Impresionante, Arturo, impresionante!!!

Victimas


Las víctimas del terrorismo han tardado mucho en aparecer a la luz pública no sólo en el campo de la realidad social sino también en la literatura o el cine. La mayoría de las novelas y películas centradas en este prolongado horror tienen como protagonistas a etarras, amigos de etarras o familiares de etarras: con mejor o peor fortuna (en general peor, la verdad sea dicha) cuentan los problemas de conciencia, arrepentimientos o reafirmaciones ideológicas de estos voluntariosos criminales.

Por lo visto todos tienen mucha “vida interior”, aunque al tratarles se les note más bien poco, y desde luego mayor interés dramático que quienes les padecen. En tales narraciones pasa como en los films de Tarentino, donde los pistoleros están llenos de colorido pasional y los liquidados forman parte todo lo más del mobiliario urbano.

Según mi criterio, y no quisiera ser injusto con nadie por olvido o desconocimiento, hasta ese admirable puñado de relatos que son Los peces de la amargura (ed. Tusquets), de Fernando Aramburu, las víctimas del terrorismo no habían encontrado un reconocimiento artístico de su humilde calvario a la altura exigible. Dejando aparte, por supuesto, las dos grandes novelas de Raúl Guerra Garrido, Una lectura insólita del capital y sobre todo La carta, pioneras en el tema. Por cierto, Raúl, felicidades por el Premio de las Letras y no permitas que las insidias de algún maledicente profesional enturbien tu merecida fiesta.

Las víctimas han recorrido un significativo trayecto, sin duda muy revelador de los vaivenes de la opinión pública en nuestras sociedades actuales: han pasado del desconocimiento y el desinterés al reconocimiento fervoroso y de éste al recelo político por un lado y a la sacralización mediática por otro. La propia noción de “víctima del terrorismo” es equívoca porque en la inmensa mayoría de los casos se trata más bien de familiares de víctimas que de víctimas en carne propia.

En otros casos no existe esta ambigüedad: nadie llama “víctima de la circulación” a la madre o al marido de quién sufrió un choque o atropello, sino sólo a la propia persona damnificada. Claro que los accidentes de tráfico o laborales no están intencionalmente orientados contra la comunidad democrática en cuanto tal y los crímenes terrorista sí.

Entre las víctimas de ETA hay de todo, puesto que la propia ETA ha golpeado a la sociedad en sus más diversos grupos y clases: vascos y ciudadanos de otras partes de España, funcionarios y simples particulares, personas destacadas por su lucha de años contra el terrorismo y gente que se enteró de que existía esa lacra sólo cuando les tocó sufrirla a ellos, etc…

En cualquier caso, tienen cosas en común: necesitan apoyo social tanto en lo anímico como en los problemas materiales y exigen estricta justicia, es decir, que se aplique a sus agresores el rigor de la ley y no el oportunismo de la política. Quieren que la justicia de todos les ampare, puesto que renuncian a tomársela por su mano: ¿cómo no darles la razón?

Cuando les oigo reivindicar “memoria, dignidad y justicia” entiendo muy bien la primera y la tercera de estas exigencias, no tanto la segunda: en efecto, ninguna víctima ni pariente de víctima ha visto nunca en cuestión su dignidad por serlo. Al contrario, los indignos son los asesinos, sus cómplices, sus justificadores teóricos, quienes se aprovechan del terror causado por otros o quienes se han despreocupado de las víctimas hasta que les ha sido políticamente rentable mostrarles estentórea veneración.

Cada una de las víctimas propiamente dichas y de sus familiares o herederos tienen sus propias ideas políticas, ni mejores ni peores por ser suyas que las del resto de los ciudadanos. Ser víctima del terrorismo, en cualquiera de los sentidos, no es haber hecho un máster en filosofía política. Sus opiniones en ese campo no son “respetables” sino “discutibles”, como las de usted o las mías: lo respetable, en todo caso, serán las personas que las sostienen.

De modo que es inútil insistir en que las víctimas están políticamente manipuladas cuando no dicen lo que quisiéramos oírles. Son mayores de edad y aciertan o se equivocan solas, sin necesidad de que ningún político les coma el tarro. Al contrario, suelen ser los políticos (y no digamos los “hooligans” mediáticos, aplicados a la rentabilidad del estruendo) quienes se arriman a su sombra para promocionarse a sí mismos mientras parecen jalearles a ellos. Bueno, ¿y qué? Así es la democracia.

A mí me parece que el truculento mensaje sobre “traiciones” y “rendiciones” que maneja la AVT –por no hablar de la mezcla del llamado “proceso de paz” con la bazofia ridícula e inconsistente de la supuesta conspiración del 11-M- es una actitud equivocada, que daña la causa que pretende defender. Pero no supongo que al señor Alcaraz le tengan hipnotizado Acebes o Zaplana para decir lo que dice.

¿Acaso alguien manipula, por ejemplo, a Suso de Toro cuando asegura sin dudar que Ciutadans representa “el más rancio españolismo”? No, de ningún modo, seguro que lo piensa de veras; bueno, si la palabra “pensar” resulta en este caso exagerada, digamos que lo cree de veras. ¿Qué la mayoría de las víctimas confía más en la derecha que en la izquierda? Así parece y la culpa –si culpa hay- no es sólo suya.

Recordemos que en este país está vigente la absurda superstición de que los nacionalismos separatistas y étnicos son de izquierdas…¡y hasta forman mayorías de progreso! Hace poco, Santiago Carrillo decía públicamente: “la paz merece que, por un momento, nos olvidemos de las leyes”. No hay mejor síntesis de lo que muchos temen, con razón, que el “proceso de paz” sea o pueda llegar a ser. Y como tienen a Carrillo o a Javier Madrazo por gente de izquierdas, pues prefieren a la derecha. Algunos lo sentimos mucho, pero así está el patio.

Sin embargo, la verdadera y peor manipulación política de las víctimas sigue sin ser denunciada. Porque no consiste en aprovecharse de tales o cuales personas sino del concepto mismo de víctimas del terrorismo. Hoy se prodigan los reconocimientos y las condolencias a las víctimas para hacer creer que la cuestión del ETA es un asunto que fundamentalmente se polariza entre terroristas y víctimas de atentados.

Es decir, que se trata de resolver un problema “humanitario”: no más sufrimiento, ni más muerte, no más viudas ni huérfanos, enjuguemos las lágrimas de los dolientes y evitemos que se derramen más, etc… Por eso se habla de “paz”, pese a la evidencia de que no estamos en ninguna guerra: porque ese término se presta más a los servicios de la Cruz Roja que la palabra “libertad”. Cuando se diseña el acuerdo de convivencia que culminará el proceso de paz, nunca se olvida mencionar el debido respeto y homenaje a las víctimas.

Y los representantes más altos del Gobierno Vasco acuden a pedir perdón por su desinterés del pasado a las víctimas (sobre todo a las andaluzas: las víctimas son tanto más respetables cuanto más lejanas).Pero en cambio nunca harán el mismo acto de contrición respecto a quienes han sido el objetivo ideológico de ETA todos estos años: los no nacionalistas y sus representantes políticos.

No les he oído nunca decir en público que los no nacionalistas merecen una reparación política y social por la marginación y acoso que han sufrido durante el período de la peor violencia. Tampoco he oído que admitan las ventajas que han obtenido sobre ellos los partidos nacionalistas gracias al terror –lamentable pero útil- impuesto por ETA.

Ni lo más importante: que yo sepa, nadie ha reconocido que cuando ETA desaparezca, la convivencia y el fair play democrático pasará por dar cancha a la opción no nacionalista en los campos en que hasta ahora ha sido hostilizada o excluída, no en apretar las tuercas del nacionalismo como pago al cese de la violencia. Porque el problema no está entre ETA por un lado y las víctimas por otro, sino entre el nacionalismo violento y quienes han padecido su agresión por no ser nacionalistas. No se trata de buscar un remedio humanitario, sino de defender derechos constitucionales conculcados.

Los sabios posmodernos que hoy abundan nos aseguran que el asunto es muy complejo y que las interpretaciones varían. No tanto, no tanto… Cuando a Clemenceau le preguntaron qué creía él que dirían los historiadores sobre la primera guerra mundial, repuso: “Seguro que no dicen que Bélgica invadió a Alemania”. Por muy flexibles que sean los criterios de interpretación, nadie sostendrá mañana que Irene Villa o Eduardo Madina mutilaron a Txapote o Valentín Lasarte.

Ni suscribirán la versión de Ortuondo en Estrasburgo, según la cual la violencia terrorista proviene de la frustración sufrida por algunos nacionalistas ante sus reivindicaciones desatendidas. Nadie dirá que durante los pasados treinta años los no nacionalistas han controlado a su gusto el País Vasco, mientras los nacionalistas vivían en una hostigada semi-clandestinidad.

Sin duda hay que “normalizar” políticamente Euskadi. Pero hoy lo anormal es la hipertrofia nacionalista entre una ciudadanía en la que tanto abundan quienes piensan de otro modo. En este conflicto no sólo ha habido muchas víctimas, sino que la principal víctima ha sido la libertad de muchos. ¿Cuántas veces más habrá que volver a decirlo?

Fernando Savater (El País) (09/XII/06)

estudiantes filoetarras ganan elecciones UPV


C #: Ganaron los "estudiantes" batasunos, con más de un 90 % de abstención. La intimidación ha sido mayor que en otros años, en los que dicha agrupación batasuna había sacado resultados muy inferiores. El "proceso de paz" está dando sus primeras nueces...

La asociación "Estudiantes patriotas", próxima a Batasuna-ETA ha logrado 32 de los 58 representantes que los alumnos tienen en el claustro de la Universidad del País Vasco. Las elecciones se celebraron a finales de noviembre. Ganó este colectivo con muy pocos votos porque la participación, en la mayor parte de los casos, no llegó al 10 por ciento. Le votaron algo más de 2.500 alumnos de los cerca de 51.000 que están censados en la UPV. Hace algo más de un año, en esta misma universidad fue elegido presidente del Consejo de Estudiantes Galder González, procesado por terrorismo callejero.

Según los datos que maneja Europa Press, esta asociación vinculada a Batasuna-ETA y denominada "Estudiantes patriotas" ha ganado las elecciones al claustro de la Universidad del País Vasco. Ha logrado 32 de los 58 representantes que tienen los alumnos en el claustro, con mayoría en Guipúzcoa y Álava.

La participación apenas ha llegado al 10 por ciento pero ha sido suficiente para que este colectivo recibiera 2.668 votos de los 50.615 alumnos censados en la UPV. Además, en los centros en los que la abstención superó el 95 por ciento no se han tenido en cuanta los resultados. En otros casos, sólo se ha presentado este grupo próximo a los batasunos.

No es la primera vez que esta asociación se presenta a las elecciones aunque hasta ahora había obtenido una representación minoritaria. En las elecciones de noviembre pasado, sin embargo, obtuvo la representación mayoritaria en el campus de Guipúzcoa, con 11 representantes de los 18 totales, y Álava, con 9 sobre 11. En el caso de Vizcaya ha conseguido 12 de 29.

Hace algo más de un año, también en la UPV, un procesado por terrorismo callejero se convirtió en presidente del Consejo de Estudiantes. La elección de Galder González se produjo en un proceso electoral lleno de irregularidades en el que desaparecieron papeletas y en el que se llegó a amenazar y agredir a los otros candidatos al cargo. Según desveló entonces la COPE, el presidente estaba procesado por terrorismo callejero y empezó su colaboración con la banda terrorista informando sobre itinerarios y datos concretos de los guardias civiles que trabajaban en Alsasua, la localidad guipuzcoana en la que residía.

Europa Press, 09-12-2006

Uno de cada diez españoles busca ayuda en la consulta del psicólogo


El 10 por ciento de los españoles ha solicitado ayuda psicológica en el último año, uno de los porcentajes más bajos de los países de la Unión Europea, cuya media se sitúa en el 13 por ciento, según un Eurobarómetro sobre salud mental publicado esta semana por la Comisión Europea. Los europeos más necesitados de tratamiento psicológico son los luxemburgueses (22 por ciento), suecos (18), estonios, daneses y holandeses (17).
Además, el 6 por ciento de los ciudadanos españoles ha tomado medicamentos en los últimos 12 meses por sufrir problemas psicológicos, frente al 7 por ciento de media de la UE. Los lituanos son los que recurren con más frecuencia a este tipo de tratamiento (11 por ciento), seguidos de estonios, luxemburgueses, austriacos y portugueses (10 por ciento). Solamente el 2 por ciento de los chipriotas declararon haberse medicado.
Finalmente, un 5 por ciento de los españoles siguió una psicoterapia y un 2 por ciento fue hospitalizado por este tipo de problemas, frente a un 3 y un 1 por ciento de media en la UE respectivamente. En ambos tipos de tratamiento, España se sitúa en segunda posición de los Veinticinco, sólo por detrás de Países Bajos (7 por ciento) por lo que se refiere a la psicoterapia y de Bélgica (5 por ciento) en cuanto a hospitalización.

Por otra parte, los españoles figuran entre los ciudadanos europeos que más felices se sienten ya que, según este estudio, el 70 por ciento decía sentirse feliz y “lleno de vida” en el mes anterior a la encuesta, lo que los situaba entre los ciudadanos comunitarios que experimentaron sentimientos más positivos en ese período.

La media europea de ciudadanos que declaraban haberse sentido felices en las cuatro semanas anteriores al sondeo fue del 65 por ciento, mientras que el porcentaje de quienes decían haber estado “llenos de vida” ascendía al 64 por ciento.

Más felices que los españoles se sentían los holandeses (83 por ciento), irlandeses (82 por ciento), belgas (80 por ciento), finlandeses (78 por ciento), luxemburgueses y británicos (75 por ciento ambos), franceses (74 por ciento) y daneses (71 por ciento).

En el extremo opuesto se encontraban los búlgaros (sólo el 42 por ciento), turcos (52 por ciento) y húngaros (53 por ciento).

Las mujeres, los jubilados y las personas que se quedan en casa son los colectivos más suceptibles. Uno de cada cuatro europeos sufrirá a lo largo de su vida problemas de salud mental, que suponen en la Unión Europea un gasto de entre el 3 y el 4 por ciento del PIB, según dijo el portavoz de Salud, Philip Tod.

El Ejecutivo comunitario publicó los resultados de la consulta pública que lanzó en octubre de 2005 sobre la salud mental. La mayor parte de los que han respondido han respaldado la puesta en marcha de una estrategia europea para mejorar la prevención y promoción de la salud mental y luchar contra la estigmatización de las personas que la sufren.

huelvainformación.es (09/XII/06)

El Gobierno aprueba que la sanidad pública pague los cambios de sexo pero sigue sin incluir la salud bucodental


Este viernes el Consejo de Ministros ha aprobado el Real Decreto que regula la Cartera de Servicios comunes del Sistema Nacional de Salud (SNS) con el que el Ejecutivo ha abierto la puerta a que las Comunidades Autónomas puedan debatir la inclusión de las operaciones de cambio de sexo en esta cartera de servicios. No obstante, la atención a la salud bucodental sólo está cubierta para los ciudadanos menores de catorce años y para los discapacitados, y para el resto, sólo se atenderán patologías agudas y extracciones. La salud bucodental afecta a un mayor número de ciudadanos que el cambio de sexo.

) Ha sido la ministra de Sanidad, Elena Salgado, la que ha explicado que esta iniciativa elimina la exclusión expresa que había sobre las operaciones de cambio de sexo en la norma que regulaba hasta ahora la Cartera de Servicios y que data de 1995. Con esta medida, cada Comunidad Autónoma podrá decidir si la Seguridad Social paga este tipo de operaciones, si así se acuerda en el Consejo Interterritorial.
La ministra se ha congratulado de la aprobación de la nueva norma, ya que desde la aprobación del anterior catálogo "han avanzado las tecnologías y el conocimiento de las enfermedades" y, por ello, "también el contenido de la cartera". "Eran servicios que se venían prestando pero hay que sistematizarlos para que se presten en todos los casos y comunidades autónomas de la misma manera, con los mismos protocolos y requisitos", dijo en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros.

La Cartera de Servicios es el conjunto de técnicas o procedimientos mediante los que se hacen efectivas las prestaciones sanitarias de salud pública en sus diversas modalidades de las que pueden beneficiarse los ciudadanos españoles, independientemente de su lugar de residencia. En cualquier caso, los ciudadanos que necesiten una prestación no disponible en su Comunidad, y que esté incluida en esta Cartera de Servicios comunes, tendrán garantizada la atención en el lugar en el que sí puedan facilitársela.


Nuevas prestaciones

La nueva cartera aprobada este viernes incluye procedimientos diagnósticos y terapéuticos accesibles desde atención primaria, rehabilitación básica, la atención paliativa a enfermos terminales, las actividades de prevención y promoción de la salud, los servicios de atención a la mujer, al niño, a los enfermos crónicos, y las personas mayores. Asimismo, se añaden la atención domiciliaria y a la a salud bucodental, que incluye la atención a los niños menores de 14 años y la atención a la patología aguda odontológica y las extracciones en los adultos, como hasta ahora, pero añadiendo también el acceso a la atención bucodental para los discapacitados.

En atención especializada se detalla también con más precisión el contenido de las prestaciones, especialmente en el caso de consultas, hospitalización de día médica y quirúrgica, rehabilitación (incluyendo la del sistema cardiovascular y la logopedia), transplantes de órganos y tejidos, técnicas de reproducción humana asistida y atención a la salud mental. Y en este ámbito se suman servicios no incluidos hasta ahora, como la atención paliativa a enfermos terminales, la tomografía por emisión de positrones (PET) en indicaciones oncológicas, la capsuloendoscopia en algunas indicaciones, la radiocirugía, la hemodinamia, la terapia fotodinámica en determinadas indicaciones, la anestesia epidural para el parto normal, el tratamiento de la obesidad mórbida y los dispositivos intrauterinos.

En el Real Decreto se incluye también una cartera específica de atención de urgencias, que anteriormente no constituía una modalidad de prestación por sí misma. Además, la prestación de productos ortoprotésicos está mucho más pormenorizada, en relación tanto a los implantes quirúrgicos (como es el caso de las prótesis cardiacas o vasculares) como en las prótesis externas, recogiéndose como novedad respecto a la anterior normativa la inclusión de las sillas de ruedas de aluminio.

En la prestación de productos dietéticos se detallan las patologías que dan lugar a la utilización de estos productos, habiéndose pormenorizado los trastornos metabólicos de los lípidos. Por último, en el transporte sanitario se han clarificado las principales situaciones en las que una Comunidad Autónoma se hace cargo del transporte que precisen los pacientes que reciban asistencia en otra Comunidad.

Libertad Digital (09/XII/06)

La legalidad y la legitimidad


"...no hay sentencia de tribunal alguno capaz de borrar la inmoralidad que supuso el hecho de que los dirigentes del PSE reconocieran como interlocutores políticos, como iguales, a los dirigentes de una organización criminal. Ni hay tribunal que pueda cambiar el juicio político que me merecen quienes, traicionando todas sus promesas, se sentaron a hablar de política con nuestro verdugos. Se puede ganar una causa judicial sin ganar ni una pizca de respeto. Este es justamente el caso."

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo dictaba ayer un auto por el que inadmitía a trámite un recurso del sindicato Manos Limpias contra el presidente del Gobierno y dirigentes del Partido Socialista de Euskadi, por las reuniones mantenidas con Batasuna. Hasta ahqu, nada que objetar. Pero convine que no confundamos la legalidad con la legitimidad de los hechos. Porque no es lo mismo. Y conviene no olvidarlo. Hay actos legales que nos pueden merecer --y nos merecen-- la calificación de ilegítimos. Y ninguna sentencia de ningún alto tribunal cambia la consideración política, ética o moral que tengamos sobre ellos.

La reunión del Partido Socialista de Euskadi con los dirigentes de la organización terrorista Batasuna sigue mereciendo toda mi reprobación política. Los dirigentes socialistas vascos, con el aval del presidente del Gobierno, reconocieron como interlocutores políticos "legítimos" a aquellos que los tribunales españoles y las más altas instancias europeas han señalado como integrantes de la organización terrorista ETA. Pero lo que es más grave: los dirigentes del PSE, con el aval del presidente del Gobierno, reconocieron como interlocutores políticos, como iguales, a una organización que ha sido --y es-- cómplice necesario de los crímenes, persecuciones, acosos y amenazas perpetrados contra centenares de ciudadanos. Muchos de ellos, nuestros propios compañeros de militancia política.

Ninguna sentencia va a cambiar esa realidad. Ninguna sentencia puede cambiar mi opinión sobre lo que esa reunión supuso. Ninguna sentencia me va a convencer del alto grado de inmoralidad que representó que los dirigentes de un partido democrátic, --de centenaria tradición en la defensa de los valores democráticos y de la libertad--, se sentaran en la mesa, de igual a igual, con los cómplices necesarios de los crímenes terroristas. Con los soplones. Con los chivatos, Con los encubridores. Y que les llamaran "interlocutores políticos imprescindibles". No hay sentencia que pueda borrar esa afrenta democrática. Ese hecho bochornoso en términos democráticos no lo cambia ninguna sentencia del Supremo.

La decisión política de reconocer como interlocutores "imprescindibles" a unos terroristas es una bajeza y una barbaridad democrática. Además de constituir, en sí misma, un flagrante engaño a los ciudadanos a los que, tanto los dirigentes del PSE como los del PSOE y el propio Gobierno, habían prometido que nunca se iban a reunir con Batasuna para discutir cuestiones políticas en tanto ésta siguiera siendo una organización ilegal. Lo hicieron. Perpetraron el engaño.

Los actos legales no siempre son legítimos en términos políticos e incluso democráticos. Muchas decisiones políticas legales son, al mismo tiempo, condenables desde la perspectiva política, ética o moral. O desde las tres perspectivas a la vez. Incluso hay general de la ciudadanía. O para el propio sistema democrático. La historia está llena de ejemplos. Por eso conviene que tengamos claro que la crítica a los actos y a las decisiones políticas no se agota en la legalidad. No es suficiente con que se actúe desde el Gobierno u otras instancias políticas dentro del marco de la ley; actuar ajustando a derecho las decisiones que se toman es una obligacioón. Y recurrir a los tribunales cuando hay dudas de la legalidad de determinadas accciones, un derecho. Pero la cosa no puede acabar ahí; si toda crítica política estuviera limitada a la comprobación de su legalidad, sobrarían los parlamentos. Y la oposición. Y la prensa. E incluso las elecciones.

Insisto. No conviene confundir la legalidad con la legitimidad. Y ninguna sentencia convierte en politicamente asumible aquello que politicamente ha merecido nuestro rechazo de fondo y de forma. Y la reunión entre Patxi López y Arnaldo Otegi fue un escándalo en términos democráticos. Una vergüenza. Y la constatación de un engaño y una burla a los ciudadanos. Además de el pago de un precio político a los terroristas. Un precio político que se pagó --conviene recordarlo--, porque Batasuna había amenazado con no comparecer ante la Audiencia Nacional y declararse en rebeldía si el PSOE no hacía un "gesto". Y el PSOE lo hizo. Por eso se apresuró a reconocer explícitamente a los terroristas como interlocutores políticos "imprescindibles". Para lavarles la cara. Y legalizarles de facto, como inmediatamente interpretó Batasuna.

Ninguna sentencia puede cambiar esa realidad. Pero diré más: de la misma manera que el Supremo afirma que no se puede utilizar los tribunales para corregir la dirección de la política , conviene recordar que tampoco se pueden utilizar las sentencias de los tribunales para justificar las decisiones políticas que se toman o se vayan a tomar. El Supremo ni avala ni condena las decisiones políticas. Opina y sentencia sobre la legalidad de las mismas. Digo esto porque no vaya a ser que alguien considere, incurriendo en el error del que se acusa a otros, que el Supremo ha avalad determinadas decisiones políticas. Por ejemplo, la constitución de una mesa de partidos extraparlamentaria.

Aviso para navegantes. ¿Qué quiso decir la Vicepresidenta cuando expresó que la sentencia "abre un camino"? Quiero creer que quiso decir que abría un camino para el resto de los recursos sobre la cuestión que están pendientes en los Tribunales de Justicia. Se supone que no pensó que abría un camino "político" para avalar determinadas posiciones del Gobierno. Pero, visto lo visto, quizá sea mucho suponer. Y no es que yo sera desconfiada; es que la política y la democracia son un juego de desconfianzas. Por eso existen los controles democráticos y jurisdiccionales. Así que, por si acaso, lo dicho: al loro.

Y termino como empecé: no hay sentencia de tribunal alguno capaz de borrar la inmoralidad que supuso el hecho de que los dirigentes del PSE reconocieran como interlocutores políticos, como iguales, a los dirigentes de una organización criminal. Ni hay tribunal que pueda cambiar el juicio político que me merecen quienes, traicionando todas sus promesas, se sentaron a hablar de política con nuestro verdugos. Se puede ganar una causa judicial sin ganar ni una pizca de respeto. Este es justamente el caso.

Rosa Díez
Basta Ya, 09-12-2006

El maximalismo de Eta ata al gobierno español


«De esta forma el proceso de resolución del conflicto no tiene futuro», asevera ETA en el último Zutabe, el boletín que edita para militantes y simpatizantes. En un tono amenazante, la banda señala que está dispuesta a romper la tregua «en los próximos meses» si el Estado español no da «pasos razonables» hacia el reconocimiento de la autodeterminación del pueblo vasco. Es exactamente el mismo mensaje lanzado por Otegi y Permach hace unos días.

ETA no sólo exige en este boletín interno que las instituciones del Estado acepten sus conocidas pretensiones políticas sino que además pone condiciones incluso para reunirse con los representantes del Gobierno. Esas condiciones son que el Ejecutivo deje de detener miembros de ETA y que los tribunales paralicen sus acciones contra la banda, que haya un impulso de la mesa de partidos, que se legalice inmediatamente a Batasuna y que se inicie el acercamientos de los presos vascos.

«Una vez cumplidas esas bases, vendría el momento y la posibilidad de entrar en la negociación entre ETA y el Gobierno español, la excarcelación de los presos y la desmilitarización», afirma la banda en Zutabe.

Hay que recordar que Zapatero sugirió antes del verano que el Gobierno celebraría un primer encuentro con ETA en agosto o a primeros de septiembre. El boletín revela no sólo que esa cita no ha tenido lugar sino además que el Gobierno tendrá que cumplir las condiciones previas impuestas por la banda para que se celebre. Sencillamente grotesco.

Lo que el último boletín de ETA indica es que sus dirigentes siguen instalados en un maximalismo infantil, que consiste en pretender que el Estado se arrodille, reconozca sus dogmas y acceda a todas sus demandas, incluída la anexión de Navarra, o sea que el sol luzca por la noche y los mares ocupen los continentes.

ETA es tan osada que también se atreve a desafíar al Estado francés en este boletín al incluir fotos de gendarmes e instalaciones policiales. Es una clara advertencia de que si vuelve a las armas, las Fuerzas de Seguridad del vecino país estarán entre sus objetivos. No es previsible que ello le quite el sueño a Nicolas Sarkozy, ministro del Interior, que ha demostrado que no va a tener ninguna contemplación a la hora de perseguir a la banda.

La forma y el fondo del análisis de Zutabe demuestra que ETA apuesta por una especie de estrategia de la presión, con la confianza tal vez de que puede conseguir que Zapatero flaquee. Pero son tales sus exigencias que ni éste ni ningún otro Gobierno democrático puede ni siquiera aceptar negociar tan desorbitadas pretensiones.

ETA ha elevado sus objetivos hasta tal altura que, en la práctica, está frustrando cualquier hipotético diálogo con el Gobierno, que, además de estar atado por la ley, no puede por sentido común sentarse a regatear en una mesa con una banda cada vez más extraterrestre. Todo apunta a que el llamado proceso de paz está entrando en un callejón sin salida, en el que ETA estaría preparando a sus bases para una ruptura más o menos cercana.

Editorial de El Mundo, 09-12-2006

El PP y Ciutadans ven insuficiente el refuerzo del castellano de Educación

El Partido Popular de Cataluña y Ciutadans consideraron ayer «insuficiente» el refuerzo a la lengua castellana en las escuelas catalanas que supone el decreto del Gobierno español que reforma las enseñanzas de la educación primaria. Ambos partidos valoraron la medida, que obliga a los centros a dar un mínimo de tres horas a la semana «de lengua y literatura castellana, o en lengua castellana» como «un paso adelante», porque la mayoría de los colegios sólo ofrece actualmente dos horas de clase en ese idioma, pero creen que «el equilibrio» entre las dos lenguas oficiales está aún muy lejos.

La carga de profundidad para la política lingüística de la Generalitat en las escuelas estaba escondida en el último párrafo de las 118 páginas del decreto del Gobierno. El Govern lleva años utilizando una trampa legal para dar cuatro horas a la semana de lengua catalana y sólo dos de castellana: la asignatura de Estructuras Comunes, que engloba rudimentos compartidos por los idiomas románicos, y que se imparte unánimemente en catalán.

Ahora, Educación obliga a las escuelas catalanas a «garantizar que el alumnado recibe enseñanzas de lengua y literatura castellana o en lengua castellana si la lengua de enseñanza de las Estructuras Comunes fuera diferente del castellano».

«Nos parece un avance, pero no es suficiente», dijo a este diario el diputado popular en Cataluña Daniel Sirera. Su partido, que estrenó la legislatura proponiendo medidas contra la inmersión lingüística en las escuelas y las sanciones a comercios que tienen sus rótulos en castellano, opina que «obviamente, es mejor tres horas que dos», pero advierte de la dificultad que entrañará aplicar la nueva normativa: «Desde siempre, los partidos nacionalistas se han quejado incluso de esas dos horas obligatorias, y, en algunos casos, no se daba la asignatura de Lengua Española en los primeros años de enseñanza».

Pequeña puerta

Sirera confía en que «la Generalitat cumpla y no se tenga que recurrir a los tribunales». Más escéptico incluso con el acatamiento del Departamento de Educación catalán, que dirige Ernest Maragall, hermano del ex president, se mostró el diputado de Ciutadans José Domingo. Aunque afirmó que su partido «considera que el Gobierno introduce con este decreto una pequeña puerta a favor de la ruptura del monolingüismo y la inmersión», la consideró «de todo punto insuficiente» en comparación con los postulados en materia de enseñanza de su grupo.

Como el Gobierno español obliga a dar al menos tres horas a la semana de clase en castellano, Domingo cree que el Departamento de Maragall y las escuelas utilizarán «alguna argucia, como dar la clase de Educación Física en castellano, algo que ya se hace en algunos centros». Ciutadans cree que, de darse el caso, «estaríamos ante un fraude de ley».

En su opinión, lo que no va a permitir el Ejecutivo catalán es que la asignatura de Estructuras Comunes deje de darse, en todo o en parte, en catalán, porque es algo «que ya defendieron con vehemencia los anteriores consejeros nacionalistas, Carme-Laura Gil (CiU) y Marta Cid (Esquerra Republicana)».

Lo cierto es que el decreto coloca a la Generalitat en una difícil tesitura, porque, si quiere cumplir a rajatabla con lo que marca la ley, tendría que igualar a tres las horas que se dedican a la lengua catalana y a la castellana, lo que supondría suprimir una de las horas de catalán. Algo difícil de digerir para el Govern en general y para Esquerra Republicana en particular.

La reacción del Departamento de Educación fue crítica. Pese a afirmar que el decreto avala «el objetivo de alcanzar la competencia lingüística en tres lenguas previsto en el Estatut» y su controvertida posición con respecto a las «Estructuras Comunes», ya avisó al Ministerio en abstracto de que los contenidos fijados son «excesivamente extensos y detallados, hecho que puede dificultar el despliegue posterior».

En el resto de España se dedican cuatro horas a la semana a la lengua castellana. En Cataluña, pese a que la normativa ya permitía dar tres horas de catalán y tres de castellano, la práctica totalidad de los colegios optaba por otorgar cuatro y dos, respectivamente.Ahora el decreto ya no permite: obliga.

Daniel G. Sastre, El Mundo Barcelona, 09-12-2006

Un decreto que traerá cola

«Una pequeña puerta a favor de la ruptura del monolingüismo y la inmersión». Así definió ayer el diputado de Ciutadans José Domingo el nuevo decreto del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que reforma la enseñanza en educación primaría. «Una pequeña puerta» que obliga a las comunidades autónomas con una lengua cooficial a impartir en las escuelas de primaria tres horas a la semana en castellano.

Sólo que tanto José Domingo como el diputado popular Daniel Sirera se temen que la Generalitat busque cualquier estratagema para no aplicar la medida y mantener el actual predominio del catalán en las aulas. Lo cierto es que hasta ahora la Generalitat ha conseguido que los más pequeños reciban cuatro horas de clase de lengua catalana y sólo dos horas de lengua castellana, una medida que ha sido muy criticada porque impide a los más pequeños conocer los rudimentos del castellano.Las dos formaciones políticas, Ciutadans y el PP, reconocieron ayer que estarán alerta para que el Govern de Montilla acate la norma. Sería de desear que no tuvieran que tomar medidas por su incumplimiento.

El Mundo Cataluña, 09-12-2006

Menos Lengua para los niños


Alguna luz, pero muchas más sombras arroja el decreto aprobado por el Gobierno que regulará a partir del curso 2008-2009 la educación en Primaria, la que se imparte a niños de entre seis y doce años. El error principal de la reforma consiste en rebajar las clases de Lengua castellana en un país en el que los jóvenes se expresan cada vez peor.

Uno de los motivos para ofrecer menos Lengua es la necesidad de incrementar la enseñanza de las Matemáticas, donde es cierto que España ofrece uno de los niveles más bajos de toda Europa. El problema es que se desnuda un santo para vestir a otro. La Lengua es capital porque permite la comprensión verbal sin la cual es imposible aprender otras materias, incluidas las Matemáticas. Además, con la presencia cada vez mayor de las lenguas autonómicas en el sistema educativo, se ha producido un deterioro en el habla y la escritura de la lengua común en muchos puntos del país. Es imposibe conseguir, como pretende el legislador, que los niños mejoren su castellano con tres horas semanales de Lengua.
Es plausible, en cambio, el aumento de clases de Lengua extranjera -que se incorpora como asignatura a partir de los seis años-, una medida acorde a los tiempos que corren. Sin embargo si no gana más protagonismo es por la irrupción de Educación para la Ciudadanía, una materia de nueva creación que obliga a restar horas lectivas a otras seguramente más valiosas para los niños de esa edad. Es el caso no sólo de la Lengua extranjera sino de a Educación física.

Además, Educación para la Ciudadanía, cuya misión es propagar los valores de una sociedad moderna y democrática, podría entenderse como superflua y redundante, ya que, más que conocimientos intenta divulgar unas ideas -como el respeto a las minorías o los derechos humanos- que deberían desprenderse naturalmente de todas las actividades escolares. En cambio, al darle rango de asignatura, se corre el riesgo de convertirla en una herramienta para el adoctrinamiento político de los niños abusando de su falta de defensas críticas a tan tempranas edades.

La Religión queda como hasta ahora, tras alcanzar el Gobierno un razonable consenso con la Iglesia. Será voluntaria y se tendrá en cuenta para pasar de curso. Se da la circunstancia de que más del 95% de los padres elige Religión para sus hijos y no su alternativa, un dato que debería hacer reflexionar al Ejecutivo de cara a la reforma que ya prepara de la Secundaria, y que se prevé más polémica.

Editorial de El Mundo, 09-12-2006