viernes, 2 de mayo de 2008

ZEITGEIST


ZEITGEIST - Official Release in Spanish (subtítulos en Español) - 1:56:23

Squaro

Squaro

Squaro

Squaro es un sencillo juego de lógica estilo buscaminas en el que hay que marcar las intersecciones de las casillas en blanco y negro de modo que el número de esquinas de cada una de ellas sea el indicado en el interior.

"Los niños pobres, que son quienes menos han contribuido al cambio climático, son los que más sufren sus consecuencias"

Oh, sí, sí. El principal problema de los niños que viven en los países pobres es el cambio climático. Claro que sí, hombre. ¿Y quién lo dice? Pues el jefe de la Unicef en el Reino Unido. Se ve que se está quedando sin pasta y quiere más. Nada como salir a los periódicos a lloriquear y a asustar al personal. Y si metes a los niños por medio, ya no te digo nada.

Los niños pobres de Africa solo tienen ese problema: que son pobres. Que viven en países donde al libre mercado ni está ni se le esperá. Países donde no existe Justicia, ni libertad. Lo que sí suele existir en estos países es burócratas que acceden al poder estatal para robar todo lo que se puede. Eso, en el buen caso. En el malo, a destrozar la economía y a arruinar el país. Por ejemplo, Mugabe en Zimbabue.

Naturalmente, en la noticia de El Mundo no podía faltar la manipulación progre: "algunos ecologistas afirman que la subida de dos grados Celsius es inevitable, independientemente de las acciones que sean implementadas en la actualidad". Es una mentira como una catedral, difundida por la ecoprogresía catastrofista, la misma que en los 70 nos decía que el planeta se helaba.

Resulta, sin embargo, que acaba de salir un artículo en Nature, que demuestra que la temperatura global no ha aumentado en los últimos 10 años, y que es probable que en los próximos 10 tampoco lo haga. En el blog de Anton Uriarte podreis encontrar una gráfica muy esclarecedora. Ni que decir tiene que ni El Mundo, ni El País, ni las televisiones progres se han hecho eco de este estudio. Simplemente, está en contra de todo lo que ellos han estado publicando los últimos 5 años, así que no se publica y se acabó.

El Fin del Mundo será una consecuencia de la Guerra de Irak.

Cólera de un pueblo, certeza de una nación. Por Arturo Pérez-Reverte.

En este año se cumple el 200 aniversario del 2 de Mayo en Madrid, una fecha políticamente incómoda, manipulada históricamente y usufructuada por los distintos regímenes, partidos e ideologías desde entonces.

Pocas fechas han sido tan interpretadas y manipuladas como el 2 de Mayo de 1808. Aquel estallido de violencia en Madrid tuvo consecuencias extraordinarias que hoy marcan todavía la vida de los españoles. Esa es la razón de que, durante 200 años, esa jornada haya venido siendo caudal histórico abierto a diferentes interpretaciones, materia apropiable por unos y otros, instrumento ideológico para las diversas fuerzas políticas implicadas en el proceso de construcción, consolidación y definición del Estado nacional.

El 2 de Mayo es una fecha políticamente incómoda. Lo fue ya desde el primer momento, aquel mismo día. Los madrileños, que como el resto de España habían sido incapaces de reaccionar ante la invasión napoleónica, estaban perplejos, también, ante la invasión de las ideas. Lo único claro para ellos era que las tropas francesas actuaban como enemigas, y que la paciencia ante tanto desafuero y arrogancia desbordaba el límite de lo sufrible por aquel pueblo inculto, sujeto a la tradición monárquica y religiosa. Su ira era más visceral que ideológica.

Como han señalado historiadores lúcidos que vieron más allá del lugar común de la nación en armas, sólo dos minorías perspicaces, la profrancesa y la fernandista -unos mirando hacia el futuro y otros hacia el pasado-, advirtieron lo que estaba ese día en juego; del mismo modo que más tarde, en Cádiz, sólo otras dos minorías inteligentes, la liberal y la servil, comprenderían la oportunidad histórica de aquella guerra y de aquella Constitución. La gran masa de españoles, el pueblo ignorante que peleó en Madrid y luego en toda España durante seis años más, intervenía sólo como actor, voluntario o forzoso, en la cuestión de fondo: no se trataba de la lucha de una dinastía intrusa frente a otra legítima, sino de un sistema político opuesto a otro. La pugna entre un antiguo régimen sentenciado por la Historia y un turbulento siglo XIX que llamaba a la puerta.

La épica jornada de Madrid ha sido trastornada por su propio mito. La gente que salió a combatir lo hizo por su cuenta y riesgo. Fue el pueblo humilde quien se hizo cargo, a tiros y puñaladas, de una soberanía nacional de la que se desentendían los gobernantes. La relación de víctimas prueba quiénes se batieron realmente: chisperos, manolas, rufianes, mozos de mesón, albañiles, presidiarios, carpinteros, mendigos, modestos comerciantes. El 2 de Mayo fue menos un día de gloria que un día de cólera popular que apenas duró cinco horas. Eso limita el ámbito inicial del mito, pero engrandece la gesta. Además, hizo posible lo que vino después: una epopeya nacional extraordinaria. Aquella jornada callejera, con sus consecuencias, dio lugar al 3 de mayo. Y a partir de ahí, de modo espontáneo y solidario, una nación entera se confirmó a sí misma sublevándose contra la invasión extranjera, y arrastró a los tibios, a los indecisos y a muchos de los que, por sus ideas avanzadas, estaban más cerca de los invasores que de los invadidos.

Un hecho singular es que, en estos 200 años, el 2 de Mayo no ha sido patrimonio exclusivo de ninguna fuerza política española; todas procuraron hacerlo suyo en algún momento. En los primeros tiempos, no sin cierta prudencia, la monarquía absolutista y la Iglesia católica lo reclamaron como propio. Luego tomaron el relevo los liberales. La España fiel a la Constitución de Cádiz volvió a hacer suya la insurrección, planteándola de nuevo como hazaña cívica de un pueblo soberano que habría peleado, heroico, para labrar su destino: una nación moderna, responsable, hecha por ciudadanos libres de cadenas.

También resulta esclarecedor el modo en que se han considerado las figuras de los capitanes de artillería Luis Daoiz y Pedro Velarde. Ya desde el primer momento, el absolutismo halló en ellos un argumento que oponer al del pueblo de Madrid como protagonista único de la jornada. Lo paradójico es que, del mismo modo, los militares liberales que durante el siglo XIX se pronunciaron por las nuevas ideas y el progreso también se justificaron mediante Daoiz y Velarde: modelos de oficiales que, poniendo a la nación de ciudadanos por encima de reyes y jerarquías, abrazaron la causa de la libertad y dieron la vida por ella, junto a un pueblo fraterno, protagonista de su destino. Lo mismo harían luego, con opuesto enfoque, Primo de Rivera y el general Franco.

Con el tiempo, la fecha del 2 de Mayo quedó, a menudo, englobada en el marco general de la guerra de la Independencia, como simple primer acto de ésta. Eso era más fácil de asumir por todos, y ahorraba debates. Frente a la realidad de unos pocos madrileños ignorantes, fanáticos del trono y la religión, saliendo a pelear ese día contra los franceses mientras el ejército permanecía en sus cuarteles y la gente de orden se quedaba en casa, el marco general de la guerra, la espontánea solidaridad épica y el esfuerzo común contra los invasores proporcionaban, en cambio, un espacio sólido; una indiscutible certeza de nación en armas y consciente, o intuitiva, de sí misma. De ese modo, hasta los carlistas hicieron suya la fecha. Tranquilizaba recurrir a palabras como abnegación, sacrificio y lealtad al Estado, al trono, a la tradición. Para los conservadores era más conveniente hablar de libertad de la patria que de libertad a secas. Hasta los mismos liberales, una vez alcanzado el poder, procuraron diluir el protagonismo del pueblo, distanciándose a favor de la burguesía en la que ahora se apoyaban. Todo esto habría de plantearse, desde diversos puntos de vista, en la agitada vida política española del reinado de Isabel II, la primera República y la Restauración, en términos de interés partidario. Ni siquiera el primer centenario, en 1908, hizo posible una auténtica conmemoración nacional, más allá de los actos puntuales y la retórica de unos y otros. Sólo los republicanos siguieron confiando en la fuerza del mito popular como ruptura revolucionaria. Y esa interpretación se mantendría, con altibajos y matices diversos, hasta la Guerra Civil.

En el primer tercio del siglo XX, el 2 de Mayo siguió sujeto a interpretaciones varias, tanto de la izquierda revolucionaria como de la derecha defensora de la religión y las tradiciones nacionales. En el País Vasco, donde el discurso reaccionario sabiniano aún no había cuajado en los extremos que alcanzó más tarde, el primer centenario se planteó como parte de un esfuerzo patriótico, incuestionablemente español, con las batallas locales de Vitoria y San Marcial. En Cataluña fue diferente. Allí, carlistas y católicos se ocuparon de los combates del Bruc y de los sitios de Gerona, con una lectura distinta: el somatén luchando en su tierra y por su tierra. Y es significativo que el catalanismo político prefiriera centrarse en la celebración del séptimo centenario de Jaime I el Conquistador.

La Dictadura, la Segunda República, la Guerra Civil y el régimen franquista hicieron también sus interpretaciones particulares del 2 de Mayo. La izquierda radical asumió esa fecha para aplicarla al concepto del pueblo como protagonista de su propia historia -en la defensa de Madrid, un cartel republicano recurrió a la imagen del parque de Monteleón-, mientras el bando nacional también hacía suyo el símbolo, identificándolo con una España tradicional y católica, basada en el tópico de la indomable y valerosa raza.

Los últimos años del franquismo, la democracia y la Constitución de 1978 situaron otros asuntos en primer plano. Contaminado por la fanfarria patriotera del régimen, el 2 de Mayo fue víctima del nuevo discurso político. La insurrección madrileña y la guerra de la Independencia fueron arrinconadas por quienes, olvidando -y más a menudo, ignorando- la tradición liberal y democrática de esos acontecimientos, simplificaron peligrosamente el asunto al identificar patriotismo y memoria con nacionalcatolicismo; atribuyendo además, en arriesgada pirueta histórica, una ideología de izquierda a los ejércitos napoleónicos.

Ahora, al coincidir el segundo centenario con el desafío frontal a la Constitución de 1978 por parte de los nacionalismos radicales vasco y catalán, un interesante debate sobre las palabras España y nación española se anuncia en torno a cuanto el 2 de Mayo hizo posible e imposible. Esa fecha tiene hoy más actualidad que nunca: sugerente para nuevos tiempos y nuevas inteligencias, clave para entender la certeza de esta nación, discutible quizás en su configuración moderna, pero indiscutible en su esencia colectiva, en su cultura y en su dilatada historia. Antes de que la actual clase política convierta, como suele, también la fecha del segundo centenario en pasto de interés particular, mala fe e ignorancia, convendría tener todo eso en cuenta. El 2 de Mayo, con sus consecuencias, a ningún español le es ajeno.

El País - Opinión - 24/01/2008

El levantamiento del 2 de Mayo y los fusilamientos del 3 de Mayo.





El calentamiento global se ha detenido.

¡Herejía! ¡Anatema! Ya me veo temblando, atado al palo y esperando la llama purificadora del fuego alimentado por la gasolina de los apologetas y la connivencia expectante de los escépticos del escepticismo. Pero no me importa, pues los números (por lo general, y si no están manipulados) no engañan. Manipular datos de temperatura hoy por hoy es, a la vista de la enorme espectativa que generan los termómetros, prácticamente imposible.

Nos dice David Whitehosue:

With only few days remaining in 2007, the indications are the global temperature for this year is the same as that for 2006 – there has been no warming over the 12 months.

But is this just a blip in the ever upward trend you may ask? No.

The fact is that the global temperature of 2007 is statistically the same as 2006 as well as every year since 2001. Global warming has, temporarily or permanently, ceased. Temperatures across the world are not increasing as they should according to the fundamental theory behind global warming – the greenhouse effect. Something else is happening and it is vital that we find out what or else we may spend hundreds of billions of pounds needlessly.

Lo “malo” es que Whitehouse es “sólo” un científico renegado dedicado al periodismo. Así que lo mejor es leer lo que nos dice un geofísico, como lo es David Deming:

Carbon dioxide continues to build in the atmosphere, but the mean planetary temperature hasn’t increased significantly for nearly nine years. Antarctica is getting colder. Neither the intensity nor the frequency of hurricanes has increased. The 2007 season was the third-quietest since 1966. In 2006 not a single hurricane made landfall in the U.S.

If you think any of the preceding facts (no dejen de leer el artículo completo) can falsify global warming, you’re hopelessly naive. Nothing creates cognitive dissonance in the mind of a true believer. In 2005, a Canadian Greenpeace representative explained “global warming can mean colder, it can mean drier, it can mean wetter.” In other words, all weather variations are evidence for global warming. I can’t make this stuff up.

Global warming has long since passed from scientific hypothesis to the realm of pseudo-scientific mumbo-jumbo.

No obstante, y dado que los datos no han sido todavía actualizados, nos falta el placet definitivo. Llegará previsiblemente la primera semana de Enero. De todos modos, las gráficas son ya, a fecha de hoy, bastante concluyentes (observen los datos del período 2002-2007, situados a la derecha de las curvas, marco rojo):

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sc_Rss_compare_TS_channel_tmt.png
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Mientras los titulares de la prensa “seria” siguen siendo bastante conservadores (tipo “El Calentamientio Global probablemente se detenga“), en este país, huérfano de prensa seria en este tema (excepto Libertad Digital de la mano de Manuel Llamas), son los alarmistas quienes se encargan de mantener viva la llama del mensaje de Al Gore. Haciendo entrevistas para exlicar “donde dije diegos digo digo” y usándolas para difamar. No importa: tras controlar minuciosamente las visitas que llegan a este blog desde la página de Cuéllar -tiene otros dos artículos en los que me llama directamente mentiroso-, puedo decirles que no le lee ni el tato; me han llegado 5 visitas desde que comenzó su campaña contra DE y LD. Como bien dice (o creemos que dice, pues un original en inglés de las respuestas de Kerry Emanuel no está accesible) Emanuel, los modelos no coinciden con la realidad y es la realidad la que termina dictando sentencia.

Y la realidad es otra: Noel Keenlyside del Leibniz Institute of Marine Sciences, Kiel, Germany, a caba de publicar su trabajo en Nature sobre la observación a largo plazo de las variaciones de temperatura de las aguas marinas (más aquí). Las conclusiones son inequívocas: el incremente de 0,3° previsto por el IPCC para la próxima década se va a quedar, muy probablemente, en nada. La razón? El mar se está enfriando. Keenlyside dice:

“The IPCC would predict a 0.3°C warming over the next decade. Our prediction is that there will be no warming until 2015 but it will pick up after that.”

“Our results suggest that global surface temperature may not increase over the next decade, as natural climate variations in the North Atlantic and tropical Pacific temporarily offset the projected anthropogenic [manmade] warming.”

Es lógico que incluso Keenlyside siga “esperando” que algún día el calentamiento retome su “actividad”, después de todo es lo que hoy da dinero para seguir trabajando. Pero si a su trabajo le añaden que seguimos sin ruebas que corroboren que el calentamiento observado a finales de los 90 tenga origen antropogénico, la conclusión a la que podemos llegar es sencilla: no habrá más calentamiento. No me extraña, pues, que cada vez sean más los que, ya sin tapujos, proclamen que el asunto del AGW es una gran estafa.

Abundando sobre el tema, les recomiendo encarecidamente la lectura de este otro artículo de Steven Milloy para FOX News. Parte del mismo trabajo para Nature y llega a conclucsiones mucho más provocativas que yo:

For the next 10 years, while alarmists ram through their misanthropic agenda, their time-buying story line will be “aren’t we lucky that Mother Nature has given us a temporary reprieve.”

This will no doubt be followed 10 years later by “Whew, aren’t we glad we spent trillions to prevent catastrophic global warming?”

Meanwhile, for trained observers, it will simply be a matter of realizing that the global warming apocalypse never materialized because it was simply never going to happen anyway.


Desde el Exilio - El calentamiento global se ha detenido.(I)
Desde el Exilio - El calentamiento global se ha detenido.(II)