viernes, 25 de julio de 2008

Chávez, Zapatero y ETA

La colonia etarra en Venezuela es extensa y está formada por decenas de terroristas, muchos de ellos con delitos de sangre. Entre todos suman decenas de crímenes. Bien es cierto que muchos llegaron a Venezuela a partir de los años ochenta, antes de que Chávez soñara con lograr el poder absoluto en aquel país. A este desaguisado no son ajenos los socialistas: fue Felipe González quien firmó con Carlos Andrés Pérez el convenio de traslado de la colonia etarra de Argel a Caracas. Allí constituyen una importante colonia, han formado familias y montado negocios. Primero sembraron la muerte en el País Vasco y España. Y después rehicieron su vida como si nada hubiera ocurrido.

Durante años, fueron varios los países suramericanos que albergaron terroristas de ETA, pero cada vez son menos. Hace ya tiempo que México dejó de ser destino para los etarras huidos pese a que llegaron a juntarse casi trescientos. En el caso de Cuba, la fraternal relación con el régimen de Fidel Castro ha cambiado ante la incertidumbre del futuro del régimen castrista, que ha frenado la presencia etarra.

ETA busca regímenes amigos donde establecer a sus miembros. Hoy, estos países son principalmente tres: Bolivia, Venezuela y Nicaragua. Sus regímenes hacen un doble juego: por un lado ofrecen una cara diplomática a España, lavándose las manos ante la presencia cada vez mayor de etarras dentro de sus fronteras. Y por otro lado, colaboran activa o pasivamente en el proselitismo que las organizaciones de la izquierda proetarra llevan a cabo. Por estos países pululan organizaciones etarras vendiendo un discurso nacionalista-indigenista entre políticos y medios de comunicación. Crean las condiciones políticas necesarias para el asentamiento y permanencia de los terroristas.

En el caso de Chávez, el entramado mediático chavista, sus políticos y diputados difundieron la versión etarra sobre la negociación de Zapatero con ETA de hace dos años. La propaganda indigenista-populista ha creado un vínculo entre el nacionalismo vasco y el indigenismo suramericano que favorece el refugio de etarras allí. Haría bien ZP en preguntar al petrotirano sobre la versión difundida por Chávez sobre su proceso de paz.

La relación es más clara respecto al triangulo que forman Chávez, FARC y ETA. La estrecha colaboración de Chávez con las FARC no es ya sorpresa para nadie. Ofrece retaguardia y financiación a la guerrilla terrorista. Por su parte, ésta ha colaborado con ETA desde hace años. Viajó constantemente a Colombia en busca de entrenamiento, sea con los cárteles de la droga o con las guerrillas marxistas. Y en los últimos años, son los etarras los que llegan a entrenar a los miembros de las FARC en el manejo de explosivos de última generación. Parecen confirmarse las relaciones entre el tráfico de drogas en Europa y la financiación de ambos grupos. Además, el ordenador del narcoguerrillero Reyes demostró los planes de los socios de Chávez para la realización de atentados en España de la mano de ETA en una siniestra joint-venture.

En el caso de Chávez, el trato dispensado a los etarras en Venezuela es exquisito. Es sabido que el régimen chavista consideró conceder la nacionalidad venezolana a José Ayestarán, Miguel Angel Aldana, Jesús Arteaga y Eugenio Barrutiabengoa, que suman, entre todos cuarenta españoles asesinados, y por los que Zapatero debería preguntar al petrotirano: ¿acaso no repite el Gobierno que buscará y encarcelará a todos los asesinos de ETA? Aquí tiene una buena ocasión para dar un paso importante, pues están localizados. También es conocido el papel desempeñado por el etarra Cubillas –tres españoles asesinados–, en la administración estatal venezolana. A éstos se les puede echar el guante. Otros etarras vivieron bajo el amparo de Venezuela y se reintegraron más tarde en la banda etarra.

De confirmarse la noticia de la financiación de Chávez a ETA, estaríamos ante un enorme escándalo, un salto cualitativo. Equivaldría a decir que el dinero para volar la T4 o matar a Isaías Carrasco lo puso Hugo Chávez. Así que es inexcusable que el tema se suscite en su visita a España. No es que esperemos mucho de Chávez, pero lo que es exigible al Gobierno es que pida explicaciones por estas noticias sobre financiación de ETA y, sobre todo, exija a Chávez que haga algo en relación con la colonia de etarras que bienvive en Venezuela.

Hoy no sirve la excusa del desconocimiento. En los últimos años se han sucedido las noticias sobre la calidad de vida de los etarras en Venezuela. Conocemos que viven en un retiro dorado del terror y que humillan a sus víctimas, a las que llegan noticias sobre su impunidad. Así que Zapatero no puede jugar a dos cosas a la vez. Si quiere perseguir etarras, ahí tiene a Chávez para impulsar su política antiterrorista. Y si lo que no quiere es desairar al petrotirano, nos preguntaremos legítimamente sobre sus intereses en la lucha antiterrorista.

GEES en Libertad Digital

Chávez en Marivent. Hermann Tertsch

HUNDIDO, porque está al borde del fracaso su prepotente y delincuente aventura de sembrar guerrilla, populismo, violencia y fobia a la democracia y a occidente por toda Latinoamérica, Hugo Chávez busca un respiro y tiempo. Sus petrodólares y sus asesores cubanos, su vocación totalitaria y su pose habitual de rufián no le han valido para evitar la galopada de derrota en derrota. Quería asediar a Colombia y chantajear al presidente Álvaro Uribe con los secuestrados. La respuesta a sus planes ha sido la magnifica operación colombiana de liberación de Ingrid Betancourt y la muerte de los principales cabecillas de los terroristas a los que lleva tanto tiempo dando cobijo. Pero también la evidencia de esta complicidad suya con los peores grupos del narcotráfico más o menos disfrazado ideológicamente en su continente. Dentro de Venezuela, donde lleva años aterrorizando y esquilmando a quienes se resisten a su totalitaria «revolución bolivariana» -entre ellos centenares de miles de españoles, por cierto prácticamente indefensos-, resurge la contestación también en las clases más pobres hasta ahora secuestradas en su criterio por subvenciones y promesas incumplidas e imposibles.

Ese Hugo Chávez que se pasó semanas riéndose del Rey de España y de los Borbones, de los supuestos colonialistas empresarios españoles y de todos los que no le rieran las gracias después del incidente habido en la última Cumbre Latinoamericana, va a venir a España. Y nos cuenta Chávez desde Venezuela, vía «Aló presidente», que lo mismo se digna a aparecer por Mallorca donde veranea el Rey de España. El notorio compañero de trapacerías de Chávez que es Daniel Ortega, ese sórdido personaje que vuelve a ser presidente de Nicaragua gracias al dinero de Caracas y a los comisarios cubanos, le ha dicho al compañero Chávez que le tiene que dar un par de lecciones al Rey de España sobre la forma de comportarse en las cumbres latinoamericanas.

Rusia, Bielorrusia, Portugal y España. Esa es la magnífica gira triunfal europea en la que algunos en La Moncloa quieren encuadrar la de por sí vergonzosa y vergonzante visita del bufonísimo presidente de Venezuela Hugo Chávez a España. A Rusia y al último estalinista de Europa, el bielorruso Lukashenko, no les importa nada la catadura de sus visitantes mientras puedan sacarle provecho. Nuestros dignísimos vecinos portugueses no han tenido problemas con susodicho personaje. Si hubiera ofendido a la Jefatura del Estado portugués, Chávez no pisaría Lisboa. Pregunta para niños: ¿Qué visita le da prestigio entre los suyos a Chávez y debilita a su oposición democrática en el interior? La que hace a España. ¿Le esperan en Alemania, París, Londres, Roma, Varsovia, Estocolmo, La Haya, Bruselas? No. Ni le esperan ni está invitado.

¿A qué viene entonces este nuevo e inenarrable atropello a nuestra dignidad de aceptar la zafia visita del milico incontinente? Es lamentable tener que recordar que el Rey tuvo que interrumpir a Chávez porque no lo hizo el presidente del Gobierno español. Está claro que tienen listones distintos, jefe de estado de Gobierno, respecto a lo tolerable en lo que va de la impertinencia a la afrenta. Zapatero no tiene problemas con Chávez. Lo sabemos. Como sabemos que muchos han de callar por disciplina y vocación de servicio. Pero algunos aun podremos decir que nos parece del todo insufrible la presencia de Chávez en Marivent. Después de lo pasado y lo dicho.

ABC - Opinión

Hermann Tertsch responde a las amenazas del PSOE contra Telemadrid

La secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, ha lanzado un órdago totalitario, una amenaza implícita, a las televisiones autonómicas que no se dejan doblegar por la doctrina socialista. Un “grupo de trabajo” será enviado a estos medios de comunicación para vigilar que todo se diga y haga como el Gobierno Zapatero ordene y mande.

A tenor de esta situación que preocupa, entre otros, a muchos profesionales de la Radio Televisión Madrid (Telemadrid); Periodista Digital reproduce la respuesta contundente de Hermann Tertsch, director de Diario de la Noche, ante lo que define como “la osadía de un partido político en el Gobierno de amenazar a un medio de comunicación al estilo de Hugo Chávez”. ´

Texto íntegro de Hermann Tertsch:

Sería simplemente grotesco si no fuera peligroso. Sería una broma de mal gusto si no fuera una amenaza para las libertades de los madrileños, los valencianos y por ende, de todos los españoles.

El Partido Socialista no parece tener otra preocupación que acallar a las únicas televisiones que no tragan ni hacen tragar las ruedas de molinos del Gobierno Zapatero:

La crisis no existe, el paro rampante es un daño colateral, las quiebras empresariales un ensueño, la represión de la lengua común de todos los españoles una quimera, el rodillo totalitario nacionalista una anécdota.

Lo único que abruma al PSOE es que Telemadrid y la televisión valenciana no digan siempre lo que ellos quieren. Nada menos, nadie menos que la secretaria de organización Leire Pajín ha anunciado en la sede socialista de la calle Ferraz la creación de un grupo de trabajo estable para afrontar la "situación" de estas dos televisiones que no controlan los socialistas ni sus socios nacionalistas.

No les bastan los parlamentos madrileño y valenciano. Necesitan un comando de acoso a las televisiones que no se doblegan. No les preocupa que la televisión andaluza de Chávez parezca desde hace décadas la televisión de Ceaucescu, ni que en otras televisiones autonómicas se viertan diariamente dosis de odio y veneno contra España, contra su unidad, su cohesión y su solidaridad.

No les inquieta por supuesto que sus aliados, voluntarios o forzosos por intimidación, produzcan y emitan basura a toneladas.

Lo que les molesta es que los ciudadanos puedan ver Telemadrid porque lo han decidido libremente. Quieren arrebatar a Telemadrid la posibilidad de informar a su manera y a los ciudadanos la posibilidad de informarse como quieran.

Telemadrid seguirá aquí, pero estaría bien que todos, los que creen en la libertad de información, también la oposición, hicieran frente a estas maniobras más propias de Hugo Chavez o Mugabe que de un país europeo de nuestro entorno.

Periodista Digital