sábado, 15 de septiembre de 2007

Asturias. La gozosa decadencia (I)

Asturias está de moda y las sobredosis de autoestima se pueden medir, como suele ocurrir con estas cosas, por la manipulación y la ocultación de la verdad; eso que no es exactamente la mentira aunque sí la antesala de ella. Nos enteramos de que el Dr. Luis Andrenio, de Gijón, ha sido sancionado por obcecarse en tratar a sus enfermos más allá de los cinco minutos que marcan las normas de la medicina pública asturiana. Pero el pequeño detalle es que nos enteramos de eso porque el galeno, en un gesto tan caro -no de querido, sino de costoso- como inaudito, puso un anuncio de pago en un diario local.

(Sospecho que este pequeño detalle debe estar estudiándose en más de un departamento publicitario de los grandes periódicos, porque imagínense que fuente de ingresos monumental el que los ciudadanos agraviados o jodidos tras un suceso, pusieran su recuadrito de dos módulos, o mejor de tres, con un ligero descuento, y luego lanzáramos a los audaces reporteros a seguir el tema; una noticia, doble rentabilidad). Por supuesto que el asunto sigue su curso; es decir, un puñado de gente se solidarizó con el médico represaliado, pero ni autoridad alguna, ni político en ejercicio, ni asociación mafiosoprofesional de postín, ha exigido una rectificación. El poder en Asturias es impune e implacable con la disidencia.

Da lo mismo que sea presidente de la Comunidad que alcalde de pueblo; el poder en Asturias es inaccesible a los mortales de a pie. O para ser más exactos, la arbitrariedad del presidente de la Comunidad se traslada, como muestra de ejercicio del poder, a todo alcalde de pueblo que se precie. Por ejemplo, los nombramientos se hacen en función de asegurar que los amigos del presidente no se queden fuera de la pomada y así se acaba constituyendo una red clientelar, de fidelidad lacayuna; yo te aseguro el condumio -y como es sabido en Asturias el condumio es abundante- y tú me eres fiel. ¿Cómo se aplica esto a los alcaldes? Pues a su escala y nivel; la industria del ladrillo se ha convertido en fuente nutricia de muchos ayuntamientos asturianos, lo que consiente que se enriquezca el primer edil y reparta suertes entre los suyos y sus familias. Se podría hacer un listado de nombres y lugares, pero no tendría mucho sentido aquí. Lo que sí creo que lo tiene son las formas que adquiere la impunidad. Un médico sancionado por exceso de celo hacia sus pacientes debe poner un anuncio en los diarios, pero un as del volante como Fernando Alonso puede obtener de los diarios asturianos hasta ¡un editorial! El periódico más leído e influyente de Asturias dedicó un indignado editorial -"Alonso, víctima de una cacicada"- para denunciar no sé qué decisión de los organizadores internacionales de las carreras de coches que perjudicaba al piloto ovetense. ¡Un editorial para denunciar la conspiración del mundo mundial contra el joven corredor! No creo que haya otro precedente de este ejercicio de orgullo patriótico y de autoestima patética que aquel otro, atribuido a un diario extremeño hacia 1945, cuando el editorialista, indignado por la escasa atención que le prestaba el lejano Japón imperial en guerra con los Estados Unidos, empezó así su alegato. "Si el Almirante Tojo hubiera leído nuestro editorial de ayer...".

Tiene que haberse deteriorado mucho el ejercicio de la profesión periodística y el papel generador de opinión pública de la prensa para que un diario local, el más influyente con mucho de toda Asturias, incluya cinco fotos, cinco, y en cinco diferentes páginas, con obvia presencia en la primera y a varias columnas, del señor presidente de la Comunidad, Tini Areces, viejo conocido mío por lo demás, y que nunca me hizo mal ni bien (esto es obligado ponerlo en Catalunya, porque en cierta ocasión y en este mismo diario donde escribo, un tan conocido como mediocre político catalán, Felip Puig, llamó a un directivo para preguntarle qué me había hecho él a mí, como si lo de escribir de un zafio incompetente fuera tarea de amigos y enemigos, como en los juegos de niños). No estoy hablando de período electoral, ni de folleto publicitario a insertar, sino del diario La Nueva España del pasado miércoles, 12 de septiembre. Cinco fotos, cinco, portada incluida. ¡Así cualquiera!

Y si cito a un diario en concreto, donde por cierto tengo -o tenía hasta ahora- un buen puñado de amigos, es porque no hay otra forma donde pueda expresarse la opinión pública. ¿Dónde podrían hacerlo? En ninguna parte fuera de pagarse un anuncio publicitario. Lo primero que hace un presidente autonómico impune para garantizarse una cierta eternidad en el cargo es inventarse una televisión autonómica. Asturias acaba de inaugurarla, para vanidad de su presidente y despilfarro de la comunidad. ¿Y qué hace la oposición? Si hay algo ajeno a la opinión pública ciudadana son los partidos políticos asturianos, los que conozco, desde el PSOE, auténtica troupe siciliana encabezada por los Fernández Villa y familia, seguida de los Areces y familia, los Trevín y familia, y los Fernández a secas, formándose como familia... Pasando por Izquierda Unida, que es lo más parecido a la sección de Coros y Danzas locales, defensores de todos las tradiciones, desde el traje astur con montera picona a himnos y banderas, hasta el punto que cabría decir que los comunistas asturianos -los que no salieron corriendo hacia el PSOE, como hizo la mayoría- son la primera organización conservadora del Principado; parecen personajes salidos de una novela de Palacio Valdés.

Los conflictos de familia en el PSOE asturiano podrán llegar hasta el escándalo, pero pase lo que pase, jamás de los jamases cabe en cabeza de asturiano alguno que pueda ser vencido por el Partido Popular, a menos que traigan a alguien que supere el panfilismo de los populares locales. Es curioso cómo el Partido Popular en Asturias, desterrado Álvarez Cascos por exceso de celo y desinterés en la cosa, es lo más parecido a la página no escrita por Darwin a propósito de las especies torpes que ocupan huecos biológicos, donde se enquistan, como los pingüinos. Asturias está dominada por el clientelismo del PSOE, con una reserva para indios de lujo con pedigrí derechista, de toda la vida, Oviedo, donde confío detenerme con mayor hondura en el segundo capítulo de esta breve serie.

Asturias está abocada a convertirse en un gran parque temático, pero ocurre que la autoestima crea algunas asintonías de difícil solución. La primera y fundamental es la conversión del orgulloso espécimen astur -vacilante heredero, convicto y confeso, de Don Pelayo y sus bárbaras mesnadas; no olvidemos que a la sazón la cultura era musulmana, ¡una putada del maligno!-. Difícil tarea convertir ese tipo, al que alguien engañó hace ya muchos años -y él feliz de que le engañaran y que además le dieran tortos de maíz- diciéndole que debía medirse con el mundo. La verdad es que el mundo llegaba a Pimiango por Oriente y a Los Oscos por Occidente, pero resulta duro decirle que debe adaptarse a ser camarero. Camarero indolente, y hasta farruco, faltón si se quiere, pero camarero. Esta es la gran verdad que el mundo astur, sus líderes, sus padres putativos y patrióticos, su autoestima kilométrica, no pueden aceptar. ¿Nosotros, camareros? De eso nada, los traeremos de Latinoamérica o de Rumanía o de donde cojones sea, pero nosotros camareros nunca. Todo lo más, jefes de camareros, pero camarero de tropa, jamás. Y así estamos, adviniendo lentamente a la condición de camareros jefes. Liquidaron la extracción minera, la producción lechera, y están en trance de hacer lo mismo con el vacuno, la ganadería en general y por supuesto la agricultura. Cuando escucho la emoción de los catalanes y catalanas haciéndose mieles de la hermosura del paisaje astur me da un vahído. Los prados abandonados a la espera del constructor que los pague bien para construir adosados, los paisanos discutiendo sobre si el lobo hay que marginarlo, incorporarlo a la vida rural o ponerle heladerías por la montaña para que no se aburra. Aseguran que la cadena de supermercados "Alimerka" tiene más empleados que cualquier otra empresa. Un parque temático precioso, donde si al final se animan los de Izquierda Unida, los paisanos asumirán con orgullo y autoestima patriótica -¡puxa Asturies, borracha y dinamitera!- que deberían recibir a los turistas vestidos de porruanos o de vaqueiros de alzada, y las mujeres con los trajes de moza y la enagua bien planchada, que dice la tonada. ¡Qué bien se muere Asturias! La gente se va y vuelve en el verano, porque el gran publicitario de la España sin complejos, un leonés, Zapatero, ha afirmado este verano cuando llegó a Los Oscos, en helicóptero, porque de haberlo hecho por carretera aún estaría llegando, "a Asturias siempre se vuelve". Genial. Ser asturiano está de moda y sus políticos aseguran que son la sal de la tierra. Tienen una princesa, un piloto de excepción, un paisaje para gozar, una comida de primera calidad, unos premios tan cosmopolitas que incorpora a Bob Dylan -nadie ha osado recordar que el promotor fue el miembro del jurado don Rodrigo Uría, recientemente fallecido y con bufete en New York-, unos políticos que se desviven de asturianía y unos ciudadanos atigrados a los que alimentan con mentiras, como a los animales esclavos.

Lo primero que hay que hacer a una sociedad complicada y en pleno y absoluto proceso de decadencia es caparla. Cortarle todas las vías de solución broncas -reconstruir su fuerza de antaño, por ejemplo- y domesticarla asegurándole que son la sal de la tierra y que todos en España les tienen mucho miedo. ¡Uf, la Asturias del 34 y la del 36! Y no digamos la valiente del 62 y del 64, antes de que de aparecieran los Fernández Villa y los Alfonsos Guerras para crear la Sagrada Familia del Sindicalismo sin obreros. ¡Qué miedo nos tienen! La verdad es que ninguno, y eso ha permitido que Asturias pasara de ser un lugar histórico y hasta legendario de la izquierda transformadora a un parque temático donde te cobran la entrada por ver a los tigres de antaño convertidos en contadores de historias y aparcacoches en Covadonga. Nadie es dueño de sí mismo si le subvencionan.

Gregorio Moran
La Vanguardia 15-09-2007