lunes, 7 de abril de 2008

Carne trémula de la derecha acomplejada

El PP de Rajoy es un ente difuso, un espectro abocado al fracaso, no ha habido suficiente honestidad como para decir “hasta aquí hemos llegado, que otro capitán marque el rumbo”.

Egocentrismos. No debería haber más oportunidad para quien no supo aprovechar

Endiosados líderes que se creen con derecho a llevar a un partido a la ruina, sólo por cumplir su vano sueño: habitar en La Moncloa y sus estancias redecorar.

Ni Sorayas ni mandangas. Mientras el no-líder sea el mismo, de nada servirá lavar la cara a un PP que durante años nada hizo por ser una oposición constructiva.

Rajoy tuvo su tiempo, y su escasa sangre horchatada no hirvió en las venas para dar un impulso a su barco, un velero que dejó a merced de las corrientes, sn tomar él el timón. Cobardía mostró, por no enfrentarse a las fuerzas oscuras que gobernaban el PP por él, en su nombre. Apatía, abulia, es lo único que me inspira.

¿Liderazgo? Ninguno. Un líder no se deja llevar, un líder arrastra tras de sí.

Rajoy debe dejar paso a un verdadero líder, a la esperanza o a la gallardía, lástima de años, un rato perdido, pues hay buenos valores en el PP, pero no son Sorayas ni otras zarandajas.

Rajoy se me asemeja ya a a esos seres gafados, por la mano de un destino fatal marcados, que nada hacen por salir de su entierro en vida, sino que por contra se resignan, y de mártires la pose adoptan.

No me inspiran compasión, ni pena, ni tristeza, aquellos que a la ruina llevan a otros por su indulgencia, su blandenguería y ausencia.

Rajoy, tan sólo espero y deseo, que en vuestro próximo congreso, alguien con apostura, una buena patada te de en el trasero.

Fuego Cruzado de Raúl Tristán