domingo, 31 de agosto de 2008

La bandera independentista ondeará en 33 ayuntamientos catalanes en la Diada

El próximo 11 de septiembre, la bandera independentista catalana ondeará en un total de 33 ayuntamientos. Esa será la forma en que celebren la diada estos consistorios gobernados por nacionalistas en muchos de los cuales ni siquiera está izada, como ordena la ley, la enseña española. En uno de ellos, Palafrugell, la moción prosperó con el beneplácito del PPC. La concejal denunció posteriormente que su voto había sido "manipulado".
Un total de 33 ayuntamientos catalanes gobernados mayoritariamente por ERC o CiU prevén izar la bandera independentista el 11 de septiembre con motivo de la Diada Nacional de Cataluña. Con este motivo, aprobaron una moción que proclama la adhesión a una campaña para conmemorar el centenario de la llamada estelada, iniciativa secundada por organizaciones de marcado carácter nacionalista.

De momento se han adherido 33 municipios a esta campaña, incluyendo cuatro capitales de comarca, como son Figueras, Villafranca del Penedés, Les Borges Blanques y Ripio. La mayoría de los municipios están gobernados por ERC o por CiU, aunque también el PSC participa en algunos consistorios, como el de Arenys de Munt (Barcelona).

La campaña tiene el apoyo de partidos como ERC y la CUP, y de entidades como Sobirania i Progrés, Òmnium Cultural y la Plataforma pel Dret de Decidir (PDD). Además, personalidades diversas se han adherido, como el ex director del Museo de Historia de Cataluña, Jaume Sobrequés (PSC).

Han aprobado la moción Villafranca del Penedés, Arenys de Munt, Sant Llorenç Savall, Tona, Manlleu, Calldetenes, Santa Eugènia de Berga, Montesquiu, Vilassar de Mar, Cardedeu, Sant Martí de Tous, Bellprat, Sant Quirze de Besora, Callús, Santa Eulàlia de Riuprimer, Folgueroles, Sant Vicenç de Torelló, Orís, Subirats (Barcelona), Figueras, Ripoll, Llançà, Pals, Palafrugell, Caldes de Malavella, Maià de Montcal, Regencós, Alp (Gerona), Les Borges Blanques, Alfés, Besalú, Bellpuig y Seròs (Lérida).

Los consistorios de Calders (Barcelona) y Bordils (Gerona) abordarán esta semana si izan la bandera independentista.

El caso de Palafrugell

El municipio de Palafrugell, gobernado por nacionalistas, saltó a la palestra por el apoyo que la única concejal popular del consistorio, Laura Galiana, dio a la iniciativa. Posteriormente, Galiana explicó a LD que su voto había sido una muestra de buena voluntad y que en la iniciativa no se hablaba de reivindicaciones políticas, sino de “homenaje” en el centenario de la enseña.

Libertad Digital

Pujol: “Cataluña tiene pocos amigos en el resto del Estado”

El ex presidente de la Generalidad de Cataluña, Jordi Pujol, ha señalado este sábado durante un encuentro con militantes de su partido en Ribas de Freser (Gerona) que dada “la agresión y la asfixia que padece Cataluña” CiU ha de votar en contra de los Presupuestos Generales del Estado.

“Yo, a título personal, creo que por una cuestión de respeto, de dignidad, de hacerse valer y de no dejarse maltratar y engañar sistemáticamente, CiU no puede votar a favor de estos presupuestos. Zapatero los aprobará igualmente pero no con nosostros”, ha asegurado Pujol.

Según el político nacionalista, el tema de la financiación está “muy difícil”, aunque “afortunadamente” hay una unidad de acción, “una acción conjunta de presión iniciada por el propio presidente Montilla y culminada por CiU, que hace una cosa loable como es dar apoyo al Gobierno [autonómico] desde la oposición. Y espero que esta presión pueda tener la eficacia necesaria, pero no es seguro. Por desgracia, como dice Montilla y como tamibén afirmo yo, Cataluña tiene pocos amigos en el resto del Estado“.

Pujol ha afirmado que con el Estatuto y de rebote con la negociación de la financiación se ha puesto de manifiesto “la hostilidad manifiesta” hacia Cataluña que hay en el resto del Estado: “Todo esto no es solo un problema de financiación sino que va más allá y trata sobre los catalanes como pueblo“.

Para Pujol, negar ahora la diferencia de Cataluña “va contra el espíritu de la transición” y ha criticado las llamadas a la responsabilidad realizadas desde el Gobierno central, señalando que después de ser responsables durante 33 años “no podemos aceptar acciones tan hostiles“.

lavozdebarcelona.com

El valor bursátil de los bancos se reduce 57.000 millones

Los seis principales bancos españoles, que acumularon beneficios récord de 30.000 millones entre 2006 y 2007, caen en bolsa 56.914 millones en los trece meses que dura la crisis crediticia. Santander resiste mejor que nadie.

El virus que ataca al sector financiero desde julio de 2007 ha arrebatado 56.914 millones de euros en bolsa a los seis principales bancos españoles. Han pasado de un valor de más de 197.700 millones de euros, en conjunto, a 140.803 millones.

Esto significa que en los trece meses que dura la crisis crediticia, iniciada con las subprime, estas entidades se han dejado en el parqué casi cuatro veces los beneficios récord que presentaron en 2007, en total 16.593 millones. O lo que es lo mismo, algo más del doble de las ganancias acumuladas que les proporcionó su actividad bancaria entre 2006 y 20007: 30.164 millones euros, contabilizando en ambas casos el beneficio originado por su actividad ordinaria.

La crisis en la que está inmerso el sector ha desvelado diferencias en la resistencia de cada valor. Santander, con el mejor comportamiento en bolsa de todas las entidades, ha sido el único de los grandes bancos europeos en mejorar su beneficio. BBVA también ha seguido esta tendencia.

La diversificación geográfica de ambas entidades les coloca en mejor situación, según los analistas, para seguir haciendo frente a las turbulencias y acceder a financiación en mejores condiciones. El resto de entidades, por su mayor dependencia del mercado nacional, están más condicionados a la evolución de la economía española en distintos frentes: la evolución del sector inmobiliario, el deterioro de las economías domésticas por efecto de la crisis y la evolución de las pymes.

En el parqué
Aunque todos caen en bolsa, Santander es el que menos baja y es el único que aumenta su peso en el Ibex y en el EuroStoxx 50. Reafirma así su liderazgo como el banco que más ganancias obtuvo en 2007 y que más pesa en ambos indicadores. Y amplía la brecha que desde algún tiempo mantiene con BBVA, en España, y con UniCredit en Europa, sus dos inmediatos seguidores.
Santander vale en bolsa 72.800 millones de euros y tiene un peso del 18,22% (es el segundo mayor valor del mercado, por detrás de Telefónica, que pesa el 20%).

El paso adelante en la ponderación de Santander no significa que no haya perdido valor, sólo que aguanta mejor el chaparrón. En los últimos trece meses baja un 14,51%, lo que ha reducido su valor en bolsa en más de 16.573 millones, hasta los 72.800 millones. Cae menos que otros valores ajenos a la tormenta, como Iberdrola, Endesa o Repsol.

Por su parte, BBVA, se deja el 34,42% desde julio de 2007, es decir, que se han esfumado más de 21.994 millones de su capitalización. Esta cifra equivale casi al conjunto de Popular, Sabadell, Bankinter yBanesto. Su capitalización queda así reducida a 43.326 millones. Antonio Ramírez, analista de la firma estadounidense Keefe, Bruyette & Woods, subraya que no es una situación de la que tenga la culpa el banco, sino que está en línea con lo que pasa en el sector financiero mundial.

Dice que la percepción del mercado es que el banco presidido por Emilio Botín está más diversificado y depende menos del negocio en España. “Los inversores han preferido la apuesta por Brasil que por México, también gustó mucho la venta de Antonveneta en Italia”, explica Ramírez.

Coincide con esta apreciación Diego Barrón, de Fortis, quien aún es cauto sobre el sector financiero: “Lo peor no ha pasado. Gran parte del peor escenario posible está descontado en muchos casos, pero habrá más sustos”. Reconoce lo difícil que es ahora recuperar la confianza de los inversores, pero cree que BBVA tiene que dejar claro que se han acabado las adquisiciones y su expansión por EEUU. Además debe dar señales de que sus franquicias en EEUU y México no se van a ver afectadas por la crisis.

Ramírez añade que otro punto en contra de BBVA es que los hedge fund están teniendo dificultades para tomar prestados títulos de la banca mediana para apostar a la baja por ellos y ganar dinero. La falta de liquidez se lo impide y con los inversores muy negativos sobre España la situación ha centrado su operativa en BBVA.

Bankinter y Popular, con caídas del 44%, se han dejado en bolsa 2.347 y 7.632 millones de euros respectivamente. Las perspectivas no dejan lugar al aliento, ya que las dudas sobre la economía y sobre la evolución de los resultados hace huir a los inversores. Aunque la cifra de Bankinter es la menor, en términos absolutos, supone una cifra similar al valor en bolsa que tiene ahora, 2.950 millones.

El peso de los grandes bancos
Antes de que estallara la crisis, Santander pesaba un 16,41% y lideraba el ránking del Ibex, por delante de Telefónica. Toda una hazaña en plena tormenta financiera. Mientras, BBVA, Banco Popular, Sabadell, Bankinter y Pastor han reducido su peso en el Ibex 2,5 puntos en conjunto, Santander ha engordado 1,82 puntos. Algo similar le ha ocurrido en Europa, donde supera los cuatro puntos porcentuales de peso en el euro Stoxx 50 y ronda la representación que tenía en 2006 (4,17%).

Sus inmediatos seguidores, BNP Paribas y UniCredit están alejados con un 2,9%.BBVA es el quinto banco europeo por peso en el Eurostoxx 50, con un 2,3%, frente al 2,7% de julio de 2007 y el 3% de 2006. El papel de BBVA en el Ibex también ha ido a menos. En julio del año pasado pesaba un 12% en el índice, frente al actual 10,82%.

Expansión.com

Mi propio Manifiesto (y II). Por Arturo Pérez Reverte

La semana pasada se acabó la página cuando les comentaba cómo ni el Gobierno central ni algunos gobiernos autonómicos garantizan el libre uso del castellano, o español, en la Administración, Sanidad o Educación de toda España. Franquismo al revés: antes era el español forzoso para todo, y ahora es la lengua local la obligatoria. Cuando los nacionalistas buscaban parcelita, la palabra bilingüismo era mágica: daban el alma por rotular también en catalán, gallego o vascuence. Ahora proclaman sin disimulo el ideal de una nación monolingüe, aunque no encaje en la realidad de la calle. Pese a que su mala fe es evidente, aún hay palmeros y cómplices afirmando que eso es progresista; y denunciarlo, resabio imperial. Y mientras tanto imbécil –en el más honrado de los casos– mira al tendido o lleva el botijo, cuatro golfos oportunistas han convertido las respectivas lenguas, valiosas herramientas culturales y de comunicación, en filtro sectario para excluir a los no afines y promocionar en el trabajo y la sociedad a su clientela exclusiva. Marginando la excelencia profesional a favor de la lingüística, como si contara más el idioma que la habilidad de quien opera con un bisturí. Tal es el sentido de la sobada cohesión social: hablar sólo una lengua propia como si la común, el español, no lo fuese. Empeño legítimo, por cierto, para un catalán, un vasco o un gallego nacionalistas; pero injusto para quien no lo es. En una España llena de naturales e inmigrantes que van de una autonomía a otra buscando trabajo, es un disparate negarles el único idioma que permite comunicarse en todo el territorio nacional –y también fuera de él– con soltura y libertad.

En esta canallada política nadie tiene la exclusiva. Los graves cantamañanas del Pepé, reunidos hace mes y pico en San Millán de la Cogolla para proclamar su apoyo a la lengua española, podían haberlo hecho con más eficacia y menos demagogia durante los ocho años que estuvieron en el poder. Entonces, la peña del amigo Ansar tragó de todo. Como tragará en el futuro, por mucho que ahora subscriba el manifiesto de la Lengua Común o el de la Lirio, la Lirio tiene, tiene una pena la Lirio. Así que, en mi opinión, Mariano Rajoy puede meterse la adhesión donde le quepa. Por culpa de tanto oportunista, al final siempre terminan vendiéndonos la lengua española como enfrentamiento entre derecha e izquierda; cuando, en realidad, los políticos de derechas tienen tanta desvergüenza como los de izquierdas. Es cosa del puerco y común oficio.

En cuanto a los que se llenan la boca de República o Guerra Civil, cuya realidad tanto manipulan, hay que recordarles que la mayor parte de quienes lucharon por esa República no lo hicieron para darles un cortijo con lengua propia a cuatro mangantes, sino para que una España de ciudadanos fuese más culta, libre y solidaria. Uno comprende que la derecha, con su desvergüenza innata, vaya y venga envuelta en toda clase de farfollas trompeteras. A fin de cuentas, su discurso es, a escala nacional, el que los nacionalistas mantienen a escala cutre. En cuanto a la izquierda, algunos llevamos treinta años preguntándonos qué pito toca en ese apoyo suicida al nacionalismo, que no fue de izquierdas nunca: situar ahí a Arzallus, Ibarretxe o Pujol es un desatino indecente. Como dijo Juan Marsé: «En la postguerra me putearon los padres y en la democracia sus hijos. Pero siempre me putearon los mismos».

Hay menos injusticia, afirmaba Montaigne, en que te roben en un bosque que en un lugar de asilo. Es más infame que te desvalijen quienes deben protegerte. Pensé en eso oyendo al presidente Zapatero referirse al Manifiesto de la Lengua Común, cuando expresó su esperanza de que la derecha «no se apropie del idioma español como hizo con la bandera». Todavía estoy dándole vueltas a si lo del presidente es candidez o cinismo. La derecha se apropió de la bandera española porque, desde la Transición, la izquierda se la regaló gratis, negándose a utilizarla hasta veintitantos años después: los mismos que ha tardado el Pesoe en pronunciar la palabra España. Y al final, entre unos y otros, han conseguido lo mismo que con la bandera. Lo que ya pasa en algunos colegios: que al niño que habla en español lo llamen facha.

Por eso me adherí al manifiesto. Confirma mi decisión el recular de los cobardes, el silencio de los corderos y el runrún de los tontos: los equidistantes que siempre acaban favoreciendo al verdugo. Me reafirma la furia de los caciques paletos y los escupitajos de mala fe de quienes tienen la osadía de llamar nostálgicos del franquismo, e incluso extrema derecha –lo han hecho consejerías de cultura autonómicas y miembros del Gobierno– a firmantes como Miguel Delibes, Carlos Castilla del Pino, José Manuel Sánchez Ron, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Margarita Salas, o yo mismo. Luego algunos se extrañan de que me cisque en su puta madre.

XL Semanal