martes, 7 de octubre de 2008

El pacto de las croquetas. Por Javier Orrico

Pepiño Blanco desde Villa PSOE –el ático de playa que se está haciendo la oligarquía sociata en la Ría de Arosa: para ellos no rige la ley: ellos son la ley- para que el PP se dignara “arrimar el hombro” contra la crisis, mientras él los machaca con cinismo incomparable, ha encontrado por fin la adhesión de las filas populares. La grave situación que atraviesa España necesitaba una enérgica acción gubernamental, apoyada por la oposición, para denunciar los excesos que nos han conducido a este Titanic general. Eso fue lo que debió mover a la popular gallega María Jesús Sainz a denunciar el oprobio machista del ya famoso anuncio de las croquetas. Por supuesto, la simpar Bibiana acudiría rauda la pasada semana al quite de la popular, para solicitarle la censura inmediata del anuncio al ministro Solbes, el hombre tranquilo. Y con estas cosas nos entretenemos.

Lo revelador del sucedido es, sin duda, el intento de la senadora popular de desbordar en tontuna a la ministra socialista, lo que es todo un récord. Acaso para demostrar que a este nuevo PP no le gana nadie en modernidad (en lo que se está quedando la modernidad, Señor…), corrección política y, finalmente, asunción y defensa de todo el repertorio de oquedades sobre el que Zapatero ha edificado su Reich.

Si cunde el ejemplo de Sainz, el nuevo estilo opositor, siguiendo el ejemplo de Fraga, que mantuvo a González durante catorce años en el poder, consiste en afearle al zapaterismo no su esencial estupidez y mendacidad, la ligereza de su progresismo de peluquería y su capacidad de entregarlo todo, hasta el Guadalquivir, a la depredación autonómica con tal de mantenerse en el poder, sino que no sea suficientemente progre, que a su Policía de Costumbres y Peligrosidad Social se le haya escapado semejante ataque al feminismo y a las croquetas. Ahora ya puede Mariano Rajoy acudir entre los cabestros a la Moncloa, afeitado y dispuesto a que una vez más ZP, de azulgrana y oro, con los árbitros comprados y Pepiño de picador, le reciba a porta gayola y le clave unos pares. Por croquetas no será.

Pudo la señora Sainz haber hecho chanza con las incoherencias doctrinarias del Gobierno, burlarse de una concepción de la igualdad y la libertad que no va más allá de poner barritas en las palabras. Pero eso supondría que el PP no está completamente desnortado, que no habría renunciado a contrarrestar las trampas ideológicas de Zapatero, que no dormitaría agazapado y sin sacar la cabeza más que para hablar de la crisis económica, que no intentaría obtener al menos la tolerancia de una izquierda que no le brindará nunca otra cosa que desprecio. Y, sobre todo, supondría que en España aún subsiste el sentido del humor.

¡Ah!, progres de todos los partidos. Hoy ya lo sabemos: lo que acaece tras la sonrisa engañosa del zapaterismo, tras los ojos de vidrio del lagarto Uve, es la muerte de la risa. De la burla, parodia, bufa, coña, desternille y guasa con que los españoles sobrevivieron siempre al hambre y los malos gobiernos. Hace tiempo escribí que nos prohibirían los chistes. Ya han empezado. Hay firmes demandas de asociaciones feministas, subvencionadas por el “sosialismo”, para que se castiguen los usos inadecuados del lenguaje. El Estado progresista vuelve, como con Franco, a decirnos de qué nos podemos reír y hasta lo que podemos cocinar. Entonces, al menos, los chistes sobre el Movimiento hicieron la espera más soportable. Hoy, hasta la oposición se ha hecho del Movimiento. Mañana nos meterán un psicólogo en nuestras casas para hacer terapia progre sobre la bechamel y a los recalcitrantes nos enviarán a campos de reeducación en la mejor tradición de la izquierda.

Sin humor no saldremos de ésta. De Fernando Morán, un auténtico ilustrado y un caballero, se hicieron miles de chistes, y hoy compararlo con ZP, sus ministros y sus miembras, es sumirse en la melancolía. No vivimos la segunda Transición, vivimos la Segunda Decadencia y encima nos han cambiado a Calderón por Almodóvar.

Se han escrito cientos de artículos sobre las croquetas, por ejemplo, y todavía nadie ha caído en que el verdadero objeto de mofa del anuncio no son las croquetas, ni las puriministras, sino, joder, las psicólogas. Esa moda de modernez neolaica que ha convertido a estos licenciados de una de las carreras más fáciles de la universidad plurinacional, en los nuevos sacerdotes y guías de conducta, los directores espirituales de un mundo descremado que busca a toda costa sedarse ante el dolor. Antes nos ofrecían la vida eterna, ahora nos ofrecen conversación. Son las palabras de la psicóloga del anuncio, induciendo al pobre marido aburrido que ha ido a pedir socorro a cinco mil duros el minuto, a que abandone a su mujer porque le “absorbe toda su energía positiva”, las que encierran toda la carga burlesca del publicitario: ese lenguaje neosagrado de las energías, esa aureola de ciencia de lo que no pasa de ser charlatanería, ese temor de los hombres a enfrentarse a su libertad, esa necesidad de descargarse en otros frente al propio destino. La psicología es hoy el gran negocio creciente de un mundo de adultos que se niegan a serlo, de una educación que mantiene a las personas en estado de minusvalía y adolescencia moral.

El futuro es, pues, de las psicólogas y las croquetas congeladas, esas cagarrutas pastosas e insípidas, que se pegan al paladar y que se compran hechas. Ya nadie tendrá que sacrificar su vida por la bechamel y el doble empanado que aconseja doña María Mestayer, maestra de cocineros. A la libertad por los congelados. En eso se ha quedado la libertad bajo el zapaterismo y la domada oposición.

¿Pero hay alguien que crea que dos personas podrían soportarse durante veinte años si no fuera por las croquetas?

El Blog de Javier Orrico

Tiempos difíciles. Por Hermann Tertsch

MALOS tiempos para la lírica. Arriban tiempos menesterosos. Nadie sabe cómo serán, pero las generaciones más jóvenes del mundo occidental -y desde luego de España- van a saber por primera vez lo que supone una recesión, un punto de inflexión que rompe, por primera vez para ellos, el concepto de que el paso del tiempo va unido a la prosperidad. Será duro para quienes no tienen referentes en la historia que revelan las muchas veces que sociedades de gran bienestar y orden cayeron en periodos más o menos largos de inseguridad y necesidad. Los más cortos son relativamente recientes y muy citados ahora como la inflación alemana de entreguerras o el hundimiento de Wall Street en 1929. Los más largos son casi desconocidos para la mayoría. Aun en el siglo IV de nuestra era, en la mayor parte occidental del imperio romano, la vigencia de las leyes, el orden y la prosperidad permitían incluso a los más hacendados vivir en casas o fincas remotas sin temer por su vida o hacienda. Dos siglos más tarde era imposible sobrevivir una cosecha fuera de la protección del burgo. La seguridad para aventurarse a vivir fuera de las ciudades no se restableció hasta pasado casi un milenio. Los tiempos difíciles pueden ser fértiles para la épica. Pero nunca han sido los más propicios para el despliegue de las inclinaciones más nobles del alma humana. Cierto que la riqueza puede derivar en grosería. Pero la pobreza, la angustia y el miedo son terreno abonado para la mezquindad, la abolición de los escrúpulos y el cainismo. «Zuerst kommt das Fressen und dann die Moral» (Primero la zampa, después la moral), decía Bertolt Brecht al explicar la falta de compasión en la lucha por la supervivencia.

Volviendo al presente, da mucha pena pensar ahora en los años de prosperidad y vacas gordas, en los que tanto se ha derrochado en la larga fiesta pensando que sería eterna. Da mucha pena pensar en el tiempo perdido en la adoración de becerros de oro y en la emulación de líderes e ídolos que han convertido a gran parte de las generaciones jóvenes en una masa de individuos incapaces de digerir frustraciones. Dispuestos a echar la culpa del fracaso de sus sueños a cualquiera que no sean ellos. Y a vomitar la ira sobre el mundo. Por eso los tiempos de menester se tornan inseguros. Lo serán en todas partes, pero me temo que en España cosecharemos más de lo peor que nuestro entorno europeo. Ante todo porque es difícil creer que este revés lo puedan asumir con introspección, reflexión y ánimo de superación esas generaciones malformadas en la escuela de la autocomplacencia antiautoritaria e igualitarista y deformadas por la soberbia del crecimiento económico. Cuando la cosmovisión te la imponen líderes mediáticos de ese nuevorriquismo semilumpen, arrogante y faltón que representan por igual Bibiana Aído y Belén Esteban, Pepiño Blanco y Eva Hache -es decir, el mundo de la Ceja y subproductos-, habrás de responsabilizar a alguien de tu suerte. Ya están todos ahí, buscando enemigo exterior e interior al que odiar y culpar de sus propios fracasos y cuitas. Todos, el ejército del Supremo Narciso Adolescente. Esperemos que no se les vaya la mano.

ABC - Opinión

La presidenta del PP balear reconoce que no se fía de nadie de su partido

Rosa Estarás afirma que "después de 20 años de experiencia política no pondría la mano en el fuego por ninguno de los míos"

La presidenta del PP, Rosa Estarás, aseguró hoy que "no pondría la mano en el fuego por ninguno de los míos", ni de ningún partido político, debido a que, según señaló, "después de 20 años de experiencia política", sólo pondría la mano en el fuego por su hijo, su marido y sus padres.

Tras reunirse con la vicesecretaria general de Organización y Electoral del PP nacional, Ana Mato, Estarás remarcó que el PP ha sido "implacable, serio y transparente" ante los diferentes casos de corrupción que han afectado a este partido, suspendiendo de militancia a aquellas personas "cuando ha habido indicios claros de que han conculcado la Ley".

Así, criticó que otras formaciones políticas "no han actuado de la misma manera en los casos de Ibiza Centre, Can Domenge o Son Oms' y, por otro lado, subrayó que "está claro que los controles en las empresas públicas fallaron" en la pasada legislatura, aunque dijo que "también fallan ahora".

Por este motivo, aseveró que apoyará al presidente del Gobierno balear, Francesc Antich, en "aumentar los controles y encontrar a todos aquellos que han transgredido la Ley y han cometido algún delito".

Preguntada sobre las declaraciones del presidente del Comité de ética del PP, el catedrático de Historia del Derecho Román Piña Homs, quien afirmó esta mañana que el ex presidente del Ejecutivo autonómico Jaume Matas debería comparecer ante este órgano para ofrecer explicaciones sobre los sendos casos de corrupción que están saliendo a la luz pública, Estarás aseguró que lo que ha querido decir es que Matas es el "primer interesado en poder dar todas las explicaciones", aunque afirmó que desconoce si está dispuesto a acudir al Comité de Ética.

Por su parte, Mato remarcó que el PP de Baleares es un "ejemplo claro" de la "tolerancia cero" ante la corrupción dentro de sus filas, debido a que, según destacó, en este partido "no cabe ninguna persona que incumpla la Ley y haya utilizado su cargo para lucrarse personalmente".

"Se ha actuado con absoluta claridad y transparencia y ya me gustaría que el PSOE actuara igual y no con opacidad y oscurantismo, porque me sonroja que haya una cantidad de casos que no tienen que ver con el PP que están pendientes de investigar y que, sin embargo, por las razones que sean, la Fiscalía los tiene paralizados", sentenció.

La Vanguardia