domingo, 1 de junio de 2008

El Problema es Rayoy. Por Luis María Anson

No se trata de una cuestión ideológica ni de eventuales coqueteos con los nacionalistas ni de ciertas condescendencias con Zapatero, el embustero. Rajoy ha mostrado ante los barones de las autonomías en Valladolid su cara más flexible y coherente, propugnando lo mismo que Aznar: un centro reformista que nadie sabe muy bien qué es. Conviene, ciertamente, atraerse el voto del centro-centro, pero sin olvidar la verdadera realidad electoral: el voto a conquistar, lo mismo para el PSOE que para el PP, es el variable, el de los varios millones de ciudadanos que votan según les ha ido en la feria y que pueden inclinarse lo mismo por los populares que por los socialistas.

El problema del PP, en todo caso, no es ideológico sino de personas. Conviene no confundirse. Son muchos los dirigentes del partido, los afiliados, los simpatizantes, que piensan que Mariano Rajoy cosechará su tercera derrota en 2012. Esto no se puede afirmar de forma absoluta porque la opinión es cambiante y una situación económica que deteriore el bolsillo de los ciudadanos puede hacer oscilar el voto variable y dar la victoria, incluso a Rajoy. Lo que está claro es que el PP tiene más probabilidades de ganar con otro peso pesado del partido o con un nombre nuevo que con el desgastado líder actual.

Rajoy es ya un cadáver político que está de cuerpo presente. Todavía no lo han enterrado. Soraya cree que resucitará y lo aroma de incienso y perfumes orientales. Algún dirigente díscolo que se ha acercado al féretro está a la espera de la derrota marianita en las europeas, en las vascas, en las catalanas, en las gallegas, para acuchillar definitivamente al líder acosado al que ahora defiende con la boca chica.

El Imparcial - Opinión - 01/06/2008

CITY FM entrevista en exclusiva a Mario Gascón, testigo protegido del 11M

El Chino le confesó que el 11M lo organizaron con ayuda del CNI y 'los vascos'

Madrid.- La pasada noche del jueves, City Fm Radio consiguió llevar a sus estudios a uno de personajes más controvertidos del atentado del 11-M: Mario Gascón Aranda.

Juan Antonio Tirado, Javier Castro Villacañas y Javier Oyarzabal sometieron a un ‘tercer grado informativo’ al confidente policial, que el próximo lunes presentará un escrito ante la Fiscalía de la Audiencia Nacional. “Solo pretendo que se aclare todo y rehacer mi vida. Entiendo que estoy en busca pero solicité que se me informara y me dijeron que eso estaba en secreto e investigación. Ahora el único recurso que me queda es presentar un recurso el lunes por la mañana en la Audiencia donde hago constar mi historial. Ahora presento este escrito dejando una dirección para que le puedan localizar y si no, "me tendré que marchar del país".

En una extensa entrevista, de más de tres horas, Mario Gascón desvela como el Chino se confiesa ante él como uno de los autores de los atentados, junto con Allekema Lamari, el Tunecino, a unos que denomina 'los vascos' -que son los que fabrican las bombas-, y que todos habían sido contrados por el CNI.

Mario Gascón Aranda nació en Zaragoza y nos dice que su vida siempre ha estado relacionada con la Guardia Civil. Su abuelo era Guardia civil y su madre se crío en una casa cuartel de la Benemérita. Dos de sus tíos y su cuñado también pertenecen a la Guardia Civil. Él fue fraile mercedario, religioso de la Orden de la Merced. Estudió en el noviciado que los mercedarios tienen en el pueblo de El Olivar, en la provincia de Teruel, con un año de clausura incluido.

FRAILE MERCEDARIO
Empieza a trabajar como fraile mercedario en Castellón en asuntos relacionados con la reinserción de jóvenes marginales. Se traslada posteriormente a Barcelona, residiendo en la sede provincial que la Orden de la Merced tiene en la ciudad Condal, concretamente en la Plaza Castilla.

Luego se traslada a vivir a un piso que tienen Vall d’Hebron. En la ciudad Condal también se dedica a temas de reinserción social de población marginal y empieza a trabajar con presidiarios y con antiguos delincuentes que han abandonado la cárcel o que han alcanzado la libertad provisional mediante el tercer grado. Trabaja también como educador laboral en las tres cárceles de Barcelona. Llega el momento en que tiene que cumplir con el servicio militar, recibiendo la autorización se los superiores de su Orden para realizar la mili.

Mario Gascón realiza la observación que, en aquellos años, al existir un acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede, solamente una de cada tres personas religiosas realizan el servicio militar.

EN EL EJERCITO TRABAJA EN INTELIGENCIA
Es destinado al cuartel de Lepanto en Barcelona. Mientras empieza la mili sigue con su trabajo como fraile mercedario. Antes de jurar bandera, siendo aún recluta, le llaman desde Capitanía General para preguntarle si quiere empezar a trabajar para la inteligencia militar. El dice que sí y le destinan a unas una oficinas de “inteligencia” en Capitanía General de Cataluña, concretamente encima de la Farmacia Militar Al frente de estas oficinas de “inteligencia” se encuentra el Comandante Nogal, por eso se conocen estas dependencias popularmente como “la nogal”.

Sus primeros trabajos para la “inteligencia militar” los desarrolla dentro del cuartel, investigando e informando sobre pequeños servicios: novatadas, robos y hurtos que se producían dentro del cuartel. Él participaba en algunos interrogatorios y en algunas ocasiones adquiere el papel de “poli bueno”. Después de realizar estos primeros “trabajos” sus mandos en “inteligencia” le piden algo más: durante aquellos años era un problema preocupante para el Ejército los movimientos de insumisos contrarios a la obligatoriedad del Servicio Militar.

Dentro de “inteligencia del Ejército” trabajan también oficiales y números de la Guardia Civil. Entre ellos se encontraba un Brigada, que respondía al nombre de “Landero” y que era el jefe operativo. También participaban Guardias Civiles jóvenes que se infiltraban en grupos de insumisos y de extrema izquierda. Él se tuvo que dejar el pelo largo para infiltrarse dentro de estos grupos de insumisos. Participó en numerosas manifestaciones y actos de protesta. Se dedicaba a fotografiar y filmar a los participantes en estas manifestaciones utilizando una cámara fotográfica que califica como “de la Segunda Guerra Mundial”.

Tuvo muchos problemas porque su parroquia era la de San Pedro Nolasco y estaba al lado de la plaza de Cataluña, lugar donde se realizaban la mayoría de las manifestaciones, y los abuelos y demás personas que solían asistir a misa y a la Parroquia flipaban con él.

Como fraile mercedario había dado los votos de castidad, obediencia, pobreza y un cuarto voto más, especial de la Orden de la Merced, que es dar la vida para conseguir la liberación de los reclusos. Esto viene desde la época de su fundación con San Pedro Nolasco, que se dedicaba a rescatar cautivos que estaban prisioneros de los moros.

Ya desde el noviciado tenían contactos con reclusos que vivían con ellos. En el noviciado recibían formación de asistencia social y trabajo con personas marginales.

DEJA DE SER FRAILE
Durante esta época seguía compaginando el Servicio Militar con sus trabajos en la Modelo. Y es cuando surge una historia con unos terroristas argentinos que intentaron utilizarle para ver si podía hacer un “trapi”, un correo para llevar dinero de unos familiares a un abogado.

Posteriormente este abogado tenía que pagar a un secretario judicial para que, el día que estuviera de guardia, traspapelara unas libertades y se soltara a dos presos. Estos dos presos, una vez puestos en libertad, tenían que asesinar a un juez de la Audiencia Provincial de Barcelona. Cuando se enteró de todo esto pensó, “vaya marrón”, y la persona que a él le merecía mayor confianza era su superior, el padre Primo Abella Sanz, su provincial.

Le contó toda la historia y le preguntó qué tenía que hacer. A él se le planteó un problema moral, porque aunque no podía realizar el sacramento de la confesión, él sí tenía un compromiso de confianza con los presos que le habían realizado esta confidencia, y por otro lado estaba la posibilidad que asesinaran a una persona si no les denunciaba. Los presos no diferencian entre un sacerdote y un fraile. Su superior en la Orden le contesta que es un dilema que debe decidir él, pero que si traiciona la “confesión” de los presos se tendría que plantear su continuidad en la vida religiosa.

La decisión que tomó es denunciar los hechos ante la Fiscalía de Barcelona, concretamente ante José María Villarejo. El Provincial estaba algo al tanto de que Mario trabajaba en “inteligencia” aunque Mario nunca le dio muchos detalles.

Al final Mario dejó la orden mercedaria, fue a la Audiencia y habló con Jose Maria Villalejo, Fiscal de Barcelona. Estaba de Jefe de la Policía Judicial el Comisario Toro y pusieron en marcha un grupo de policías de homicidios de la Comisaría de Vía Layetana. Mario hizo el traslado de la pasta marcada. Se desmanteló la operación y se detuvieron a las personas implicadas.

Cuando acabó el servicio militar, le hicieron una propuesta seria para trabajar dentro del CESID y dijo que no. “Me quedo en Barcelona y me busco trabajo de lo que sea”. Unos de los trabajos de reinserción social que tenían eran unos acuerdos con discotecas para recoger botellas de champán con los chicos marginales y así además sacar algo de pasta, fue a pedir trabajo a algún conocido y como no sabía hacer nada le pusieron a trabajar de portero de una discoteca.

DEL CONVENTO A LAS DISCOTECAS
Luego fue aprendiendo y acabó de director de discotecas y puticlubs en Barcelona, Valencia, en el People’s de Orihuela, en el Lovely de Madrid y alguno otro más pero siempre en colaboración directa con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Mario Gascón aclara que su trabajo como informante de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado siempre ha sido cobrando. Trabajando para la UCO (Unidad Central Operativa) cobraba de fondos reservados. A veces no necesitaba dinero porque le iban muy bien los negocios.

Mario Gascón reconoce que no sufre ningún tipo de conflicto ni quiebra moral, al pasar de ser fraile a ser director de “puti clubs” y locales de “maricones”. Él dice que mientras fue fraile siempre respetó sus votos, pero una vez fuera de la Orden “la información” y la lucha contra la delincuencia estaba en esos sitios.

Ha hecho trabajos para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de todo tipo, con narcotráfico nacional e internacional, delincuencia común, atracos, incluso de diamantes, sicarios colombianos. Algunos con más éxito y otros con menos. Algunas veces le pedían servicios concretos.

Mario Gascón afirma que le llamaron a Guzmán el Bueno y le dijeron que buscara a alguien de Barcelona, el famoso “skin head” del 11-M que no lo tuvo que buscar Rafa, sino Mario Gascón, al que prohibieron que lo comentara a Rafa. Lo buscó por Madrid y en una discoteca “radical” en Toledo.

Ha estado fuera de España varios años y una de las primeras cosas que he hecho a su vuelta, ha sido ponerse a disposición de la Fiscalía y del Tribunal. Presentó un escrito con fecha de 14 de marzo de 2008 pero nadie le ha llamado a declarar.

El próximo lunes 2 de junio va a presentar un nuevo escrito ante la Audiencia Nacional.



CONOCE A RAFA ZOUHIER
Conoció a Rafa Zouhier en las discotecas de Madrid, pero no recuerda exactamente la fecha. Rafa trabajaba y bailaba de go-gó en la discoteca Arena y hacía kit-boxing e iba detrás de Mario para pedirle cosillas, como entrar sin pagar en las discotecas, tomarse unas copas gratis. Un día Rafa le pidió trabajo y Mario le puso con un equipo de seguridad en el “Lovely”. Para algún trabajo puntual también lo llevó al “People´s” de Orihuela. Les facilitaba mucha información de su mundo.

Uno de los trabajos de Mario era reclutar posibles confidentes. Rafa era un sinvergüenza según Mario, y fue detenido y enviado a la cárcel de Villabona por un atraco. Rafa entonces llama a Mario desde la cárcel y le pide dinero o ayuda. Mario sugiere a la Guardia Civil que usen a Rafa desde la cárcel. Eso de convertir a un delincuente en confidente era algo muy complejo según Mario.

Mario fue con el Alférez Trigo y con el guardia Mariano a Villabona a visitar a Rafa Zuhier. Fueron sin autorización judicial ni nada, y les autorizó el director. En una primera entrevista estuvieron los dos solos: Mario Gascón y Rafa Zouhier en un vis a vis. Mario le tanteó y le propone empezar a trabajar para la GC y Rafa Zuhier aceptó, que aportaría todo lo que pudiera. Después de comer volvieron los dos Guardias Civiles con Mario Gascón a la cárcel de Villabona y se reúnen con Rafa Zuhier.

En aquella reunión en 2001, Rafa Zouhier empieza a decir que está en un módulo donde también está un tío llamado Toro que ofrecía explosivos, que les enseñaban a hacer bombas y que estaba relacionado también con algunos presos de ETA que también estaban en el módulo. Pero a Mario y a los Guardias Civiles les sonó todo a chino y no le creyeron. Pensaron que era un fantasma y que todo era una trola para hacerse valer. Luego resultó que, según Mario, todo era verdad, pero no le creyeron porque todo les pareció una fantasmada. Se vuelven a Madrid y Rafa Zuhier se queda en Villabona.

En una discoteca de Pinto, “La Grup”, de ambiente radical Mario tenia “seguratas” rumanos, búlgaros mafiosos, un día hubo un tiroteo y uno de seguridad recibió un tiro. Mario Gascón conseguía muchos permisos de trabajo para extranjeros entre ellos para Rachid Acraf. El sargento Caballero de la Guardia Civil de Valdemoro, miembro de la Policía Judicial se mosqueó por el tiroteo. Mario Gascón tenía pactos con la Guardia Civil y ellos “no le tocaban”, pero ahora tenía que desmantelar la trama de las discotecas.

Mario le dice que para realizar este trabajo tiene que contar con Rafa Zouhier. Así que volvió con el Cabo Mario y otro GC a la cárcel de Villabona y volvieron a hablar con Rafa .Luego hablaron con la Fiscal y consiguieron que saliera de Villabona y se fueron todos a Madrid. “Macho, hay que tener influencias”(con la Fiscal).

OPERACIÓN HIERRO
El sargento Caballero acojonó a Rafa y le puso a trabajar para la Guardia Civil bajo la responsabilidad del Cabo Mario, al que también infiltró en el ambiente de las discotecas. Hicieron la Operación Hierro, “un chiste” según Mario. Armas viejas portuguesas que funcionaban mal y no servían. “Carlitos Ben Hur” Rachid Aglif. “El conejo”, Rachid Aglif el chico que después del 11-M se largó a Marruecos, Rachid El Alto que después del atentado se fue a EEUU.

En la “Operación Hierro” se detuvo a diez o quince personas, y vino muy bien porque se pudo negociar después su libertad y en realidad, aprovecharon para convertirlos en confidentes de la Guardia Civil y todos dijeron que sí. El Juez se mosqueó porque la Guardia Civil y el sargento que fueron a declarar “se habían olvidado” de todo. No les identificaban bien, y no recordaban nada y por eso el juez les tuvo que poner a todos en la calle.

Para Mario Gascón, Antonio Toro ha tenido “una suerte fabulosa” y “una cosa detrás” que han conseguido dejarle libre. Tal y como Mario Gascón ha vivido estas cosas, encaja perfectamente en los criterios de que sea un confidente del CNI.

Mario Gascón consiguió de unos policías de extranjería, el Comisario Jaime y un tal Camacho, que le proporcionaran los papeles de residencia a Rafa Zuhier. Entonces Rafa Zuhier y Mario Gascón bajan a Marruecos. Rafa al entierro de su abuela y Mario Gascón a sus trapicheos y a sus cosas.

Estando en Marruecos un día le detuvo la policía marroquí en Casablanca y le retuvieron el pasaporte en Comisaría. Vinieron del Consulado con coche a llevárselo y le pidió al Cónsul español que le sacaran de Marruecos pero él seguía vigilado por la policía marroquí que se había quedado con su pasaporte. Mario les dijo a los del Consulado español que le dejaran en mitad de la ciudad Casablanca “y yo me busco la vida”.

Mario Gascón le pide ayuda a Rafa Zouhier llamándole a Madrid. Rafa le manda a su casa y habló con su padre y su tío para que le ayudaran y le puedan sacar de Casablanca hasta la frontera.

Allí se puso de acuerdo con unos traficantes de hachís que le pasaron por Castillejos (Ceuta), una “aduana vecinal”. Como era Ramadán, esperó a que llegara la hora de empezar a comer como le indicaron, y se puso a cruzar corriendo perseguido por la policía marroquí hasta que le paró la Guardia Civil ya en España.

Los agentes de la UCO tienen un protocolo, con la declaración de un número, con el cual puede identificarse ante cualquier cuerpo policial. Pero ese día no funcionaba la radio y lo engrilletaron y bajaron hasta el puesto donde finalmente le reconoció el capitán que estaba en el cuartel. Finalmente le soltaron y le dieron unos bocatas y una cerveza.

Mario Gascón contesta, respecto a la posibilidad de que cuando pararon a Jamal Ahimidan “el chino” en Burgos, éste utilizara su “número” para identificarse como colaborador de la Policía. Que no lo sabe pero que “el chino” le confesó que cuando le paró la Guardia Civil, llamó a un agente de la Guardia Civil llamado “Carlos”, que no sabe quien es, pero dice que no sabe si se ha rastreado e investigado este tema.

Rafa Zouhier estaba trabajando para el sargento Caballero. A los de la UCO les encargaron unos servicios y Mario se llevó a Rafa de la Policía Judicial de Caballero a la UCO. Entonces, el agente “Victor” de la UCO se convierte en controlador de Rafa. Antonio Toro le seguía haciendo propuestas a Rafa sobre los explosivos y Mario y la UCO decidieron tirar para adelante y pedirle una muestra que Rafa hace llegar a Mariano Castillejos.

El agente “Victor” estaba fuera. La muestra la llevaron a la UCO y oficialmente la desestimaron y la tiraron, pero Mario no se lo cree. Dice que la UCO “son cojonudos” en el trabajo de campo, “la élite de España” y no se cree que siendo tan buenos tiren muestras, ni las hagan desaparecer.

Mario Gascón dice que siempre pensaron que los explosivos eran para atracar cajas fuertes de polígonos y le encargaron a Rafa que buscara si había alguien interesado en comprarla para eso. Mario Gascón llegó a ofrecer los explosivos a colombianos y a mafias del Este. Rafa Zuhier también contactó con personas del Este que se lo iban a cambiar por hachís.

Rafa Zouhier un día, en una discoteca cerca del río Manzanares, tuvo una pelea y le clavaron una puñalada y tuvieron que ingresarle en el Hospital. Rafa llamó a Mario para averiguar quien había dado la orden de apuñalarle para a su vez, ordenar matarlos pero Mario le tranquilizó.

En el hospital fue donde vio su mano envuelta y allí estaba Elenia una de las novias de Rafa, que dijo que le había estallado un detonador en casa. Según ella estaba mirando como funcionaba y le explotó. Al salir, Mario Gascón se lo comunicó a la UCO. Fueron al hospital el alférez Víctor y otro Guardia Civil y hablaron con el médico para averiguar si era cierta la lesión de la mano. Y era verdad.

Según Mario Gascón, Félix Hernando miente bellacamente cuando dice que la UCO no sabía de los explosivos de Antonio Toro después de la entrega de la muestra.

Mario Gascón también afirma que Rafa Zouhier ayudó a evitar un atentado en el estadio de fútbol del Santiago Bernabeu en Madrid. Sin entrar en más detalles dice que nunca se dijo nada y que jamás se informó de esta historia.

SU HISTORIA CON EL CHINO Y LAMARI
Gascón afirma que conoció a Jamal Ahmidan “el chino” en Ceuta. Rectifica y dice que no, que le conoció antes en Madrid, en la discotecas, como cliente. “Era un moro más” tomaba sus whiskys y que hicieron amistad. Jamal Ahmidan llegó a visitar la casa de Mario, muchos de los que han aparecido en el 11-M aparecían por su casa sin previo aviso (donde Gascón grababa todo lo que hablaban) y se tomaban unas cervezas con ellos.

Antes del 11-M, Mario Gascón se encontró un día con Jamal Ahimidan en Chueca y le dijo que quería montar un “puticlub” grande en Sevilla. Jamal sabía que Mario había montado otro club de alterne en Sevilla. Gascón aclara que fue encargado por la UCO con Carlos Prieto, abogado que trabaja mucho para la UCO , y con Guardias Civiles de Sevilla para que se encargaran de la seguridad.

Mario Gascón explica que no es habitual que la Guardia Civil monte “puticlub”, pero que, a veces, pasa. A pesar de todo, la información en los “puticlubs” fluye y Mario como Director tenía acceso a los clientes y también a lo que hablaban con las chicas y sacaba mucha información fresca y buena, sobre drogas, atracos, tarjetas, etc.

Mario le dijo a Jamal Ahmidan que no. Que era mucho lío, pero Jamal insistía que tenía dos contactos y fue un día a su casa con uno de ellos. Según Mario Gascón era Allekema Lamari, “que ya lo han matado”, una persona seca de pocos amigos, pero que lideraba la conversación. El tercer socio era uno que estaba en Málaga.

Mario les explicaba las pegas y ellos le explicaron que tenían un trabajo por encargo que les iba a dar mucho dinero con “unos vascos” y con gente de los servicios de inteligencia. Según Mario Gascón, Lamari llega nombrar a dos de ellos: Fernando Huarte y Gabriel Fuentes que le habían ayudado a salir ilegalmente de la cárcel. Mario Gascón insinúa que el juez que excarcela a Lamari debería ser responsable, como el Juez que no metió al asesino de la niña Mari Luz en la cárcel.

LAS CONFESIONES DEL DÍA DEL PADRE: Jamal Ahmidan le habla del 11-M después de los atentados.
Mario Gascón vivía en Tetuán esquina Carmen. Y en la calle Montera, en una pastelería marroquí, unos días antes del día del padre, el 16 o 17 de marzo, iba Jamal con los hermanos Oulad. Mario le pregunta, como iban las cosas del “puticlub” de Sevilla. Si habían hecho el trabajo y cobrado el dinero, pues ya habían acordado hasta el salario de Mario, 6.000 euros y sus condiciones para mantener la imagen “limpia” del local, Mario iba a controlar temas de “hachís” y tráfico de personas al 15% de comisión. Estaban muy nerviosos y el teléfono de Jamal no paraba de sonar todo el rato.

Se sentaron a tomar una cerveza y Jamal le mencionó el atentado del 11-M y Mario se da cuenta que la conversación se hace seria y que no se podía tener en el bar.

Jamal Ahmidan subió a casa de Mario mientra que los Oulad se quedaron esperando abajo. “El Chino” le dijo que había cosas que no entendía, porque había participado en la preparación de los atentados, pero que no entendía lo que había pasado.

Que los explosivos los habían preparado los vascos y que habían cambiado todos los planes. Jamal Ahimidan hace mención a 10 mochilas y en televisión aparecen 13 bombas , ¡¡ pero si teníamos 10 para poner !! protestaba Jamal a Mario. Su fin era ganar pasta con el trabajo, que se lo habían encargado gente del CNI que estaban trabajando con los vascos, hace una mención clara que les agregaron al Tunecino los del CNI con un contacto de la UCIE.

“Jamal no especificó nada de donde vinieron los explosivos, solo le habla de los vascos y las siete mochilas. No le concretó el explosivo ni el origen del mismo. Pero los explosivos de Asturias si se habían vendido a Jamal”.

Mario no avisó a nadie de ésto. Lo que hace es “comérselo con patatas fritas”. No avisa a la UCO.

En Diciembre de 2003 a Mario le habían acusado de ejecutar a dos colombianos y le metieron en la cárcel los de la UDYCO hasta después de Navidades. Entonces Mario se ocupaba con un gallego de algo de trafico internacional de drogas, con algo de coches y tarjetas.

Dice que la UDYCO les tenía intervenidos y les pillaron, fueron a su casa y la registraron y entonces desaparecieron las conversaciones grabadas que tenía con Jamal y con Lamari. Allí estaba su abogado Carlos Prieto de la UCO, que le asistía, la fiscal y se llevaron todo lo que consideraron oportuno, pero se quedaron con alguna llave de la casa y se han llevado después algunas cosas como cintas, porque Mario grababa casi todo (y guardaba todo sin copias en su casa).

Después de Navidad, al mes o así, sale de la cárcel como Lamari, como Rafa, como los de la Hierro, como .... casi siempre.

El día que explota Leganés, Mario estaba con Carlos "Ben-Hur", otro musulmán que implicado en la Hierro acaba trabajando para la UCO como informante. Hablaron del Conejo, que estaba en Marruecos pero que decidió venirse para España y enfrentarse a lo que le pudiera pasar. Hicham también despareció, Rachid El Alto se fue a EEUU. El capitán de la UCO Paco París le dijo que entonces que lo buscaran los americanos.

Tiempo después es cuando el Capitán París, Victor y Mariano fueron a buscarle y se lo llevaron a una pizzeria tras hacer unas maniobras de despiste por Paseo de la Castellana.

Entonces empezaron a preguntarle cosas del 11-M y allí tuvo muy mal rollo con París porque Mario se considera la UCO, es confidente de tipo A1 y al sentarse a la mesa en plan jocoso Mario hizo un comentario en voz alta “esto es un golpe de estado” y París “sacó la pistola me la metió en el costado y se enfadó bastante” “que me olvidara de todo, maricón”. Intervino Victor para tranquilizar los ánimos y Mario ya estaba muy a disgusto, y la historia terminó ahí.

Después del atentado le dieron una paliza de tipo policial par amedrentarle, Mario pidió ayuda a la UCO porque estaba sin trabajo, pero Victor le dijo que no que tenían que estar al margen.

Y ya no vuelve a ver a nadie más hasta que le llevan a ver a Del Olmo como testigo o como acusado, pero como fue sin citación ni nada pues.. Mario notó la tensión en el coche camuflado de la unidad y el alférez con el que tiene buen rollo le pide en un aparte que cuente lo menos posible para no meterse en líos.

Mario se quedó a solas con la fiscal y el juez y a ver si conocia a rumanos y búlgaros usando fotos y Mario que si los concocía, se hizo el loco. La fiscal se puso impertinente porque él se rió algo y se mosqueó Mario, se puso a la defensiva, y se dirigió al juez “estoy en calidad de qué” no tranquilo que tal y tal, solo te pedimos que nos comentes que no estás imputado...

Mario insiste que le estaban preguntando por gente que no era cualquier cosa, sino muy peligrosa, por lo que pidió ser testigo protegido. Entonces ya le dice Del Olmo, “lo que mejor podías hacer es olvidarte de todo esto y volverte al convento”.

Mario reconoce que puede que sea parte de las cloacas, pero que hay una parte del servicio de inteligencia que se puede decir con mayúsculas que son unos HIJOS DE PERRA, y que además del 11-M también han cometido un asesinato con todos los de Leganés.

Mientras el Chino y otros colocaban siete bombas preparadas para explotar y las tres que El Tunecino se supone había convencido a tres para que se suicidaran y luego no se suicidaron.

Estas siete bombas puede que tengan que ver con un grupo de siete tarjetas.

Gascón aclara que lo que salió en El Mundo de que fue la GC quien puso los explosivos en circulación y no Toro, fue algo retocado por Antonio Rubio que lo enfocó como quiso. Aclara que es Toro el que los puso en circulación, bajo vigilancia de la Guardia Civil.

EL EPISODIO DE LEGANÉS
Sobre el episodio de Leganes, Mario dice que “a Lamari le mataron” que no cree que se suicidaran en Leganés. Que era muy dificil convencer a tantos para hacerlo a la vez, que se ve quie no son gente de profundos ideales. Unos días antes estaban organizando lo del puticlub, con lo que está claro es que no se querían suicidar.

Además, ha visto fotos en internet del cuerpo sin vida de Jamal y se fija en que ese cadáver no tenía un corte en el brazo y en la barriga de un “chinazo” (una autolesión) que se dió en la cárcel quizás para ir a enfermería, que no ve los cortes que tenía que haber. El verdadero cuerpo de Jamahl Ahmidan tenía dos "chinazos" hechos en la cárcel, marcas hechas a propósito. Uno en el brazo, otro en la cara.

Los moritos no se suicidaron en Leganés porque no son islamistas de ningún tipo. Ni radicales ni tibios.

(Trascripción realizada por Tadpole/Javier Castro)

City FM Radio

Albert Boadella: «Los cocineros son hoy los nuevos dioses»

Su nuevo espectáculo, «La cena», que pone en solfa a los cocineros estrella, ha llegado a los escenarios en el momento en que la polémica de los fogones no sólo no amaina, sino que parece que arrecia.

Conoce a la perfección los ingredientes de la cocina escénica. Sus recetas teatrales son éxito seguro donde abundan la sal y la pimienta. El director de Els Joglars acaba de estrenar en Sevilla «La cena», una nueva burla a los cocineros estrella que llega a los escenarios en medio de una polémica de dimensiones mediáticas desconocidas sobre la alta cocina española. En esta ocasión, nuestro bufón predilecto ejerce de satírico gastrónomo especializado en descabezar a chefs mediáticos. «He comido en El Bulli y en el Racó de Can Fabes», asegura, cainita, antes de comenzar a repartir quijotadas a diestro y siniestro contra la cocina española de vanguardia. Si la asociación de chefs Euro-Toques tiene razón cuando afirma que algunas opiniones «pueden poner en peligro el prestigio de la cocina española», las de Boadella le convierten en digno acreedor al título de torracollons de los fogones, en franca competencia con Santamaría.

Entrevista por David Barba

¿Qué le parece la polémica de los cocineros estrella?

–Puro negocio mediático. Esa cocina llamada de vanguardia se basa en tendencias de moda que a veces atentan contra el gusto general. Pasa lo mismo en el arte de vanguardia: las elites pagan fortunas por bodrios muy superiores a las que pagarían por obras históricas importantes.

–¿No le parece que semejante opinión es de las que podrían «hundir el prestigio de la cocina española»?

–La asociación Euro-Toques exagera: sólo los campesinos, los pescadores y los ganaderos podrían hundir ese prestigio. Otra cosa es la alta cocina, en la que hay mucho trilero y mucha pose mediática.

–Santi Santamaría dice que los cocineros son «una pandilla de farsantes que trabajan por la puta pela».

–Me parece una autoconfesión muy honesta. En un mundo donde hay millones de desnutridos, me parece amoral la sofisticación de una cocina capaz de hacer bandera del aire de zanahoria con concentrado de mandarina.

–Más seria le parecerá la creciente penetración de la alimentación industrial y de los aditivos en nuestra dieta.

–Aquí, Santamaría exagera: si nuestra alimentación se ha desnaturalizado, al menos no sufrimos de pestes medievales. Claro que entonces las personas estaban más preparadas para las diarreas.

–Y quizá era menos neurótica.

–Eso, sin duda. Vivimos en un mundo donde la neurosis se ha generalizado, incluso en la alimentación. En la alta cocina, el problema esencial es que los cocineros se han convertido en los nuevos dioses.

–Es lógico: la sociedad se sofistica.

–Sí, en aspectos poco deseables: por ejemplo, en la pasión que ponemos en el placer personal. Y eso que muchos placeres de hoy están desnaturalizados. La alta cocina, sin ir más lejos, es escasamente sensual.

–¿Qué le pide, entonces, a la buena mesa?

–Para mí, que el olor lo invada todo es fundamental. Pero si te colocan delante una ostra con gusto de mejillón, no me sirve. Hoy, ocurre algo parecido con el sexo, donde abunda la higiene, la depilación y las acrobacias. Pero, al menos, el sexo es un placer más compartido. La asepsia total es desaconsejable en ambos campos.

–La comida y el sexo no necesariamente tienen que oler bien.

–Así es. Y el problema de la alta cocina es precisamente la voluntad de imponer una nueva sensorialidad de laboratorio a partir de una deformación visual, del olor y del sabor de los alimentos.

–Vale, pero alguna vez habrá comido en El Bulli o en Can Fabes.

–Sí, un par de veces. No hay que olvidar que «El retablo de las maravillas» tenía una parte dedicada a Ferran Adrià. Lógicamente, antes de satirizarle, saqué la nariz por su casa.

-Es inevitable pedirle que compare ambos restaurantes.

-Tengo mejor recuerdo del Racó de Can Fabes. Santamaría no trata de sorprenderte a cada bocado. Cuando has probado diez de los treinta platos que te pone Adrià, ya tienes el paladar hecho trizas.

–¿Así que le cae mejor Santamaria?

–No siento preferencias por ninguno. Además, Santamaría tampoco hace una cocina tradicional. Con todo, sus manipulaciones me remiten a gustos más familiares.

–La polémica que ha generado es muy boadelliana, ¿no cree?

–Sí, ¡menudo show tan divertido ha montado! Si consigues que 800 cocineros se cabreen contigo, ya has ganado. Era fácil encontrar argumentos: hay cocineros que han dicho tantas tonterías...

–¿Qué le parece el creciente uso de términos filosóficos del posmodernismo en la alta cocina española?

–Hablar de deconstrucción en la mesa me parece aberrante. La deconstrucción tiene que ver con el posestructuralismo de Jacques Derrida. Es una manera de de-sarticular conceptos.

–¿Nuestra alta cocina se disfraza de imposturas intelectuales?

–Hay una apropiación del lenguaje científico para rebozar con él lo que está carente de contenido. Si Cervantes hubiera vivido en nuestros días, «El Retablo de las maravillas» habría versado sobre la alta cocina. Es un terreno donde no hay nada sólido; sólo una enorme factura y mucho vacío. Estos señores venden aire... de zanahoria.

–Quizá estemos viviendo una transición entre la modernidad líquida y la gaseosa.

–Me parece que aún estamos en la fase de la cocina de astronautas. Una vez sentaron a Josep Plà delante de uno de esos platos deconstruidos, y dijo: «¡Puaj, esto es comida para astronautas!»

–Debía pensar en el menú en tubitos de los pobres cosmonautas rusos.

–Me ocurrió algo parecido en El Bulli: me dieron una cánula rellena de una sustancia con gusto a paella. En mi idiocia, pensé que la cánula era comestible y comencé a masticarla. Mi mujer se partía de risa. ¡Qué gilipollez!

–No padezca: masticar también es un proceso de deconstrucción.

–En el fondo, una ostia también es una deconstrucción simbólica del pan de la Última Cena. No hay nada que inventar. Sólo son juegos de palabras, muy del gusto por lo epidérmico que impera en nuestra sociedad.

–Pasa lo mismo con otros terrenos de la cultura, como el cine.

–Se cultiva un cine del subidón, parecido a los videojuegos. También en la cocina crecen los parques temáticos. Esto es una batalla entre la cocina carlista y la cocina de parque de atracciones.

–¿Se les da demasiada importancia a los cocineros?

–Indro Montanelli decía que la decadencia de Roma comenzó cuando los cocineros empezaron a ser relevantes. Cuando un cocinero llena portadas y empieza a filosofar, quizás haya llegado el principio del fin.

–En «La cena» se carga otra vez a los cocineros estrella.

–Lo que ocurre es que la alta cocina reúne todos los elementos litúrgicos de una nueva religión. El cocinero es un nuevo dios.

–Pero se ha reído tantas veces de ellos...

–En el programa de la Expo de Zaragoza hay una sección sobre cocina climática. Me hago cruces con las toneladas de hierro, cristal y cemento que se han construido para hablar de cambio climático, y más en un momento en que el precio del arroz condena a millones de personas al hambre.

–Al menos, la Expo quizá sirva para concienciar a los consumidores.

–No sea iluso... Sería más útil que los cocineros estrella utilizaran carne humana en sus menús. ¡Qué gran solución! La alta cocina caníbal acabaría con la superpoblación y, por tanto, con los problemas medioambientales. Recomiendo a Ferran Adrià y Santi Santamaría que lo rumien: la verdadera deconstrucción es el canibalismo.

DESTACADO

El nuevo espectáculo de Els Joglars "es una cena internacional que organiza el Ministerio de Medioambiente. El menú lo ofrece un cocinero estrella de rasgos mesiánicos". Estrenado en Sevilla, Boadella reafirma que no se verá en Cataluña. "Antes, tendría que cambiar el régimen", exagera el director. Cree el bufón que la crisis del Modelo Barcelona tiene que ver con la hegemonía del nacionalismo catalán: "alguien ha dicho que Esperanza Aguirre sería una excelente lehendakari. ¡Mejor estaría como presidenta de la Generalitat! Diez añitos de Esperanza serían la mejor terapia para Cataluña". A Boadella, las disensiones en el PP le recuerdan "a la bronca de los cocineros estrella". Quizás, como en El Bulli de Ferran Adrià, lo que ocurre en la oposición también tenga que ver con la polémica deconstrucción (de la tortilla de patatas).


La razón