martes, 29 de mayo de 2007

«Ciutadans» afronta un futuro incierto al perder 22.500 votos de las autonómicas


ÁNGEL MARÍN. BARCELONA.

Los resultados de «Ciutadans» (C's) en las elecciones municipales del 27-M auguran un futuro incierto para el partido que lidera Albert Rivera en Cataluña y en su pretensión de implantar este proyecto político en toda España. No haber logrado ni un concejal en Barcelona ha sido un auténtico varapalo político para la dirección de C's, que ayer no pudo ocultar su desencato y desánimo por carecer de representación en el Ayuntamiento de la capital de Cataluña.

La nueva formación antinacionalista —que hace dos años impulsó una plataforma ciudadana integrada por Albert Boadella, Francesc de Carreras o »Arcadi Espada, entre otros intelectuales— ha conseguido únicamente 67.315 votos en los comicios locales —un 2,35% del total— en Cataluña frente a los 89.840 sufragios de las pasadas elecciones autonómicas —un 3,04 por ciento—.


En tan sólo seis meses, C's ha perdido el apoyo de más de 22.500 electores en el territorio catalán. Unos datos que la mayoría de líderes políticos interpretan ya como un «pinchazo» electoral pese a que C's cuenta con el apoyo de algunos medios de comunicación.

C's, que irrumpió por sorpresa en el Parlament con tres diputados, aspiraba también a modificar el mapa del poder local en Cataluña con su presencia en los 82 municipios que presentaron candidatura. Tan sólo tendrá representación en nueve de ellos.

El alcalde de C's, antes del PP

En el pueblo leridano de Gimenells i Pla de la Font, con 1.091 habitantes, C's ha obtenido cinco ediles, lo que le da la mayoría absoluta en este pequeño consistorio del Segrià. El ex alcalde popular de Gimenells, José Manuel Pardós Hernando, repetirá en el cargo, pero en este mandato por C's.

En la provincia de Barcelona, ha obtenido un edil en Castelldefels, Sant Boi, Viladecans, Gavà, Montornés , Sant Pere de Vilamajor y Sant Andreu de la Barca.



ABC

Tres facciones de Ciutadans inician la pugna por el control del partido a un mes de su congreso

El número dos de C's rechaza ahora dimitir pese a anunciar en abril su marcha

Barcelona. (EFE).- Tres facciones internas en Ciutadans - Partido de la Ciudadanía (C's) han iniciado ya, a un mes del congreso de esta formación, su pugna particular por hacerse con el control del partido y copar los puestos de la futura ejecutiva.

Un año después de su congreso fundacional, C's celebrará los días 30 de junio y 1 de julio su segundo congreso, en el que se renovarán los órganos de dirección y las distintas corrientes internas del partido medirán sus fuerzas, según han explicado a Efe diversos dirigentes de la formación.

Por un lado, el sector agrupado en torno al presidente de C's, Albert Rivera, espera consolidar sus posiciones de poder, pese a haber quedado algo tocado tras el fracaso en las últimas elecciones municipales de la candidata por Barcelona, Esperanza García, persona de confianza de Rivera, o de la 'alcaldable' por Cerdanyola, María Valle, que tampoco ha logrado representación en el municipio donde Ciutadans obtuvo los mejores resultados en los comicios catalanes.

En abierta disputa con Rivera por el mando del partido, el entorno del secretario general de C's, Antonio Robles, también luchará por hacer valer sus posiciones en el congreso del 30 de junio y 1 de julio. Precisamente Robles, quien anunció en abril su dimisión para después de las elecciones municipales y se desdijo posteriormente, continuará en su cargo al menos hasta el congreso del partido previsto para finales de junio.

Robles, promotor del partido Iniciativa No Nacionalista (INN) que se acabó integrando en C's, y el secretario de organización, el ex socialista Miguel Salmerón, lideran el sector más partidario de escorar explícitamente el partido hacia posiciones de centroizquierda y competir con el PSC por un espacio similar.

La tercera corriente interna que tratará de hacerse un hueco en la ejecutiva la integran los liberales, contrarios a encasillar el partido estrictamente en la izquierda, que cuentan con una presencia significativa en el consejo general de Ciutadans -máximo órgano entre congresos- y cuyos planteamientos tienen eco en la asociación Ciutadans de Catalunya, que agrupa a los intelectuales que apoyan externamente al proyecto político.

Además, la campaña de las elecciones municipales ha abierto la caja de los truenos dentro del partido, al surgir grupos críticos en determinadas agrupaciones de C's, como Cerdanyola, Sevilla o Madrid, cuyas denuncias contra la dirección han provocado en algunos casos la apertura de expedientes disciplinarios y la suspensión cautelar de militancia.

Robles continúa
Fuentes de la dirección de C's han explicado que en la reunión de ayer de la ejecutiva del partido, en la que se analizaron los resultados electorales, Robles confirmó su voluntad de seguir en el cargo y dio por zanjado su amago de dimisión de hace dos meses, cuando se sintió "desautorizado" por el presidente de la formación, Albert Rivera.

El detonante que le llevó a anunciar entonces su dimisión fue que, poco antes, Robles había destituido al gerente del partido, una persona de confianza de Rivera, quien revocó la decisión y restituyó al gerente sus funciones en el partido.

Robles remitió a Rivera una carta fechada el 4 de abril en la que anunciaba su dimisión, aunque aplazaba hacerla efectiva hasta el día después de las elecciones locales. "Hasta aquí hemos llegado, amigo Albert -empezaba el escrito de Robles-. Es curioso que la primera vez que impones autoridad, lo hagas para desautorizar al secretario general en la única decisión que ha tomado por sí mismo y sin tu aprobación".

Sin embargo, días después, Rivera y el grueso de la ejecutiva le convencieron para que reconsiderara su decisión de dejar el cargo.

En plena campaña electoral, Robles tuvo que comparecer en rueda de prensa junto a Rivera para desmentir su dimisión, aunque admitió que abandonar la secretaría general es una de las posibilidades que baraja de cara a un futuro cercano, para poder dedicarse plenamente a sus funciones de diputado en el Parlament.

Anteriormente, en los meses de enero y febrero, Robles había tenido que afrontar dos mociones de censura internas, que logró sortear, en sendas reuniones del consejo general de la formación.



La Vanguardia

Todos pierden en Cataluña


"...ha perdido Ciutadans y me temo que más de lo que ellos mismos se imaginan. Se han dejado una tercera parte de los 90.000 votos que les dieron tres diputados autonómicos hace apenas unos meses y eso cuando se está en la rampa de lanzamiento sólo puede deberse a un motor seriamente gripado."

A falta de la conclusión definitiva de estos comicios electorales (para mí, la cosa acaba de verdad cuando se constituyen los ayuntamientos y se configuran los nuevos equipos de gobierno municipal), ya podemos afirmar como una primera línea de trabajo que todas, absolutamente todas las grandes formaciones que se presentaban a estas elecciones en Cataluña han perdido.

Han perdido todos, de entrada, porque ha habido una abstención récord en esta convocatoria. La participación ha sido del 53,8%, ¡diez puntos por debajo de la media española! En Barcelona, el dato es escandaloso: la abstención ha alcanzado al 50,4% de los posibles votantes.

Nos estamos acostumbrando peligrosamente a estos altos índices de abstencionismo. Eso es malo. Podríamos decir, en descarga del actual tripartito, que ha puesto en marcha un riguroso estudio de las causas que desincentivan la participación ciudadana, pero no sé si una vez conocido el origen serán capaces de aplicar los remedios oportunos. En definitiva, entre otras cosas, hacer una política distinta que implique más al votante.

Han perdido los socialistas que se han dejado por el camino, entre las municipales de 2003 y las de este domingo, la friolera de 180.000 votos, pasando del 34% al 32,2%, lo que quizás impida la conquista de las diputaciones de Tarragona, Lleida y Girona.Han perdido, también, un concejal en Barcelona. Sin embargo, los hombres de Montilla pueden hacer una lectura global bastante positiva de los resultados de ayer, ya que consiguen 289 concejales más y reconquistan la ciudad de Tarragona, con lo que gobernarán en las cuatro capitales catalanas de provincia, manteniendo en general el control de sus feudos.

Ha perdido Convergència i Unió, que no ha podido frenar en estos comicios el lento declive que viene padeciendo, aunque los resultados de la ciudad de Barcelona, donde han ganado los tres concejales que ha perdido el conjunto del tripartito, maquillan un poco los datos. Pero CiU tiene hoy 303 concejales menos de los que obtuvo en las municipales del 2003 y ha perdido más de 67.000 votos. En unas elecciones en las que se presentaban como la fuerza necesaria para evitar la monopolización del país por el tripartito, los resultados de ayer suenan a una nueva derrota.

Las únicas ciudades de Cataluña en torno a los 50.000 habitantes en las que van a poder gobernar con mayoría absoluta son Tortosa y Sant Cugat del Vallès. Un pobre bagaje.

Han perdido claramente ERC y IC. Los primeros han sido abandonados por un 20% de los votantes, que lo hicieron en el 2003. Los segundos, por un 23%. Les queda el caramelo de que han engrosado sus registros de concejales con 305 y 59 nuevas actas, pero ambas formaciones han quedado muy por debajo de sus expectativas. Barcelona ha constituido para ambos una realidad demasiado cruda. Esperaban mejorar los resultados y han acabado perdiendo posiciones.

Ha perdido el PP: Un 21,5 por ciento menos de votos, un 19% menos de concejales. Tamaña sangría cuando ya se parte posiciones muy testimoniales para lo que deberían ser en Cataluña los resultados de una formación que es la alternativa de gobierno en España supone un fracaso sin paliativos.

Y ha perdido Ciutadans y me temo que más de lo que ellos mismos se imaginan. Se han dejado una tercera parte de los 90.000 votos que les dieron tres diputados autonómicos hace apenas unos meses y eso cuando se está en la rampa de lanzamiento sólo puede deberse a un motor seriamente gripado.

JUAN GARCIA
El Mundo, 29-05-2007

Todos navarros

Gusten más o menos, espanten poco o mucho, los resultados electorales de ayer, el proceso político no se detiene. Si los navarros tenían ante sí la posibilidad de salvar los muebles o de quemarlos, esa salvación o ese incendio nos afecta, hoy más que nunca, a todos. Y no sólo por la venerable antigüedad del Viejo Reino en los comunes destinos y azares españoles, sino porque el proceso de anexión al proyecto separatista euskonazi es sólo una pieza más en el despiece general. Hay otras comunidades como la balear, gemela de la navarra en la estrategia anexonista del pancatalanismo, que tienen la misma importancia en esta carnicería naziprogre de España. Navarros somos todos.

Para el PSOE ya no se trata de ganar unas elecciones, sino de conseguir que el PP no alcance la mitad más uno de los votos, para así poder coaligar todas las fuerzas de izquierda, nacionalistas, separatistas e incluso terroristas contra la alternativa de poder, cambiando sobre la marcha el régimen constitucional y liquidando su base nacional. Ese proceso, en marcha desde el Pacto del Tinell y el repacto de Carod-Rovira con ETA en Perpiñán, adquiere desde el 11-M y la gigantesca manipulación posterior a la masacre (que llega hasta hoy) una dimensión inédita en la más antigua de las naciones-estado de Europa y uno de los pocos países decisivos en la Historia del mundo. No hay precedentes de un proceso de suicidio colectivo tan criminalmente imbécil como el nuestro. Tampoco lo hay de las muchas oportunidades de haberlo detenido que se están brindando a las instituciones y al electorado, sin que hasta ahora se den por enterados.

Dada esta peligrosa ley electoral que prima a todos los oportunistas políticos o económicos, pero que ni PP ni PSOE han querido cambiar, los pactos postelectorales son casi tan importantes, a veces más, que las elecciones mismas. Tanto en alcaldías importantes como en comunidades autónomas relevantes, si alguna no lo fuera, van a producirse a partir de hoy, 28 de mayo, los acuerdos de gobierno que ha dejado claramente estipulados una mayoría absoluta de los electores o que están dispuestos a estipular, a veces en contra de la mayoría de los electores menos uno, ciertas fuerzas políticas menores cuya importancia resulta hipertrofiada, disparatada, elefantiásica. Lo único que queda claro es que todo sigue igual de oscuro, que el proyecto de liquidación constitucional y disolución nacional anunciado por Cebrián y González en su opúsculo El futuro ya no es lo que era y desarrollado por Zapatero en sus más humillantes términos ante los carniceros de ETA, sigue adelante con todas sus consecuencias. Y que media España no quiere enterarse o disfruta ejerciendo el derecho a una muerte indigna.

Federico Jiménez Losantos, Comentarios liberales
El Mundo, 28.05-2007

UN APRETADO TRIUNFO DEL PP QUE LE POTENCIA DE CARA A LAS GENERALES


Aunque no sea una muestra representativa de todos los españoles, el 76% de los internautas de este periódico sostenía que han pesado más los asuntos de política nacional que los locales en estas elecciones municipales y autonómicas. Evidentemente no era eso lo que estaba en juego, pero ese alto porcentaje ilustra sobre el ánimo con el que muchos ciudadanos acudieron a las urnas.
Siguiendo el criterio fijado por el propio presidente del Gobierno, el PP ha ganado sus primeras elecciones desde marzo de 2000 al superar por unos 150.000 votos al PSOE en el conjunto de todos los municipios de España. Rajoy logra romper así la racha de derrotas en las municipales de 2003, en las generales de 2004 y en las europeas de ese mismo año.

La serie histórica indica que quien gana en número de votos en las municipales gana después en las generales. No hay ni la menor duda de que el PP está más cerca de ese objetivo tras los comicios de ayer, aunque el estrecho margen de su triunfo obliga a sus dirigentes a mantener los pies en el suelo.

Madrid fue decisivo

Se trata también de la primera derrota del PSOE desde que Zapatero fue designado como líder en julio de 2000. Esa derrota ha sido especialmente humillante en Madrid, donde Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón han arrasado a los candidatos socialistas, obteniendo los mejores resultados de la historia. Los votos han puesto en su lugar a Miguel Sebastián -una apuesta caprichosa y arriesgada del presidente- y a su juego sucio. Sebastián ha perdido 140.000 votos respecto a los logrados por Trinidad Jiménez, prácticamente el mismo margen por el que el PP ha aventajado al PSOE a nivel nacional.

El PP ha logrado vencer en mayor número de capitales de provincia que el PSOE, pero éste puede recuperar el gobierno municipal gracias a pactos en ciudades como Palma, Vigo, Toledo, Orense, Vitoria, León, Logroño, Jaén y Zamora, entre otras.

El PSOE obtiene unos buenos resultados en Canarias, donde pasa a ser el partido más votado, y consolida su poder en Asturias, Extremadura, Aragón y Castilla-La Mancha. El PP lo hace en Madrid, Castilla y León, Valencia, Murcia y La Rioja, en todas con mayoría absoluta.

El partido de Zapatero podría volver a gobernar en Baleares, donde Jaume Matas pierde su mayoría por un escaño. El PSOE queda en condiciones de reeditar el desastroso Pacte de Progrés de hace ocho años, aliándose con el PSM, UM y otros pequeños partidos de las Islas. Matas ha estado muy cerca de revalidar la mayoría, pero al final no va a poder gobernar por un puñado de sufragios pese a haber aumentado en porcentaje de votos.

El peor revés sufrido por Mariano Rajoy es la pérdida de la mayoría absoluta en Navarra. UPN consigue mejorar incluso los resultados de hace cuatro años, pero, tras el descenso de sus socios de CDN, difícilmente podrá gobernar si el PSN se alía con Nafarroa Bai, que logra un fuerte ascenso electoral, e IU. Lo mejor que podría pasar en esta comunidad es un Gobierno de coalición entre UPN y PSN, que proporcionaría estabilidad política y tranquilizaría al amplio sector de la sociedad navarra que se identifica con la Constitución y no quiere experimentos.

Intolerable intimidación

El País Vasco y Navarra fueron las excepciones en la normalidad que reinó en los colegios electorales del resto de España. Grupos de manifestantes con pancartas increparon en el interior de esos colegios a los candidatos y militantes de los partidos democráticos, a los que insultaron y coaccionaron ante la pasividad de la Ertzaintza.

Líderes políticos como los nacionalistas Josu Jon Imaz e Iñaki Azkuna, los socialistas Patxi López y Odón Elorza, Javier Madrazo, de EB, los populares Alfonso Alonso, Ramón Rabanera y otros muchos fueron coaccionados mientras votaban por personas que les mostraban carteles de ANV y les insultaban a muy escasa distancia.

Las vergonzosas e intolerables escenas que se pudieron ver ayer en todo el País Vasco y en algunas localidades navarras dan la razón a Fernando Savater y los promotores de su nuevo partido que denuncian la falta de las libertades más esenciales en dicha comunidad.

Si ayer hubiera habido en las mesas del País Vasco observadores internacionales, no hay duda de que habrían pedido la nulidad de las elecciones tras asistir a ese bochornoso espectáculo que resultaría insólito incluso en una dictadura bananera.

El primer responsable es el Gobierno vasco pues la pasividad de la Ertzaintza al tolerar la entrada de esos grupos violentos en los colegios resulta injustificable. Pero también Zapatero tiene una buena parte de la culpa por su permisividad hacia una izquierda abertzale que muerde la mano de sus protectores.

Si los incidentes de ayer se hubieran producido por la ilegalización de todas las listas de ANV, por lo menos los demócratas tendrían su compensación. Pero lo peor es que, además, la izquierda abertzale ha logrado una importante representación municipal, que le asegura poder y recursos económicos. En Pamplona, por ejemplo, ANV tiene la llave de la alcaldía.

Otro aspecto negativo de la jornada de ayer fue el descenso de casi cuatro puntos respecto a la participación de hace cuatro años. Fueron a votar el 63% de los ciudadanos, pero este porcentaje fue sensiblemente menor en Cataluña, donde el 46% del electorado se abstuvo. Ello significa que hubo 800.000 catalanes menos que acudieron a las urnas que en las anteriores municipales. Cada voto que se pierde hace un poco más débil el sistema democrático.

Editorial de El Mundo, 28-05-2007

A medir


"El PP es el primer partido de España en militantes y votantes. Su timonel ha atravesado tempestades sin cuento y ha obtenido la primera victoria popular en siete años. Suya es. Y más en estas primarias."

El PP es el primer partido de España en militantes y votantes. Su timonel ha atravesado tempestades sin cuento y ha obtenido la primera victoria popular en siete años. Suya es. Y más en estas primarias. El más notable dato electoral lo ofrecen el anemómetro y la veleta. Soplan, en efecto, fuertes vientos de cambio. Si se cumple la tradición y las municipales señalan el resultado de las generales, 2008 será el año del regreso del PP al gobierno de la Nación. O 2007, si Rodríguez anticipa convocatoria. El PP es el primer partido de España en militantes y votantes. Su timonel ha atravesado tempestades sin cuento y ha obtenido la primera victoria popular en siete años. Suya es. Y más en estas primarias.

El barómetro navarro acusa la tremenda presión del nacionalismo vasco, que, no contento con aislar a su comunidad de la democracia, se dispone a perpetrar un Anschluss corrosivo. Es tarea urgente que el ciudadano comprenda cuán diferente puede ser el resultado de la acometida si es Rajoy y no Rodríguez quien habite La Moncloa a la hora de la verdad. Rajoy y Rodríguez: el ser y la nada.

En cuanto a las lluvias torrenciales de Madrid, despejan definitivamente el paisaje. Confirman la excelente gestión de Esperanza y el franco reconocimiento social de la misma. También la resistencia a la izquierda de las zonas más prósperas de España; ahí está Valencia. En cuanto al Ayuntamiento, la bochornosa derrota de Miguel Cuánto es la del propio Rodríguez, su amigo y valedor, su vecino de despacho conspirativo y su maestro de estilo (realismo sucio).

No compareció un meteoro que pudo trastornar el mapa electoral: "El Niño", es decir, los casi dos millones de nuevos votantes, cuya tendencia, obviamente, se ignoraba. O no han votado, o su voto se reparte sin altibajos: no hubo catástrofe. No vaya a ser que el mecanismo funcione a la inversa y sea "El Niño" el que necesite las catástrofes para movilizarse, como ocurrió el 11-14-M, que despertó justamente a un millón y medio de niños dormidos.

Del microclima catalán destaco un par de rasgos. La abstención masiva define ya cualquier convocatoria en el Principado y reafirma la tesis Matrix. El PP mantiene el tipo en plazas tan señaladas como Barcelona y Tarragona, y asciende significativamente en Badalona. Alberto Fernández, Alejandro Fernández y Xavier García Albiol son tres magníficos ejemplos de la oportunidad de mantener un discurso ajeno al establishment, pegado a la realidad y sin complejos.

Juan Carlos Girauta
Libertad Digital, 28-05-2007