viernes, 23 de mayo de 2008

¿Dónde vas, Mariano Rajoy, dónde vas triste de ti? Por Luis María Anson.

Ya es grave que el líder de un partido llegue a la situación en que un sector de sus afiliados convoque una manifestación hostil en la sede central de la agrupación. No será fácil encontrar antecedentes.

Lo que riza el rizo de la incongruencia es que a Arriola se le haya ocurrido combatir la manifestación organizando otra de sentido contrario, a la misma hora y en el mismo sitio.

No se trata de especulaciones o comentarios interesados. Objetivamente, el espectáculo que está dando del Partido Popular pide a gritos, por respeto a afiliados y simpatizantes, la marcha ordenada del hombre que ha generado la división profunda de la agrupación que encabeza. Por mucho apego que se tenga a la poltrona, por grande que sea el deseo de sacrificarse por la patria, el buen sentido aconseja la retirada inmediata.

¿Dónde vas, Mariano Rajoy, dónde vas triste de ti? No lo sabe. Arriola le ha dicho que no pasa nada, que eche pelillos a la mar, que tras el Congreso todo el mundo se pondrá de hinojos a sus pies, salvo un periodista radiofónico, y que nadie volverá a acordarse ni de Zaplana ni de Acebes ni de María San Gil ni de Ortega Lara.

Y ahí está el líder popular tan pimpante. Nada parece afectarle, seguramente porque cuenta con dos seres irrepetibles: Soraya y Arriola. Estrechamente unido a tan relevantes personajes, Rajoy sabe que ganará todas las elecciones y por eso, porque es lo que conviene al pueblo español y a su partido, aguanta, aguanta, aguanta. Numancia fue un juego de niños ante la resistencia marianita. Mientras recibe el incienso con que le aroman Soraya y Arriola, el líder no se da cuenta de que todo se desmorona en su entorno.

El Imparcial - 23-05-2008

El siguiente paso es llamar sumas a las restas"

Declaraciones del ex-vicepresidente del Gobierno y ex-secretario general del PP Francisco Álvarez Cascos.

Libertad Digital: Cascos, tras la marcha de San Gil y Ortega Lara: "El siguiente paso es llamar sumas a las restas"

El Mundo: Cascos: 'Si llamamos victoria a la derrota, el siguiente paso será llamar sumas a las restas'

La Nueva España: "Cuando una estrategia se basa en llamar victoria a las derrotas, tiene toda la lógica que el siguiente paso sea llamar sumas a las restas"

Europa Pess: Cascos, tras la salida de San Gil y Ortega Lara: el siguiente paso de la estrategia del PP es llamar sumas a la restas


El Comercio Digital: Álvarez Cascos: "Tiene toda la lógica que el siguiente paso sea llamar sumas a las restas"

Siglo XXI: Cascos tras la salida de San Gil y Ortega Lara: el siguiente paso de la estrategia del PP es llamar sumas a la restas

Una carta de Rosa Díez a San Gil pone en apuros a Rajoy y sus chicos

La presidenta de UPyD ha querido mostrar su respaldo a María San Gil a través de una larga misiva en la que Rosa Díez justifica y entiende la renuncia de la hasta ahora dirigente vasca.

La presidenta de UPyD, Rosa Díez, ha trasladado su apoyo a la hasta ahora presidenta del PP vasco, María San Gil, a través de una larga carta que ha publicado el diario El Mundo.

En ella, Díez, que no hace mucho se veía en parecida situación, cuando decidió dar el paso de abandonar el PSOE, se dirige a San Gil con muestras de respeto y deja claro desde las primeras líneas que habla a "la María con la que tantas veces he salido a la calle a defender la libertad".

Y también a aquella con quien "yo estaba en aquel Pleno de la indignidad del Ayuntamiento de Andoaín, ese en el que exigimos la dimisión al alcalde de Batasuna, José Antonio Barandiarán -que el pasado martes fue detenido y acusado de pertenecer a ETA-, mientras el PNV se negaba a suscribir la moción de censura presentada por el PSE".

Díez muestra su respaldo a San Gil y la traslada toda su comprensión en estos difíciles momentos que está viviendo: "puedo comprender el dolor que estarás sufriendo", dice la presidenta de UPyD, quien manifiesta que "me indigno ante la frivolidad con la que se analiza en tertulias varias tu decisión, me indigna la superficialidad con la que propios y extraños se atreven a calificar tu decisión".

Díez traslada a San Gil su incomprensión con muchas de las declaraciones que le han hecho a la hasta ahora presidenta del PP vasco por su decisión de abandonar, sobre todo aquellas que reclaman que lo debía haber explicado mejor.

Asegura en este sentido: "Olvidan que tú no quieres nada, que sólo quieres seguir estando tranquila con tu conciencia, que sólo puedes haberte equivocado si tu percepción de la realidad es equivocada. Pero que eso nadie lo puede saber, ni siquiera tú lo sabrás con certeza hasta que no pase el tiempo. Olvidan que nunca te equivocarás si haces lo que crees que debes hacer y lo que quieres hacer, que es la única manera de poderte mirar tranquila al espejo. Y de eso sólo puedes responder ante ti misma".

Y recuerda que "a veces la única manera de explicar las cosas importantes es cerrando la puerta". "Estoy segura de que te gustaría poder explicarles a todos ellos, a todos y cada uno de esos compañeros a los que has abrazado por toda España, que les sigues queriendo, que no quisieras tener que haber dado ese paso pero que no puedes evitarlo. No sabes cómo te entiendo", continúa.

La parte más sentimental se encuentra en estas palabras: "Siento mucho todo esto que ha pasado, María. Y me gustaría poder consolarte, poderte ayudar a pasar el trago. Pero no puedo hacer otra cosa que decirte que sigo pensando que eres una persona admirable de la que me honro en considerar amiga".

Rosa Díez deja la puerta abierta a un futuro: "Juntas, mañana, pasado, siempre que haga falta, estaremos en la calle o donde haga falta para hacer ese trabajo que no queremos que tengan que seguir haciendo nuestros hijos".


Carta de Rosa Díez a María San Gil
"No hablo a la María con la que durante toda mi vida he competido electoralmente; hablo a la María que ha sido mi compañera en las únicas batallas que siempre merecerá la pena haber dado, esas que hemos librado -y seguimos librando- para que no lo tengan que hacer nuestros hijos"

Querida María, son tantas las cosas que me gustaría decirte en estas líneas que probablemente no acertaré a hacerlo de forma ordenada.

Hablo a la María con la que tantas veces he salido a la calle a defender la libertad, a la María que se ponía junto a mí el brazalete de servicio de seguridad en las manifestaciones de Basta Ya. Hablo a la María junto a la que yo estaba en aquel Pleno de la indignidad del Ayuntamiento de Andoaín, ese en el que exigimos la dimisión al alcalde de Batasuna, José Antonio Barandiarán -que el pasado martes fue detenido y acusado de pertenecer a ETA-, mientras el PNV se negaba a suscribir la moción de censura presentada por el PSE. ¿Te acuerdas, María, que nos llamaban «crispadoras» por señalarle como el responsable del asesinato de nuestro amigo Joseba Pagaza, policía municipal de ese mismo Ayuntamiento? Ahora resulta que teníamos razón cuando advertíamos que allí, sentados en el Ayuntamiento, estaban nuestros verdugos...

Yo, que sé cómo y por qué llegaste tú a la política, puedo comprender el dolor que estarás sufriendo, la ruptura interior que habrá supuesto para ti la decisión que has tomado. Y el sufrimiento que te estarán produciendo algunas de las cosas que, inevitablemente, estarás escuchando sobre tu persona. Me indigno ante la frivolidad con la que se analiza en tertulias varias tu decisión, me indigna la superficialidad con la que propios y extraños se atreven a calificar tu decisión.

«Se ha equivocado», escucho decir, incluso a personas que sé que tienen sobre ti la mejor de las consideraciones. «¿Equivocado? ¿Desde qué perspectiva?», les pregunto. Dicen que no tenías que «haberlo hecho así». «¿Y cómo lo iba a hacer?», insisto. «Hay que explicarlo mejor», me dicen. Claro, desde la perspectiva de un político clásico tienen razón, si tú quisieras algo, si fueras a organizar una alternativa -dentro o fuera del PP- tendría todo el sentido que te exigieran que te explicaras para poder darte -o no- la razón. Y para que la gente que estuviera más de acuerdo contigo que con la dirección del PP te siguiera. Olvidan que tú no quieres nada, que sólo quieres seguir estando tranquila con tu conciencia, que sólo puedes haberte equivocado si tu percepción de la realidad es equivocada. Pero que eso nadie lo puede saber, ni siquiera tú lo sabrás con certeza hasta que no pase el tiempo. Olvidan que nunca te equivocarás si haces lo que crees que debes hacer y lo que quieres hacer, que es la única manera de poderte mirar tranquila al espejo. Y de eso sólo puedes responder ante ti misma.

Me dicen que debías haber dado la batalla, haber explicado dónde y cuáles son tus discrepancias. Me dicen que tu crisis de confianza en la dirección del partido debe de ser explicada con datos para que todos la entiendan y, seguramente, desde la perspectiva de un político común, eso hubiera sido lo normal. Pero olvidan que tú no buscas que otros te entiendan, sino poderte explicar a ti misma. Olvidan que tú no eres una política al uso, olvidan que tú nunca te hubieras dedicado a la política si las circunstancias dramáticas del asesinato -en tu presencia- de Gregorio Ordóñez no te hubieran forzado, olvidan que todo lo que has hecho en política ha estado ausente de cálculo de oportunidad, que nunca has buscado tu comodidad sino hacer lo que creías que era tu obligación.

Les recuerdo que te ofrecieron ir de número dos al Congreso de los Diputados en la lista por Madrid y dijiste que no, que tu sitio era Euskadi, donde se sufre haciendo y diciendo lo que en otras partes de España provoca aplausos y parabienes. Nadie te pidió entonces las explicaciones que hoy te exigen.

A quienes siempre han hecho política -o crónica política- desde fuera de aquí les cuesta entender que a veces la única manera de explicar las cosas importantes es cerrando la puerta. Seguro que has pensado mucho en cómo hacer lo que habías llegado a la conclusión de que tenías que hacer. Quien crea que no te duele que muchos compañeros tuyos, de buena fe, puedan sentir que estás haciendo daño a tu partido -a sus expectativas electorales- es que no te conoce bien.

Estoy segura de que te gustaría poder explicarles a todos ellos, a todos y cada uno de esos compañeros a los que has abrazado por toda España, que les sigues queriendo, que no quisieras tener que haber dado ese paso pero que no puedes evitarlo. No sabes cómo te entiendo.

También he escuchado que algunos te acusan de falta de lealtad. Qué perversión en la utilización de las palabras... ¿Lealtad a quién, a qué? ¿Qué es para ellos la lealtad? No hace falta que te diga que, a mi modo de ver, no se puede ser leal a ninguna idea si no se es leal con uno mismo. Nadie puede exigirte hoy que expliques por qué has llegado a esa conclusión que te obliga a abandonar tus responsabilidades en el PP del País Vasco. Sobre todo porque ninguno de los que hoy te increpan con ese manido argumento te exigió nunca que explicaras por qué dabas la cara cada día, por qué te enfrentaste a descalificaciones e insultos por defender las siglas y la política de tu partido en un lugar de España en el que te pueden matar por ello.

Entiendo que hay muchos amigos tuyos, de fuera de tu partido, a los que les hubiera gustado un relato para justificar tu abandono, y puedo entenderlo. Pero no hemos de olvidar que tampoco hiciste nunca un relato para justificar tu entrega. Te pusiste al frente de un partido perseguido y en la oposición en el País Vasco, sustituiste a los que se iban marchando, te quedaste para dar la cara. Y punto. Hemos de aceptar que eres así, y hemos de exigir que te respeten como eres; y respetarte como eres es no empeñarse en que te comportes como lo hacen los políticos al uso, respetarte como eres es darte un margen de confianza -otra vez la palabra- y aceptar que, bien o mal explicado, en silencio o con portazo, la única lealtad que has respetado toda tu vida es la que ahora marca tu actuación: tu conciencia.

María, los ortodoxos de la política sostienen que no es serio decir que te vas por falta de confianza. No comparto el fondo de la apreciación. Claro que te sería posible explicar con datos en qué está basada tu desconfianza política y/o personal. Pero tú tienes derecho a que respeten tu deseo de no dar más explicaciones que las que ya has dado. Y podrán decir que no lo comprenden, pero no puedo aceptar que digan que no es serio lo que haces. Es tan serio, tan respetable, como todo lo que has hecho durante toda tu vida. Llegaste a la política de forma poco habitual y así, de esa misma manera, te estás marchando. ¿Tan difícil es de entender?

Siento mucho todo esto que ha pasado, María. Y me gustaría poder consolarte, poderte ayudar a pasar el trago. Pero no puedo hacer otra cosa que decirte que sigo pensando que eres una persona admirable de la que me honro en considerar amiga.

No sé si te acuerdas que un día te conté que me encontré con un señor que me dijo que su hijo había venido desde Madrid a una manifestación de las que organizamos desde Basta Ya después de vernos juntas en un programa de debate de TVE. Yo entonces militaba en el Partido Socialista y tú eras ya la dirigente del PP en el País Vasco. A su hijo le encantó que, desde distintas posiciones ideológicas, defendiéramos lo que nos une, lo que es de todos: la igualdad y la libertad. Dijo que fue feliz al vernos desfilar juntas por las calles de San Sebastián.

A quienes crean que te han perdido para lo fundamental hemos de decirles, María, que ambas sabemos que esos principios siguen necesitando de alguien que los defienda. Y yo sé que juntas los seguiremos defendiendo.

Juntas, mañana, pasado, siempre que haga falta, estaremos en la calle o donde haga falta para hacer ese trabajo que no queremos que tengan que seguir haciendo nuestros hijos. Porque ni tú ni yo hemos necesitado nunca militar en el mismo partido para hacerlo. Tú no abandonas nada ni a nadie de lo que has considerado tu deber desde aquel aciago día en el que una pistola en la sien de tu amigo te hizo madurar de golpe. Tú siempre estarás donde está la buena gente que lucha por la libertad de todos. Incluso de esos que hoy te niegan el derecho a actuar en libertad.

María, quiero volver a ver pronto tu sonrisa serena. Querida amiga, agur. Agur, maitia.


El Semanal Digital
Periodista Digital

Concentración de militantes del PP en la sede de Génova


Libertad Digital: Más de 300 personas aclaman a San Gil y piden la dimisión de Rajoy y Gallardón

El Mundo: Abucheos y gritos contra Mariano Rajoy y Gallardón en la sede del PP de Génova

El País: Cerca de 250 personas se concentran en la sede del PP contra Rajoy

La Razón: Unas 200 personas se concentran ante el PP

ABC: Alrededor de 50 personas se concentran en la sede del PP

Madridpress.com: Un grupo reducido de manifestantes pide la dimisión de Rajoy

madriddiario.es: Dos centenares de personas piden la dimisión de Rajoy ante la sede del PP

El Imparcial: Gallardón arropa a Rajoy para acallar las protestas

El Confidencial Digital: Manifestaciones ante la sede del PP. En Génova piensan que “ésta vez, Esperanza Aguirre no tiene nada que ver” con los SMS que han circulado


El Confidencial: Más de 300 personas piden ante la sede del PP la dimisión de Rajoy


Estrella Digital: Fracasa la manifestación en contra de Rajoy convocada por partidarios de San Gil y Ortaga Lara

Periodista Digital: La lluvia se alía con Rajoy y sólo unos pocos "sublevados" se manifiestan ante Génova

La Nación: Gritos en Génova: “¡Rajoy dimisión! “¡Gallardón traidor!”

minutodigital: ¿El comienzo del fin?

El Confidencial: La rebelión de Mayo contra Rajoy llega a las calles: “¡Dónde están, no se ven, los principios del PP!”


Herman Tertsch tenía razón.

Plan B para el visitante.
Por Hermann Tertsch

ABC - Opinión
20-5-2008 08:40:29

HOY llega a La Moncloa el lendakari vasco, es de suponer que en su pretenciosa limusina de jefe de Estado, ikurriña ondeante. Llega, advierte, «sin plan B». «Aquí traigo el plan Ibarretxe, el plan de la convivencia y armonía entre vascos y vascas», dirá, acostumbrado a referirse a sí mismo en tercera persona. Según su autor, traerá la paz a Euskadi y dejará en paz a los españoles siempre que vivan fuera del País Vasco y Navarra. El amo de la casa, el otro gran pacificador, lo recibirá en las escaleras. Quizá baje a su encuentro, quizá no. Da un poco igual. En realidad todo en esta reunión da igual, por solemnes que se pongan sus protagonistas.

Dialogarán hasta la extenuación, ávidos como están ambos de armonía, infinitamente ansiosos por la paz como son. Después nos contarán, exangües tras tanto diálogo franco y profundo, que no están de acuerdo. El anfitrión comunicará a los periodistas que ha estado muy, muy duro y severo con el huésped y que le ha dicho que el plan no vale, que es mal plan, en fin, un mal plantxi. Ibarretxe, el visitante, lamentará que su interlocutor siga tan ciego ante las bondades de su plan. Lastimero, se quejará de que el hombre bueno de La Moncloa le niegue a él, el lendakari electo, lo que hace un año les ofrecía directamente a otros vascos menos educados. Si está muy defraudado, probablemente nos advertirá de que, sin la aprobación de su plan, esos otros, menos sensibles que él, pero igual de defraudados por Zapatero y agobiados por el «conflicto», matarán más. Se supone que con más razón de la que tendrían de aprobarse su plantxi. Hasta aquí el relato de la escenificación intuida.

En realidad, y dicho con crudeza, la pantomima de encuentro institucional de hoy, esta visita de Ibarretxe a La Moncloa, se parece muy mucho a las citas que organizaba con los buenos pagadores del impuesto revolucionario el señor Gorka Aguirre, ahora juzgado por la Audiencia Nacional por colaboración con ETA. Ayer Arzalluz, Urkullu y otros dirigentes del PNV, defendían ante Garzón la benéfica labor del señor Aguirre. Aguirre tenía tan buen trato con los etarras que la policía concluyó que era uno de ellos. Suele pasar. Cuando las afinidades son tantas, las diferencias son irrelevantes. A Ibarretxe le pasa como a Aguirre. Empujado al radicalismo por los pactos del PSE con Batasuna, lo único que le distingue ya del batasunismo etarra son sus modales y la corbata. Pero más grave resulta la certeza de que Zapatero es el empresario dispuesto a pagar. Con propiedad y soberanía que no son suyas. Habrá «Plan B». Se disfrazará de reforma del Estatuto. El Constitucional ya no es obstáculo. «Más autogobierno», prometía Zapatero en Baracaldo hace días. Se pondrán de acuerdo. El espectáculo de hoy es sólo una burla más. Como la burla que se antoja ya casi todo el titulo preliminar de la Constitución Española.

Libertad Digital: López apuesta por "un referéndum con todas las consecuencias" previo acuerdo entre partidos

El Mundo: Patxi López defiende el referéndum legal fruto del acuerdo entre los vascos

El País: López: "Convocaré a todos a un pacto cuando sea 'lehendakari"

La Razón: Patxi López apuesta por un «referéndum legal» tras el «no» de Zapatero a Ibarretxe

ABC: Patxi López propone reformar el Estatuto y validarlo en un referéndum legal y «con todas las consecuencias»

ZP no se queja de Rajoy; San Gil, sí

Lo que nos resulta descarado es la maniobra de Génova, con Rajoy a la cabeza, por aparentar que está haciendo todo lo posible para que San Gil se quede, pero que es la dirigente vasca la que, sin razón ni motivo alguno, tiene voluntad de marcharse.

Parece que la campaña de luz de gas orquestada contra María San Gil adquiere ahora la forma de falsa filtración a los medios, tal y como la que ayer aseguraba, sin citar fuente alguna, que la dirigente vasca habría transmitido a Rajoy su decisión de abandonar tanto la presidencia como el grupo parlamentario del PP vasco en la breve reunión que ambos han mantenido este miércoles.

Vista la deriva ideológica que conlleva la oportunista y suicida estrategia de acercamiento a los nacionalistas, y dadas las arteras maniobras que está llevando a cabo la actual dirección del PP para ocultarla, es probable que la dirigente vasca termine, ciertamente, por marcharse. Sin embargo, según ha podido saber este diario, esa filtración ni procede ni ha sido confirmada por San Gil ni por nadie de su entorno.

Lo que nos resulta descarado, en cualquier caso, es la maniobra de Génova, con Rajoy a la cabeza y Alonso y Martínez Castro a su vera, de aparentar que está haciendo todo lo posible para que San Gil se quede, pero que es la dirigente vasca la que, sin razón ni motivo alguno, tiene voluntad de marcharse.

Por mucho que la dirección del PP diera el cambiazo a la ponencia política para hacer pasar como delirantes las "profundas discrepancias de criterio" manifestadas por San Gil, tanto la actuación de Rajoy antes y después de ese capítulo como la elección y el perfil de sus colaboradores dejan en evidencia la determinación de convertir "la oposición más fuerte que haya existido en las Cortes españolas desde 1977" en la más numerosa y suicida comparsa que haya tenido desde entonces un Gobierno.

Por si fuera poco elocuente el respaldo de los medios de Prisa a la nueva estrategia del PP, ahí están las declaraciones de este miércoles del propio Zapatero, en las que afirmaba que, "desde que se ha iniciado la legislatura", no tiene "quejas" que hacer a Rajoy respecto a la lucha contra el terrorismo.

Por mucho que todos nos felicitemos de las detenciones de etarras, ninguna "fase de confrontación" del Gobierno de Zapatero con la banda terrorista debería servir para ocultar o pasar pagina a la bochornosa fase de cesión ante los terroristas, con capítulos tan inolvidables como el chivatazo policial al aparato de extorsión de ETA que, por lo visto, Rajoy parecería querer olvidar tanto como la pertenencia del PNV al Pacto de Estella. Eso, por no hablar del silencio de Rajoy ante la persistente negativa del Gobierno de Zapatero a derogar la resolución a favor del diálogo con la banda o ante la persistente negativa a desalojar a ANV con mociones de censura. Eso, por no recordar la satisfecha postura del presidente del PP de este martes por la simple y ya conocida negativa de Zapatero ante el plan Ibarretxe, como si esta no requiriera también un reproche al presidente del Gobierno por su persistente disposición a pactar con el PNV una "reforma" estatutaria.

En cualquier caso, allá Rajoy y su vana, oportunista y confesa estrategia de tratar de "impedir que el PP cause recelo" entre los nacionalistas. Lo que es seguro es que esa deriva ya está causando recelos, no sólo en María San Gil, sino en cientos de miles de votantes del PP. Y eso ninguna luz de gas lo va a poder disimular.

Libertad Digital - Editorial

"Avalancha de bajas" por la crisis del PP y la "falta de liderazgo de Rajoy"

Diferentes agrupaciones del PP de Madrid avisaron este jueves de que se está produciendo una "avalancha" de bajas provocadas por la crisis en el partido y por la "falta de liderazgo" de Mariano Rajoy. "Mucha gente está acercándose a la sede y llamando por teléfono para pedir información de lo que está pasando y para pedir la baja en el partido", según declararon a Europa Press fuentes de los distritos de Salamanca y Chamberí.

"Lo que es más indignante es que muchos de ellos ni siquiera están afiliados a este distrito, pero es que dicen que llaman a Génova y ni siquiera les cogen el teléfono", según denunciaron desde el distrito de Salamanca.

Por su parte, el presidente del PP en Chamberí, Ismael Bardisa, explicó que "desde las elecciones generales se han dado de baja diez personas, pero a la sede han acudido más de un centenar con esa intención". "Ahora mismo estoy en la Agrupación parando las bajas que se solicitan todas las tardes por culpa de la situación que está creando Rajoy. A todos les digo que estoy de acuerdo con ellos, y les pido que esperen hasta el final del congreso, a ver qué pasa", añadió el ex diputado, opinando que "los únicos que tienen que irse son Rajoy y José María Lasalle; de los demás no sobra nadie".

En dos cartas de afiliados solicitando la baja remitidas a la Agrupación de Chamberí y a las que tuvo acceso Europa Press, ambas personas culpan a Rajoy de su decisión. Entre otros motivos, alegan que "debería haber dimitido tras la derrota electoral", que su nuevo equipo es "flojo", que "ningunea" a personas como Manuel Pizarro, "desprecia" a Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, "menosprecia" a Esperanza Aguirre e intenta "desprestigiar" a María San Gil; y que está "dando la vuelta como a un calcetín al programa electoral del PP".

"No estoy en absoluto de acuerdo con lo que está haciendo el señor Rajoy. Todos los puntales del PP han desaparecido y los que hay ahora no me gustan. Están denigrando a las personas que apoyo y, aunque ahora me doy de baja como afiliado, no me gustaría tener que dejar de votarles", reza la otra misiva.

Libertad Digital