jueves, 23 de abril de 2009

ROBLES DEJARA C's Y EL ACTA DE DIPUTADO EN VERANO Y DOMINGO ABRE UN PROCESO DE "REFLEXION"

El diputado de C's en el Parlament Antonio Robles anunció hoy que dejará el partido y su acta de diputado en verano tras el Consejo General de la formación que aprobó por 36 votos a favor, 24 en contra y dos abstenciones la coalición para las elecciones europeas con Libertas encabezada por Miguel Durán. El también diputado del partido José Domingo abre un proceso de "reflexión" en torno a su futuro en C's.

En declaraciones a Europa Press, Robles --que auguró que ya mañana empezará a haber bajas destacadas en la formación-- aseguró que después de como ha ido este miércoles el Consejo General no quiere "saber nada" de C's bajo la dirección de Albert Rivera, aunque piensa cerrar los debates parlamentarios que tiene asignados y abiertos, especialmente el de la Ley de Educación de Catalunya.


Pese a haber tomado ya la decisión de dejar C's y renunciar a su acta de diputado tras haberse sentido "ninguneado" por la dirección del partido y los consejeros generales más fieles al 'aparato' de la formación, aseguró que entretanto seguirá "luchando" desde dentro de C's para intentar que "recupere" la esencia del movimiento de intelectuales que lo precedió e intentar "salvar el honor" de los impulsores, algo que reconoció que ve muy difícil con Rivera de presidente.

Robles vio "vergonzoso" como la dirección ha llevó el Consejo General de este miércoles, aunque admitió que el resultado ha sido el "mejor posible" --dijo que este órgano estaba inicialmente alineado con Rivera--, teniendo en cuenta que la coalición europea con Libertas sólo salió para delante con 12 votos de diferencia.

Criticó que Durán interviniera durante una hora en el Consejo pese a no ser ni militante, ni consejero, ni siquiera haber sido ratificado aún como candidato, mientras que los contrarios a la coalición solo pudieron hacer intervenciones de 2 minutos, lo que opinó que fue una "burla". Para Robles, el actual C's no tiene nada que ver con sus orígenes.

En cambio, José Domingo, que reconoció momentos de "tensión" en el debate, optó por anunciar que abre un "período de reflexión" en torno a su futuro en C's y a cómo va a quedar el grupo en el Parlament, con dos de los tres diputados --él y Robles-- enfrentados a Rivera, también diputado.

En declaraciones a Europa Press, dijo que tiene claro que no va a hacer campaña por una coalición que no comparte y que opina que traiciona los orígenes de C's. Tiene intención de seguir "luchando" desde dentro de C's, aunque no concretó de qué forma. Destacó el crecimiento de la "contestación" interna a la maniobra de Rivera con Libertas y Durán.

Europa Press

EL BUEN GOBIERNO. Por Ignacio Camacho)

NO era el Dream Team y hasta tenía sus toques estrafalarios, pero gobernó con solvencia y sin sectarismo. Pactó con los nacionalistas sin liquidar el Estado y cumplió con eficacia los difíciles objetivos de la convergencia europea. Emprendió y culminó reformas imprescindibles para cambiar el curso de una economía en declive. Trocó el déficit, la inflación y el paro por una próspera estabilidad sin precedentes. Aguantó una acometida sangrienta del terrorismo y gestionó una tregua sin ponerse de rodillas. Fue pragmático, moderado y flexible, e hizo las cosas tan bien que murió de éxito, cuando la posterior mayoría absoluta, lograda gracias a esa gobernanza idónea, le levantó los pies del suelo.

El primer Gobierno de Aznar fue el Camelot del centro-derecha español y, como la Corte de Arturo, se descompuso por el pecado de la soberbia. Esa foto que ayer se repitió en Madrid, con un inevitable aire de nostalgia, es el póster de un programa político que no ha caducado: el del reformismo centrista, más necesario que nunca en esta hora de descomposición y sectarismo. Por desgracia, los errores de la segunda etapa aznarista han borrado parte de sus asombrosos éxitos, instalando al ex presidente en la memoria colectiva no como el hombre honesto que cohesionó a un país en quiebra, sino como el arrogante y cesáreo mandatario que despreció el «Prestige», provocó una huelga general y embarrancó a la nación en el pantano de Irak.

Aznar fue las dos cosas, pero la positiva duró seis años y la negativa, sólo dos. Esa imagen de ayer contiene un mensaje incontestable: desde la humildad, desde el diálogo, desde la moderación, la derecha española puede y sabe gobernar con templanza, firmeza y pragmatismo, y ofrece alternativas de confianza en las horas de deriva e incertidumbre. Y puede construir acuerdos de estabilidad, incluso con los nacionalismos, sin fracturar la médula del Estado.

Pero el mensaje es válido también para el propio Aznar y para aquellos de sus colaboradores que se han empeñado en despreciar su propio legado, enfatizando posiciones dogmáticas e integristas que sólo sirven para desestabilizar a sus sucesores. En los últimos tiempos, el PP ha ganado cuando ha sabido volver a aquel razonable espíritu de centro y de concordia: Madrid, Valencia, Galicia. Y ha perdido cuando ha dejado prevalecer el hosco ceño de la intransigencia. En España las mayorías se construyen desde la versatilidad, la apertura y el entendimiento. El triunfo del zapaterismo ha consistido en sacar a la derecha de la moderación con una estrategia provocadora y divisionista, ayudado por la contumacia de ciertos caballos de Troya. Por eso, aunque la foto de ayer es de justicia para reconocerle a Aznar su mérito histórico, conviene recordar que es a Rajoy a quien ahora compete poner en valor la herencia de aquel buen Gobierno.

ABC - Opinión

OPTIMISMO, ESA ES LA CONSIGNA OFICIAL. Por Fernando Jaúregui

El nuevo equipo gubernamental se ha empeñado en una acción de transmitir optimismo a la opinión pública, según ha podido constatar quien esto suscribe tras encontrarse con diversos miembros del gobierno. A estos efectos, responsables del Ejecutivo aseguran que las cifras del paro empezarán a remitir este trimestre, que en no muchos meses se verá el principio del final de la crisis y que los socialistas cuentan, con las formaciones pequeñas del grupo mixto, con aliados "de sobra" en el Parlamento que, aun absteniéndose en la votación, puedan permitir sacar adelante los Presupuestos para 2010 sin necesidad de contar con los nacionalistas. Incluso piensan, en otro orden de cosas, que nos hallamos ante un escenario "muy estimulante" en lo que respecta a la lucha contra ETA, aunque es difícil que veamos un final definitivo de la banda.

Las dificultades por las que atraviesa el mundo entero en el orden económico y los obstáculos políticos concretos en el caso español no parecen preocupar excesivamente al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, al menos por lo que trasciende de los mensajes que desde el Ejecutivo van llegando a los medios de comunicación. El Gobierno español tiene margen de sobra para pactar cosas, incluso, acaso, con los nacionalistas catalanes una vez que se haya solucionado el contencioso sobre la financiación autonómica, una solución que está, dicen, muy cercana. Cuestión de pocas semanas, recalcan.

Y, si es cierto que en muchos asuntos los socialistas recurrirán en las Cortes al apoyo de los "pequeños" (Bloque Nacionalista Galego, IU, Coalición Canaria, Nafarroa Bai, UPN*), con los que ya consideran poder sacar adelante los próximos Presupuestos, también se intentarán pactar cosas puntuales con el Partido Popular. Sobre todo, la estabilidad de las instituciones financieras, algo sobre lo que Zapatero y Rajoy han hablado secretamente ya varias veces a lo largo de las últimas semanas: es este un tema en el que Zapatero considera importantísimo contar con el concurso del PP, ya que habrá cambios y fusiones de envergadura, pese a que el Gobierno niega que los grandes bancos y cajas estén atravesando por problemas serios: las últimas informaciones en poder del gobierno indican que la morosidad va a un ritmo menos preocupante que hace un par de meses. Y solamente alguna entidad "menor" está en dificultades serias.

Para el equipo de Zapatero, resulta arriesgado decir, como dijo el gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez, que la Seguridad Social puede tener déficit. Es más, se trabaja con un escenario de superávit entre cuatro y cinco mil millones de euros, pese a que España ha perdido 900.000 afiliados a la Seguridad Social. Y, aunque estas previsiones no se confirmasen y llegase el déficit, ello no resultaría dramático, de acuerdo con los planteamientos que hoy se hace el equipo económico socialista, que admite que sí habrá déficit, y fuerte, en el INEM, cosa lógica si se considera que existen ya más de tres millones y medio de parados.

En resumen, el Ejecutivo piensa que aún le quedan ases en la manga y ha decidido no dramatizar en absoluto acerca de la situación por la que atravesamos: no hay quiebra de la Seguridad Social, la Banca sigue manteniendo su solvencia, las cifras de parados que cada mes nos aterran se dulcificarán y puede hablarse de un final de la crisis no demasiado lejano. Y, encima, ETA está perdiendo la batalla. En esas condiciones, ¿importa mucho perder las elecciones europeas? Porque en eso sí hemos podido encontrar un cierto pesimismo en las previsiones gubernamentales. Pero solamente en eso.

Periodista Digital - Opinión

TONTILOQUISMO DEL MIEDO. Por Hermann Tertsch

YO lo que les pido encarecidamente a todos los ciudadanos españoletes que pagan ahora sus impuestos es que no fomenten el mal humor. Los que lo hacemos -vive Dios que no es vocación- somos un poco canallas. Por eso, porque soy un poco canalla, les transcribo parte de un editorial del The Spectator -una revista inteligente de un país aún en gran parte libre-. «He cannot go on borrowing without limit, amassing undreamed-of fiscal deficits in order to mantain inflated levels of public spending. Indeed, the danger point is fast approaching at which the gilts markets will no longer absorb the torrent of new debt, and an IMF bail out will become a serious prospect». Se lo cuento en la lengua que ya está proscrita en media España, en castellano: Si seguimos endeudándonos, nuestros hijos y nietos estarán postrados muy pronto en la puta miseria. Y lo van a pasar más que mal. Así de fácil es el inglés. Miren por dónde. Lo arriba dicho en inglés y tan francamente traducido o destilado a nuestra gloriosa lengua no es una deducción de gran ingenio. Es lo que en este país se ha llamado desde siempre sentido común. Se puede sintetizar incluso más. Viene a ser que el que la hace la paga.

Comprendo que después de oír al presidente del Gobierno ayer en el Congreso de los Diputados, haya suficientes españoles lo suficientemente asustados para pensar que esto no puede ser cierto. Porque nuestro Gran Timonel da bastante miedo. Desde luego a los suyos con mucho éxito. Y a los demás también con bastante efecto.

Porque mucho miedo da ese tontiloquismo con las cosas de comer que despliega el personaje que ha sido elegido para ocuparse precisamente de las cosas de comer de todos los españoles. Si fuera académico de las letras nos traería bastante al pairo el vallisoletano leonés en el que prácticamente todo es mentira. Desde su pasado y el pasado de sus mayores a sus aventuras y a sus facturas. Todo, queridos amigos, es una inmensa farsa que los españoles se zampan con la alegría que les es propia. Por eso el mal humor que fomentamos The Spectator, a veces el The Economist -siempre tan mal aconsejado desde que murió mi padre-, por supuesto yo y algún otro canalla reaccionario, es tan mal visto y digerido. Piensa la inmensa mayoría de este país -nunca condenaré su optimismo insensato- que mientras tengamos todos la peste los arreglos llegan solos. Con paciencia, deudas y grandes dosis de buen humor. En el fondo, el Gran Timonel es el reflejo de toda esta sociedad del buen humor que retoza por España a la espera de tiempos mejores. En todo caso, el espectáculo que dio ayer en el Congreso de los Diputados nos lo tenemos merecido todos. Los hay, por supuesto, que sentimos vergüenza, propia y ajena, ante la charlatanería más propia del presidente del buró político de una república comunista de medio pelo. Pero lo terrible es que, en general, no escandaliza. Y debería dar más miedo ese tontiloquismo enajenado. Debería aterrorizar a cualquier sociedad que se considere medianamente sana.

ABC - Opinión

LA "BILATERALIDAD MULTILATERAL"

«Si ya es vergonzoso que se emprenda una reforma al dictado de un estatuto de dudosísima constitucionalidad como el catalán, todavía lo es más en momentos de crisis, en los que la principal preocupación debería ser la actividad económica y el empleo.»

La semana pasada la nueva ministra de Economía, Elena Salgado, reivindicó su cargo de presidenta del Consejo de Política Fiscal y Financiera para tratar de justificar que fuera ella, y no Chaves, quien respondiera en el Senado a la pregunta que el representante del PP Javier Arenas había dirigido al nuevo ministro de Cooperación Territorial. Este martes fue Chaves, sin embargo, el que celebraba junto al presidente de la Generalidad catalana una reunión a puerta cerrada para abordar nada menos que la reforma del sistema de financiación autonómica.


Tanto en la forma como en el fondo esta reunión ha sido una vergonzosa y fiel muestra de ese deseo de dejar atrás la España constitucional al dictado del Estatuto soberanista catalán. Para empezar, la financiación autonómica es competencia del Ministerio de Economía y afecta e interesa a todas las comunidades, por lo que su reforma se debería haber planteado con total transparencia en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que para algo es el órgano encargado para coordinarla. Sin embargo, hasta la forma de comparecer Montilla y Chaves ante los periodistas –como si representaran a dos países diferentes– daba una imagen de bilateralidad que el propio ministro acrecentaba admitiendo que su idea es llegar a un pacto a solas con Cataluña, que luego serviría de guión para el resto en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Este miércoles, sin embargo, Chaves ha querido aprovechar su reunión con el presidente autonómico valenciano, Francisco Camps, para tratar de maquillar esa reforma al dictado del estatut catalán. Para ello ha hablado de la "compatibilidad entre la bilateralidad y la multilateralidad" y hasta anunciado "para septiembre u octubre" una conferencia de presidentes autonómicos para analizar "cómo pueden las comunidades autónomas aportar parte de sus fondos para afrontar la crisis económica". Sin embargo, nada borra el hecho de que esta reforma de la financiación autonomica, con nula demanda social, no obedece más que a la amenaza hecha por Montilla de retirar el apoyo al Gobierno de Zapatero si no ven satisfechas sus demandas de financiación.

Zapatero no quiere quemarse personalmente en una reforma que directamente Pedro Solbes no quería emprender, pero que sigue siendo ineludible, entre otras cosas porque Montilla es a su vez rehén de sus socios nacionalistas en el Tripartito. Ello explica en buena parte tanto la elección de la dócil Elena Salgado como nueva ministra de Economía como que se le haya asiganado a un político ya amortizado como Chaves el papelón de resolver el "sudoku" del nuevo sistema de financiación.

Con todo, lo peor es la devastadora dinámica que genera este nuevo modelo de financiación, completamente ajena a lo que podría ser una sana competencia fiscal entre autonomías. La única forma en la que se pueden satisfacer a todos los representantes autonómicos siguiendo los parámetros del Estatuto catalan es incrementando el ya de por sí alarmante déficit y endeudamiento públicos, cosa que ni los presidentes autonómicos ni a Zapatero les parece preocupar.

Si ya es vergonzoso que se emprenda una reforma del modelo de financiación al dictado de un estatuto de dudosísima constitucionalidad, como es el catalán, todavía lo es más en momentos de crisis en los que la principal preocupación debería ser cómo recuperar la actividad económica y el empleo. Pero ya ven. Cada día se van miles de españoles al paro y mientras tanto nuestros políticos se enzarzan en la "bilateralidad multilateral".

Libertad Digital - Editorial

¡QUEREMOS AL FILOLOGO!. Por Cristina Losada

Galicia

«La delirante reacción ante el artículo de Freire prueba la necesidad de esa clase de trabajos. La urgencia, incluso, de exponer la falsedad de los mitos y leyendas que sirven para justificar la coacción lingüística.»


La inquisición lingüística de Galicia anda estos días excitada. Más que de costumbre, quiero decir, pues una de las características del fanatismo es un estado de tensión permanente que busca alivio en la cacería de sospechosos. El delito de opinión ya no existe en el mundo civilizado salvo en los códigos penales propios de ese grupo de exaltados, dados a la violencia verbal y a la física que hemos de soportar en unas cuantas zonas de España. Y, conviene no olvidarlo, están ahí por obra y gracia de una política de Estado –en realidad, contra el Estado– que ha ido entregando las ideas y la cultura al nacionalismo al tiempo que se entregaba a ellas.


El asunto que tanto ha sublevado a la tropa es un artículo de un filólogo gallego, Andrés Freire, publicado en la revista Papeles de FAES. Lo suyo no es tanto opinión como información, pero hay ciertos hechos, relativos a la historia lingüística de Galicia, que no se pueden contar sin que los intolerantes echen espumarajos por la boca. Y, justo es decirlo, tampoco sin que los pequeños torquemadas que medran en la prensa, que si algo aprendieron en la universidad fue a venerar los mitos de la tribu, hagan su oscurantista trabajo de manipulación.

Así, el ensayo de Freire era presentado en varios periódicos bajo estos títulos:
La FAES tacha de "extravagancia" la normalización del gallego que inició el PP. Un informe de la fundación que preside José María Aznar afirma que el gallego sobrevivió por el "analfabetismo" del campesinado. Acusa al Instituto da Lingua de inventarse palabras.
Pues menuda acusación. Se trata de un hecho comprobado, que es objeto de controversia entre los "normalizadores". En cuanto al analfabetismo, lacra general en España durante centurias, hay que tener descaro para escandalizarse por que se cite ese factor cuando se ha abrazado el dogma del "secular atraso" de Galicia. Pero la realidad no está para chafar mostrencas consignas del tipo "Aznar insulta a los gallegos".

Durante décadas, los partidos políticos y el establishment autonómico han promovido una sacralización de la lengua etiquetada "propia" (como si hubiera lenguas impropias) que corre pareja con la demonización del español. El resultado ha sido la aparición de una ortodoxia que convierte en blasfemo y proscrito a quien quiebre el espejito mágico del narcisismo de las pequeñas diferencias. Tan frágil es la doctrina que no puede admitir que se diga que la historia lingüística de España es normal en el contexto europeo y que no existe la "anormalidad" creada por un supuesto "imperialismo castellano" sobre la que se sustenta el victimismo del idioma.

La delirante reacción ante el artículo de Freire prueba la necesidad de esa clase de trabajos. La urgencia, incluso, de exponer la falsedad de los mitos y leyendas que sirven para justificar la coacción lingüística. Sin una batalla cultural contra las "pequeñas malolientes ortodoxias" (Orwell), el fin de las imposiciones, prometido por el PP gallego, será una batalla campal y además perdida.

Libertad Digital - Opinión

EL PAPELON DE CHAVES A CUENTA DE LA FINANCIACION

LA REUNION a puerta cerrada celebrada ayer en Barcelona entre el presidente de la Generalitat y el vicepresidente de Política Territorial del Gobierno para abordar la reforma del modelo de financiación fue un disparate en sí misma. En primer lugar, porque este asunto es competencia del Ministerio de Economía y no es serio que tome las riendas de la negociación quien no tiene la autoridad para llevarla. Esta incoherencia explica, seguramente, por qué Zapatero sustituyó a Pedro Solbes -contrario a satisfacer las exigencias de la Generalitat en la actual coyuntura- por la más sumisa Elena Salgado.

Fue un error, también, por cuanto el modelo de financiación interesa a todas las comunidades, y no debería negociarse a hurtadillas y por separado con uno de los afectados. Lo suyo es que se debatiese, con luz y taquígrafos, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, el órgano encargado para coordinar las decisiones en esta materia.La forma en la que se representó el encuentro -con dos atriles como los que en la Casa Blanca o La Moncloa escenifican las ruedas de prensa con los visitantes extranjeros- para dar tintes de bilateralidad a la relación entre el Gobierno y la Generalitat, hace aún más grave la equivocación. Peor aún, Chaves admitió que su idea es llegar a un pacto a solas con Cataluña y sólo después llevarlo al Consejo de Política Fiscal y Financiera.

La reunión de ayer refleja además una frívola imprudencia, por cuanto ante la recesión todos los esfuerzos del Gobierno deberían ir orientados a recuperar la actividad económica. Proceder en estos momentos a diseñar un nuevo reparto de los recursos no sólo detrae la atención de lo fundamental, sino que puede enconar las posiciones y hacer más difícil la búsqueda del consenso.Así, el anuncio de Chaves de que el Estado aportará más dinero a Cataluña funcionó como un resorte en otras comunidades, algunos de cuyos presidentes reclamaron automáticamente una revisión al alza de sus ingresos.

El propio Felipe González animó no hace mucho a atender «las necesidades inmediatas de los ciudadanos» y dejar «para un momento posterior -y más favorable- la negociación de un nuevo sistema de financiación autonómica». Gran parte del Grupo Parlamentario Socialista piensa lo mismo.

La reunión de ayer fue un desatino, en definitiva, porque los criterios de financiación que abandera la Generalitat son los que recoge su Estatuto de Autonomía, pendiente -increíblemente casi tres años después- de la sentencia del Tribunal Constitucional.Dar por buenos esos criterios sería un despropósito, ya que ahora mismo está en duda su propia legalidad. Pero es que Chaves fue incluso ayer más allá, al hablar de traspasos de competencias vinculados al desarrollo del nuevo Estatuto, como el de la gestión en materia de aeropuertos.

Puesto que está tan claro que es un dislate tratar de cerrar un nuevo modelo de financiación en estas circunstancias, ¿qué impulsa al presidente Zapatero a remar a contracorriente y exponerse a ser diana fácil de las críticas? Lo único que explica tal actitud es su debilidad parlamentaria. José Montilla -rehén por su parte de sus socios en el tripartito- ya ha advertido que si no ve satisfechas sus reivindicaciones de financiación autonómica peligra la estabilidad del Gobierno, es decir, que los 25 diputados socialistas catalanes están dispuestos a retirar su apoyo al Ejecutivo. Resulta patético que, ante este desafío interno que hace que se tambalee el propio modelo de Estado, el Gobierno de Zapatero trate de presentar el papelón de Chaves de ayer como un acto de justicia hacia Cataluña -que sin duda tiene derecho a reivindicar un modelo mejor para sus intereses- y como la prueba de su sensibilidad autonómica.

El Mundo - Editorial

EL PAPELON DE CHAVES A CUENTA DE LA FINANCIACION

SOLO EL PSOE DEFIENDE AL NUEVO EJECUTIVO ZAPATERO, O COMO GOBERNAR EN MINORIA

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recibió ayer una dura crítica por parte de todos los partidos, sin excepción, con representación en el Congreso, cuando explicó durante el Pleno los motivos por los que ha acometido una profunda reforma en su gabinete. Si alguna conclusión pudo extraerse entre los escaños socialistas es que la escenificación de la soledad parlamentaria de Zapatero no va a ser algo provisional y con una fácil solución. Bien puede afirmarse que la confianza en el nuevo Ejecutivo está bajo mínimos. Su Gobierno nace sin apenas crédito para PP, CiU, PNV, ERC... y sin capacidad de transmitir fortaleza ante la crisis. Mariano Rajoy tildó de «fracaso» -sin necesidad de «más atributos»- la gestión de Zapatero y lamentó que el «impulso» con que el presidente quiere dotar a su nuevo gabinete sólo sirva para conducir a España «más rápidamente hacia el abismo». La intervención del portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, puede resumirse en una irónica frase: «Nos permitirá que no le creamos»; y la del portavoz del PNV, Josu Erkoreka, sirvió para sacar los colores a Zapatero por inflar artificialmente su Ejecutivo en un momento en el que la crisis exige, precisamente, austeridad. Malos momentos para un presidente del Gobierno que va a necesitar más que nunca apurar su proverbial optimismo.

ABC - Editorial

FANTASIA DE UNA NOTA DE ABRIL


¿Sevilla?... ¿Granada?... La noche de luna.
Angosta la calle, revuelta y moruna,
de blancas paredes y obscuras ventanas.
Cerrados postigos, corridas persianas...
El cielo vestía su gasa de abril.

Un vino risueño me dijo el camino.
Yo escucho los áureos consejos del vino,
que el vino es a veces escala de ensueño.
Abril y la noche y el vino risueño
cantaron en coro su salmo de amor.

La calle copiaba, con sombra en el muro,
el paso fantasma y el sueño maduro
de apuesto embozado, galán caballero:
espada tendida, calado sombrero...
La luna vertía su blanco soñar.

Como un laberinto mi sueño torcía
de calle en calleja. Mi sombra seguía
de aquel laberinto la sierpe encantada,
en pos de una oculta plazuela cerrada.
La luna lloraba su dulce blancor.

La casa y la clara ventana florida,
de blancos jazmines y nardos prendida,
más blancos que el blanco soñar de la luna...
—Señora, la hora, tal vez importuna...
¿Que espere? (La dueña se lleva el candil).

Ya sé que sería quimera, señora, mi sombra
galante buscando a la aurora
en noches de estrellas y luna, si fuera
mentira la blanca nocturna quimera
que usurpa a la luna su trono de luz.

¡Oh dulce señora, más cándida y bella
que la solitaria matutina estrella
tan clara en el cielo! ¿Por qué silenciosa
oís mi nocturna querella amorosa?
¿Quién hizo, señora, cristal vuestra voz?...

La blanca quimera parece que sueña.
Acecha en la obscura estancia la dueña.
—Señora, si acaso otra sombra, emboscada
teméis, en la sombra, fiad en mi espada...
Mi espada se ha visto a la luna brillar.

¿Acaso os parece mi gesto anacrónico?
El vuestro es, señora, sobrado lacónico.
¿Acaso os asombra mi sombra embozada,
de espada tendida y toca plumada?...
¿Seréis la cautiva del moro Gazul?

Dijéraislo, y pronto mi amor os diría
el son de mi guzla y la algarabía
más dulce que oyera ventana moruna.
Mi guzla os dijera la noche de luna,
la noche de cándida luna de abril.

Dijera la clara cantiga de plata
del patio moruno, y la serenata
que lleva el aroma de floridas preces
a los miradores y a los ajimeces,
los salmos de un blanco fantasma lunar.

Dijera las danzas de trenzas lascivas,
las muelles cadencias de ensueños, las vivas
centellas de lánguidos rostros velados,
los tibios perfumes, los huertos cerrados;
dijera el aroma letal del harén.

Yo guardo, señora, en viejo salterio
también una copla de blanco misterio,
la copla más suave, más dulce y más sabia
que evoca las claras estrellas de Arabia
y aromas de un moro jardín andaluz.

Silencio... En la noche la paz de la luna
alumbra la blanca ventana moruna.
Silencio... Es el musgo que brota, y la hiedra
que lenta desgarra la tapia de piedra...
El llanto que vierte la luna de abril.

—Si sois una sombra de la primavera
blanca entre jazmines, o antigua quimera
soñada en las trovas de dulces cantores,
yo soy una sombra de viejos cantares,
y el signo de un álgebra vieja de amores.

Los gayos, lascivos decires mejores,
los árabes albos nocturnos soñares,
las coplas mundanas, los salmos talares,
poned en mis labios;
yo soy una sombra también del amor.

Ya muerta la luna, mi sueño volvía
por la retorcida, moruna calleja.
El sol en Oriente reía
su risa más vieja.


(Antonio Machado)