viernes, 5 de enero de 2007

Todos juntos contra ETA


Ha llegado la hora de construir. ETA nos ha dado nuevamente la oportunidad de volver a ser razonables. No es posible que la lucha electoral partidista nos ciegue hasta el punto de no darnos cuenta de que estamos en manos de ETA. Juega con nosotros y nuestras pequeñas rencillas personales, políticas y electorales. Es el terrorismo, su naturaleza. A esta hora de la película deberíamos tener aprendida la lección.

El terrorismo puso un Gobierno imprevisto el 14-M y ahora da razones a la oposición para que se ciegue en la desgracia de un diálogo roto. "¿Has visto? Teníamos razón". Ponga la frase en la Terminal T-4 de Barajas o en los trenes del 11-M. La misma cantinela, la misma estupidez, idéntico cálculo electoral. En un caso, el error de una política adolescente; en el otro, el error de un presidente pagado de sí mismo en su apoyo a la guerra de Irak.

A menudo nos mentimos sin darnos cuenta. La cercanía de los fines nos hace más indulgentes con los métodos. Comprobamos como el oportunismo sin discurso histórico del señor Madrazo o la sensibilidad independentista de ERC, los convierte en menos beligerantes con los etarras. Y, al revés, la línea más dura de la derecha los convierte en incapacitados para entender que este cáncer del pasado viene de un tiempo donde no hubo oportunidades democráticas para combatirlo.

Ni la sensibilidad de unos ni la insensibilidad de otros nos sirve. Ha llegado la hora de la verdad. Rodríguez Zapatero no puede seguir comportándose como un adolescente que desprecia toda la experiencia acumulada del pasado. Nos mintió y para conseguir engañarnos antes debió mentirse a sí mismo. No tenía más que bellos deseos, pero la realidad no se cambia por el mero hecho de desearlo. De ser así, a todos nos tocaría la lotería.

Se acabó. Señor presidente, salga, comparezca, reconozca su error, pida a continuación colaboración. Señor jefe de la oposición, dígale que rectifique, pero no lo humille, ofrézcale su colaboración y haga sitio, colabore para que el resto de partidos se impliquen en un frente antiterrorista. Sentí envidia sana cuando el 11-S, en medio de aquella inmensa desgracia de las torres gemelas, la oposición se puso a las órdenes del Gobierno de los Estados Unidos.

Es preciso comprender que hay problemas de Estado que deben sobrepasar la confrontación ideológica. Este es uno. Con la vida de las personas no se negocia. Nadie tiene derecho a utilizar la violencia en un Estado democrático para conseguir fines políticos. Nadie en un Estado puede saltarse las leyes a la torera. Y cuando se hace, el Ejecutivo lanza a las fuerzas de seguridad del Estado sin contemplaciones, es decir, bajo las normas, reglamentos y leyes del Estado de Derecho. Se han de perder los complejos que la larga noche franquista nos colocó con los grises. La policía es parte fundamental de la política. Sin ella, no sería posible la convivencia. Hemos de aprender a reivindicar el lugar digno que le corresponde y que aún no tiene por el recuerdo de lo que representó en el franquismo. Y sacarla a la calle con decisión. Ni un acto más de violencia callejera, ni un acto más de exaltación del terrorismo por parte de concejales o líderes de partidos fuera de la ley. Toda la fuerza legal del Estado contra el mal, ni un milímetro más, pero tampoco un milímetro menos. Y cuando la ley sea respetada, las armas entregadas y la esperanza de los delincuentes rota, entonces podremos ser generosos... con el permiso de las víctimas. Mientras tanto, es el Parlamento y sólo el Parlamento la única mesa de negociación de los ciudadanos.

Y si no están de acuerdo, podemos negociar; ahora sí, entre nosotros sí. De una manera o de otra, acabaremos cediendo unos y otros hasta formar ese frente común de todos contra ETA. La empresa merece la pena.

Antonio Robles - Secretario General de Ciudadanos (Libertad Digital) (05/01/07)

Ambigüedad y debilidad

El presidente del Gobierno visitó ayer la T-4 donde continúan las labores de desescombro para localizar a la segunda víctima, pero -cinco días después del atentado- sigue sin aclarar cuáles son las medidas que tomará para afrontar la crisis derivada de la ruptura del alto el fuego de ETA. Lejos de asumir que su política antiterrorista ha sido un error, el presidente aseguró que su «energía y determinación para alcanzar la paz es, si cabe, mucho mayor» después del atentado.

Esta ambigüedad de Zapatero es un jarro de agua fría para la opinión pública, que espera certidumbres y respuestas por parte del Gobierno. En efecto, querer alcanzar la paz es un deseo inobjetable. Lo que sucede es que desde que llegó a La Moncloa el concepto de paz ha ido indisolublemente unido a los contactos con la banda y su entorno, razón por la cual puede concluirse que Zapatero está enviando un mensaje de continuidad. Un nuevo error que se une al que ya cometió el día del atentado, cuando anunció la suspensión y no la ruptura del diálogo con ETA.

La imagen que traslada el presidente con este tipo de declaraciones pacifistas es la de debilidad frente a la banda terrorista, que ha roto la tregua con un brutal atentado. La actitud de Zapatero es tanto más incomprensible si tenemos en cuenta el hallazgo por parte de la Ertzaintza de 100 kilos de explosivos en un monte de Vizcaya, listos para ser utilizados en un atentado, sólo a falta del detonador. El artefacto se encontraba junto al coche del comando que huyó tras el descubrimiento de un zulo en Amorebieta, al que -recordemos- el Gobierno no le concedió importancia. La cantidad de explosivo y el hecho de que estuviera listo para ser colocado indica que el atentado de la T-4 no fue un aviso aislado, sino que uno o varios comandos de la banda están plenamente operativos.

Tanto Zapatero como la cúpula socialista -con el significativo silencio de los dirigentes regionales y de los miembros de la Ejecutiva- han optado por no reconocer los errores. Sólo el ex ministro José Bono se atrevió a hablar para decir lo que seguramente esperan oír los españoles: «A ETA habría que enseñarle seria y democráticamente los dientes, y que sepa que para negociar debe acercarse con los brazos en alto, y si no lo hace... que se atenga a las consecuencias». Para que el cambio de política sea creíble hay que empezar por variar el mensaje.

¿Pero quiere reralmente Zapatero cambiar de política? «Niego la mayor, el Gobierno no se ha equivocado en el proceso», respondió rotundo José Blanco en la ya comentada entrevista de Radio Nacional. Y sin asunción de errores, tampoco se aprecia en el presidente el propósito de la enmienda, ya que ayer volvió a evitar la referencia al Pacto Antiterrorista, aunque se comprometió a buscar «el concurso de todas las fuerzas políticas». Zapatero parece que prefiere preservar su relación con el PNV y con ERC, uno de cuyos portavoces ha echado la culpa al Gobierno de la ruptura de la tregua. Este sostenella y no enmendalla es la causa por la que la mayoría del PP -tal vez en un análisis precipitado- considera que Zapatero mantendrá el diálogo con ETA. No obstante, habrá que esperar a su comparecencia en el Congreso, aún sin fecha, para saber si está dispuesto a cambiar la política antiterrorista con hechos, que son más importantes que las palabras.

Editorial de El Mundo, 05-01-2007

Terminal

Comparece el presidente del Gobierno en la T-4 de Barajas buscando un instante de grandeza, ya que han encontrado el cuerpo del ecuatoriano Palate. Se anuncia, mientras camina entre los escombros, que el presidente ha suspendido su viaje a Murcia. Es un anuncio interesante, aunque algo inflado. Se trata de Murcia, no de Beijing (adonde se tarda más en llegar) y de un viaje de trabajo. El poder no necesita un determinado espacio físico para actuar, pero metidos en la necesidad simbólica tal vez habría sido más útil suspender las vacaciones en Doñana que los trámites de gestoría murcianos.

El presidente busca un instante de grandeza y acude con Miguel Sebastián a la terminal dinamitada. Miguel Sebastián es el candidato socialista a la Alcaldía de Madrid y el presidente lo lleva del brazo para ver dónde murió Palate. Los entierros siempre han sido importantes para hacer negocios, a condición de que los negociantes no aparezcan en las fotos con sus fauces iluminadas por la carcajada y el hambre. El presidente busca un instante de grandeza y convoca a los medios porque va a pronunciar una declaración solemne. No habla desde La Moncloa o cualquier otro gabinete político. El terrible escenario lo vincula con los ciudadanos antes que con los periodistas.

Los ciudadanos esperan una explicación del primus inter pares, dicha con algo de calidez y confianza. Una explicación no es una palmada en la espalda ni eso que hacen los toreros déspotas e inútiles cuando abanican la cara del toro con la muleta. No hay explicación. Hay bullshit: toro y su boñigas de nuevo. Y su insufrible gramática: «La democracia no se intimida, ninguna de las instituciones democráticas se intimidan, ni mucho menos el Gobierno». Ni mucho menos, democracia. El presidente exhuda frases: «ETA ha elegido el peor de los caminos». Vaya. «Para el fin de la violencia y la paz voy a poner lo mejor de mí mismo». Venga. «La energía que tengo para la paz es aún mayor». Boga. Los semánticos trataban de sacar punta a su verbo del día del atentado: Suspender. ¡Qué preciosismo! Ante una política basada en la supresión del sentido, ¿puede alguien pensar que el presidente eligió su palabra con el metro de iridio? Tuvo que venir Rubalcaba y su verbo de timba (liquidar), a cortar la hemorragia semántica.

Desde que ha habido Zapatero ha habido bullshit. Era irritante y desmoralizador, pero el presidente siempre tenía a mano la rendija: confiad en mí, sólo yo sé qué hay detrás de las palabras. Ahora es distinto. Ahora no puede argüir que el bullshit encanta a la serpiente. Ahora sólo supone un insoportable peso añadido sobre los cadáveres.

(Coda: Second Life es un mundo virtual creado por Linden Lab y fundado por Philip Rosedale. Un mundo que está distribuido en una amplia red de servidores y que puede ser jugado. Second Life proporciona a sus usuarios herramientas para modificar el mundo y participar en su economía virtual, que opera como un mercado real. Fuente: Wikipedia.)

Arcadi Espada
El Mundo, 05-01-2007

La gallinita ciega


"Seguirá escondido debajo de la cama hasta que escampe. Es lo único que ha aprendido de un adulto, Marx (Groucho): "Resulta mejor permanecer callado y parecer idiota que abrir la boca y disipar todas las dudas definitivamente"."

Constatemos lo obvio: hoy, la ETA está mucho mejor que hace un año, y dentro de un año estará mucho mejor que hoy. A saber, les ha derogado de facto la Ley de Partidos; de ahí que contemple alelada a sus ocho serpientes enroscadas en el Parlamento vasco con el hacha bien afilada sobre el escaño para lo que fuere menester. Además, la reflexión del gudari Javier Bilbao ("Ven aquí, cabrón, que te voy a arrancar la piel a tiras") ha servido de aval ante la Unión Europea con tal de equipararla solemnemente al Reino de España en un mismo plano de igualdad moral. Pues, tal como su cuate Arnaldo Otegi, hasta que nadie vote lo contrario en Bruselas – y nadie lo votará– ese intelectual ya es todo un combatiente de una conflagración formal.

Al tiempo, a los demás figurantes del "proceso", como también se han portado muy, muy bien y han sido muy, muy obedientes, los Reyes les han dejado 350 pipas nuevas de trinca en el calcetín remendado de Josu Ternera. Mas por si todo eso fuera poco, con siglo y pico de demora la Ciencia acaba de demostrar que San Sabino Arana llevaba razón en el controvertido asunto de los cráneos y la capacidad cognitiva. ¿La prueba del nueve? Al día siguiente de que el Euskobarómetro revelase que el 64 por ciento de los vascos creía "perfectamente posible" que hubiese un atentado, el ministro del Interior de los maketos sentenciaba pasmado que "nadie esperaba un atentado". Y por si todo nunca fuese bastante, lo que ni soñaron con Suárez, ni soñaron con Calvo Sotelo, ni soñaron con Felipe González, ni soñaron con Aznar, ni hubieran soñado con nadie con pantalones largos y dos dedos de frente –que el Estado se rebajaría algún día a tratarlos de tú a tú como interlocutores políticos–, acaban de lograrlo con el Niño que también sueña despierto porque tampoco quiere crecer jamás.

Sigamos constatando lo obvio: el drama no es que la ETA tenga por norma no mentir –eso ya lo traíamos sabido de casa–, lo verdaderamente terrible, lo atroz, es que quien no mentía era el Niño. "El poder no me va a cambiar", le confesó a un amiguito de El País al llegar a La Moncloa. Y ahora sabemos que decía la verdad: no lo ha cambiado. Así, igual que siempre, con esa conciencia suya acribillada de esquirlas de acne y la cabecita rebosante de dulce regaliz, seguirá escondido debajo de la cama hasta que escampe. Es lo único que ha aprendido de un adulto, Marx (Groucho): "Resulta mejor permanecer callado y parecer idiota que abrir la boca y disipar todas las dudas definitivamente". Al cabo, ya se encargaría Peces de obedecer a la requisitoria de Gara: "¿Por qué el atentado de Barajas imposibilita al Gobierno para la búsqueda del diálogo y no lo hizo el atentado en el madrileño barrio de Simancas llevado a cabo ocho días después de que se aprobara la Declaración del Congreso?". ¿Acaso por ese accidente de los muertos? "Los muertos no estaban en los planes de ETA", se ha apresurado a susurrar Peces con la venia de sus señorías.

No hay ningún impedimento, pues: cuando salga de su escondite, el Niño volverá a jugar a la gallinita ciega en el jardín. Seguro.

José García Domínguez
Libertad Digital, 05-01-2007

Preparando nuevas trampas


"La primera reacción de Rubalcaba fue transparente: no se esperaba esto. De la ETA no esperaba atentados. ¿Qué esperaba entonces? ¿Bailes regionales?"

Que nadie se llame a engaño. Por compungido que parezca el ministro del Interior, por mucha mano que tienda para complacer momentáneamente a la oposición, los hechos son los que son, los muertos están muertos, la ley inaplicada, el Estado rendido y el presidente, que es quien debe asumir el coste de su gravísimo error virando o dimitiendo, ni siquiera ha alterado su visión. Ni la alterará. Pervive en él su esquemita abyecto de buenos abertzales equivocados en el método, su asfixiante concepto de paz, su disposición a cantar las virtudes de Otegi y De Juana, su alegre aceptación de un colosal chantaje.

La izquierda gobernante tiene bien calibradas las debilidades del adversario. Sabe a los populares siempre prestos al abrazo fraterno cuando las cosas se ponen feas. Hará bien el PP en defraudarles esta vez, en recordar al gobierno por qué estamos donde estamos: por qué la exangüe banda de hace unos pocos años encara el 2007 crecida y armada hasta los dientes, provista de fondos, explosivos y pistolas, legitimada por incontables agasajos socialistas, con su McGuffin internacionalizado de la mano de curas-trampa y de violentos nóbeles de la paz, con unas fuerzas de seguridad adormiladas por el apaciguamiento, con una judicatura volcada en la contextualización de sus resoluciones y con una indescriptible fiscalía de partido. Y con los cachorros de etarra enseñoreados de las calles o las kales vascas. Y, lo peor de todo, con media sociedad intoxicada por diarios y cadenas progubernamentales que la han acostumbrado a aceptar el núcleo de la lógica terrorista: la existencia del "conflicto", la necesidad de negociar, la supremacía de la "paz" sobre la libertad, la dignidad y la justicia.

La primera reacción de Rubalcaba fue transparente: no se esperaba esto. De la ETA no esperaba atentados. ¿Qué esperaba entonces? ¿Bailes regionales? Su reproche es el que se hace a un amigo que te ha traicionado o a una pareja que te ha puesto los cuernos. Pero esperar fidelidad de ciertos partenaires es cosa de orates.

No habrá dimisión de Rodríguez ni viraje a sotavento. Sólo habrá lo que el presidente está capacitado para producir: engaños y palabrería. Más de lo mismo. Ahora proponen un pacto antiterrorista, como si no tuviéramos uno. Lo que ellos quieren es una martingala que acoja en su seno a la ERC, donde consideran que la ETA ha puesto más de su parte que el gobierno. Un pacto, en fin, donde el PP no podrá respirar. Cuando las mujeres socialistas entregaron su flor a la abogada batasuna, el PSOE perdió la inocencia.

Juan Carlos Girauta
Libertad Digital, 05-01-2007

La Asociación de Escoltas se ratifica y ofrece al PSOE la lista de socialistas que han recuperado la protección

La Asociación Española de Escoltas hizo público este viernes un comunicado en el que se ratifica en las declaraciones realizadas por su presidente Vicente de la Cruz a Europa Press en las que aseguraba que a mediados de noviembre, un "grupo numeroso" de políticos pertenecientes al PSOE, solicitaron la recuperación de los servicios de escolta, subrayando que esto fue debido a que tenían "información que les decía que las cosas no iban bien". El PSOE exigió una rectificación a De la Cruz negando que ningún político socialista haya variado su sistema de seguridad.

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Europa Press, 05-01-2007

Última hora: se localizó a la segunda víctima

CON EL PELIGRO DE QUE SE DERRUMBEN CINCO PLANTAS DE ESCOMBROS
Los bomberos tratan de rescatar el cuerpo de Armando Estacio con un arriesgada operación que puede durar 17 horas


El rescate de la segunda víctima mortal del atentado de ETA en Barajas avanza lentamente después de que se localizara el cuerpo en el interior de su vehículo. Según ha confirmado el alcalde de Madrid, la "compleja y arriesgada" operación de los operarios podría prolongarse más de 17 horas. La familia, que se ha manifestado aliviada tras el hallazgo, ha manifestado su deseo de repatriar el cuerpo como el de su compatriota también víctima del acto terrorista, Carlos Alonso Palate. Mientras continúan los trabajos en la T-4, otro hallazgo confirmó que la banda continuaba actuando durante la tregua: la Ertzaintza localizó un artefacto listo para estallar con 100 kilos de explosivo.

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Europa Press, 05-01-2007

Entre los escombros y entre los muertos

A medida que pasan los días desde el atentado de ETA en Barajas, la sensación de desorientación que transmiten el Gobierno, los demás partidos que le apoyan y sus medios afines va creciendo en intensidad. El País insta a la unidad de los demócratas mientras El Periódico y el Avui vuelven a arremeter contra las víctimas. Rubalcaba exige al PP apoyo para el Gobierno mientras Blanco embiste a los populares y Simancas El Inimaginable los acusa de ponerse al frente del "facherio más radical". Zapatero suspende el proceso, Blanco lo rompe y Rubalcaba lo liquida, al mismo tiempo que PNV y ERC afirman que el proceso no está muerto. El Ministro de Interior remite a Joan Mesquida para conocer los análisis de los explosivos, Mesquida remite al Ministro de Interior y Rubalcaba se sale por la tangente.

No hay información, no hay respuesta concertada, no hay un mensaje claro para la ciudadanía. La reacción del Gobierno es la del mentiroso a quien han pillado con las manos en la masa después de tres años de engaños y mentiras. No había proceso, no había informaciones secretas que avalaran nada de nada, no había ningún Plan B, pero es que tampoco había Plan A. Todo se reducía a un proyecto común en el que Zapatero se había entregado, atado de pies y manos, a quienes empuñan las pistolas.

Los dos muertos les han cogido con el paso cambiado. Por supuesto que esperaban un atentado, pero no de esta magnitud, ni tampoco con víctimas mortales. ETA no buscaba tampoco esas víctimas, pero tampoco le preocupa que se hayan producido: sabe que es el PSOE quien va a tener que cargar con el coste de opinión pública. Incluso, con una siniestra frialdad, los asesinos de ETA saben que esas víctimas acentúan la presión sobre un Zapatero que no tiene otra salida que huir hacia adelante.

Zapatero es consciente de que, abierta la veda de los muertos, ETA dispone aún de más poder de coacción sobre el Gobierno, poder que no dudará en utilizar con el fin de que éste respete el calendario de pagos. Pero en el banco de la opinión pública, esos dos muertos han hecho que el índice de solvencia de Zapatero se reduzca hasta extremos alarmantes. ¿En manos de qué usureros tendrá que ponerse Zapatero para conseguir el crédito con el que pagar y del que ahora carece?

Preparémonos para lo peor. No habrá vuelta al Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo: ya lo ha anunciado López-Garrido. Se cerrará de nuevo filas en un frente anti-PP: ya lo ha sugerido Rubalcaba. Se continuará el proceso de cesiones a ETA-Batasuna: ya lo dejó traslucir Zapatero. Y para compensar el coste que esa posición va a tener, la campaña contra el PP y contra los medios de comunicación independientes va a ser feroz.

Zapatero no va a detener su carrera hacia el abismo, y arrastrará con él a su partido. Y al propio régimen. Y la factura, como de costumbre, la pagaremos a escote entre todos los españoles.

A menos que la sociedad civil sea capaz de reaccionar y de decir de forma cívica y pacífica, pero firme y clara, que se acabó. Que se acabaron las mentiras. Que se acabaron las manipulaciones. Que se terminó lo de que la Ley no se respete. Que ya no hay barra libre para ningún asesino. Que tenemos derecho a saber la verdad sobre todo lo que ha ocurrido en España desde las 7:37 del día 11 de marzo de 2004. Que el hecho de que en España haga falta un partido socialista fuerte no quiere decir que haga falta este partido socialista. Que los españoles no nos merecemos este presidente de Gobierno.

Y, sobre todo, que no estamos dispuestos a seguir siendo la carne de cañón dentro de un proceso "duro y difícil" que no busca conseguir la libertad, ni siquiera la paz, sino simplemente garantizar el poder a un individuo capaz de largarse a tomar las uvas rodeado de patos en Doñana mientras, entre los escombros, los equipos de rescate seguían tratando de encontrar a los muertos.

Luís del Pino
Libertad Digital, 04-01-2007