viernes, 12 de septiembre de 2008

Chacón envía a Somalia a un único militar para proteger a los pesqueros españoles

Un único soldado es la aportación del Gobierno español al contingente que protegerá de los piratas a los pesqueros en Somalia. Según informa ABC, así se ha traducido el compromiso de Rodríguez Zapatero tras el incidente que se produjo con el "Playa de Bakio". En ese momento, el Ejecutivo anunció el envió de una fuerza multinacional liderada por España. Sin embargo, el interés ha ido decayendo con el paso del tiempo hasta considerar como suficiente el envío de únicamente un capitán de navío.

El compromiso del Gobierno español de liderar una fuerza internacional que protega a los pesqueros en Somalia se ha traducido finalmente en el envío de un único militar a este país africano. En concreto, un capital de navío será la representación de España en esta misión.

De hecho, la ministra de Defensa, Carmen Chacón, ya se vio obligada a matizar la posibilidad de enviar un contingente militar, algo que consideró "difícil". El portavoz del PNV, Josu Erkoreka, ha criticado duramente al Gobierno por prometer algo que quedó "en aguas de borrajas".

En este sentido, el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero prometió actuar tras el incidente del "Playa de Bakio" pero no ha cumplido ninguno de los compromisos. De hecho, Miguel Ángel Moratinos anunció en el Congreso el despliegue de una tropa multinacional permanente liderada por España y con participación de otros países como Estados Unidos, Alemania, Japón o Dinamarca.

Incluso, el ministro de Exteriores llegó a asegurar que en este contingente habría varios buques y aviones. Al final todo se ha quedado en nada y el interés del Gobierno en esta iniciativa se ha ido diluyendo con el paso del tiempo.

Libertad Digital

¿Es masoquista el PP catalán?

Cataluña celebró ayer la Diada con menos participación de los ciudadanos, pero con el tradicional ritual, que consiste en insultar a la "puata España", quemar fotos del rey e isultar al PP, que empeñado en confudirse en el paisaje se presta manso a la humillación.

Escribe el siempre agudo e insobornable David Gistau en El Mundo que "asistir a la ofrenda floral de la Diada viene a ser como presentarse en la lapidación de La vida de Brian llevando la palabra Jehová impresa en la camiseta".

Al PP le arrean por puro reflejo pavloviano en cuanto suena la campanilla, con eso se cuenta.

Pero, después de comprobar que también ERC y el Barça soportan sus propias ráfagas de insultos y pasan por botiflers, uno debe reconocer que ya no sabe cómo es el retrato-robot del catalán reglamentario.

Y, sobre todo, el del puto español al que ojalá le exploten los cojones. Antes estaba más claro: puto español era cualquiera que se quedara fuera del espacio ocupado por el Tripartito, era cualquiera que no se dejara abducir por la doctrina del Régimen, un Boadella por ahí.

Pero ahora resulta que en la categoría de puto español ya dejan entrar a cualquiera, hasta a Laporta y Puigcercós, cuando antes era una condecoración que tan sólo llevaban con soledad y donaire unos cuantos apestados sociales en los que podía reconocerse la inteligencia amotinada, el Off-Régimen, la disidencia sin vocación de serlo.

Lo más llamativo, sin embargo, es la imagen de Alicia Sánchez-Camacho cantando Els Segadors ante su pelotón de su fusilamiento retórico, dócil como el tío Tom en su cabaña, voluntaria para pasar por las horcas caudinas cuando podría haberlo evitado.

¿Es que niegan los avales de catalanidad y hasta los créditos en los bancos a quien no se pasa por la ofrenda floral? En las últimas horas, al PP le han insultado por cauce institucional, donde ha sido comparado con Bin Laden, y en la mismísima calle, con menos símiles y más adjetivos de trazo grueso.

Aun así, se empeña en participar en los cotarros donde no le quiere nadie para dar pruebas de integración en la senda verdadera, probablemente porque aún debe hacerse perdonar toda una legislatura durmiendo de día en la cripta de la derecha gótica. Lo malo es que lo de Sánchez-Camacho vocalizando el golpe de hoz va más allá del síndrome de Estocolmo o el peaje por existir.

Entra de lleno en los tres supuestos psicológicos por los que una mujer maltratada no se atreve a romper con su agresor. Porque se siente culpable de los golpes que recibe, lo cual es obvio, con tanto pedigrí españolista mal borrado que sin duda constituye una provocación. Por dependencia emocional, que anhela la correspondencia.

Y por miedo a la soledad y a la obligación de valerse por sí misma, que en el caso de Alicia acaso se vuelva más profundo por el recuerdo del cordón sanitario, del pacto segregador del Tinell y del exilio interior padecido por los intelectuales y otros personajes públicos que sí se atrevieron a enfrentarse a su agresor fundando siglas como la de Ciutadans.

Y que desde luego no acuden a la ofrenda floral porque no les compensa ofrecer el rostro al tartazo sólo para llevar en el parabrisas la pegatina de la ITV de la integración.

Aunque es tradicional y parte del guión que el acoso de los radicales independentistas se centre en los representantes del PP, en esta ocasión hubo para todos. Montilla y los representantes del PSC fueron insultados y abucheados al grito de «españoles y traidores».

Esta circunstancia debería servir de lección a los dirigentes del PSC para no alimentar el enfrentamiento dictado por los nacionalistas contra el resto de España, pero no parece que vaya a ser así.

De hecho, muchos concejales del PSC han apoyado las mociones pidiendo que la estelada -bandera independentista- ondeara en los balcones municipales.

Y Montilla ha hecho causa común con todos los nacionalistas e independentistas para enfrentarse al resto de las comunidades por la financiación. Hasta el PP se quiere confundir con el paisaje y respalda el modelo del PSC. Mal camino para todos.

Periodista Digital