domingo, 21 de diciembre de 2008

TOXO es miembro del Consejo de Administración de ArcelorMittal


El nuevo Secretario General de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, se codea, entre otros, con personajes como José Ramón Álvarez Rendueles y con Su Alteza Real el Príncipe Guillermo de Luxemburgo.

Listado Miembros del Consejo de Administración (Board of Directors)

Ignacio Fernández Toxo - Member of the Board of Directors - Employee representative - Independent

ARCELORMITTAL S.A., es la mayor corporación siderúrgica del mundo, con presencia en 60 países y domicilio fiscal en Luxemburgo.

No está mal. ¡Enhorabuena!

Más de 40.000 personas sufren acoso en el País Vasco y Navarra

Europa Press: Más de 40.000 personas sufren acoso en el País Vasco y Navarra

Más de 40.000 personas sufren acoso en el País Vasco y Navarra por parte de grupos afines a ETA y mil de ellas tienen que ir acompañadas por escolta a diario, lo que provoca graves consecuencias en su salud física y psíquica con trastornos como síntomas de ansiedad, miedo, aislamiento o aumento en el consumo de tóxicos o sedantes.

Según refleja un informe escrito por el analista de 'Bakeaz' Doroteo Santos y publicado por la revista de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, recogida por Europa Press, más de 40.000 personas están afectadas directamente por este tipo de 'violencia de persecución', un número que se debe enmarcar dentro de los 2.700.000 habitantes que suman el País Vasco y Navarra.


Más de 40.000 personas sufren acoso en el País Vasco y Navarra por parte de grupos afines a ETA y mil de ellas tienen que ir acompañadas por escolta a diario, lo que provoca graves consecuencias en su salud física y psíquica con trastornos como síntomas de ansiedad, miedo, aislamiento o aumento en el consumo de tóxicos o sedantes.

Según refleja un informe escrito por el analista de 'Bakeaz' Doroteo Santos y publicado por la revista de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, recogida por Europa Press, más de 40.000 personas están afectadas directamente por este tipo de 'violencia de persecución', un número que se debe enmarcar dentro de los 2.700.000 habitantes que suman el País Vasco y Navarra.

Además, 1.000 de ellos tienen que ir escoltados diariamente debido a los elevados riesgos para su seguridad y no pueden moverse sin cobertura de seguridad inmediata, "con su correspondiente restricción de libertades, con las repercusiones que merman su capacidad de convivencia y hasta el deterioro que ocasionan en su salud individual".

En este sentido, el artículo alerta de las consecuencias que este acoso tiene en las personas perseguidas y asegura que ya han sido contrastadas por algunos doctores vascos. "Cambiar de conductas habituales ante la amenaza continua y difusa, el sesgo en la percepción tras un anillo de aislamiento preventivo a su alrededor, las dificultades en su medio laboral, la autoinculpación ante los riesgos para sus familiares o el escaso apoyo externo conduce a la aparición de numerosos síntomas", asegura.

Así, las víctimas pueden sufrir trastornos como ansiedad, miedo, sensación de aislamiento e, incluso, aumentar de forma significativa el consumo de tóxicos o sedantes, en muchos casos autoadministrados. Así mismo, los expertos han advertido consecuencias para la "salud colectiva" de la sociedad, algo reflejado en los últimas encuestas publicadas por el 'Euskobarómetro' en las que la población vasca muestra un mayor pesimismo respecto a la evolución del terrorismo mientras que los asesinatos y atentados "han disminuido realmente".

Esta opresión ejercida sobre quien se opone a los planteamientos etarras no se trata de algo que "nace por generación espontánea" sino que es "una de las formas planificadas" de actuación de su entorno. "No caigamos en el error de pensar en ella como en un método secundario de coacción política o en un tipo de agresión menor --reclama el autor del artículo--. Todavía estamos por ver los efectos devastadores de este tipo de violencia tanto en las víctimas como en los propios victimarios".

BENEFICIOS POLÍTICOS

Además, asegura que alguien se beneficia políticamente de esta persecución terrorista y apunta directamente a "las opciones ideológicas que auspician y amparan este tipo de violencia", es decir, "la antigua Batasuna con cualquiera de sus nombres actualizados". A su juicio, esta organización adquiere "un protagonismo y una capacidad de influencia social muy superior a la que por votos electorales le pudiera corresponder en una situación normalizada".

Así, en un repaso de las obras que abordan este asunto, echa en falta trabajos elaborados "desde las filas del nacionalismo extremista", que, según señala, "pasa de puntillas" sobre él. Sin embargo, apunta que el acoso sí es tratado por diversos panfletos y librillos "de consumo interno", en los que "la apología de semejante práctica, junto a consejos tácticos y manuales de lucha, han sido pautas habituales".

Esta forma de violencia incluye entre sus métodos de actuación actividades "clásicas" del terrorismo tales como asesinatos, extorsiones o amenazas directas, pero también otras formas "de aterrorizar y amedrentar más difusas" como denuncias públicas, plantones o cercos. Estos segundos métodos no son menos efectivos "en la victimización de las personas hostigadas" porque detrás de la amenaza siempre está la posibilidad real de sufrir un atentado.

Por ello, las principales asociaciones y colectivos de víctimas han realizado un esfuerzo para que el acoso sea contemplado también en la nueva ley de protección y reconocimiento a las víctimas del terrorismo que se encuentra en fase de negociación. Además, el Congreso aprobó ya una iniciativa que insta al Gobierno a trabajar en este sentido.

AMENAZADOS CON NOMBRE Y APELLIDOS

El artículo refleja también la situación de algunas personas que viven bajo la amenaza terrorista o que tuvieron finalmente que abandonar el País Vasco y Navarra y que relatan su experiencia en el documental de Iñaki Arteta 'Infierno vasco'. Entre ellas se encuentran sacerdotes, profesores universitarios, políticos, periodistas, artistas o empresarios.

Entre ellas también hay ertzaintzas o jueces, como José Luis Morales, quien decidió renunciar a su destino en San Sebastián para vivir "en una tierra más segura". El mismo camino tomaron el profesor de la UPV Mikel Azurmendi o la maestra Sefa Dorronsoro, quienes optaron por marcharse hasta Estados Unidos.

También es el caso del director de cine Álvaro García-Capelo, la ex concejal 'popular' Verónica Lipperheide o el ex parlamentario Javier Elorrieta, que abandonaron el País Vasco para "poder vivir en libertad". Las obras del artista Agustín Ibarrola han sufrido constantes ataques y su fundación tendrá su sede fuera de la comunidad "debido al desprecio de los políticos nacionalistas".


ABC: Más de 40.000 personas sufren acoso en el País Vasco y Navarra

La 'Fundación de Víctimas del Terrorismo' ha hecho público un informe en el que se destaca que más de 40.000 personas están afectadas directamente por algún tipo de 'violencia de persecución' ya venga directamente de las banda terrorista como de sus grupos afines o de simpatizantes, un número que se debe enmarcar dentro de los 2.700.000 habitantes que suman el País Vasco y Navarra.

De todo ello, unos 1.000 tienen que ir escoltados diariamente debido a los elevados riesgos para su seguridad y no pueden moverse sin cobertura de seguridad inmediata, "con su correspondiente restricción de libertades, con las repercusiones que merman su capacidad de convivencia y hasta el deterioro que ocasionan en su salud individual".

Pueden sufrir trastornos

En este sentido, el artículo alerta de las consecuencias que este acoso tiene en las personas perseguidas y asegura que ya han sido contrastadas por algunos doctores vascos. "Cambiar de conductas habituales ante la amenaza continua y difusa, el sesgo en la percepción tras un anillo de aislamiento preventivo a su alrededor, las dificultades en su medio laboral, la autoinculpación ante los riesgos para sus familiares o el escaso apoyo externo conduce a la aparición de numerosos síntomas", asegura. Así, las víctimas pueden sufrir trastornos como ansiedad, miedo, sensación de aislamiento e, incluso, aumentar de forma significativa el consumo de tóxicos o sedantes, en muchos casos autoadministrados.

El informe apunta que «la antigua Batasuna, con cualquiera de sus nombres actualizados» se beneficia políticamente de la persecución terrorista
Además, asegura que alguien se beneficia políticamente de esta persecución terrorista y apunta directamente a "las opciones ideológicas que auspician y amparan este tipo de violencia", es decir, "la antigua Batasuna con cualquiera de sus nombres actualizados".

A su juicio, esta organización adquiere "un protagonismo y una capacidad de influencia social muy superior a la que por votos electorales le pudiera corresponder en una situación normalizada". En un repaso de las obras que abordan este asunto, echa en falta trabajos elaborados "desde las filas del nacionalismo extremista", que, según señala, "pasa de puntillas" sobre él.

Demandan una nueva ley de protección

Sin embargo, apunta que el acoso sí es tratado por diversos panfletos y librillos "de consumo interno", en los que "la apología de semejante práctica, junto a consejos tácticos y manuales de lucha, han sido pautas habituales". Esta forma de violencia incluye entre sus métodos de actuación actividades "clásicas" del terrorismo tales como asesinatos, extorsiones o amenazas directas, pero también otras formas "de aterrorizar y amedrentar más difusas" como denuncias públicas, plantones o cercos.

Por ello, las principales asociaciones y colectivos de víctimas han realizado un esfuerzo para que el acoso sea contemplado también en la nueva ley de protección y reconocimiento a las víctimas del terrorismo que se encuentra en fase de negociación. Además, el Congreso aprobó ya una iniciativa que insta al Gobierno a trabajar en este sentido.


La Razón: Más de 40.000 personas sufren acoso en País Vasco y Navarra y 1.000 tienen que ser escoltadas

Más de 40.000 personas sufren acoso en el País Vasco y Navarra por parte de grupos afines a ETA y mil de ellas tienen que ir acompañadas por escolta a diario, lo que provoca graves consecuencias en su salud física y psíquica con trastornos como síntomas de ansiedad, miedo, aislamiento o aumento en el consumo de tóxicos o sedantes.

Según refleja un informe escrito por el analista de 'Bakeaz' Doroteo Santos y publicado por la revista de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, recogida por Europa Press, más de 40.000 personas están afectadas directamente por este tipo de 'violencia de persecución', un número que se debe enmarcar dentro de los 2.700.000 habitantes que suman el País Vasco y Navarra.

Además, 1.000 de ellos tienen que ir escoltados diariamente debido a los elevados riesgos para su seguridad y no pueden moverse sin cobertura de seguridad inmediata, «con su correspondiente restricción de libertades, con las repercusiones que merman su capacidad de convivencia y hasta el deterioro que ocasionan en su salud individual».

En este sentido, el artículo alerta de las consecuencias que este acoso tiene en las personas perseguidas y asegura que ya han sido contrastadas por algunos doctores vascos. «Cambiar de conductas habituales ante la amenaza continua y difusa, el sesgo en la percepción tras un anillo de aislamiento preventivo a su alrededor, las dificultades en su medio laboral, la autoinculpación ante los riesgos para sus familiares o el escaso apoyo externo conduce a la aparición de numerosos síntomas», asegura.

Así, las víctimas pueden sufrir trastornos como ansiedad, miedo, sensación de aislamiento e, incluso, aumentar de forma significativa el consumo de tóxicos o sedantes, en muchos casos autoadministrados.

Así mismo, los expertos han advertido consecuencias para la "salud colectiva" de la sociedad, algo reflejado en los últimas encuestas publicadas por el 'Euskobarómetro' en las que la población vasca muestra un mayor pesimismo respecto a la evolución del terrorismo mientras que los asesinatos y atentados "han disminuido realmente".
Esta opresión ejercida sobre quien se opone a los planteamientos etarras no se trata de algo que "nace por generación espontánea" sino que es "una de las formas planificadas" de actuación de su entorno.

"No caigamos en el error de pensar en ella como en un método secundario de coacción política o en un tipo de agresión menor -reclama el autor del artículo-.
Todavía estamos por ver los efectos devastadores de este tipo de violencia tanto en las víctimas como en los propios victimarios".

BENEFICIOS POLITICOS

Además, asegura que alguien se beneficia políticamente de esta persecución terrorista y apunta directamente a "las opciones ideológicas que auspician y amparan este tipo de violencia", es decir, "la antigua Batasuna con cualquiera de sus nombres actualizados". A su juicio, esta organización adquiere "un protagonismo y una capacidad de influencia social muy superior a la que por votos electorales le pudiera corresponder en una situación normalizada".

Así, en un repaso de las obras que abordan este asunto, echa en falta trabajos elaborados "desde las filas del nacionalismo extremista", que, según señala, "pasa de puntillas" sobre él. Sin embargo, apunta que el acoso sí es tratado por diversos panfletos y librillos "de consumo interno", en los que "la apología de semejante práctica, junto a consejos tácticos y manuales de lucha, han sido pautas habituales".

Esta forma de violencia incluye entre sus métodos de actuación actividades "clásicas" del terrorismo tales como asesinatos, extorsiones o amenazas directas, pero también otras formas "de aterrorizar y amedrentar más difusas" como denuncias públicas, plantones o cercos.

Estos segundos métodos no son menos efectivos "en la victimización de las personas hostigadas" porque detrás de la amenaza siempre está la posibilidad real de sufrir un atentado.

Por ello, las principales asociaciones y colectivos de víctimas han realizado un esfuerzo para que el acoso sea contemplado también en la nueva ley de protección y reconocimiento a las víctimas del terrorismo que se encuentra en fase de negociación.
Además, el Congreso aprobó ya una iniciativa que insta al Gobierno a trabajar en este sentido.

AMENAZADOS CON NOMBRE Y APELLIDOS

El artículo refleja también la situación de algunas personas que viven bajo la amenaza terrorista o que tuvieron finalmente que abandonar el País Vasco y Navarra y que relatan su experiencia en el documental de Iñaki Arteta 'Infierno vasco'.
Entre ellas se encuentran sacerdotes, profesores universitarios, políticos, periodistas, artistas o empresarios.

Entre ellas también hay ertzaintzas o jueces, como José Luis Morales, quien decidió renunciar a su destino en San Sebastián para vivir "en una tierra más segura". El mismo camino tomaron el profesor de la UPV Mikel Azurmendi o la maestra Sefa Dorronsoro, quienes optaron por marcharse hasta Estados Unidos.

También es el caso del director de cine Alvaro García-Capelo, la ex concejal 'popular' Verónica Lipperheide o el ex parlamentario Javier Elorrieta, que abandonaron el País Vasco para "poder vivir en libertad".

Las obras del artista Agustín Ibarrola han sufrido constantes ataques y su fundación tendrá su sede fuera de la comunidad "debido al desprecio de los políticos nacionalistas".


Libertad Digital: Más de 40.000 personas son acosadas a diario por los terroristas de ETA y su entorno

Un estudio publicado por la Fundación de Víctimas del Terrorismo trata de cuantificar el miedo que se padece a diario en el País Vasco y Navarra por parte de los etarras y quienes los amparan: 40.000 personas sufren consecuencias en su salud física o psíquica y mil de ellas han de llevar escolta.

Según refleja un informe escrito por el analista Doroteo Santos y publicado por la revista de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, más de 40.000 personas están afectadas directamente por este tipo de "violencia de persecución", un número que se debe enmarcar dentro de los 2.700.000 habitantes que suman el País Vasco y Navarra.

Además, 1.000 de ellos tienen que ir escoltados diariamente debido a los elevados riesgos para su seguridad y no pueden moverse sin cobertura de seguridad inmediata, "con su correspondiente restricción de libertades, con las repercusiones que merman su capacidad de convivencia y hasta el deterioro que ocasionan en su salud individual".

En este sentido, el artículo alerta de las consecuencias que este acoso tiene en las personas perseguidas y asegura que ya han sido contrastadas por algunos doctores vascos. "Cambiar de conductas habituales ante la amenaza continua y difusa, el sesgo en la percepción tras un anillo de aislamiento preventivo a su alrededor, las dificultades en su medio laboral, la autoinculpación ante los riesgos para sus familiares o el escaso apoyo externo conduce a la aparición de numerosos síntomas", asegura.

Así, las víctimas pueden sufrir trastornos como ansiedad, miedo, sensación de aislamiento e, incluso, aumentar de forma significativa el consumo de tóxicos o sedantes, en muchos casos autoadministrados. Así mismo, los expertos han advertido consecuencias para la "salud colectiva" de la sociedad, algo reflejado en los últimas encuestas publicadas por el "Euskobarómetro" en las que la población vasca muestra un mayor pesimismo respecto a la evolución del terrorismo mientras que los asesinatos y atentados "han disminuido realmente".

Esta opresión ejercida sobre quien se opone a los planteamientos etarras no se trata de algo que "nace por generación espontánea" sino que es "una de las formas planificadas" de actuación de su entorno. "No caigamos en el error de pensar en ella como en un método secundario de coacción política o en un tipo de agresión menor –reclama el autor del artículo–. Todavía estamos por ver los efectos devastadores de este tipo de violencia tanto en las víctimas como en los propios victimarios".

Además, asegura que alguien se beneficia políticamente de esta persecución terrorista y apunta directamente a "las opciones ideológicas que auspician y amparan este tipo de violencia", es decir, "la antigua Batasuna con cualquiera de sus nombres actualizados".

Así, en un repaso de las obras que abordan este asunto, echa en falta trabajos elaborados "desde las filas del nacionalismo extremista", que, según señala, "pasa de puntillas" sobre él. Sin embargo, apunta que el acoso sí es tratado por diversos panfletos y librillos "de consumo interno", en los que "la apología de semejante práctica, junto a consejos tácticos y manuales de lucha, han sido pautas habituales".

Esta forma de violencia incluye entre sus métodos de actuación actividades "clásicas" del terrorismo tales como asesinatos, extorsiones o amenazas directas, pero también otras formas "de aterrorizar y amedrentar más difusas" como denuncias públicas, plantones o cercos. Estos segundos métodos no son menos efectivos "en la victimización de las personas hostigadas" porque detrás de la amenaza siempre está la posibilidad real de sufrir un atentado.

Por ello, las principales asociaciones y colectivos de víctimas han realizado un esfuerzo para que el acoso sea contemplado también en la nueva ley de protección y reconocimiento a las víctimas del terrorismo que se encuentra en fase de negociación. Además, el Congreso aprobó ya una iniciativa que insta al Gobierno a trabajar en este sentido.

El ejemplo de "El Infierno vasco"

El artículo refleja también la situación de algunas personas que viven bajo la amenaza terrorista o que tuvieron finalmente que abandonar el País Vasco y Navarra y que relatan su experiencia en el documental de Iñaki Arteta "Infierno vasco". Entre ellas se encuentran sacerdotes, profesores universitarios, políticos, periodistas, artistas o empresarios.

Entre ellas también hay ertzaintzas o jueces, como José Luis Morales, quien decidió renunciar a su destino en San Sebastián para vivir "en una tierra más segura". El mismo camino tomaron el profesor de la UPV Mikel Azurmendi o la maestra Sefa Dorronsoro, quienes optaron por marcharse hasta Estados Unidos.

También es el caso del director de cine Álvaro García-Capelo, la ex concejal 'popular' Verónica Lipperheide o el ex parlamentario Javier Elorrieta, que abandonaron el País Vasco para "poder vivir en libertad". Las obras del artista Agustín Ibarrola han sufrido constantes ataques y su fundación tendrá su sede fuera de la comunidad "debido al desprecio de los políticos nacionalistas".


El Mundo: Más de 40.000 personas sufren acoso en el País Vasco y Navarra y mil tienen escolta

Más de 40.000 personas sufren acoso en el País Vasco y Navarra por parte de grupos afines a ETA y mil de ellas tienen que ir acompañadas por escolta a diario, lo que provoca graves consecuencias en su salud física y psíquica con trastornos como síntomas de ansiedad, miedo, aislamiento o aumento en el consumo de tóxicos o sedantes.

Según refleja un informe escrito por el analista de 'Bakeaz' Doroteo Santos y publicado por la revista de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, más de 40.000 personas están afectadas directamente por este tipo de 'violencia de persecución', un número que se debe enmarcar dentro de los 2.700.000 habitantes que suman el País Vasco y Navarra.

Además, 1.000 de ellos tienen que ir escoltados diariamente debido a los elevados riesgos para su seguridad y no pueden moverse sin cobertura de seguridad inmediata, "con su correspondiente restricción de libertades, con las repercusiones que merman su capacidad de convivencia y hasta el deterioro que ocasionan en su salud individual".

En este sentido, el artículo alerta de las consecuencias que este acoso tiene en las personas perseguidas y asegura que ya han sido contrastadas por algunos doctores vascos. "Cambiar de conductas habituales ante la amenaza continua y difusa, el sesgo en la percepción tras un anillo de aislamiento preventivo a su alrededor, las dificultades en su medio laboral, la autoinculpación ante los riesgos para sus familiares o el escaso apoyo externo conduce a la aparición de numerosos síntomas", asegura.

Así, las víctimas pueden sufrir trastornos como ansiedad, miedo, sensación de aislamiento e, incluso, aumentar de forma significativa el consumo de tóxicos o sedantes, en muchos casos autoadministrados. Así mismo, los expertos han advertido consecuencias para la "salud colectiva" de la sociedad, algo reflejado en los últimas encuestas publicadas por el 'Euskobarómetro' en las que la población vasca muestra un mayor pesimismo respecto a la evolución del terrorismo mientras que los asesinatos y atentados "han disminuido realmente".

Esta opresión ejercida sobre quien se opone a los planteamientos etarras no se trata de algo que "nace por generación espontánea" sino que es "una de las formas planificadas" de actuación de su entorno. "No caigamos en el error de pensar en ella como en un método secundario de coacción política o en un tipo de agresión menor -reclama el autor del artículo-. Todavía estamos por ver los efectos devastadores de este tipo de violencia tanto en las víctimas como en los propios victimarios".

Beneficios políticos

Además, asegura que alguien se beneficia políticamente de esta persecución terrorista y apunta directamente a "las opciones ideológicas que auspician y amparan este tipo de violencia", es decir, "la antigua Batasuna con cualquiera de sus nombres actualizados". A su juicio, esta organización adquiere "un protagonismo y una capacidad de influencia social muy superior a la que por votos electorales le pudiera corresponder en una situación normalizada".

Así, en un repaso de las obras que abordan este asunto, echa en falta trabajos elaborados "desde las filas del nacionalismo extremista", que, según señala, "pasa de puntillas" sobre él. Sin embargo, apunta que el acoso sí es tratado por diversos panfletos y librillos "de consumo interno", en los que "la apología de semejante práctica, junto a consejos tácticos y manuales de lucha, han sido pautas habituales".

Esta forma de violencia incluye entre sus métodos de actuación actividades "clásicas" del terrorismo tales como asesinatos, extorsiones o amenazas directas, pero también otras formas "de aterrorizar y amedrentar más difusas" como denuncias públicas, plantones o cercos. Estos segundos métodos no son menos efectivos "en la victimización de las personas hostigadas" porque detrás de la amenaza siempre está la posibilidad real de sufrir un atentado.

Por ello, las principales asociaciones y colectivos de víctimas han realizado un esfuerzo para que el acoso sea contemplado también en la nueva ley de protección y reconocimiento a las víctimas del terrorismo que se encuentra en fase de negociación. Además, el Congreso aprobó ya una iniciativa que insta al Gobierno a trabajar en este sentido.

Amenazados con nombre y apellidos

El artículo refleja también la situación de algunas personas que viven bajo la amenaza terrorista o que tuvieron finalmente que abandonar el País Vasco y Navarra y que relatan su experiencia en el documental de Iñaki Arteta 'Infierno vasco'. Entre ellas se encuentran sacerdotes, profesores universitarios, políticos, periodistas, artistas o empresarios.

Entre ellas también hay ertzaintzas o jueces, como José Luis Morales, quien decidió renunciar a su destino en San Sebastián para vivir "en una tierra más segura". El mismo camino tomaron el profesor de la UPV Mikel Azurmendi o la maestra Sefa Dorronsoro, quienes optaron por marcharse hasta Estados Unidos.

También es el caso del director de cine Álvaro García-Capelo, la ex concejal 'popular' Verónica Lipperheide o el ex parlamentario Javier Elorrieta, que abandonaron el País Vasco para "poder vivir en libertad". Las obras del artista Agustín Ibarrola han sufrido constantes ataques y su fundación tendrá su sede fuera de la comunidad "debido al desprecio de los políticos nacionalistas".

Nocturno


Los que auscultasteis el corazón de la noche,
los que por el insomnio tenaz habéis oído
el cerrar de una puerta, el resonar de un coche
lejano, un eco vago, un ligero rüido...

En los instantes del silencio misterioso,
cuando surgen de su prisión los olvidados,
en la hora de los muertos, en la hora del reposo,
sabréis leer estos versos de amargor impregnados...

Como en un vaso vierto en ellos mis dolores
de lejanos recuerdos y desgracias funestas,
y las tristes nostalgias de mi alma, ebria de flores,
y el duelo de mi corazón, triste de fiestas.

y el pesar de no ser lo que yo hubiera sido,
la pérdida del reino que estaba para mí,
el pensar que un instante pude no haber nacido,
¡y el sueño que es mi vida desde que yo nací!

Todo esto viene en medio del silencio profundo
en que la noche envuelve la terrena ilusión,
y siento como un eco del corazón del mundo
que penetra y conmueve mi propio corazón.


(Rubén Darío)

Un combate perdido. Por Arturo Pérez Reverte

No es preciso recorrer campos de batalla. Hay combates callados, insignificantes en apariencia, que marcan como la más dramática experiencia. El episodio que quiero contarles hoy no está en los libros de Historia. Es humilde. Doméstico. Pero trata de un combate perdido y de la melancolía singular que deja, como rastro, cualquier aventura lúcida. Empieza en el césped de un jardín, cuando el protagonista de esta historia encuentra, junto a su casa, un polluelo de gorrión. Ya tiene plumas pero aún no puede volar. Lo intenta desesperadamente, dando saltos en el suelo. Observándolo, Jesús –lo llamaremos Jesús, por llamarlo de alguna forma– se esfuerza en recordar lo poquísimo que conoce de pájaros: si los padres tienen alguna posibilidad de salvar al polluelo y si éste acabará por remontar el vuelo, de regreso al nido. La Naturaleza es sabia, se dice, pero también cruel. Cualquiera sabe que muchos pajarillos jóvenes y torpes caen de los nidos y mueren.

Un detalle importante: a Jesús lo acompaña su perro. El fiel cánido está allí, mirando al polluelo con las orejas tiesas, la cabeza ladeada y una mirada de intensa curiosidad. Como todos los que tienen perro y saben tenerlo, Jesús no puede permanecer impasible ante la suerte de un animal desvalido. Tampoco puede irse por las buenas, dejando a aquella diminuta criatura saltando desesperada de un lado a otro. No, desde luego, después de haber visto crecer al perro, de leer en su mirada tanta lealtad e inteligencia. No después de haber comprendido, gracias a esos ojos oscuros y esa trufa húmeda, que cada ser vivo ama, sufre y llora a su manera. Así que Jesús busca entre los árboles, mirando hacia arriba por si encuentra el nido y puede subir hasta él con el polluelo. Pronto comprende que no hay nada que hacer. Pero la idea de dejarlo allí, a merced de un gato hambriento, no le gusta. Así que lo coge, al fin, arropándolo en el bolsillo del chaquetón. Y se lo lleva.

En casa, lo mejor que puede, con una caja de cartón y retales de manta vieja, Jesús le hace al polluelo un nido en la terraza que da al jardín. Y al poco rato, de una forma que parece milagrosa, los padres del pajarito revolotean por allí, haciendo viajes para darle de comer. Todo parece resuelto; pero otros pájaros más grandes, negros, siniestros, con intenciones distintas, empiezan también a merodear cerca. No hay más remedio que cubrir el nido con una rejilla protectora, pero eso impide a los padres alimentar al gorrioncito. Jesús sale a la calle, va a una tienda de mascotas, compra una papilla especial para polluelos e intenta alimentarlo por su cuenta; pero el animalillo asustado, temblando, trata de huir y pía para llamar a los suyos, rechazando el alimento. Eso parte el alma.

Jesús, impotente, comprende que de esa manera el polluelo está condenado. Al fin decide buscar en Internet, y para su sorpresa descubre que hay foros específicos con cientos de consejos de personas enfrentadas a situaciones semejantes. Siguiéndolos, Jesús da calor al polluelo entre las manos mientras le administra la papilla gota a gota, con una jeringuilla; hasta que, extenuado por el miedo y la debilidad, el gorrioncito se queda dormido entre los retales de manta. Quizás al día siguiente ya pueda volar. De vez en cuando, tal como ha leído que debe hacer, Jesús se acerca con cautela y silba bajito y suave, para que el animalito se familiarice con él. Hasta que al fin, a la cuarta o quinta vez, éste pía y abre los ojillos, con una mirada que pone un nudo en la garganta. Una mirada que traspasa. Jesús no sabe qué grado de conciencia real puede tener un pajarito diminuto; sin embargo, lo que lee en esa mirada –tristeza, miedo, indefensión– le recuerda a su perro cuando era un cachorrillo, las noches de lloriqueo asustado, buscando el abrazo y el calor del amo. También le trae recuerdos vagos de sí mismo. Del niño que fue alguna vez, en otro tiempo. De las manos que le dieron calor y de las aves negras que siempre rondan cerca, listas para devorar.

Por la mañana, el gorrioncito ha muerto. Jesús contempla el cuerpecillo mientras se pregunta en qué se equivocó, y también para qué diablos sirven tres mil años de supuesta civilización que no lo prepara a uno, de forma adecuada, para una situación sencilla como ésta. Tan común y natural. Para la rutinaria desgracia, agonía y muerte de un humilde polluelo de gorrión, en un mundo donde las reglas implacables de la Naturaleza arrasan ciudades, barren orillas, hunden barcos, derriban aviones, trituran cada día, indiferentes, a miles de seres humanos. Entonces Jesús se pone a llorar sin consuelo, como una criatura. A sus años. Llora por el pajarillo, por el perro, por sí mismo. Por el polluelo de gorrión que alguna vez fue. O que todos fuimos. Por el lugar frío y peligroso donde, tarde o temprano, quedamos desamparados al caer del nido.

XL Semanal

Los empresarios huyen de Cataluña

La presidenta de la Asociación Madrileña de Empresarios y Directivos Catalanes (AMECAT), Carolina Pitarch, ha dicho que “no hay dificultades añadidas” en crear negocio en Madrid o Cataluña pero el problema es que ahora se percibe “que un gran flujo de empresas catalanas están trasladando su sede comercial o están migrando a Madrid”.

Además, ante la crisis económica, existe una “diferencia” entre Madrid y Barcelona: “Hay una alegría mayor a nivel financiero en Madrid”, tanto en el estudio de proyectos empresariales como en las ayudas a emprendedores.


Por ello, Pitarch cree en la necesidad de “limar asperezas” y crear un “vínculo entre Madrid y Cataluña”.

La empresaria catalana recalca que en “momentos de crisis generalizada”, “más que nunca” los empresarios deben crear “sinergias de vínculos” y “colaboraciones” entre ellos ya que la situación para muchas empresas pasa a ser “crítica” al no obtener financiación. “Incluso llegar al trueque” asevera.

Pitarch añadie que “está claro que no se puede luchar contra la infraestructura y situación geográfica de la Comunidad de Madrid. “Madrid es la capital” sentenció.

Además, en Cataluña es necesaria “más burocracia”.

Por otro lado, la presidenta de AMECAT añadió que el “éxito o fracaso” de un empresario catalán en Madrid radica en que éste debe “mentalizarse” de que en la capital se trabaja “de otra manera”.

“En Cataluña tenemos el orden de primero la burocracia y luego hacer y tener las cosas amarradas” pero en Madrid es “primero haz y luego vemos”. En Madrid se “estila” más negociar en “desayunos, comidas o cenas” y en Barcelona “arrastramos la herencia industrial”.

Aún así, según Pitarch, sigue existiendo “una conexión empresarial increíble” entre Cataluña y Madrid.

La presidenta de la AMECAT destacó que el mundo financiero se encuentra hoy en Madrid pero el ámbito donde Cataluña podría destacar, el industrial, cuenta con grandes competidores como China. “Es evidente que los chinos producen más barato”, destacó Pitarch.

Pero no hace falta irse de España. Otras zonas como Guadalajara o Seseña (Toledo) tienen “todo a favor” como “grandes extensiones de terreno y costes de suelo más reducido”. Y Madrid, que va creando “nuevas ciudades” a su alrededor.

Pitarch también lamentó que Barcelona esté perdiendo poder” incluso en las ferias.

minutodigital

ZP y la Banca