lunes, 10 de septiembre de 2007

Pro y contra

Reconozco que me cuesta seguir con sosiego las declaraciones de los impulsores del nuevo partido político. Acaso, por eso, no puedo dejar de preguntarme: ¿Cuáles son las peores consecuencias que puede traer esta iniciativa política de Rosa Díez y compañía? Contesto de modo contundente y casi dogmático: Desaparición del leve tejido político de la sociedad civil, el nacimiento de un aborto político y la derrota del partido de la oposición en las próximas elecciones de marzo. Es difícil ser más pesimista, pero creo que este pronóstico tiene cierta base empírica y un poco de racionalidad.

Es evidente que ya ha desaparecido una iniciativa civil contra el terror. Sus bases civiles han sido transformadas en las rampas de lanzamiento de un nuevo partido político. El destrozo de las iniciativas políticas surgidas de la sociedad civil en el proceso de la lucha contra el terrorismo de ETA es irreparable; en efecto, una vez desaparecido el ámbito cívico de ¡Basta ya!, ahora le tocaría el turno, con su correspondiente e ineludible agonía, al Foro de Ermua. Ese proceso puede durar más o menos tiempo, pero no parece que pueda detenerse con facilidad. Ojalá me equivoque, pero la obstinación del presidente del Foro de Ermua por compatibilizar su presidencia con la pertenencia al nuevo partido por un lado, y la acritud de sus declaraciones contra el PP y algunos de sus compañeros de la Junta Directiva por otro, no parecen contribuir demasiado a detener ese proceso de enfrentamiento y ruptura entre los miembros del Foro de Emua.
Naturalmente, tampoco ese tono desabrido adoptado por Buesa ayuda a fomentar la relación más o menos civilizada y sensata que todo partido moderno debe estimular en las relaciones personales entre miembros de diferentes partidos políticos, pues que una cosa es tratar al competidor electoral como adversario político y otra muy distinta es estigmatizarlo como un enemigo irreconciliable. En todo caso, admito que el comportamiento de Buesa es aún empeorable, porque lo dicho por éste contra el PP reviste cierta finura, comparado con el ataque gratuito que Martínez Gorriarán ha lanzado contra San Gil y Abascal, políticos del PP en el País Vasco.
En todo caso, con estas declaraciones de Martínez Gorriarán y Buesa el nuevo partido parece estar antes enfrentándose al PP que al POSE, antes disputando el voto por el que lucha el PP que por el conquistado por el PSOE, antes, en fin, su izquierdismo los obliga a criticar, por encima de otras consideraciones nacionales y democráticas, al partido de Rajoy que al partido del Gobierno. Quizá sea una consecuencia indirecta, algo no premeditado, pero el nuevo partido ya muestra demasiadas señales que nos obligan a alertar a quienes creen que restará votos al PSOE. No, no, la presencia de la nueva fuerza política puede restarle al PP algo más que unos miles de votos. Quizá impida que gane por mayoría absoluta el PP. Con todo, eso no sería la peor de las consecuencias, sino que la nueva fuerza política habría nacido tan muerta que, después de las elecciones, desaparecería con más pena que gloria de la escena pública.
Ojalá me equivoque. Pero, a tenor de lo visto este fin de semana, me temo lo peor.

Agapito Maestre
Libertad Digital, 10-09-2007