viernes, 9 de marzo de 2007

Especial 10M : De ayer a hoy

Cuando se haga la historia de estos años de oprobio y traición, de obtuso y porfiado crimen contra la nación española, es más que probable que la manifestación convocada por el PP para mañana sábado ocupe un lugar significativo. La prueba de la importancia que tiene es que durante este minucioso proceso de demolición del régimen constitucional del 78 y de la nación que lo sustenta -que es España-, es la primera y única vez que el gran partido de la derecha española ha convocado a la gente a salir a la calle.

Han pasado tres años desde que, manipulando del modo más artero una masacre que ahora se niega a investigar, Zapatero y su cuadrilla llegaron al poder; tres años ya desde que pusieron en marcha un proyecto de destrucción nacional a cuyo lado la «vasta empresa de demoliciones» con que acunaba su letal ingenio Azaña es una epopeya constructiva, algo así como la empresa inmobiliaria de las pirámides de Egipto.

Muchas de las atrocidades perpetradas por este Gobierno progre no tienen fácil remedio. Vamos, ni fácil ni difícil: no tienen remedio. El nuevo Estatuto de Cataluña supone el fin de la nación española como sujeto político, y basta cotejarlo con el de 1932, votado en las Cortes más que constituyentes del nuevo régimen republicano, nacido el año anterior, para ver cómo aquellas izquierdas eran criminalmente sectarias, pero no habían llevado su odio a España hasta el extremo de destruirla. Al menos, no toda y no todo.

Trataron de liquidar a la media España de derechas, de quemar en una pira la tradición romana y cristiana de nuestra nación, en un empeño típicamente dictatorial, con el anticlericalismo del XIX y la técnica genocida del siglo de Lenin, pero no era o no se pensaba como un plan secesionista, troceador y carnicero. La Guerra Civil que tanto buscó el PSOE de Largo Caballero y que, pese a la formidable oposición de Besteiro y un tercio del PSOE, finalmente consiguió para desgracia suya y nuestra era un proyecto de dictadura en nombre del proletariado, pero no de liquidación de España.

Esto, sí. La manifestación del 10 de marzo de 2007 será probablemente la más grande convocada por ningún partido político desde que nuestra Constitución de Cádiz garantizara el derecho de reunirse para hacer política con la protección de la Ley. Lo que ha ido a peor de aquella heroica España a esta cosa penosa gestionada por sus enemigos es evidente.

La razón para que la gente se eche mañana a la calle es que no sólo se está triturando la libertad política y la dignidad ciudadana, sino también el ámbito nacional que las hace legítimas y posibles. Hay muchas razones para manifestarse mañana. Las más nobles, España y la Libertad. La más triste, ay, contemplar lo que va de ayer a hoy.

Federico Jiménez Losantos
El Mundo, 9-3-2007

Especial 10M: ¡Preparados, listos!


Nadie va a poder evitar que el PSOE envíe a la Gran Manifa alguna piara subcontratada. Extrema izquierda que se hará pasar por una colección de devotos marianistas de extrema derecha. Sólo pueden venir de Ferraz. El grupo a simular no existe ni ha existido nunca en el mundo real; lo debemos a la fértil imaginación de la progresía de Cueto, que acuñó también la voz “ciberfachas” para referirse a los que aquí escribimos. ¡Cuántas ideítas, Cueto, cuánta creatividad malograda! Ondearán los farsantes banderas inoportunas, brazo en alto y cantando el Cara al sol: “¡Miren, miren, señores periodistas, fíjense bien, somos fascistas del PP! ¡Aquí, fotógrafo, aquí!”

Tampoco habrá modo de impedir que se reedite la más cansina injusticia de la prensa doméstica y domesticada, consecuencia de un exceso de bilis, de una carencia de lecturas o de una inmersión sectaria de aquí te espero. O de todo a la vez. Hablo de la omnipresencia de los comediantes de Blanco en las ilustraciones, compartiendo página con cronistas y columnistas programados. Esos que, sin importar lo que tengan delante, sólo ven abrigos de visón, pradas y guccis.

No sólo las becarias padecen ese grave sesgo perceptivo, querido Arcadi. El mal aqueja a redacciones enteras, corresponsalías, sección gráfica, máquinas, colaboradores externos, consejo editorial y firmas invitadas. Lo que le pasa al periodismo de aquí con “la derecha” habría interesado enormemente a la Gestalt.

– ¿Qué ve usted, señor periodista? – preguntaría el circunspecto psicólogo alemán sujetándose las gafas sin montura con el dedo índice sobre la nariz. Y mostraría la fotografía de unos muchachos normales y corrientes, sin identificación de clase social, sentados en el suelo frente al ministerio del Interior, entre velas encendidas y fotocopias de un retrato de Miguel Ángel Blanco.
– Veo un grupo exclusivísimo de pijos. Ostentan de su posición. Visten marcas de lujo. Son gente despectiva e insolidaria. Merecen un escarmiento, espero que la policía los haya dispersado.
– ¡En efecto, lo ha hecho! – constataría asombrado el alemán.

Y la psicología de la percepción venga a avanzar, y la credibilidad de la prensa española y la imparcialidad de la policía de Rubalcaba, como Tom Waits: Going down, down, down. Concluyo: si se topa usted, amigo, con fascistas conspicuos en las manifestaciones de viernes y sábado, no olvide darles recuerdos para Blanco y Rubalcaba, sus mandantes.

Juan Carlos Girauta
Libertad Digital, 9-3-2007

Feminismo cursi y demagogo

Cuando un político habla de "amor", lo más recomendable es llevarse inmediatamente la mano a la cartera. Posiblemente no haya nada más característico de las democracias inmaduras y los regímenes populistas que el continuo uso de los sentimientos por parte de los responsables políticos. El Estado es, por definición, el monopolio de la violencia legítima sobre un determinado territorio. Nada más alejado, por tanto, de ese "amor" que Zapatero echa tanto de menos en los populares que el ejercicio de la política. Cuando regulan nuestro comportamiento, al estilo Salgado, o nos cobran impuestos lo hacen mediante la amenaza del uso de la fuerza policial. No es mucho pedir que, al menos, no intenten enmascarar este hecho mediante una maraña de palabras cursi y demagógica de esas con las que el presidente del Gobierno tanto disfruta.

La izquierda populista no sólo no ha abandonado nunca esa perversión de usar los sentimientos como arma política, sino que lo han convertido en su principal argumento. Es la única manera que tienen de defender sus posiciones políticas pues, evaluada éstas con el frío termómetro de la realidad, no superan la prueba. En el ámbito de la mujer, trabajadora o no, las medidas de este Gobierno han resultado ser inútiles, cuando no contraproducentes.

Si a los hechos nos remitimos, la tan cacareada ley contra la violencia de género, que debía reducir brutalmente el número de agresiones y asesinatos cometidos por hombres contra sus parejas femeninas, ha sido lo que sus críticos augurábamos que sería: un completo fiasco. El número de mujeres asesinadas ha crecido, aunque no a la misma velocidad que las denuncias falsas, incentivadas por un engendro legal que destruye de un plumazo uno de los principios más básicos del Estado de Derecho, la igualdad de todos ante la ley.

No tendrá mucho mejor futuro la llamada ley de igualdad recientemente aprobada en el Senado, que impone la paridad en las listas electorales y pone un plazo de ocho años para que los consejos de administración de las empresas tengan un 40% de mujeres. Que la paridad entre hombres y mujeres no es una buena idea lo demuestra el mismo Ejecutivo de Zapatero, repleto de ministras incompetentes y con un porcentaje bien escaso de féminas en los escalones inmediatamente inferiores en la jerarquía. Las mujeres que acaben beneficiándose de esta norma, incluso las que hubieran podido acceder a esos puestos por sus propios méritos, serán miradas con sospecha y desdén, y su posición asignada a una obligación legal, jamás a sus capacidades.

Además, la retórica feminista suele estar acompañada, con notable frecuencia, de una completa hipocresía de quienes defienden a "la mujer" en abstracto mientras perjudican a mujeres de carne y hueso. Lo acabamos de ver con el caso de Anton Losada, ardiente defensor de campañas a favor del reconocimiento del trabajo en el hogar mientras su antigua asistenta lo denuncia por haber servido en su casa durante ocho años sin Seguridad Social para verse despedida en cuanto le pidió un aumento. Es la misma hipocresía que padece el "justiciero de las mujeres", que de boquilla condena la violencia "de género" con la mayor de las energías pero luego confía el asunto de mayor envergadura de esta legislatura, la negociación con ETA, al socialista vasco Jesús Eguiguren, condenado por maltratar a su esposa. Según la sentencia, "golpeó a su mujer con manos, paraguas y un zapato". No se sabe de ninguna feminista de cuota que haya exigido su expulsión del partido socialista.

Editorial de Libertad Digital, 9-3-2007

Acercamientos

El presidente del Gobierno es un libro abierto. No sólo respondió el miércoles a la bronca cerril y pendenciera de los senadores del Partido Popular con estas palabras inequívocas: «No es la primera vez que un Gobierno cede a un chantaje de ETA», dando a entender que otros gobiernos habían cedido al chantaje, sin que la hipótesis la desmintiera esta afirmación correlativa: «Es la primera vez que un partido responsable dice que el Gobierno ha cedido a un chantaje de ETA». No sólo. Sino que también basa su réplica en el acercamiento de presos decidido por el Gobierno de Aznar durante el secuestro de Ortega Lara.

Aunque sería preciso vincular nítidamente los traslados de presos con el secuestro del funcionario de prisiones, algo que ayer no hizo el presidente, supongamos que, en efecto, hubo un relación causa/efecto entre las dos maniobras. En ese caso el interés del Gobierno de Aznar habría sido evidente. Discutible, en razón de la razón de Estado, pero evidente: se trataba de salvar a uno de los nuestros. Aparentemente, poco tiene que ver el asunto con el caso De Juana. Creo que no es uno de los nuestros. Es más: el presidente ha dicho, una y mil, que el Gobierno ha actuado por razones humanitarias. ¿A qué, entonces, la invocación de los antiguos acercamientos?

A que el presidente es un libro abierto, sin más. También él ha querido salvar a alguno de los nuestros, decidiendo la excarcelación del terrorista. Es verdad que por la sofisticada persona interpuesta del terrorista; pero así ha sido y así se ha encargado de reafirmarlo en su intervención parlamentaria. Evitando la muerte del terrorista, el Gobierno cree que se evitarán otras muertes. Está en su derecho, y no es mi intención discutir ahora esa estrategia. Sí lo es, por el contrario, subrayar la pésima interpretación presidencial. ¡Zapatero habrá llegado a la ansiada política de la claridad, bien que por oblicuos y enrevesados caminos! Equiparando la política penitenciaria del Partido Popular y la suya propia y atribuyendo a las dos la misma raíz de cesión, el presidente dice en voz alta lo único que tenía que callar. Es decir, que sigue negociando con los terroristas, a pesar de Estacio y Palate y del derrumbamiento de la T-4. Y que, en consecuencia, su proclamada política de firmeza hasta que ETA no abandone total y definitivamente las armas es, una vez más, una muestra de «wishful thinking». Lo intenta, trata de hacerlo, pero a la hora de la verdad Zapatero no puede con su talante.

(Coda: «¡Oh!... ¡Si el señor C.... quisiese descender a ese terreno!... Pero el señor C. no descenderá, porque sería empequeñecer su misión, sería incurrir en el eterno 'más eres tú' de nuestros políticos clásicos». Wenceslao Fernández Flórez, Impresiones de un hombre de buena fe.)

Arcadi Espada
El Mundo, 9-3-2007

Especial 10 M: Silvia hoy tendría once años


Carta al Sr. Rodríguez Zapatero:

Quiero dirigirme a ustedes, ya que siento la necesidad de contar y transmitir a aquellas personas de bien, que puedan o quieran leer este artículo, como me siento en estos tristes momentos que estamos viviendo en nuestro país.

Soy Toñi Santiago, madre de Silvia, asesinada en Santa Pola (Alicante) el día 4 de agosto de 2002 por la banda terrorista ETA.


Sr. Zapatero, quiero que sepa que con su cobardía,
con su desvergüenza, con su indignidad, con su
maldito talante, con su pacto con los etarras, con
su declaración del día 29 de junio para iniciar el
proceso de dialogo, usted, transcurridos casi cuatro
años, ha vuelto a asesinar a Silvia. Usted sólo ha
conseguido que los sentimientos que tuve que vivir
aquella tarde del atentado, vuelvan a resurgir hoy
en mí. Sentimientos que todavía trato de canalizar,
después de casi tres años de ayuda psicológica y de
un tratamiento médico contra la
ansiedad. Con su gestión en la política
antiterrorista, ha conseguido que tenga el mismo
desprecio por usted que siento por los asesinos de
mi hija, de sus colaboradores y de quienes aplauden
y festejan los atentados y que, para mí, son tan
asesinos como aquellos que colocaron el coche bomba,
cargado con 50 Kg. de explosivo, debajo del balcón
de mi casa. Usted se ha puesto de rodillas ante esos
asesinos, usted y su gobierno han
claudicado ante esos canallas, pero por favor no nos
pida a las víctimas comprensión.


Sr. Zapatero, usted no cuenta con mi autorización
para negociar con la sangre de mi hija. Usted que
fue tan cobarde el pasado día 28 de junio de no
querer mirarme a los ojos en el Congreso de los
Diputados, usted que dio las ordenes oportunas para
impedir que accediéramos a las proximidades del
recinto con una corona de
flores, humillándonos y tratándonos como si fuésemos
delincuentes, usted no conseguirá silenciar mi voz.
En su anuncio de negociación, tan esperado por la
banda terrorista ETA, usted nombra a las víctimas
del terrorismo, a su memoria, a su dignidad y a su
honor.


Casualmente siempre olvida usted mencionar la
palabra "justicia".

En los dos años y medio que lleva en el poder, nunca
le he escuchado mencionar esta palabra cuando se
refiere a las víctimas. Justicia es lo que espero
conseguir contra los miserables que asesinaron a mi
hija, aunque pacte usted con ellos o con el
mismísimo demonio ... Por último le rogaría que no
hable usted tan alegremente del dolor de las
personas que hemos sufrido un atentado terrorista. A
mí, como madre de Silvia, me ha demostrado que no le
importa lo más mínimo el asesinato de una niña
inocente.


Sr. Zapatero, desgraciadamente para mí, todos los
días 4 de agosto que me queden por vivir tengo que
recordar que, ese fatídico día mi hija fue
brutalmente asesinada. En mi memoria quedará, que
mientras usted celebra alegremente su cumpleaños ese
día, en unión de sus dos hijas y de su esposa; a mi
hija, con seis añitos no le permitieron cumplir
ninguno más esos individuos con lo que usted ahora
negocia. A Ella y a todas las personas que fueron
asesinadas les va a tener que agradecer su
continuidad en el gobierno. No me queda la menor
duda de que esas ansias de poder es lo que le lleva
a usted a traicionar la memoria de las víctimas
inocentes.


Señor Zapatero, "NEGOCIACION EN MI NOMBRE NO".



Ciudadanos en la Red, se solidariza con Toñi, la mamá de Silvia, y contribuye a difundir su desgarradora carta; quién escribe estas líneas, tiene una hija de once años, como tendría Silvia, si estuviera entre nosotros. NEGOCIACION NUNCA, LA PAZ NO DEVUELVE LA VIDA A LOS NIÑOS, NI A LOS DEMAS