lunes, 13 de abril de 2009

UN ALCALDE SOCIALISTA ‘EMPAPELARA’ A LOS DENUNCIANTES DE VILLA PSOE

Este miércoles el PSOE sienta en el banquillo a los ciudadanos que se atrevieron a denunciar la Villa PSOE en la Isla de Arosa, el bunker de Jose Blanco y otros dirigentes del PSOE (Ricardo Varela, conselleiro de Trabajo, Vazquez, conselleiro de Medio Ambiente, Zarrías, responsable de organización del PSOE andaluz, etc.), fiscales y jueces (Pérez Mariño, Carlos Varela, etc.). Como les amenazó Pepiño en su día, "ya se van a enterar quién soy yo".

El pleito en defensa del derecho al honor ha sido presentado por el alcalde socialista de la Isla de Arosa, José Manuel Vázquez Vázquez, y otros miembros de dicha corporación que gozan de grandes y caciquiles privilegios como hacerse con maravillosos apartamentos con muy buenos servicios e instalaciones varias, levantado todo ello al borde del mar, a pocos metros de la playa en la Isla de Arosa mientras a vecinos de dicho ayuntamiento se les van a tirar sus casas y a otros no se les deja ni mover una piedra en sus propiedades.

Posteriormente, como viene informando PD, este alcalde ha autorizado levantar una piscina y otras instalaciones deportivas en Villa PSOE cuando, como ha denunciado el alcalde del del PP de Villanueva de Arosa (la Isla de Arosa antes de convertirse en ayuntamiento pertenecía a Villanueva de Arosa), a su ayuntamiento ni siquiera le permiten levantar unas gradas en el campo de fútbol de dicho ayuntamiento.

Cabe recordar que Villa PSOE se levanta a pocos metros del mar, de la playa cuando la Xunta de Touriño y Quintana aprobaron una ley que prohíbe edificar en la línea de 500 metros del mar, cuando la ley de costas lo impide y cuando la ley del deslinde de costas se ha endurecido mucho más.

Periodista Digital

Salgado y Corbacho se reúnen... Y ya van siete fotos ministeriales

De poco ha servido el encuentro. Se han saludado y se han dejado fotografiar. Nada más. Y es que Elena Salgado y Celestino Corbacho han llegado a la conclusión de que hay que continuar avanzando en el diálogo social. ¿Seguirá la sesión fotográfica?

Reactivar el diálogo social es una de las prioridades de la nueva responsable de economía que tiene previsto reunirse esta semana con los agentes sociales.


El breve encuentro de este lunes por la mañana también ha servido para que ambos ministros subrayen la necesidad de evitar que se siga destruyendo empleo y de adoptar medidas que contribuyan a la creación de puestos de trabajo, aunque no se ha especificado cómo conseguirlo.

Al margen de la reunión, un posible punto que se estaría estudiando en el Ministerio de Trabajo sería el de ampliar el subsidio asistencial de desempleo. Una medida de la que no se quiere avanzar todavía nada, y es que desde el ejecutivo se recuerda además que el déficit de las cuentas públicas ya es bastante elevado como para impulsar este tipo de ayudas.

En resumen, mucha foto, siete en total en sólo cuatro días. Todo pura imagen. Incluidas las palabras, porque del resultado de los encuentros sólo ha quedado eso: mensajes para dar buena imagen. Un parte plagado de frases hechas, pero con poca medida concreta. Ni siquiera hoy lunes la cita del presidente del Gobierno con sus tres vicepresidentes ha aportado grandes novedades.

Mucho 'impulso', todo 'sintonía' en el nuevo Ejecutivo, todo 'coordinación', pero de anuncios de peso para mejorar la economía, nada. Basta repasar lo ocurrido antes y después para despejar cualquier duda al respecto.

Periodista Digital

La nieta gorilera. Por Arturo Pérez-Reverte

Vaya por delante que no tengo nada en contra de que una nieta del general Franco se gane la vida. Lo mismo me da que se la gane ella que una nieta del general Miaja, del general Von Paulus o del general Motors. Cada cual se lo monta como puede. Lo que me calienta la recámara es que me fastidien el desayuno. Como saben los veteranos de esta página, el arriba firmante desayuna crispis con un vaso de leche –dejé el colacao hace un par de años– y hojeando revistas del corazón. Para alguien que, como es mi caso, apenas ve la tele, esos quince minutos mañaneros son una forma como otra cualquiera de pasar el rato echando pan a los patos. Me entero, por ejemplo, de cómo es de grande la biblioteca de Julio Iglesias júnior, de quién es el último pavo que trabaja en la bisectriz de Ana Obregón, o de si las camisetas ceñidas del duque de Lugo necesitan o no wonderbrá. Cosas así. Me pongo al día viendo fotos, como digo; y en ese ratillo me ahorro incontables horas de telemierda.

Lo de Carmen Martínez-Bordiú, sin embargo, me supera. Me refiero a su desvergüenza mediática. Cada vez que, en ciclo siniestro e inevitable, la veo ocupar una portada del Hola –viaja más que Phileas Fogg– me pregunto qué hemos hecho los lectores fieles para merecerla. Sobre todo me pregunto por qué mi prima, y no otra. Cuál es su glamour. Su magisterio intelectual. Sus poderes. El gancho fotogénico y periodístico de una señora que tampoco es, puestos a señalar, Elsa Pataky ni Elena Cue –esas portadas no me atragantan los crispis, fíjense–, y cuyas declaraciones, toque lo que toque, son más elementales, querido Watson, que el mecanismo de un sonajero. Todavía recuerdo, de cuando el Prestige, esta honda y comprometida declaración suya: «Si tuviera una pala, iría a Galicia a recoger chapapote». Pero claro. No pudo ir, la pobre. No tenía pala, y la ferretería pillaba lejos.

La última es para enmarcarla: «Carmen Martínez-Bordiú relata su fascinante aventura entre los gorilas de Uganda». La relata ella, ojo. O eso cuentan. Escribiendo con sus deditos, palabra a palabra, un conmovedor viaje al corazón de las tinieblas, en plan Joseph Conrad, o casi: «Sabía desde el principio que iba a ser un viaje difícil y duro, pero que también sería una experiencia única». Guau. Pero no crean que esta vez es como aquella otra, la última o penúltima, cuando salió vestida de beduina sahariana –diez o doce páginas diciendo simplezas a todo color– para explicarnos que la paz del desierto la reconfortaba mucho espiritualmente. No. Ahora es más profunda. Se ha currado el viaje, documentándolo como una erudita. Eso la lleva a deducir, ante el paisaje africano, que «debió de ser con vistas semejantes cuando Churchill dijo de Uganda que era la perla de África». Nada menos, oigan. Churchill. Leído en sus memorias, supongo. De cualquier modo, de todo el crudo relato de la fascinante aventura gorilera, me quedo con el calvario que pasó Carmen para llegar a su objetivo: «Vamos camino de la selva impenetrable. Todavía no sé cómo puedo escalar con un palo en la mano y con la otra agarrándome a las lianas». Y luego, como sorpresa por completo inesperada, la enriquecedora aventura humana: «En nuestro recorrido nos encontramos con una comunidad de pigmeos». Tremendo. Y es que la imagino abriéndose paso a machetazos en la espesura procelosa, chas, chas, chas, como Stewart Granger en Las minas del rey Salomón, hasta cortarle, por descuido, la trompa a un elefante; y al elefante indignado, diciéndole con acento nasal: «¿Tú estás tonta, o qué?». Y luego, más adelante, me estremezco al imaginarla de nuevo, dándose de boca, de pronto, con una inesperada tribu de pigmeos feroces que pasaban por allí, casualmente, dedicados a lo suyo. A hervir misioneros y cosas asín. Qué valor, recórcholis. Qué apasionante aventura, santo cielo.

Pero lo mejor, de aquí a Lima, lo juro por Arturo, son las imágenes. Dudo que si no las han visto puedan valorarlas comme il faut: Carmen vestida de coronel Tapioca, con distintos modelitos según cada momento de la epopeya. Carmen de bwana blanca en la raya ecuatorial. Carmen con un bolso precioso en un descanso selvático. Carmen con otro bolso monísimo y una catarata detrás. Carmen con hipopótamos al fondo y una camisa divina de la muerte. Carmen sobre un puente de tablas y lianas, como Indiana Jones. Carmen con un rinoceronte al fondo y una botella de Lanjarón, o algo así, en la mano. Carmen en primer plano con una pocholada de pañuelo al cuello, y al fondo, chan, tatachán, gorilas en la niebla. Y gorilos. Todo eso, con la silicona impecablemente maquillada, sin una arruga en la ropa, y con cinco vestuarios y cuatro sombreros diferentes, que son los que he contado en las fotos. Por lo menos. Lo que fuerza a preguntarme si se cambiaba delante del macho Alfa –yo no lo haría, forastera– o los negros le llevaban un biombo.

XL Semanal

El PNV se autoproclama "líder" de los vascos y dice que lo seguirá siendo

"LA BANDERA ESPAÑOLA PRONTO ONDEARÁ EN AJURIA ENEA"

Tras la presentación de un documento que habla de independencia y "nación" vasca, el PNV ha centrado su discurso de este domingo, victimista y casi melodramático, en el ataque al acuerdo PP-PSE. Urkullu afirma que ambos partidos gobernarán "contra la mayoría social" del País Vasco.

Queda muy poco para que abandonen el poder y el discurso de los nacionalistas sigue en la misma línea de ataques a PSE y PP y victimismo. Este domingo, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, ha asegurado que el futuro Gobierno Vasco nacerá "de la trampa y del engaño"


Trampa, ha explicado, "porque saben que la sociología política de Euskadi no es la que refleja el Parlamento", y porque "han urdido entre ellos una Ley de partidos a su conveniencia" con la que "han ilegalizado en su propio beneficio" y, además, "han engañado a la sociedad".

Urkullu, en el acto con el que el PNV ha celebrado el llamado Aberri Eguna en Bilbao, ha insistido en que el nuevo gabinete, que calificó de "frentista, contradictorio y débil", tiene su origen en un "acuerdo oscuro para Euskadi pactado entre Rajoy y Zapatero, y sustentado en presuntas poderosas razones de Estado".

Críticas a la bandera

Urkullu ha recalcado que los socialistas "no son de fiar" y "no cumplen lo que prometen". Les ha acusado, junto al PP, de haber forzado la situación y haber "alterado lo que la sociedad quiere y pide" para "hacerse con el Gobierno" y ha opinado que, con su acuerdo, PP y PSE han "reforzado el concepto de excepcionalidad de lo vasco".

Ha alertado a los congregados de que "pronto la bandera española ondeará en Ajuria Enea". "Respetamos a quien se sienta identificado con esa enseña", ha puntualizado, porque "no vivimos contra nadie, ni pretendemos imponer nada y mucho menos los símbolos", pero, "no nos sentimos representados por esos colores".

Además, el presidente del PNV ha reiterado el mensaje de que su partido fue el ganador de las pasadas elecciones autonómicas y ha insistido en que ejercerá "su liderazgo" desde la oposición y las instituciones. "Sin resentimientos, pero con derecho a desenmascarar a quien engaña al pueblo". En su opinión, el pacto supondrá un gobierno en contra "de la mayoría social" del País Vasco.

Las quejas de Ibarretxe

Durante el mitin del PNV, ha intervenido también el lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, largamente ovacionado, quien ha considerado que el PNV "es la mayoría natural" del País Vasco y ha advertido que el pacto entre el PSE y el PP para propiciar un cambio en el Gobierno Vasco y en Ajuria Enea "será de largo recorrido". Urkullu le felicitó "porque la sociedad ha dejado claro que eres el lehendakari de Euskadi"

Ibarretxe recalcó que el País Vasco "es nuestra única patria" y aseguró que "es mayoritariamente nacionalista y lo seguirá siendo en el futuro". El lehendakari en funciones ha subrayado que ETA "no pinta nada" y "sobra en nuestra sociedad e nuestras vidas". "No hay nada -ha agregado- que haya hecho más daño al País Vasco que la violencia" de la organización terrorista.

Ha insistido en la necesidad de estar "detrás de las víctimas y de los amenazados" y ha proclamado que "por una patria se puede morir, pero no se puede matar". Ibarrete ha recalcado que los resultados del PNV en las últimas elecciones vascas fueron "inmejorables", porque la sociedad "nos ha dicho que confía en nosotros" que "somos la mayoría natural de este país".

El todavía lehendakari ha subrayado que las elecciones han dejado claro "quiénes han ganado, quiénes han perdido y quién es el líder de este país". También ha admitido que el nuevo gobierno liderado por el PSE-EE con el apoyo del PP es "legítimo", pero ha asegurado que esa alianza, "para echarnos a mí y a mi gobierno", es "frentista". "Han hecho una alianza para quitarme de en medio", ha dicho.

Libertad Digital

El triunfo de la mediocracia. Por José García Domínguez

Blanco

«Acabo de descubrir en una gaceta gubernamental que "la verdadera grandeza de la democracia reside en que cualquiera puede llegar a ministro". Acabáramos: que pueda ser cualquiera significa que tiene que ser cualquiera.»

Ya cuando el patético José Montilla trató de hacerse pasar por jurisconsulto y economista en el currículum oficial del Ministerio de Industria, uno confesó que más de la mitad de los tontos de baba que se ha cruzado en esta vida posee una licenciatura universitaria, que ha lidiado con verdaderos zoquetes estructurales que presumen del grado de doctor, y que tampoco se le han escatimado ocasiones de topar con genuinos burros de capirote prestos a exhibir ristras de masters y posgrados hasta bordados en la tela de los calzoncillos.


También reveló entonces que, entre las personas de las que ha aprendido cosas importantes, algunas no han cursado el bachillerato. Y es que ni el viciado aire de la Universidad (española) vacuna contra el cretinismo, ni adolecer de educación superior inhabilita a nadie para poseer ejemplares valores morales. Carecer de títulos y diplomas académicos por culpa de una juventud dura, esforzada, huérfana de oportunidades, volcada en el trabajo desde casi la misma infancia, no constituye demérito para nadie, al contrario. Caso bien distinto, por cierto, supone el de los próceres Blanco, Montilla, López (Patxi) y demás célebres haraganes insertos en la gran familia socialista.

No afrontar, como es el caso de todos ellos, el esfuerzo que representaría una licenciatura universitaria cuando se lleva la vida entera ingresando sustanciosos sueldos públicos, exigiendo la máxima excelencia profesional al prójimo y administrando millonarios recursos estatales, supone, simple y llanamente, una vergüenza. Así los montillas, los patxis, los blanquitos, todos esos hijos naturales de las listas electorales cerradas, bloqueadas, atrancadas y atornilladas por los omnipotentes aparatos de los partidos. He ahí, en su grotesca, ruborizante incompetencia, en esa devaluación intelectual de la clase dirigente inimaginable hasta hace apenas una década, la metástasis del sufragio universal cuando degenera en férrea oligarquía partitocrática.

Viene hoy a cuento el recordatorio porque, al hilo de la elevación del turbio Blanco a los altares del gasto público, acabo de descubrir en una gaceta gubernamental que "la verdadera grandeza de la democracia reside en que cualquiera puede llegar a ministro". Acabáramos: que pueda ser cualquiera significa que tiene que ser cualquiera. Ergo, y siguiendo la lógica aplastante del muy progresista argumento, España no será una democracia genuina hasta el día en que el novio de Falete ocupe la cartera de Administraciones Públicas o jure por su conciencia y honor el cargo de Ministro de Asuntos Exteriores. A la espera de la verdadera democracia quedamos, pues.

Libertad Digital - Opinión

Sueño de un antinorteamericano. José María Carrascal

ESO de que no se hayan tomado las vacaciones de Semana Santa, de que se hayan puesto a trabajar nada más tomar posesión, de que intenten atajar la crisis y disminuir el paro está muy bien. Pero ¿qué van a hacer cuando la crisis continúe? Pues nadie en su sano juicio imagina que acabará pronto, cuando países más ricos y mejor preparados que el nuestro no lo predicen. ¿Por qué creen ustedes que ha dimitido el secretario de Estado de Economía? Nadie mejor que él sabe que nos esperan más parados, no menos. ¿Qué harán entonces?

Porque ya no pueden echar la culpa a los norteamericanos, después de haber llamado Obama «amigo» a Zapatero. Ni al PP, por demasiado visto. Ni a los empresarios, que necesitan ayuda, no reproches, para no hundirse. Ni, desde luego, a los trabajadores, que si se cabrean pueden dar al traste en un santiamén con todo. Sí, ¿qué van a hacer cuando los planes del tan activo nuevo gobierno no den el resultado apetecido? Porque son típicos planes de Zapatero: improvisados y copiados, concretamente, de los de Obama, sin tener al país que Obama tiene detrás: mucha inversión pública, mucho gasto, mucho endeudamiento, para poner en marcha la locomotora económica. Los tres maquinistas, Salgado, Blanco y Jiménez, con Chaves como revisor, ya se han puesto a la faena con la aplicación, despliegue televisivo y optimismo antropológico que su jefe exuda. ¿Qué van a hacer cuando en el sector privado se destruyan más empleos de los que crea el público?

Porque con sólo inversión pública, esta crisis no se arregla, como otras anteriores de menor calado. Aparte de su característica global, esta crisis es también estructural, y nuestras estructuras económicas están totalmente desfasadas, sin que nadie se ocupe de ellas. Esta crisis necesita, más que dinero, una nueva actitud por parte de todas las fuerzas vivas del país, desde el gobierno a los ciudadanos. Requiere un nuevo pacto social para aumentar la productividad y competitividad, nuestros puntos flacos. Requiere, sobre todo, sacrificios, sin los que será imposible alcanzar ese pacto, renovar las estructuras y superar el desafío. Pero repasen ustedes las declaraciones del presidente y de sus nuevos ministros, y no encontrarán una sola vez la palabra «sacrificio». Zapatero y sus clones creen que con echar miles de millones a la crisis, la solucionarán. La labor pedagógica que requiere tal mentalización la olvidan, no sabemos si por no verla o por encontrarla demasiado fatigosa. Al revés, cuanto dicen y hacen tiende a dar la impresión de que la solución está a la vuelta de la esquina. ¿Qué van a hacer cuando doblemos la esquina, y la solución siga sin aparecer? ¿Echarle más miles de millones? ¿Y cuando no haya más millones? ¿Empeñarnos aún más? ¿Y cuando ya no nos fíen? Bueno, siempre podrá hacerse otra crisis de gobierno. Y otra. Y otra. Hasta que llegue Obama con su caballería a salvarnos, como en las películas del Oeste. Título de ésta: «El sueño de un antinorteamericano».

ABC - Opinión

La ofensiva permanente contra España

«El Estado de derecho se construye sobre la nación española (una nación soberana de ciudadanos libres) y, por tanto, allí donde se debilita la nación española se debilitan también el Estado de derecho y las libertades.»

El nacionalismo es un proyecto político colectivista; no utiliza la idea de nación como presupuesto de la ciudadanía y de la defensa de los derechos individuales sino como justificación del sometimiento al rebaño aun a costa de esos derechos individuales.

Para espolear este sentimiento colectivista, el nacionalismo necesita construir la leyenda de un pueblo primigenio conquistado y reprimido por una nación extranjera. Pueblo cuya libertad y autorrealización quedaron abortadas desde el momento en que esos "bárbaros" le arrebataron su "identidad" y que necesita recuperar su originaria soberanía para poder ser él mismo.


En los últimos 35 años, los nacionalismos centrífugos no han dejado de repetir esta milonga. Los pueblos a los que dicen representar y defender, dicen, sólo serán libres en tanto sean menos españoles. Por ese motivo, en regiones como Cataluña, el País Vasco y Galicia los elementos comunes de todos los ciudadanos –la lengua, la cultura, la historia, el derecho o la bandera– han sido sistemáticamente sometidos al ataque y a la marginación por parte de los partidos políticos nacionalistas.

Buena parte de la izquierda ha visto con complacencia esta situación al considerar que cualquier manifestación de la idea de España tenía unas inquietantes vinculaciones con el franquismo que convenía enterrar. No se daban cuenta –y por desgracia muchos siguen sin darse cuenta– de que el Estado de derecho se construye sobre la nación española (una nación soberana de ciudadanos libres) y que, por tanto, allí donde se debilita la nación española y se crean naciones ficticias para beneficio de un partido político, se debilitan también el Estado de derecho y las libertades. No en vano, Cataluña y el País Vasco son dos de los territorios menos libres de la península.

Y es que, por mucho que la izquierda (y últimamente la derecha "simpática") haya querido confundir el ataque a los símbolos españoles con una protección de rasgos culturales propios de esas regiones, lo cierto es que el objetivo del nacionalismo siempre ha sido el que hemos descrito: arrinconar a España para arrinconar los derechos individuales. Buena muestra de ello han sido dos reacciones recientes del nacionalismo catalán y vasco.

La primera, hace unos días. ERC se rasgaba las vestiduras porque en Melilla no pudiese estudiarse en tamazight, lengua de origen bereber. De acuerdo con Tardá, su exclusión del sistema educativo explicaba las altas tasas de abandono y fracaso escolar en la ciudad. Poco le importaba a ERC que esta ocurrencia contradijera todo su discurso oficial sobre que la inmersión lingüística en Cataluña no dificulta el aprendizaje de los castellanoparlantes y es responsable de buena parte de su fracaso escolar. Lo único relevante, tanto en Cataluña como en Melilla, era que el castellano dejara de emplearse para así fragmentar la nación. En realidad, ni el catalán ni el tamazight le importan lo más mínimo a Tardá, porque el nacionalismo, como ya hemos apuntado, no es un proyecto cultural, sino político: la cultura es sólo un medio de control, nunca un fin.

La otra ha sido protagonizado por el PNV este pasado domingo. Después de autoproclamarse "líder" de los vascos –con independencia del resultado que hayan arrojado las urnas– se escandalizó de que "pronto ondeará la bandera española en Ajuria Enea". Palabras que se han compadecido con 30 años de gestos antiespañoles y que nos recuerdan, de nuevo, que lo importante para el nacionalismo no es que la bandera vasca (que en este caso, para más inri, es una bandera de partido) tenga presencia institucional, sino que la española no la tenga bajo ningún supuesto.

En un caso como un otro, la construcción de una nación vasca o catalana sólo sirve para eliminar la nación española y el sistema de libertades al que ha dado lugar. Por fortuna, la derrota de los partidos nacionalistas en Galicia y el País Vasco constituye una oportunidad histórica para tratar de revertir en estas regiones la estrategia nacionalista de finiquitar la idea de España. Pero para ello será necesario no sólo colocar la bandera española en los espacios oficiales, sino acabar con el adoctrinamiento educativo, cultural y social que han impuesto estos partidos durante sus años de gobierno. Nada sería más desesperanzador para el futuro de la democracia española que se produjera, como en Cataluña, la absorción por parte del nacionalismo de aquellas formaciones supuestamente llamadas a regenerar las instituciones.

Libertad Digital - Editorial

Gente de tierra y sangre. Por Gabriel Albiac

¿Cuál es la lengua en que hablan los políticos?

Palabras en Bilbao. Ayer, domingo. Manifiesto del PNV en su «día de la patria». Festejo hilarante para los como yo: para todos aquellos a quienes una sonora lista de apellidos vascuences no salva -porque no les da la gana- de la degeneración cosmopolita. Sacramental liturgia para los creyentes en la tectónica fe en los mitos patrios de lengua, tierra y sangre. Georges Brassens, hace cuarenta años, se pitorreaba de eso en una descacharrante canción que glosa a «los imbéciles felices que han nacido en algún sitio». Un peligro de gente. Pero Brassens está muerto y enterrado. Y sus «felices imbéciles», más contentos que nunca de haberse conocido. Y mucho más numerosos. Respetados, incluso. Yo seré menos que polvo y nada de recuerdo, y estos del terruño patrio, hemomanía y neurona monótona seguirán dando la vara al que se tercie. Intemporales. Al fin, en este mundo, de nada salvo de la estupidez se dice lo eterno.


Palabras en Bilbao, ayer. Perfectas. En lo que limpiamente retratan la sesera del que habla. Más aún, el encefalograma de aquel que escucha sin fenecer de la risa. Palabras. De un enfermo. Que hiciera de sus fobias doctrina, sin temor al ridículo: «Vuestra raza, singular por sus bellas cualidades, pero más singular aún por no tener ningún punto de contacto o fraternidad ni con la raza española, ni con la francesa, que son sus vecinas, ni con raza alguna del mundo, era la que constituía a vuestra Patria Bizkaya; y vosotros, sin pizca de dignidad y sin respeto a vuestros padres, habéis mezclado vuestra sangre con la española o maketa, os habéis hermanado y confundido con la raza más vil y despreciable de Europa, y estáis procurando que esta raza envilecida sustituya a la vuestra en el territorio de vuestra Patria». Palabras de un pobre tipo no muy en sus cabales. El que acuña el salvífico lema bajo el cual ponían fe y esperanza los creyentes de ayer domingo. Redoble fundacional de Sabino Policarpo Arana: «Etnográficamente hay diferencia entre ser español y ser euskeriano, la raza euskeriana es sustancialmente distinta a la raza española... El roce de nuestro pueblo con el español causa inmediata y necesariamente en nuestra raza ignorancia y extravío de inteligencia, debilidad y corrupción de corazón, apartamiento total, en una palabra, del fin de toda humana sociedad... La patria de los vascos es Euskadi. Nuestra única patria es Euskadi». Y exégesis de sus sacerdotales discípulos de un siglo luego: «Euskadi es una nación con todos los derechos... Testimonio vivo de un pueblo con identidad propia..., depositario de un patrimonio histórico, social y cultural propio y asentado geográficamente en siete territorios ubicados en dos Estados a ambos lados de los Pirineos... Nuestro objetivo político es consolidar un marco político y jurídico en el que el sujeto político del pueblo vasco en su integridad tenga definido el derecho a decidir su futuro: el reconocimiento del derecho de autodeterminación». Y a uno le lleva un viento de estupor leopardiano: Non so se il riso o la pietà prevale... ¿Risa o piedad? Pero, tras de la Europa de los años treinta, risa o piedad ante esto son por igual imposibles.

¿Cuál es la lengua en que hablan los políticos?

Palabras en Berlín. 1933. «Estamos en el final del siglo de la razón. La soberanía de la inteligencia es una degradación patológica... Desconfiemos de la inteligencia, de la conciencia, y fiémonos de nuestros instintos... Sólo sobrevivirá la raza más viril y la más dura». Cierto pintor de brocha gorda austriaco: Adolf Hitler. ¡Qué pesadez, las gentes de terruño, raza y sangre!

ABC - Opinión

El Gobierno estudia ampliar alrededor de un año los subsidios por desempleo

La nueva vicepresidenta económica, Elena Salgado, dejó claro en su primera intervención tras asumir el cargo el pasado miércoles, que los desempleados son los principales perjudicados por la recesión y que, por ello, merecen su «más inmediata atención» y serán los destinatarios de sus primeros esfuerzos.

La ministra de Economía ya ha anunciado que hoy se reunirá con el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, dentro de la ronda de contactos que está manteniendo con los titulares de otras carteras ministeriales. Además, esta misma semana se reunirá también con empresarios y sindicatos y puede ser ésta la ocasión para explicarles la intención del Gobierno de ampliar la cobertura de la prestación por desempleo de forma temporal, mientras dura la crisis.


Primer encargo de Zapateo

Éste podría ser el primer encargo que la nueva titular de Economía haya recibido del presidente del Gobierno, que lleva meses lanzando mensajes sobre la necesidad de ampliar la protección de los desempleados que se quedan sin prestación.

También Corbacho se ha manifestado en este sentido en varias ocasiones. En el Foro ABC, el pasado mes de diciembre, Corbacho argumentó que España, siendo la octava potencia económica mundial, «no puede permitirse que una parte de la sociedad quede condenada a la nada» cuando se le acaben los subsidios.

Ya el pasado mes de febrero, coincidiendo con la aprobación de uno de los paquetes de medidas anticrisis, el presidente del Gobierno intentó incluir una propuesta en este sentido, pero las reticencias por parte de la CEOE, e incluso dentro del propio Ministerio de Economía, por el elevado coste presupuestario que esto implicaría, dejó aparcada la iniciativa.

El Ejecutivo quiere contar con el apoyo de los agentes sociales y de la oposición

La llegada de Salgado a la vicepresidencia, con un cariz más político, y el recrudecimiento de la crisis económica, que se ceba especialmente en el empleo, convierte el momento actual en el más oportuno para sacar adelante la medida.

Lo que ahora se estudia, y para lo que el Gobierno quiere contar con el apoyo de los agentes sociales y, si es posible, con el de la oposición, es la fórmula para aumentar alrededor de un año la protección a los desempleados.

Una de las propuestas que se barajan consistiría directamente en reformar el sistema de prestaciones y aumentar un año la duración de las mismas. Los sindicatos, por su parte, que incluyen el aumento del periodo de protección entre sus reivindicaciones, plantean que se flexibilicen los actuales criterios que dan derecho a acceder al subsidio y a la renta activa de inserción, que es lo que ahora cobran los desempleados una vez agotadas las prestaciones contributivas a las que tienen derecho por haber cotizado. También se buscan salidas para aquellos que no han cotizado lo suficiente.

Un millón sin cobrar paro

El objetivo es dar una solución al millón de parados que ya no perciben ningún tipo de prestación. Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, hay más de 3,6 millones de parados, mientras que sólo reciben prestación algo más de 2,5 millones.

El principal problema de esta medida es el presupuestario. En los dos primeros meses de 2009 se han destinado más de 5.000 millones de euros al pago de prestaciones, lo que supone un incremento de casi el 67% respecto al año anterior.

El gasto, además, desborda mes a mes todas las previsiones, y mientras el Presupuesto para 2009 preveía 19.000 millones de euros para hacer frente a esta partida, el Gobierno ya ha reconocido que tendrá que aportar otros 10.000 millones.

Rodríguez Zapatero ha insistido en varias ocasiones en que destinará el dinero que haga falta a estas políticas sociales, lo que chocaba con las declaraciones del ya ex vicepresidente Solbes, que hacía hincapié en que no había más margen fiscal.

ABC

Liberado a tiros el capitán estadounidense secuestrado por piratas en el Indico

El capitán estadounidense Richard Phillips, secuestrado el pasado miércoles por piratas somalíes en aguas del Océano Índico, ha sido liberado. Phillips se encuentra bien de salud. Los marines han matado a tiros tres de los corsarios y capturado al cuarto.

"Puedo decir que Phillips está sano y salvo", ha dicho el comandante de la Marina estadounidense John Danields.

El incidente recuerda la guerra contra los corsarios bereberes, hace 200 años, que dio origen al glorioso Cuerpo de Marines y en la que EEUU mostró casi por primera vez con que dureza puede reaccionar cuando se ofende al país y a su bandera.

El rescate se ha producido después de que Phillips se lanzara al agua desde el bote salvavidas en el que permanecía secuestrado, momento en el que miembros de la Marina han disparado contra sus captores. Original de Massachussets, el capitán Phillips, padre de dos hijos, reside con su esposa en una granja del siglo XIX en el estado de Vermont, noreste de EE UU.

Desde el mismo día del secuestro había un destacamento de tres buques de guerra siguiendo a los secuestradores. El dispositivo de seguimiento estaba coordinado por el destructor estadounidense Brainbridge, una de las unidades que participan en la flota internacional que vigila la zona para tratar de evitar acciones de piratería.

El destacamento intentó acercarse al lugar en el que Phillips estaba prisionero.

Al mismo tiempo que se intentaba un rescate, fuerzas del FBI negociaban con líderes tribales la liberación del capitán secuestrado.

Sin embargo, las negociaciones habían atravesado por momentos de gran tensión en las horas previas a su rescate, después de que el grupo que intermediaba en nombre de los piratas interrumpiese el diálogo a raíz de la demanda de EE UU de arrestar a los captores.

Los piratas se encontraban a sólo unos 30 kilómetros de la costa de Somalia y EE UU quería impedir a toda costa que llegaran a tierra, lo que podría haber dificultado aún más las labores de rescate.

Periodista Digital