miércoles, 18 de febrero de 2009

La pasión de Mariano Fernández Bermejo. Por Santiago González

Hoy se cruzan acontecimientos muy desagradables en la vida del ministro de Justicia. Sus partidas de caza con Garzón han invertido su sentido original. Hoy los pájaros van a disparar a las escopetas y el PP va a preguntarle sobre sus monterías con el juez y sobre sus cacerías gratis total en una finca de propiedad pública llamada Quintos de Mora, en la que está prohibida la caza por el Ministerio de Medio Ambiente.

Quintos de Mora es una finca con historia. Allí, bajo el celestinazgo de Pepe Bono se encontraron Felipe González y Baltasar Garzón, y allí pactaron que el juez estrella de la Audiencia Nacional fuera el candidato número 2 en las listas del PSOE por Madrid al Congreso de los Diputados.

Hoy, sus cacerías se le cruzan con la huelga de los jueces, una huelga inadecuada, pero significativa. Forges, con su habitual finura analítica, lo retrata con la viñeta adjunta en El País. ¿Son los jueces de extrema derecha?¿Lo son los obispos?¿Lo es el PP? Hagamos una cuenta somera: La extrema derecha, junto con la extrema izquierda y Herri Batasuna sumaron el 7,89% de los votos en el Reférendum de la Constitución hace 30 años. Este Gobierno ha conseguido que la derecha extrema sola haya alcanzado en las últimas elecciones generales más del 40% de los votos, que los obispos hayan salido a la calle a manifestarse por primera vez en los últimos 30 años y que los jueces hayan declarado huelga también por primera vez en la historia de la judicatura española.

No es edificante la imagen de los obispos soportando la pancarta, ni la de los jueces en huelga, pero algún mérito debe de tener el Gobierno que ha conseguido ambos hitos. En la huelga tiene un cierto mérito Bermejo, campeón del nuevo talante que anunció Zapatero, aunque su total descrédito es una garantía para su continuidad. Sólo falta que en su comparecencia de hoy vaya acompañado de Maleni Alvarez para que la huelga involucre a todos los jueces de España y se convierta en indefinida

El blog de Santiago González

Pasados ya treinta años. Por Gabriel Albiac

En la primera página de un diario francés que duerme el sueño de las hemerotecas, hay la foto de un Jimi Hendrix bajito, cuyo puño apunta hacia un grave palacio de la parisina Avenida Kléber. Por fortuna para él, está de espaldas. Pasaron ya treinta años.

Cuesta ahora recordar. O, más que costar, duele. Pero, en aquel inicio de los años setenta, la bruma espesa de las ideologías no se había aún desleído. Y la imagen de un Kieu-Samphan muy joven, entrando en Phnom-Penh al frente de un ejército de casi niños, quintaesenciaba un mundo de leyendas fantaseadas en el invernadero infernal de la Guerra Fría, bajo la épica vietnamita. Yo andaba por París entonces. Por el París, primero enardecido cuando los bombardeos de Haiphong y Hanoi, y, al fin, festivo ante el palacio grave de la Avenida Kléber donde la guerra cerraba su último capítulo. Eso pensábamos. Cuando el ejército de casi niños entró en la capital camboyana, todos creímos que aquello era tan sólo un epílogo. Alegre, al cabo de treinta años de fuego ininterrumpido sobre Indochina. Errábamos. Supimos pronto que era el salto a un nuevo círculo de Infierno.


Para la historia que comenzaba en Camboya, no había precedente. Las primeras noticias, muy pocos meses luego, parecían sacadas de las más locas alucinaciones utópicas. Y a mí me hicieron recordar al sopesado Francesco Guicciardini que hace balance, en 1538, del hecatómbico «Reino de Dios» que alzara Girolamo Savonarola en una desconcertada Florencia a la que él puso en la raya misma del suicidio en el final el siglo XV. La santidad es en política, reflexiona el autor de la Historia de Italia, inevitablemente letal, porque exige que sea allanado el obstáculo mundano que bloquea el acceso al ya atisbable Paraíso. En la hipérbole del utopismo más extremo, que fue la que puso en marcha el «Khmer Rojo», no se trataba siquiera de planificar futuro. Las puertas del cielo mismo habían sido franqueadas aquel 17 de abril de 1975; no sólo las de Phnom-Penh. Quedaba una tarea sólo de limpieza, apenas un esfuerzo higiénico: barrer los últimos cascotes de los tiempos viejos, borrar el pasado.

En dos lugares vive el pasado de los hombres: en la memoria de cada uno de quienes lo vieron, primero; y, cuando ninguno de ellos queda, en la escritura, ese poso paciente del recuerdo. El teorema a desarrollar por los «khmer rojos» escalofriaba por la pura sencillez de su planteamiento. El Paraíso -ellos hablaban, y era esa su diferencia, de instantáneo comunismo sin transiciones- exigía una limpieza general de los viejos residuos acumulados. Se procedió a evacuar los dos grandes contenedores de lo viejo: mente adulta y escritura. Ser hombre de una cierta edad era ya ser culpable; saber leer y escribir era no tener remedio. Sólo niños y analfabetos quedaban al abrigo de ese virus, los recuerdos del pasado; un virus cuya infección amenazaría de muerte al mundo recién nacido. La tarea era inmensa, y como tal fue abordada. No ha habido hasta hoy manera de establecer con precisión los datos. Entre un millón y medio y tres millones fueron exterminados. En cuatro años. La mayor parte de los responsables políticos de aquello siguen poseyendo el poder, hoy, en Camboya. Y ahora sólo, muy tarde y demasiado mal, unos muy pocos darán razón judicial del más extraño de los grandes genocidios del siglo veinte: el que limpió a un país de sus demasiado adultos y demasiado letrados. Cinco acusados. Treinta años luego. Dos millones de asesinatos.

Y alguien por quien pasaron esos años como pasan los milenios, recuerda una imprecisa foto, muerta como tantas cosas en el polvo de las hemerotecas. Cuesta ahora recordar. No cuesta; duele.

ABC - Opinión

¿Dónde están?. Por Hermann Tertsch

MONTECASSINO

Están desaparecidos nuestros ideólogos defensores de la fauna y flora. Nuestros queridos ecologistas, esas almas tiernas hacia todo arbolito, animalito y bestezuela pero implacables en el acoso a los centenares de miles de cazadores españoles y a toda la España agraria, cuyos magros ingresos dependen en gran parte de la caza. Parecen mudos los que se escandalizaban con la afición de Álvarez Cascos. ¿Dónde están nuestros fundamentalistas que siempre prefieren que regiones enteras de la España rural se pudran en el subdesarrollo y en la pobreza a que se irrite a los animales del bosque? ¿Dónde están todos los que desde la prensa izquierdista insultaban hace sólo meses a Sarah Palin por cazar alces?


Sospecho que están con esos que tachan de homófobo a cualquiera que se resiste a sus pretensiones y después acuden a manifestarse a favor de los sicarios palestinos de Teherán que ahorcan a los homosexuales en grúas. Allí coinciden con ese feminismo que se incendia por la grosería de alguien de derechas pero aplaude la Alianza de Civilizaciones con quienes pegan por sistema a sus mujeres y lapidan a las más díscolas. Y con quienes se manifestaban contra un submarino nuclear en Gibraltar durante el Gobierno de Aznar y después no han mostrado reparo cuando han entrado en el mismo puerto los submarinos nucleares uno tras otro. Son los que decían que el PP incendiaba los bosques de Galicia y los que no han tenido la menor piedad hacia las familias de los doce muertos en el incendio de Guadalajara. O los que pretendieron que el ministro Trillo había asesinado a los militares del accidente de Turquía y después han demostrado que les importaba un carajo los soldados muertos en el helicóptero Cougar en Afganistán. Los que insultaron a Mayor Oreja y hoy callan ante la caza al inmigrante decretada por la policía de Rubalcaba. En fin, son los mismos y están juntos. Nuestra progresía. La cima de la hipocresía.

ABC - Opinión

Los fondos inmobiliarios pierden la mitad de su patrimonio en un año

Los inversores han reembolsado más de 4.500 millones de euros en 2008 y los expertos no descartan que los problemas se extiendan al resto de fondos de esta categoría.

Los fondos inmobiliarios podrían tener los días contados. En los últimos meses han visto como los dos mayores bastiones del sector, Santander y BBVA, se han visto obligados a tomar medidas extraordinarias para salir al paso de los reembolsos.

El balance después de estos problemas no puede ser peor: uno de cada dos euros gestionados por los fondos inmobiliarios ha salido del sector. Estos productos, que llegaron a gestionar cerca de 9.000 millones de euros durante 2008, han visto como los partícipes ordenan reembolsar más de 4.500 millones de euros.


La mayor parte de estas salidas proceden de las solicitudes de reembolso de los clientes de Santander. Sólo durante dos semanas, entre el 1 y el 13 de febrero, los partícipes del Fondo Santander Banif Inmobiliario pidieron recuperar más de 2.600 millones de euros, un 80% del patrimonio del fondo.

Por este motivo, la gestora ha congelado las salidas durante dos años. En la anterior ventana de liquidez, que es la oportunidad de recuperar la inversión (hay una por trimestre), este fondo ya sufrió reembolsos netos de 500 millones de euros.

Ahora, con las dos semanas extra que ha dado Santander para que sus partícipes rezagados puedan dar también orden de reembolso estos números podrían incluso superar los 3.000 millones.

Un caso diferente
En lo referente a BBVA Propiedad, ha quedado con tan sólo un 5% de inversores reales entre sus partícipes. La gestora se anticipó a las solicitudes de reembolso dejando a todos los inversores que lo deseasen recuperar su dinero sin pagar peaje de salida y cubriendo sus posiciones con inversiones propias, que se tradujeron en un total de 1.600 millones de euros, como adelantó EXPANSIÓN. Gracias a esta medida los partícipes pudieron salir sin quedar atrapados.

Dos de los nueve productos inmobiliarios españoles ya han iniciado los trámites para ser liquidados: Habitat Patrimonio, de la empresa inmobiliaria; y Segurfondo Terciario, de Inverseguros. Además, BBVA comunicó a final de 2008 que iba a cerrar el BBVA Propiedad Global, un hedge fund con vocación inmobiliaria.

Los problemas podrían extenderse a otros fondos españoles. Así ocurrió el pasado octubre en Alemania, donde tras la congelación de un fondo inmobiliario los inversores se apresuraron a salir de otros productos, hasta que el 40% de los activos del mayor mercado europeo ha quedado paralizado.

De llegar esta situación, el Segurfondo Inversión, de Inverseguros, y el Madrid Patrimonio Inmobiliario, de Caja Madrid, tendrían complicado atender a los reembolsos ya que, según los últimos datos de la CNMV, cuentan con menos de un 2% de liquidez en cartera. Sabadell BS Inmobiliario, de Banco Sabadell, parte con un nivel de tesorería similar al que disponía el Santander Banif Inmobiliario en septiembre de 2008, del 10% de su patrimonio.

Frente a los fondos de Caja Madrid e Inverseguros, los de Ahorro Corporación y Caixa Catalunya son los mejor posicionados para esquivar una avalancha de reembolsos, con niveles de liquidez del 26% y el 80%, respectivamente.

Origen de los problemas
La crisis de los fondos inmobiliarios surge por las necesidades de liquidez de sus partícipes, por encima de la crisis inmobiliaria. Estos vehículos corren el peligro de quedarse bloqueados ante el aumento de solicitudes de reembolso, ya que su cartera está principalmente compuesta por activos inmobiliarios de difícil venta. Por ello, es crucial el nivel de liquidez que tengan para capear el temporal.

Al contrario de lo que piensan muchos inversores, estos fondos no compran y venden inmuebles. Los adquieren y explotan a través de las rentas de los inquilinos. De esta forma, ganan con la apreciación del valor de los inmuebles y la generación de caja que aporta el alquiler.

Sin embargo, la crisis también ha afectado a las valoraciones. Recientemente, Santander tasó de nuevo el 50% de los activos de su fondo inmobiliario por lo que su valoración sufrió un retroceso del 4,21%.

Esplendor y ocaso de los productos de inmuebles
Los fondos inmobiliarios han sido un perfecto aliado de los inversores durante los últimos años. Este tipo de producto han permitido a los partícipes beneficiarse del boom inmobiliario bajo la seguridad de la estructura de los fondos de inversión. Tanto, que el año pasado más de 150.000 partícipes habían depositado su dinero en esta categoría, cuyo patrimonio en España rondó los 9.000 millones de euros.

Los fondos de Santander y BBVA han sido durante los últimos años los estandartes del sector, con más del 60% del patrimonio y de los partícipes del sector. Los inversores encontraron en los fondos inmobiliarios, un interesante activo alternativo, con claras ventajas en la capacidad de generar retornos positivos con una baja volatilidad y con una liquidez aparentemente atractiva. Por ejemplo, el Santander Banif Inmobiliario registra una subida del 137% desde su creación en 1995, un 7% anualizado, cerrando muy pocos meses en negativo.

Sin embargo, las necesidades de liquidez de los inversores y el fuerte desapalancamiento de los últimos meses ha hecho que cada vez más gestoras mundiales anuncien restricciones de liquidez en sus fondos. Hasta ahora, la situación no había llegado a España. Pero los expertos sabían que era cuestión de tiempo.

De esta forma, todo apunta a que un sector que ha mostrado grandes rentabilidades durante los últimos diez años tiene sus días contados ante la crisis de liquidez de los mercados. De momento, dos de los nueve productos inmobiliarios españoles están en vías de liquidación y otros dos, los gestionados por Santander y BBVA han recibido solicitudes de reembolso masivas.

Expansión.com