jueves, 12 de febrero de 2009

Simulador de Facua para revisar la factura de la electricidad

Más de 55.000 usuarios han utilizado el simulador de Facua para conocer si las nuevas facturas mensuales de la luz reflejan adecuadamente el coste de la energía consumida, señaló hoy la organización.

Esta herramienta, que hizo que el sitio en Internet de Facua registrara ayer un récord de visitas, indica al usuario si la compañía eléctrica le ha cobrado de más en la factura, y de ser así ofrece un informe sobre las irregularidades y las cantidades que deben ser reclamadas.

Facua ha lanzado este simulador, disponible en la página 'simuladores.facua.org', tras la controversia provocada por la puesta en marcha de una nueva factura mensual sin que la lectura de contadores de la luz, que sigue siendo bimestral, siga la misma frecuencia.

Esta circunstancia hace que el recibo de la luz del primer mes se realice conforme a estimaciones. En el segundo mes se recoge el dato real de consumo más el ajuste del mes anterior, lo que en algunos casos ha conllevado un sobrecoste irregular de la factura, según Facua.

La organización denuncia que en el segundo recibo se cobra la energía de finales de 2008 como si fuera de este año, de modo que a este consumo se le aplica la subida de tarifas de enero y, con ello, un precio inapropiadamente superior.


Europa Press

Rita Barberá: "Mariano, esto es muy grave; tienes que salir tú"

La oficina de prensa del Partido Popular congregó a los periodistas para la rueda de prensa posterior del Comité Ejecutivo Nacional de su partido, convocado con carácter extraordinario. El tema: "La cacería orquestada contra el PP". "Va a salir María Dolores de Cospedal a hablar", anunciaban. Pero al final salió Rajoy y con todos los altos cargos haciendo piña con él. ¿Qué ocurrió en esa sala? Que Rita Barberá cogió a Mariano de las solapas.

La Secretaria General del PP, María Dolores de Cospedal, salió a dar la cara el domingo tras las continuas publicaciones en El País de parte del sumario contra la trama de corrupción de la Comunidad de Madrid. Acusó al PSOE de instigar "esta campaña de acoso y derribo" en periodo preelectoral y pidió a los socialistas que dejen de utilizar las instituciones del Estado, como la Fiscalía General o el Ministerio del Interior en este asunto. Mientras, Mariano Rajoy estaba de campaña en Suiza.


Pero, tras su regreso de este país, la gravedad de lo que estaba ocurriendo hizo a Mariano Rajoy tomar las riendas. El líder del PP convocó para el lunes al comité de dirección, destinado a «fijar estrategia, argumentos y línea de actuación». Rajoy sabe que su futuro político pende de un hilo y la broma ha terminado.

Ese mismo martes, en el Congreso, el presidente del Gobierno se vio acorralado por el líder de la oposición. Mariano Rajoy advirtió a ZP que "hará lo que sea por el interés general", pero no está para "perder el tiempo" apoyando "medidas disparatadas". En definitiva: que rectifique. En la contrarréplica, ya sin papeles, Rajoy dio la puntilla al jefe del Ejecutivo: "¿Quién es ahora el apocalíptico y catastrofista?" Zapatero se dedicó, noqueado, a aplicar cataplasmas en la sangrante herida. Su actuación despertó la euforia en la bancada "popular".

La firmeza de Rajoy, en el monográfico sobre la crisis en el Parlamento, tuvo su continuación en la actuación del líder popular tras conocerse que el juez Baltasar Garzón, que instruye la causa contra la corrupción en la Comunidad de Madrid, y el ministro Bermejo habían pasado el fin de semana juntos de cacería.

El miércoles, y con carácter extraordinario, la cúpula dirigente de Génova reunió al Comité Ejecutivo Nacional. Y el Partido Popular cerró filas. Pese a que en un principio el servicio de prensa había convocado a los periodistas a una rueda de prensa de María Dolores de Cospedal, Rita Barberá convenció a Mariano Rajoy para que fuera él mismo el que encabezara el encuentro con los medios. Según informan fuentes internas a Periodista Digital, estas fueron las palabras de la alcaldesa de Valencia:
"Esto es muy grave, Mariano. Tienes que ser tú. Y nosotros detrás. Todos".
Y la receta Barberá funcionó a las mil maravillas. La contundencia de Rajoy en sus últimas actuaciones ha sido un chute de entusiasmo para un partido que no atraviesa por buenos momentos. Como escribe Manolo Martín Ferrand en ABC, "Rajoy cabalga de nuevo".
"Estuvo bien Rajoy apareciéndose ante los españoles rodeado por todos los integrantes de la Junta Nacional de su partido para trasladar una imagen de unidad que, aunque esté prendida con alfileres, tiende a reforzarse ante una agresión tan brutal y sectaria como la que padecen en las últimas semanas. Son muchos los episodios de corrupción que salpican al PP, y ello debiera llevar a la constitución de una comisión gestora para el partido en Madrid que avente la más mínima responsabilidad; pero es, en su caso, corrupción de las personas. No del partido. Su presidente dejó claro que «ni un solo euro» procedente de tan feos desaguisados como los que contemplamos ha ido a engordar las arcas del PP. Es decir, no cabe la hipótesis de un caso de financiación irregular de un grupo político -experiencia que el PSOE conoce con detalle-, sino en una casual conjunción de chorizos que deben ser depurados. De ahí el acierto de Rajoy, que después de una larga siesta parece transfigurado, al requerir que se levante el secreto del sumario que instruye el justiciero Garzón. La oscuridad con filtraciones dolosas, más que proteger a las personas, perjudica al grupo que es víctima de una instrumentalización de la Justicia que, si las apariencias no engañan, encauza el Fiscal General del Estado, Conde-Pumpido. Cándido, sólo de nombre".

Periodista Digital

Campaña de los nacionalistas catalanes para que los JJOO de 2016 se celebren en Chicago y no en Madrid

“Porque ningún catalán puede respaldar nada que se organice desde uno de los Estados que le oprime desde hace siglos”. Ésta es la primera de la larga lista de reivindicaciones que se puede leer en el grupo Yo no respaldo Madrid 2016, creado en Facebook. La plataforma que se postula en contra de que los Juegos Olímpicos se celebren en Madrid lleva colgada en la red desde el pasado viernes y ya tiene cerca de 2.000 inscritos.

Entre los argumentos que esgrimen para que los catalanes no apoyen la candidatura se encuentran algunos como que “nos ahogan nacionalmente, culturalmente y económicamente y encima tienen ganas de fiesta con nuestro dinero”. Asimismo, los firmantes reivindican el papel de las selecciones catalanas afirmando que “los españoles luchan en contra de nuestras selecciones (las que tenemos y las que aspiramos a tener). Llegan incluso a ilegalizar lemas como una nación una selección… ¿y ahora quieren nuestro apoyo?”.


Pero las reivindicaciones no terminan aquí. Los creadores de este grupo han colgado un manifiesto en el que aclaran que no tienen ninguna intención de que “la subsede en Barcelona represente un baño de españolismo que sería gravemente perjudicial para nuestra salud física y mental”. Finalmente, la plataforma Yo no respaldo Madrid 2016 se muestra optimista de que la capital del Estado no será la sede elegida para celebrar los Juegos. Su apuesta es clara: el evento será para Chicago. “Gracias a Obama”.

Reclaman el reconocimiento de las selecciones catalanas

El sentimiento en contra de la candidatura madrileña está en plena ebullición en Cataluña y ésta no es la única plataforma que hace uso de la red social Facebook para manifestarse. Catalans for Chicago 2016 es otro grupo que ya tiene más de 1.700 adheridos y que se niegan a respaldar a Madrid hasta que el Gobierno español reconozca el deporte catalán.

Según esta plataforma, “mientras España impide el reconocimiento del deporte catalán, no puede ser sede de unos Juegos Olímpicos. Un país como España, que no respeta la Carta Olímpica, no se merece obtener este logro. Queremos tener el derecho democrático a perder, pero queremos hacerlo representando a nuestro país, Cataluña”, afirma uno de los adheridos a la causa.

División incluso en el Gobierno catalán

Pero no sólo la sociedad catalana está divida entre apoyar o no a Madrid. El tripartito también ha manifestado públicamente sus diferencias. Mientras que el Presidente de la Generalitat, José Montilla, anunciaba su respaldo incondicional a la candidatura olímpica, su socio de gobierno, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), no lo tiene tan claro.

Pocas horas después de que Montilla expresara su apoyo al alcalde madrileño, Alberto Ruiz Gallardón, la portavoz de ERC en el Parlamento de Cataluña, Anna Simó, manifestaba que “nuestra formación política lo que secunda es que Barcelona sea subsede olímpica”, pero en ningún momento quiso pronunciarse sobre si está o no de acuerdo en que se hagan los Juegos en Madrid.

La actitud de Esquerra nos devuelve la imagen, no tan lejana, de cuando el actual vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, pidió que se boicotearan las aspiraciones de la capital para hacerse con los juegos de 2012. Estas declaraciones desencadenaron un boicot a los productos catalanes, que perjudicó sobre todo al sector del cava. En esta ocasión, Carod-Rovira ha preferido no decir nada para evitar que los empresarios catalanes tengan que sufrir de nuevo pérdidas económicas importantes por las aspiraciones independentistas del ex presidente de ERC.

el confidencial

La fantástica rebelión de Blanco. Cristina Losada

Imposición lingüística

«El oportunismo del socialismo zapaterino no conoce límites. Y ahí debe residir el quid de su éxito. Conforma un torbellino que acaba por banalizar y digerir hasta las más zafias de sus maniobras.»

El actor Manuel Manquiña, la escritora Marta Rivera de la Cruz y otros personajes conocidos que apoyaron la manifestación por la libertad de elección de lengua en Compostela, figuran ya en las listas de "enemigos del gallego". Son las prácticas habituales de los radicales que cría el nacionalismo. Pero aquellos que, igual que los camisas pardas, señalan, acosan y agreden a los discrepantes, como hicieron el domingo –y antes– no han brotado con fuerza por azar. Hay intelectuales orgánicos y sectores del establishment que alientan y alimentan su fanatismo y el bigobierno, con el BNG al frente, los ha vigorizado con dosis de legitimidad.


Pero estos días toca limpieza. Ha habido, así, condenas hipócritas y equidistantes de la violencia de los "contramanifestantes" por parte de los socios de Gobierno y hay una operación de lavado de manos y de cara de los socialistas para desprenderse de ese chapapote que es su política de imposiciones en el ámbito lingüístico. Pues estos socialistas (es un decir) juran ahora que ellos, de imponer, nada de nada.

Después de que Touriño declarase al español "tan nuestro como el gallego", ha sido José Blanco el encargado de ir aún más allá. Desde el Barco de Valdeorras ha anunciado que está "en contra de las imposiciones", proclamándose, incluso, en rebeldía contra ellas. La última rebelión conocida de Blanco fue contra los que denunciaron la urbanización a pie de playa en la que se ha comprado un bonito ático. No es, por tanto, un rebelde sin causa. Y en esta ocasión tampoco le falta una.

La causa de esos pronunciamientos socialistas contra su propia política se encuentra a dos semanas y media. Son las elecciones. Es el descontento social ante la inquisición lingüística que han instalado en comandita con el Bloque. Y ha sido el espectáculo de la violencia desencadenada contra unos manifestantes pacíficos. De manera que niegan la evidencia sin recato.

El oportunismo del socialismo zapaterino no conoce límites. Y ahí debe residir el quid de su éxito. Conforma un torbellino que acaba por banalizar y digerir hasta las más zafias de sus maniobras, como ésta. La acumulación de contradicciones y falsedades agota la capacidad de juicio y asombro. Una mentira tapa a otra. La realidad se desvanece bajo ese constante chorro. Y así nos encontramos abocados a reconocer que aquello que Abraham Lincoln consideraba imposible (engañar a todo el mundo todo el tiempo) intente verificarse cada día ante nuestros ojos.

Libertad Digital - Opinión

Un escándalo: ¿De dónde saca Garzón 4.000€ para un fin de semana de caza?

Juan Antonio González, todopoderoso comisario general de la Policía Judicial, también estuvo presente en la cacería que el pasado viernes reunió a Garzón y a Bermejo. Más datos: el juez y el ministro estuvieron en otra cacería el pasado 24 de enero en una finca cercana a la localidad toledana de Talavera de la Reina. El coste de la actividad ronda los 4.000 euros. ¿Puede un juez permitirse gastar ese dinero un fin de semana? Y si alguien se lo paga, ¿a cambio de qué? ¿Tiene algo que decir el CGPJ?

La ignominiosa cacería de Garzón con Bermejo y una fiscal parece causa justificada de recusación del magistrado. No sólo por su impúdico compadreo y su falta de sensibilidad en medio de una instrucción crítica, sino porque contamina moralmente el sumario y puede ofrecer a los imputados un resquicio para la escapatoria. Si los hechos son tan graves como la parafernalia del caso aparenta, merecen un juez más atento y respetuoso con las formas que rigen el Estado de Derecho. Amén de que por lo general, las apariencias no engañan; los americanos dicen que si algo anda como un pato, tiene pico de pato y plumas de pato, suele tratarse de un pato. Y esa cacería tiene pinta de ser, en efecto, una cacería. De caza mayor.

Así comienza Ignacio Camacho su columna en ABC, que continúa: "El PP no debe perder la perspectiva con un enroque de autodefensa acrítica; sería una lástima que la indudable polución política del caso nublase la oportunidad de una limpieza interna. La corrupción de algunos elementos de una gran organización resulta inevitable, pero lo importante es el modo en que esa organización reacciona. Aunque el cierre de filas obedezca a la necesidad de mantener la cohesión y aunque la evidencia de una maniobra torticera requiera una contraofensiva, lo que está en juego es la capacidad de autodepuración de una fuerza que aspira a volver a ganar la confianza de la gente. Los ciudadanos necesitan una alternativa de poder sin fisuras, capaz de sobreponerse a cualquier atisbo de connivencia con la sospecha, refractaria a la impresión de que ampara, empequeñece, justifica o disculpa conductas deshonestas. Es hora de puñetazos en la mesa, hacia fuera pero también hacia adentro".
"Sin intención alguna de minimizar los hechos, de lo hasta ahora sabido continúa sin desprenderse el motivo que demanda la intervención de la Audiencia Nacional. Casos de corrupción hay, por desgracia, a centenares en el territorio español, sin que traspasen la jurisdicción ordinaria. La Operación Malaya, con enormes repercusiones económicas y ramificaciones geográficas en varias regiones, fue dirigida por un juzgado de Marbella. Si este asunto tiene otro trasfondo, debe saberse. Hasta ahora la instrucción, agujereada de filtraciones, roza la indefensión: los imputados se enteraron por la página web de un periódico".
Y concluye su acertado análisis:
"Casos como el de Ciempozuelos o el recién conocido de Almería -con un vídeo literalmente sobrecogedor- muestran un doble rasero de la justicia y de la opinión pública ante los episodios de corrupción. La diferencia de repercusión entre Boadilla y Ohanes podría entenderse en función de la cercanía con Madrid, pero eso no sirve para explicar el contraste de diligencia y celo de la Fiscalía".
El comisario general de la Policía Judicial acompañó a Bermejo y Garzón

Las “casualidades” en los encuentros entre Garzón y Bermejo para hablar de caza – tal y como ha dicho el propio ministro – se siguen sucediendo. El último dato que hemos conocido es que Juan Antonio González, comisario general de la Policía Judicial, también estuvo presente en la cacería que el pasado viernes reunió al juez Garzón y al ministro Bermejo, según informa Cope.es.

Juan Antonio González se desplazó exclusivamente a la cena que el ministro y el juez mantuvieron en Andújar. Una vez terminada la cena González abandonó la compañía de tan ilustres comensales. Es de suponer que el hecho de que el comisario general de la Policía Judicial, el ministro de Justicia y el juez Garzón cenaron juntos el mismo día que la trama de corrupción que implicaba al principal partido de la oposición en una trama de corrupción responde únicamente a una “casualidad”.

González es un hombre muy próximo al PSOE y de hecho fue nombrado para el cargo que actualmente ocupa por Víctor García Hidalgo, entonces Director General de la Policía, tan sólo dos meses después de que Zapatero llegara al poder en el año 2004. Entre sus actuaciones profesionales se encuentra la detención del que fuera director de la Guardia Civil Luis Roldán

De cacería juntos, también el pasado 24 de enero

Según ha podido saber la Cadena COPE, el juez Baltasar Garzón y Mariano Fernández Bermejo estuvieron en otra cacería el pasado 24 de enero en una finca cercana a la localidad toledana de Talavera de la Reina.

La emisora avanza un nuevo encuentro entre el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón y el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, esta vez en una finca cercana a la localidad castellano manchega de Talavera de la Reina.

Un testigo ha afirmado como juez y ministro estuvieron de cacería y posteriormente almorzaron junto a sus esposas tan solo una semana antes de que Garzón comenzara la investigación del "Caso Günter".

Periodista Digital

La escopeta nacional. Por José García Domíngues

Garzón y Bermejo

«Alguna contraindicación ética ha de haber en eso de que Garzón y Bermejo, Bermejo y Garzón, el número dos de Mister X y el número uno de Mister Bean, salgan juntos y revueltos a practicar la caza del conejo engominado.»

Desconcertantes esas dos fotografías que ocupaban la portada de El Mundo de ayer (el de Pedro J., no el de Stefan Zweig). A primera vista, la cosa resulta más que evidente. El tipo que luce en la de la derecha, el de la barba cana y el jersey verde oliva, no parece ser otro que el camarada Abimael Guzmán, carismático líder de Sendero Luminoso y cuarta espada, tras Lenin, Stalin y Mao, de la revolución socialista mundial, como es fama. El otro, el del escopetón tremendo, las Ray Ban fetén, sus preceptivas chirucas todo terreno y esa gorrilla clavada a la que gastaba Trotsky cuando fundó el Ejército Rojo, trátase, sin aparente duda, del Subcomandante Marcos antes de iniciar alguna acción de severo castigo contra las tropas gubernamentales en la selva de Chiapas.


Únicamente tras un exhaustivo peritaje visual llega el perplejo observador a descubrir las genuinas identidades de los figurantes. O sea, a pillar que el primero resulta ser Bermejo disfrazado de marqués de Leguineche en una montería con aroma a alcanfor, caspa y subdesarrollo; como aquellas en las que Fraga intentó –sin éxito– fusilar a la hija de Franco p´ayudar. E igual de atónito certifica que su cuate es nada menos que el jefe del Ejército Zapaterista de la Audiencia Nacional, el ínclito Garzón; ocupado para la ocasión en trabajarse el papel del prota en la próxima versión de La escopeta nacional. Qué escena más gloriosa con tal de ilustrar el definitivo epitafio de lo que ha quedado de la rojísima izquierda española. Extraordinaria. Sólo falta Paco Rabal con los pantalones remendados, las alpargatas y la milana bonita al hombro, recogiéndoles las piezas del suelo a los dos señoritos.

En fin. Que sí. Que alguna contraindicación ética ha de haber en eso de que Garzón y Bermejo, Bermejo y Garzón, el número dos de Mister X y el número uno de Mister Bean, salgan juntos y revueltos a practicar la caza del conejo engominado, exclusivamente, en las zahúrdas municipales del adversario. Que claro que tiene razón el pobre don Mariano. No obstante, a uno le resulta mucho más sugerente la dimensión estética del asunto. Ese cortijo tantas veces soñado en la juventud. Ese eterno, obsesivo, patético, sobrehumano esfuerzo de los noveaux riches con tal de imitar la liturgia escénica de la aristocracia y la burguesía genuina. Esa enternecedora performance, en todo tiempo y lugar condenada al fracaso. La lubinamismo, que diría Chaves.

Libertad Digital - Opinión

Un ciervo llamado Montesquieu

«Para Bermejo ya no es una opción dimitir, es una obligación moral. Garzón, por su parte, no puede seguir instruyendo la causa por la simple razón de que no es un juez imparcial, garantía mínima que asiste a cualquier imputado en un proceso.»

Con el escándalo de la cacería a dúo entre el ministro Fernández Bermejo y el juez Garzón y, a renglón seguido, el estallido del caso Boadilla, la Justicia en España toca irremediablemente fondo. A estas alturas no nos sorprende comprobar que, por estos pagos, el espíritu de Montesquieu esté muerto –que lo está, al menos, desde tiempos de Alfonso Guerra– sino los niveles de desvergüenza a los que ha llegado la coyunda entre los poderes Ejecutivo y Judicial. Amalgamados hasta un extremo tal que algo así sería difícilmente tolerable en cualquier otro país democrático.


La verdadera víctima de la cacería del pasado fin de semana no ha sido el Partido Popular, ni siquiera la trama de tráfico de influencias que está siendo investigada en Boadilla del Monte; la verdadera víctima de los apaños en secreto entre Bermejo y Garzón ha sido, como bien señalaba el vicepresidente de este diario en su programa matinal, el propio Montesquieu, que ha sido enterrado sin honores por obra y gracia de un ministro de Justicia y un juez de la Audiencia Nacional. Esta es la doliente realidad a pesar de que el Gobierno y el partido que le sustenta se empeñen en no verlo.

Se escudan en que es relativamente habitual que personajes importantes de la vida pública coincidan en actividades de esa índole, y, en principio, que un juez y un ministro se vean en una cacería no es motivo de sospecha. Siempre y cuando, claro está, el ministro no sea Bermejo, representante del socialismo más montaraz, y el juez Garzón, magistrado de la Audiencia Nacional famoso por favorecer siempre y en toda circunstancia al PSOE, partido por el que colgó la toga para presentarse como número dos en las elecciones de 1993. Si a ese cóctel ya de por sí peligrosamente ideológico le añadimos que cuando se produjo el encuentro el juez estaba inmerso en la instrucción de un sumario contra los adversarios políticos del ministro, cualquier duda sobre su presunta imparcialidad queda despejada, pero para mal.

En este caso, que es tanto o más grave que el de Boadilla, la mujer del César ni es decente, ni lo parece, ni tiene intención de serlo ni de parecerlo. Pocas veces hemos visto manipular de un modo tan descarado la Justicia en beneficio del Gobierno y, lo que es peor, casi ninguna hemos asistido a cómo un juez utiliza al Gobierno para hacer Justicia con sus enemigos ideológicos. Porque aquí cuesta saber quién sirve a quién, pero no es muy complicado adivinar contra quién y a favor de quién va dirigida toda una macro operación judicial orquestada para servir de cortina de humo a Zapatero durante el espinoso debate parlamentario sobre la crisis económica.

El asunto es tan bochornoso para el país que urge darle una salida cuanto antes, y una salida ejemplar. Para Bermejo ya no es una opción dimitir, es una obligación moral. Garzón, por su parte, no puede seguir instruyendo la causa por la simple razón de que no es un juez imparcial, garantía mínima que asiste a cualquier imputado en un proceso. Si el magistrado-estrella de la Audiencia se niega, habrá de ser el Consejo General del Poder Judicial el que le retire del caso nombrando a un sustituto. No hay posibilidad, en suma, de medias tintas. Los causantes de este escándalo deben desaparecer del escenario lo antes posible para que, aunque la mujer del César siga sin ser decente, al menos vuelva a parecerlo.

Libertad Digital - Editorial

Roth por España. Por Hermann Tertsch)

HABRÁ quien piense que Joseph Roth se fue de Berlín y se despidió de Austria para irse a morir a París por vicio o capricho. No fue así. Nuestro querido Roth, mucho más viajero que su alma gemela y copa contigua, el entrañable Peter Altenberg, se fue a París a morirse de asco. Cierto es que para consumar su propósito utilizó la absenta. Pero sólo porque los periódicos de la época no le valían como dosis definitiva. Y porque no existía Youtube ni internet para hacer memoria inmediata. De existir, le habrían sobrado. Y se habría ahorrado las copas. Roth se fue de viaje hacia la muerte por asco a la marea de zafiedad violenta y obscenidad moral que, desde el este, había irrumpido en Rusia, en Alemania y a la postre en su amada Austria. Cuando los fiscales y los jueces se unieron a los banqueros e industriales para jalear a la chusma ideológica de la peste parda o roja, las almas más avisadas se dieron a la fuga. Las que no lo hicieron lo pagaron más tarde. Nuestro santo bebedor que había llorado en bellísimas páginas el desmoronamiento del orden que exigía tan solo un poco de honestidad y salubridad, un poco de sentido común en las relaciones humanas, prefirió morir a comer de la basura que se venía encima. Decenas de millones murieron en aquella inmensa marejada de basura que nos trajo la primera mitad del siglo veinte en Europa. Y quienes sobrevivieron lo hicieron en un miedo que aun hoy espanta en sus testimonios que tienen sus cimas en Vassili Grossman o Boris Pasternak, en Víctor Klemperer o Joachim Fest, en Mijail Sebastian o Jorge Semprún.

Les confieso que me produce más ira que miedo -y éste no es poco- ver como algunos de los pasos fundamentales en la destrucción de la convivencia se producen de nuevo. Y como el odio y la manipulación del resentimiento vuelve a ser el arma efectiva de los peores. Como la infamia vestida de benevolencia se adueña, una vez más, del discurso público. Se reaviva la náusea que Joseph Roth o Stefan Zweig sintieron al ver hundirse ante la indolencia e ignorancia general los proyectos de vida en libertad y decencia del sujeto sacro que es la persona. Produce indignación y pavor que vuelvan los ya citados correajes. Y que tengan predicamento en gente joven. Y produce espanto saber que hay de nuevo una jauría suelta que busca, localiza y tiene vigilados a quienes, como Joseph Roth y millones más, tienen dudas y disienten. Resulta tenebroso saber que tras sonrisas de «Joker» hay personajes que aplauden o justifican aventuras pasadas que fueron matanzas, jalean a asesinos de antaño en Paracuellos, a dictadores del presente en Cuba, o a fanáticos hiperactivos en Gaza. Creen realmente que los humanos somos en el mundo piezas intercambiables en un gran campo de experimentación.

Pero dejémonos de literatura barata. Volvamos al feliz presente. Dice el presidente del Gobierno de España que la victoria está cercana. Y sus ministros, jueces, fiscales, periodistas y banqueros asienten. Los demás, también, agradecidos o asustados. Me permitirán que le deniegue tanto la lealtad como el afecto. Puestos así, con Roth y la la absenta.

ABC - Opinión