martes, 13 de enero de 2009

Hamas atraca camiones Israelíes de ayuda humanitaria y los vende al mejor postor

The Jawa Report: Hamas atraca camiones Israelíes de ayuda humanitaria y los vende al mejor postor

January 13, 2009
JPost: Hamas Raids Hunmanitarian Aid Trucks from Israel, Sells Contents


Poor little guys. All Hamas wants are supplies and blood money. Why can't Israel just die already?

Does this surprise anyone except for Nour?
Hamas on Monday raided some 100 aid trucks that Israel had allowed into Gaza, stole their contents and sold them to the highest bidders.

The IDF said that since terminal activity is coordinated with UNRWA and the Red Cross, Israel could do nothing to prevent such raids, Israel Radio reported.
Boy, it's a good thing the UN and Red Cross are there - otherwise humanitarian aid might get to the Palestinian civilians for free. Thank God for international diplomatic organizations! They're the only hope for peace!

Hamas asaltó el lunes unos 100 camiones de ayuda que Israel ha permitido entrar a Gaza, robó su contenido y lo vendió al mejor postor.

Las FDI dijeron que, dado que la actividad está coordinada por el OOPS y la Cruz Roja, Israel no pudo hacer nada para impedir los ataques, informó Radio Israel.

Otra muestra de discriminacion a la mujer en el Islam

La Razón: Dos hombre acusados de adulterio mueren lapidados en Irán

Dos hombres condenados por adulterio han sido lapidados hasta la muerte en el nordeste de Irán mientras un tercero ha logrado escapar, aseguró un portavoz iraní.

Ali Reza Jamshidi aseguró que las lapidaciones ocurrieron en la ciudad de Mashhad a finales de diciembre pero no proporcionó los nombres.

Según la ley Islámica, el adulterio puede ser castigado con lapidación pero este tipo de sentencias no es frecuente. El hombre suele ser enterrado hasta la cintura y una mujer hasta el cuello. Los que ejecutan la sentencia tiran piedras hasta que la persona muere. Si el condenado consigue escapar del agujero, será libre.

Los repulsivos compañeros de viaje. Por Cristina Losada

Manifestación contra Israel

«El espectro del noalaguerra, henchido de auto-odio y aquejado de ceguera voluntaria, sigue vivo, sí. Ahora se manifiesta contra el derecho a defenderse de la ciudadela del mundo civilizado más asediada por el islamofascismo.»

Uno no elige con quién comparte calle, pero cuando se manifiesta con una abundante compañía que desprecia el Holocausto, tilda de nazi a Israel e imita en su indumentaria –y hasta en la exhibición de armas– a los terroristas, está obligado a comunicar su rechazo hacia tales "compañeros de viaje". No lo han hecho los políticos, los artistas ni otras figuras de proyección pública que participaron en las marchas contra Israel celebradas en Madrid y Barcelona. De ahí que sólo pueda extraerse la conclusión de que a dichos personajes de renombre no les incomoda desfilar con escolta tan repulsiva.


Se pregunta uno qué relación puede haber entre unos y otros. Entre Aitana Sánchez Gijón, que paseó cubierta con la kefiya, y el cartel de inmunda grosería: "Israel: te puedes meter mi hipoteca por tu holocausto". Es inquietante que exista algún nexo entre esa actriz de expresión mística y quienes proclaman con tan chulesca vulgaridad su menosprecio hacia los millones de judíos exterminados por los nazis. Como lo es también que el rector más joven del franquismo, régimen que atizó la paranoia de la conspiración judeo-masónica, comparta causa y escaparate con los que incitan a odiar a los judíos. Y, ¿qué subterráneo vínculo coloca en el mismo lugar a dirigentes del partido de los GAL con quienes acusan a Israel de practicar el terrorismo de Estado?

Afirmaba un diario nacional que la vergonzosa manifestación había recuperado "el espíritu del No a la guerra". Y, en cierto modo, es así. Aunque precisemos. Entonces no se trataba de oponerse a la guerra, sino de oponerse a combatir el terrorismo (además de organizar la revuelta contra el PP). Y bajo aquella resistencia a combatir el terrorismo islámico, latía el repudio a la civilización: a lo que protege a Aitana, a Mayor Zaragoza, a Zerolo y a todos nosotros del destino que nos depararía el triunfo de fanáticos como los que atacan a Israel. El espectro del noalaguerra, henchido de auto-odio y aquejado de ceguera voluntaria, sigue vivo, sí. Ahora se manifiesta contra el derecho a defenderse de la ciudadela del mundo civilizado más asediada por el islamofascismo.

Es por ello que la información –la auténtica– sobre los hechos de Gaza y su contexto, resulta inútil. En vano se explicará a la tropa judeófoba y a sus acompañantes, fashion victims del "chic radical", quiénes son los responsables de los niños muertos en Gaza. Pero es preciso insistir, pues arrastran a quienes son fácilmente manipulables, que esas manifestaciones no han sido a favor del pueblo palestino. Quien se preocupe por el destino de los palestinos se manifestará contra los terroristas que han hecho de ellos un pueblo-víctima. O, como decía en una reciente arenga un cabecilla de Hamás, un pueblo dedicado a la "industria de la muerte". Protestarían, en fin, contra aquellos dirigentes –palestinos y árabes– que han impedido deliberadamente durante decenios, la coexistencia de dos Estados y la paz.

Libertad Digital - Opinión

Miedo en la sima. Por Hermann Tertsch

COMO estamos lejos de tocar fondo y los daños potenciales son aún inmensos y prolongados en el tiempo, no viene al caso hacer balance del paso por la presidencia del Gobierno del señor Zapatero en materia económica. Aunque llegara al poder en pleno crecimiento económico y hoy nos asomemos al peor abismo en tres generaciones. Aunque asumiera el cargo cuando se creaban puestos de trabajo al ritmo diario en que hoy se destruyen. Aunque recordemos que cuando pisó la Moncloa, España tenía la misma solvencia crediticia de Alemania y hoy su diferencial de riesgo es de cien puntos. Nadie puede augurar dónde y cuándo tocaremos la sima en el deterioro del bienestar de los españoles. Ni cuánto tiempo reptaremos por ella.

Lo que sí queda ya en evidencia es la situación en que van a estar los fundamentos e instrumentos del Estado de Derecho cuando mayor sea la necesidad de invocarlos, aplicarlos e utilizarlos para defender e intentar salvar la paz social, el orden público, la seguridad jurídica, los derechos individuales, la propiedad privada, en fin, por resumir, llamémoslo las libertades. Cierto que ya estamos pagando estos años de masiva complicidad entre el zapaterismo y los nacionalismos, esas otras fuerzas que también creen en la supremacía de la ideología sobre el Derecho y las Leyes. La obscena presión sobre los jueces -más bien intimidación de los mismos- en el juicio abierto y cerrado contra Ibarretxe, López, Otegui y otros es un caso más. De momento de los más escandalosos. Demuestra que para los actuales gobernantes «la supremacía de la política» no es otra que la que evoca Ortega en Nicaragua. Hay diferencias de intensidad, pero no de calidad ni de concepto. Según se agudice la crisis y la presión haga saltar las costuras de nuestro maltrecho tejido social, los gobernantes apremiados estarán cada vez menos preocupados por guardar las formas. La agitación política y social que el zapaterismo y sus socios parecen dispuestos a utilizar para evitar asumir responsabilidades por sus actos promete un ambiente irrespirable. Y peligroso. Se les irá de las manos, como se les fue el domingo la manifestación judeófoba, antioccidental y antisistema que patrocinó el Gobierno contra Israel. No fueron Zapatero y Pepiño quienes atacaron con piedras la embajada. Pero muchos dedujeron de sus palabras que había motivos para hacerlo. Tampoco son ellos ni Montilla los responsables de las amenazas de muerte a Pilar Rahola por defender a Israel. O los hostigados por otras causas. Pero el clima de descalificación y hostigamiento a la oposición y al discrepante que se extiende e intensifica es producto directo de su política y su propaganda. El miedo a las represalias políticas, económicas o laborales por parte del poder determinaba ya las conductas en varios cacicatos autonómicos. Ahora el fenómeno es general. Y único en Europa. En un país sin oposición, unos gobernantes tan resueltos e irresponsables casi garantizan que en épocas de precariedad y angustia haya al final algo más que palabras.

ABC - Opinión