domingo, 15 de febrero de 2009

"En Madrid no se levantan pensando qué putada hacer a los catalanes"

Albert Boadella ha asegurado en la COPE que "Cataluña nunca fue una nación", y que el nacionalismo ha sido alimentado por "políticos incultos y muy astutos" que han rentabilizado un "sentimiento" con más fuerza que la propia realidad alimentando la "paranoia y el odio anti español".

El dramaturgo y director del Teatro Canal de la Comunidad de Madrid reconoció en la COPE que "soy muy apasionado de la política. Siempre me he metido en todos los berenjenales". En su intervención en Al sur de la semana consideró también que la situación actual de crisis es "algo depresiva. Son momentos difíciles".


Respecto a su declarada oposición al nacionalismo catalán, Boadella aseguró que ha llegado a un "momento de saturación, he acabado cansado" y por lo tanto ya no siente "nada". "Incluso el paisaje me parece como si me pasaran un decorado. He perdido todo sentimiento" hacia Cataluña. El dramaturgo lo comparó con una pareja que se ha separado pese a que la culpa "es de los dos". "Seguro que yo tengo responsabilidad", reconoce, aunque también recordó lo "frenéticos que se han puesto conmigo".

Preguntado en Al sur de la semana si a Cataluña no la conoce "ni la madre que la parió" Boadella rememora "la Barcelona de finales de los 60, enormemente abierta cosmopolita, con muchas iniciativas culturales", que ahora "ha pasado a ser una ciudad provinciana".

En este punto, Boadella señala la "paranoia y el odio antiespañol" transmitida "a las jóvenes generaciones, y que ha dado resultado. Los que buscaban esta política lo han conseguido", se lamentó.

"Hay una epidemia en la cual los ciudadanos, y los colectivos ciudadanos, enferman como las personas. Hay una paranoia en la ciudadanía, que es siempre pensar que cuando un ciudadano de Madrid se levanta por la mañana piensa "a ver que putada puedo hacer hoy a los catalanes" me consta que no es así. Alguno habrá, pero es excepcional", opina el actual director artístico del Teatro del Canal de la Comunidad de Madrid.

Sobre cómo ese pueblo tan culto puede delegar en políticos tan incultos, el fundador de Els Joglars piensa que es un "virus que viene del pasado, de finales del XIX, con la gran subida de los nacionalismos europeos, a los que Cataluña se apunta". "Siempre ha sido un poco lo mismo, la idea de construir un país virtual, una realidad inexistente". Boadella asegura tajante que "Cataluña nunca fue una nación".

"Hay políticos muy astutos que saben aprovechar esos sentimientos virtuales, de pura imaginación, que tienen mas fuerza que la realidad. Y da una rentabilidad extraordinaria", dice. Además, Boadella se lamentó en Al Sur de la Semana, "yo creo que va a ir a mas. La crisis es la única cosa que puede parar este asunto", dijo en referencia a los repartos presupuestarios a las autonomías, condicionados ahora por la crisis.

Sino es por esto, "es un asunto irreversible, ya que es muy difícil recomponer los sentimientos de convivencia con la nación española. Los jóvenes han sido educados así". Boadella señaló los problemas derivados del Pujolismo ya "desde los años 80" como origen del problema.

Libertad Digital

¿Spanair o Catalonair?. Por José María Carrascal

CRISIS o no crisis, los nacionalistas siguen adelante con su plan de construir una nación-estado cueste lo que cueste, literalmente. Ahí los tienen en Cataluña, comprando una compañía aérea en bancarrota, para convertirla en su línea de bandera, cuando sólo quedan líneas de bandera en el Tercer Mundo. En el resto, se han privatizado, como Iberia. Pero ¿qué importa eso a los nacionalistas? Ellos, a lo suyo, a hacer nación con mayúscula, es decir, con embajadas, selecciones deportivas y líneas aéreas propias, que sirven tan bien para colocar familiares y amigos. Veremos quién es el presidente de la nueva Spanair. ¿Otro hermano de Carod? ¿O le harán comandante de aeronaves?

Comprar una compañía aérea en bancarrota es fácil. Tan fácil que se la regalan a uno si se hace cargo de sus costos. Lo difícil es sacarle beneficios. Más ahora, con la crisis. Espero que los inversores catalanes hayan hecho bien las cuentas, porque en otro caso, el tortazo que se van a dar será mayor que el que se dieron los anteriores dueños. Claro que con el apoyo gubernamental, no hay miedo a cualquier negocio por ruinoso que sea. Apoyo que en este caso lo tienen, aunque no está clara la participación de la Generalitat y del Ayuntamiento barcelonés en el proyecto, pero que van a participar de una forma u otra no cabe la menor duda. Sin esa participación, el proyecto no hubiera alzado vuelo, nunca mejor dicho. Y aquí sí que entramos en harina. No me refiero al uso de fondos públicos en una empresa privada que competirá con las demás, algo prohibido por Bruselas. Me refiero a algo mucho más próximo y doloroso: a que todos los proyectos empresariales en que se han metido los gobiernos catalanes, no de ahora, sino de siempre, han terminado en rotundos fracasos. ¿Por qué se creen ustedes que no ha habido un «Banco Catalán»? No voy a entrar en las causas, que son muchas y complejas. Me limito a señalar un hecho constatado: los catalanes son muy buenos en negocios privados y, muy malos en negocios públicos. Tal vez lo uno conlleva lo otro, no lo sé. Sé sólo que los experimentos de este tipo no funcionaron.

Ahora, su gobierno, con el apoyo de todas las fuerzas políticas y de un grupo de empresarios, lanza al vuelo una línea aérea nacional, justo cuando la crisis pide concentración de empresas para reducir gastos. Vamos a ver lo que Spanair les cuesta a los catalanes, pues no olvidemos que si una compañía aérea privada pierde dinero, una estatal pierde más. De entrada, han doblado las sedes: una en Palma y otra en Barcelona. «Mientras no nos cueste al resto de los españoles...», dirán algunos. Aunque lo peor sería que el ejemplo cundiera y nos encontrásemos con 17 compañías de bandera.

ABC - Opinión

Sólo las empresas que rotulan en catalán reciben ayudas a la internacionalización

Sólo aquellas empresas que rotulan en catalán tienen acceso a las ayudas al fomento de la internacionalización que concede la Generalitat.

Es más: para recibir estas subvenciones es necesario firmar una declaración por escrito de cumplimiento de la Ley de Política Lingüística. Estas ayudas de la Conselleria de Innovación, Universidad y Empresa, dirigida por Josep Huguet (ERC), forman parte del Plan para la Internacionalización de la Empresa catalana, que se enmarca dentro del Acuerdo Estratégico para la Internacionalización, la Calidad de la Ocupación y la Competitividad de la Economía.


Renovación del plan

Si una empresa desea por ejemplo instalarse en el extranjero, tiene la obligación de acatar los artículos 32.1, 32.3 y 36.4 de la Ley 1/1998 de política lingüística. Así ha sido entre 2005 y 2008, primer período de aplicación del citado Plan, que ahora, en plena crisis, se renovará hasta 2011. La patronal Pimec, que representa a la pequeña y mediana empresa, calificó de «condición de supervivencia» el aumento de las exportaciones y la dimensión internacional de las empresas.

El presidente del grupo parlamentario del PP, Daniel Sirera, considera que «el Govern vuelve a equivocar sus prioridades al exigir la rotulación en catalán», lo que, a su juicio, supone «una discriminación». En este sentido, calificó de «aberración» que, en época de crisis, «se ponga en peligro a las empresas que no cumplan con estos requisitos». Sirera exige que se retire esa obligatoriedad «para que todas las empresas compitan en igualdad de condiciones».

En la «Declaración expresa de cumplimiento de los artículos 32.1, 32.3 y 36.4 de la Ley 1/1998 de política lingüística» se debe hacer constar el nombre y apellidos del representante legal, el NIF, el cargo y la entidad solicitante. El solicitante declara que «la entidad cumple los requisitos establecidos» en el artículo 32.1, según el cual, «las empresas y establecimientos dedicados a la venta de productos o a la prestación de servicios que desarrollan su actividad en Cataluña deben estar en condiciones de poder atender a los consumidores cuando se expresen en cualquier de las lenguas oficiales de Cataluña». También debe cumplir con el artículo 32.3: «La señalización y los carteles de información general de carácter fijo y los documentos de oferta de servicios deben ser redactados, al menos, en catalán». Finalmente, es obligado cumplir el artículo 36.4: «Los rótulos y las informaciones de carácter fijo y que contengan texto que deben constar en el interior de los centros laborales deben figurar, al menos, en catalán».EN

ABC