viernes, 8 de agosto de 2008

España Incompleta

Sea por habilidad de unos o por negligencia de los otros, la clase política nacional no ha logrado el reto que se proponía la UCD de Suárez en 1977.

He estado releyendo el discurso con el que Adolfo Suárez cerró la campaña electoral de 1977. “Puedo prometer y prometo” es uno de los que integran la colección “Voces de la democracia”, lanzada por el diario El Mundo hace algunos meses. Contiene algunas reflexiones que no deberíamos cansarnos de recordar: “No vengo con fáciles palabras a la conquista de votos fáciles. Sé muy bien –y lo demuestra la experiencia- que quienes alcanzan el poder con demagogia terminan haciéndole pagar al país un precio muy caro”.

Me he parado ahí, en esa palabra, un buen rato: demagogia. Después he acudido a la RAE y no hay dudas sobre su significado: “Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder”. Adolfo Suárez hablaba en 1977 de un “nuevo horizonte”, de una España “que ya es políticamente de todos”, y culminaba su arenga electoral por todo lo alto: “Puedo, en fin, prometer, y prometo, que el logro de una España para todos no se pondrá en peligro por las ambiciones de algunos y los privilegios de unos cuantos”.

Lamentablemente no todos los presidentes de la democracia pudieron prometer, ni prometieron, algo así. Sea por habilidad de unos o por negligencia de los otros, la clase política nacional no ha logrado el reto que se proponía la UCD de Suárez en 1977. No es momento de mirar atrás –o al presente- tan sólo para señalar a nadie, sino de valorar con objetividad los errores, encender las luces de emergencia y actuar con celeridad. España está incompleta. Se lo he escuchado en las últimas horas, con estas u otras palabras, a tres tertulianos radiofónicos de muy diversa inclinación política. Todos ellos hablaban del Manifiesto en Defensa de la Lengua Común y de la explosión del sentimiento nacional gracias al triunfo de la Selección Española. Coincidían en subrayar que algunas situaciones que se consideran normales en nuestro país –como multar por el idioma de un rótulo o educar en el odio al castellano- son señales de un problema de fondo que convierte a España en un lugar de libertades a medias, que dependen del lugar donde a uno le haya tocado nacer y de la estrategia para mantenerse en el poder que el PP o el PSOE decidan llevar a cabo en esa comunidad autónoma. Una avería que es responsabilidad de todos, pero especialmente de la gran cantidad de políticos que durante estos años, por sus “ambiciones” y “privilegios”, han puesto en peligro la construcción de la “España para todos” que anunciaba Suárez.

Por eso no está de más recordar también que urge que los ciudadanos nos planteemos hasta qué punto es responsabilidad nuestra la España caótica, enfrentada y egoísta que, a este paso, heredarán sin remedio los hijos de nuestros hijos. Una España donde la democracia habrá sido neutralizada por una élite de políticos estrategas que sólo serán fieles a las tácticas que en cada momento les garanticen el sueldo. Una España sin libertad, sin democracia real y sin mecanismos independientes del poder político capaces de corregir la situación. Una España ideal, sí: ideal, para irse a vivir otro lugar.

Ya hemos comprobado –muchas veces- que no se puede confiar en que la clase política ponga los intereses nacionales por encima de los suyos. Por eso es la hora de los ciudadanos. Firmar el Manifiesto en Defensa de la Lengua Común es un deber para los que dicen luchar por la libertad. Léanlo, primero. No atiendan a las manipulaciones de unos y de otros. Léanlo y verán que no arremete contra ninguna lengua, que no se arrima a ningún partido y que no beneficia a ningún particular. Que es sólo el toque de atención del pueblo a esa élite política que amenaza con seguir lavándose las manos, mientras un reducido grupo de gobernantes se empeñan en dividirnos, alimentando nuestros odios, obligándonos por ley a ser insolidarios y utilizando la grandeza del idioma como arma arrojadiza.

Me he adherido hace algunos unos minutos a ese Manifiesto en Defensa de la Lengua Común, a pesar de que me caen muy gordos algunos de sus primeros firmantes. Porque “ese no es el tema”, que diría el también firmante Luis Aragonés. “El tema” es la libertad del ciudadano, los derechos mínimos y la responsabilidad de que las generaciones futuras de españoles puedan entenderse entre sí sin traductores.

Es lamentable que a estas alturas tengamos aún que andar firmando cosas tan básicas.


Itxu Díaz es periodista digital y director de Popes80.com

El Confidencial Digital

La Frase Progre. Por Junta de Castilla-La Mancha

"Si transcurrido un año desde la declaración definitiva [como VIPP] existieran viviendas sin adjudicar, la promotora podrá instar a la Consejería competente a su adquisición en los términos previstos en el convenio"

Esto es fantástico. La Junta de Castilla La Mancha, gobernada, como no, por un socialista, ha decidido que si una promotora construye pisos, y estos no los compra nadie, va la Junta y se los compra. Como oís.

¿Y que harán con ellos? Sencillo: "si no se venden los pisos se incorporarán al patrimonio público de la comunidad". Oh, fenómenal, ahora la Comunidad de Castilla La Mancha se va a convertir en la gran propietaria de pisos a nivel comunitario. Pero, ¿qué harán con ellos? Pues naturalmente, comprar votos. O, como dirían ellos, "facilitar el acceso a la vivienda a los más necesitados", que viene a ser lo mismo.

Y luego una justificación que raya en la locura: "las viviendas se construirán donde exista demanda y no donde quiera el promotor". O sea, que un promotor, que debería jugarse su dinero, lo que quiere es construir donde no haya demanda, ¿no?. Esto es glorioso.

Es el mercantilismo, esa amalgama entre intereses públicos y privados, que está presente en casi todas las democracias. Son los burócratas favoreciendo a los empresarios amigos, siempre, claro está, en nombre del "bien común".

Cualquier cosa, pero cualquier cosa, antes de dejar que el libre mercado actúe en el sector de la vivienda, y que el precio de estas refleje la oferta y la demanda real. Mira que es sencillo. Pues no. Intervencionismo. Por nosotros, y con nuestro dinero, claro.

La Frase Progre

Convocan una manifestación en Barcelona con el lema ‘¡Ultrajemos a España!’

Diversas asociaciones de jóvenes radicales independentistas han convocado para el próximo 16 de Agosto, en Barcelona, una manifestación con el lema ‘¡Ultrajemos a España! Desobedezcamos la imposición española’.

Pekin Lema Olímpico: Más ciegos, más sordos, más mudos


Libertad Digital: González Pons pide “finezza” con China y no mezclar deporte y política

20minutos.es: De la Vega apoya que los deportistas no hablen de política en los Juegos Olímpicos

ABC: Los organizadores advierten a los atletas que protestas incumplen la Carta Olímpica

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