lunes, 27 de abril de 2009

VIDEO ELECTORAL DEL PSOE PARA LAS ELECCIONES EUROPEAS

LOS 27 APRUEBAN FORMALMENTE EXPEDIENTAR A ESPAÑA POR SU DEFICIT EXCESIVO

JUANTO A FRANCIA, GRECIA E IRLANDA

Los Veintisiete aprobaron este lunes formalmente la apertura a España de un procedimiento sancionador por su déficit excesivo y dieron al Gobierno hasta 2012 para reducirlo por debajo del 3% del PIB.


Los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) dieron su visto bueno a la propuesta de la Comisión Europea a principios de mes, en un encuentro informal celebrada en Praga, y hoy los titulares de Exteriores, en reunión formal en Luxemburgo, se encargaron de la ratificación oficial de la decisión.


Los Veintisiete también dieron este lunes su respaldo formal a la apertura de sendos expedientes por déficit excesivo a Francia, Grecia e Irlanda. Las autoridades españolas tienen a partir de ahora un plazo de seis meses para notificar al ejecutivo comunitario las medidas que tiene pensado adoptar para reconducir el déficit.

Según el calendario establecido por Bruselas y ratificado por los Veintisiete, España deberá empezar a corregir el déficit ya el año que viene, siempre que la situación económica empiece a mejorar, con el objetivo de situarlo por debajo del umbral del 3% del PIB en 2012.

El año pasado y tras tres ejercicios consecutivos con superávit, las arcas públicas españoles tuvieron un saldo negativo del 3,8% del PIB. Además, tanto la Comisión como el Gobierno español esperan que continúe por encima del límite que marca el Pacto de Estabilidad los próximos tres años.

Libertad Digital

Electric Light Orchestra - 10538 Overture

MAS PESEBRE. Por Emilio Campnany

Socialismo

«Pequeñas prebendas para unos cuantos, lo suficientemente numerosos como para ser relevantes desde un punto de vista electoral, a cambio de un coste poco apreciable ya que estará oculto en la sima en la que se está convirtiendo el gasto público.»

María Teresa Fernández de la Vega ha anunciado desde El Cairo que el Gobierno ultima un decreto que permitirá a quienes acrediten experiencia familiar en la atención a menores o familiares dependientes obtener un título profesional con el fin de que se integren en el mercado laboral. La propuesta no está cerrada a los hombres, ni siquiera a aquellos que se declaren heterosexuales, pero estará dirigida sobre todo a las mujeres. El Gobierno espera dotar así de un título a 500.000 mujeres con ocupaciones domésticas. Para obtener el título, sorprendentemente, habrá que superar un examen.


No han trascendido los detalles, pero parece que los supuestamente cuidados, normalmente ascendientes y descendientes de los candidatos, no van a ser preguntados acerca de la calidad profesional de los servicios recibidos. Tampoco se ha sabido si se dará un plazo para que los aspirantes puedan preparar el examen al que van a ser sometidos ni cuántas ni qué pruebas lo van a integrar y, mucho menos, los temas que compondrán el programa. Cabe suponer que el grado de exigencia global no será muy elevado, pero sí se sabe que habrá programas de formación organizados por Trabajo, o sea, por los sindicatos.

Es curioso ver cómo da la noticia El País: "Titulaciones para las amas de casa". Si el casposo ABC se hubiera expresado así, habrían caído sobre él las iras de todas las feministas, empezando por la misma Fernández de la Vega, pero como es El País el que lo ha hecho, reflejando con sintética crudeza la verdad, nada hay que objetar.

Ahora, la cuestión no es que el Gobierno tenga el capricho de otorgar un diploma a las amas de casa. Podía haber decidido repartir títulos de agentes de movilidad entre los subsaharianos que se dedican a buscar aparcamiento a los automovilistas en las proximidades de los hospitales o de maestros de primaria a los padres que ayudan a sus hijos a hacer los deberes. Lo que el Gobierno pretende es generar una masa de mano de obra barata con la que poder empezar a aplicar la Ley de Dependencia, la estrella de la legislatura pasada. Si lo consigue, habrá matado cuatro pájaros de un tiro, una hazaña notable incluso para nuestros avispados socialistas. Por un lado, conseguirá que la Ley empiece a aplicarse; por otro, sacará de la estadística del paro a un buen número de personas; dará a los sindicatos la oportunidad de cobrar por los cursos de formación que imparta; y, por último, generará una bolsa de 500.000 electores agradecidos, que no dudarán en votar al PSOE por profundas y graves que puedan llegar a ser las crisis que asolen al país.

Pequeñas prebendas para unos cuantos, lo suficientemente numerosos como para ser relevantes desde un punto de vista electoral, a cambio de un coste poco apreciable ya que estará oculto en la sima en la que se está convirtiendo el gasto público. No obstante, me pregunto qué pensarán todos aquellos que han dedicado años de formación a prepararse como enfermeros especializados en puericultura o geriatría.

Como siempre, lo peor, con ser malo, no es lo que los socialistas hacen, sino el mensaje que envían: ¿de qué sirve esforzarse y estudiar para obtener un título, si luego el Gobierno se lo va a dar a quien, sin preparación, afirme haber hecho ese trabajo en casa y sea capaz de superar un pequeño examen?

Libertad Digital - Opinión

LA POLITICA INUTIL. Por Ignacio Camacho

ES posible que en estos momentos dramáticos de colapso social, el principal lastre de la economía española no sea la insuficiente estructura productiva, ni el anquilosado modelo de crecimiento, ni la falta de competencia tecnológica, ni el debatido sistema de contratación. El problema esencial que bloquea nuestro marco económico es... el marco político. Una política pequeña, de vuelo bajo, cortoplacista, sectaria, endógama, mediocre y a menudo envilecida, centrada en cuestiones de rango menor cuyo debate copa las prioridades de la gobernanza pública en una circunstancia decisiva que requiere una gran amplitud de miras y una enorme generosidad de objetivos.

La agenda política nacional tiene poco o nada que ver con las preocupaciones de los ciudadanos. La supuesta democracia deliberativa ignora los intereses cruciales de una población sacudida por la quiebra general de su modelo de desarrollo. En una realidad dominada por el crecimiento exponencial del paro, que siembra el pesimismo, devasta la cohesión y compromete el derecho fundamental a la dignidad del trabajo, nuestra clase dirigente se enfrasca en asuntos por completo marginales ante un desafío de tan monumental envergadura. El desempleo se ha convertido en un argumento retórico del debate político, cuya verdadera prioridad se centra en una agenda extemporánea. Los dineros de las autonomías, la ampliación del aborto, los conflictos de liderazgo partidario, las elecciones europeas; he ahí la agenda que concita la atención de la escena pública española en medio de una emergencia socioeconómica que cada día expulsa a 8.600 españoles del mercado laboral.

La cuestión es de una gravedad dramática porque, en un ejercicio sin precedentes de irresponsabilidad, el Gobierno prefiere profundizar en el desencuentro ideológico, el enfrentamiento bipolar y la confrontación sectaria en vez de liderar la búsqueda de un consenso clamorosamente imperativo para luchar contra la plaga de la recesión y su demoledora secuela de desempleo. La dirección del país se encuentra en punto muerto y su principal agente motriz, que es el presidente Zapatero, ha decidido convertir la crisis en un motivo más de divergencia banderiza, encerrándose en la burbuja impenetrable de los prejuicios ideológicos.

Lo más irritante del caso es la terquedad con que la propaganda oficial insiste en el carácter progresista de este empeño obstructivo y autocomplaciente, cuya penúltima manifestación es una abusiva comparación preelectoral con la campaña de Obama. Ese Obama que, lejos de minimizar la crisis y vender un optimismo sin causa, se ha enfrentado a ella con un liderazgo lleno de determinación y de coraje. Con reformas, medidas, planes, grandeza de criterios, audacia operativa... y un par de cojones.

ABC - Opinión

OBAMA SE AFILIA AL PSOE. Por José García Domínguez

Europeas

«Por poco sentido del ridículo que aún conserve López Aguilar, debería ponerse colorado con ese spot identificando a un tipo de Chicago, incapaz de localizar España en un mapa mundi, con el único y genuino candidato socialista en las Europeas.»

Una ancestral tara hispana sólo en apariencia superada, nuestro secular complejo de inferioridad, ha vuelto a dar penosos indicios de vigencia en los últimos tiempos. Primero, con la súbita erupción de rancio patrioterismo que suscitó cierto comentario de Sarkozy a propósito del nada misterioso calibre intelectual del presidente del Gobierno. Y ahora, con ese video electoral que acaba de hacer público el PSOE, el que catapulta la muy cateta fascinación doméstica por Obama hasta extremos de vergüenza ajena inimaginables en cualquier otra latitud.


Después de verlo, Bienvenido Mister Marshall parece fruto de un atormentado Ingmar Bergman en plena crisis metafísica y existencial. Y es que, por poco sentido del ridículo que aún conserve López Aguilar, debería ponerse colorado cada vez que se emita ese spot identificando a un tipo de Chicago, incapaz con toda seguridad de localizar España en un mapa mundi, con el único y genuino candidato socialista en las Europeas.

Al respecto, Ferraz ha proclamado en nota oficial de prensa que "el video quiere incidir en que en las elecciones europeas se juegan dos visiones del mundo, la socialdemocracia y el neoconservadurismo". Aunque cualquiera diría que los únicos llamados a enfrentarse en esta campaña son el viejo homo sapiens, anacrónica figura que se guiaba por el mundo a través de abstracciones conceptuales, y esa criatura contemporánea que Giovanni Sartori bautizó homo videns, fatal mutación genética del anterior e incapaz ya de comprender concepto alguno que no esté representado por dinámicas y coloristas imágenes televisivas.

Sólo así, por cierto, cabría entender el lerdo, indocumentado empeño de presentar esa corriente de pensamiento, el neoconservadurismo norteamericano, como feroz enemiga del Estado del bienestar. Supina ignorancia, la de los publicistas del PSOE, que desconocen que tanto Leo Strauss como Irving Kristol, Wolfowitz o Norman Podhoretz, sus principales teóricos, se caracterizan precisamente por todo lo contrario: por asumir desde el Partido Republicano la herencia intelectual del New Deal de Roosevelt.

Con desolada lucidez certifica Sartori: "La televisión produce imágenes y anula los conceptos, de ese modo atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender". "Ahora el partido se juega en Europa", concluye, por su parte, el vídeo del PSOE. En el zoo, justo al lado de la jaula de los chimpancés, le falta confesar.

Libertad Digital - Opinión

ZAPATERO OFRECE IDEOLOGIA A LOS PARADOS PRESENTES Y FUTUROS

LA CONMOCION SOCIAL que ha producido la noticia de que en España hay ya más de cuatro millones de parados empujó ayer al presidente del Gobierno y al líder de la oposición a exponer sus recetas para resolver lo que -ya nadie duda- es una situación de emergencia.Lo hicieron en sendos mítines, casi a la misma hora. Zapatero en el Congreso de los socialistas gallegos y Rajoy en Madrid en un acto preelectoral de las europeas. Un primer análisis general arroja una conclusión pesimista para los cuatro millones de parados y para todos los ciudadanos, corran o no el peligro de perder su empleo: el pacto de Estado, que cada día piden más voces, está lejos porque el presidente del Gobierno ha decidido aferrarse al gasto público y marcar con una cruz de anti social el sentido de ese acuerdo. Según Zapatero, las voces que desde distintos ámbitos ideológicos reclaman un pacto, lo que quieren en realidad es recortar las prestaciones y abaratar el despido.

En resumen, Zapatero sólo tiene una receta para los cuatro millones de parados: más gasto público. Por eso está dispuesto a repartir entre las autonomías 9.000 millones adicionales para que continúen despilfarrando el dinero. Tal y como contamos hoy en el suplemento Mercados, las comunidades autónomas han disparado sus gastos, a pesar de la crisis, y no se puede decir que todo ese dinero vaya destinado a servicios básicos o a inversiones que produzcan riqueza. El ejemplo más escandaloso son los millones que se gasta la Generalitat en sus embajadas en el extranjero o en impulsar el catalán en lugares como Ecuador, pero hay otros en casi todas las autonomías. Zapatero tiene un problema con el PSC y la forma de solucionarlo es inyectar ese dinero en unas autonomías cada vez más endeudadas.

Ello resulta tan bochornoso como el intento del presidente del Gobierno de descalificar a los que piden una reforma del mercado laboral como enemigos de los trabajadores, en una simplificación que ofende a la inteligencia. Sólo dos ejemplos para desmontar la demagogia. Primero: una nueva regulación de los contratos no está reñida con aumentar el tiempo de la prestación por desempleo.Segundo: el contrato con indemnización de ocho días que pide la CEOE crearía más empleo fijo, que es el objetivo de cualquier trabajador. Así pues, como gráficamente dijo ayer Rajoy, no hay «salidas socialistas» a la crisis ni la situación admite «extravagancias ideológicas, como no las admite el trasplante de riñón, la fabricación de coches o la enseñanza del inglés». En ese capítulo de extravagancias cabe anotar la medida anunciada por la vicepresidenta primera de examinar a las amas de casa para darles un título que las habilite como ciudadoras de niños y ancianos. Tal y como está el mercado de trabajo, la medida incrementará la población activa, por lo tanto el paro.

Las recetas del PP -expuestas en un mitin donde Rajoy confirmó que quiere convertir las europeas en una moción de censura contra Zapatero- parecen más realistas, puesto que parten de frenar el gasto público, favorecer la actividad de los autónomos y Pymes con una rebaja de impuestos y reformar el mercado laboral. Bien es verdad que en este último capítulo, el PP no ha concretado, porque teme perder votos si lo hace. No es posible obviar que la emergencia del aumento del paro llega en vísperas de unas elecciones europeas en las que ni el PSOE ni el PP tienen la menor intención de hablar de Europa. Los socialistas -como se puede comprobar en el vídeo difundido ayer- quieren hacer del 7-J la segunda vuelta de las elecciones americanas que ganó Obama, siendo Zapatero -claro- el alter ego de Obama, mientras que el PP quiere que sean la primera vuelta de las próximas generales.Los cuatro millones de parados serán un argumento de campaña.Y Zapatero tiene todas las papeletas para que le pasen la factura.

El Mundo - Opinión

¿PARA QUE SIRVEN LAS ELECCIONES EUROPEAS?

«En tiempos de crisis, en los que la austeridad se convierte en un objetivo básico, tal vez habría que replantearse la necesidad de conservar ciertas burocracias que sólo consumen las rentas de los ciudadanos sin aportar nada a cambio.»

La Unión Europea, en su momento Comunidad Económica Europea, nació como un encomiable proyecto económico y social consistente en liberalizar las fronteras entre los países miembros con tal de estrechar los lazos entre sus ciudadanos. En buena medida, pretendía simplemente derrumbar las barreras que se habían elevado de manera tan artificial y nefasta durante la primera mitad del s. XX.

El proyecto económico y social dio un peligroso paso para reconvertirse en proyecto político. No se buscaba únicamente ampliar la libertad de los ciudadanos europeos sino construir una organización unificada y superpuesta a los tradicionales Estados-nación que pudiera, entre otros propósitos, competir con Estados Unidos en el escenario internacional.


Si el mero objetivo ya era de por sí discutible y peligroso (por cuanto suponía acrecentar el tamaño y las competencias administrativas), los medios con los que ha tratado de alcanzarse todavía han incrementado más las suspicacias liberales: el proceso de construcción europea se ha realizado totalmente de espaldas a sus ciudadanos y, en muchos casos, en contra de su voluntad (como bien ilustran los rechazos a la Constitución Europea de Francia, Holanda o Irlanda). Ha sido, más bien, un proyecto personalista de los políticos implicados con ansias de notoriedad y de acrecentar su poder, algo que, en buena medida, ha desvirtuado su loable finalidad fundacional.

Una de las consecuencias más nefastas de este proceso de construcción de un Estado europeo ha sido el engorde de numerosas e inservibles burocracias que se han convertido en una lucrativa jubilación para los políticos nacionales amortizados. Salvo honrosas excepciones (como pudieron ser en 1999 Loyola de Palacio o Rosa Díez) los partidos políticos no envían a Europa a las personas que consideran más capaces de realizar su labor, sino a aquellos de los que, por el motivo que sea, desean desembarazarse. Lo hizo Aznar con Vidal-Quadras, lo hizo Rajoy con Mayor Oreja y lo hizo Zapatero con Borrell y, de manera paradigmática, con Magdalena Álvarez.

Y dado que la mayoría de instituciones europeas sólo sirven para aparcar políticos nacionales, es natural que durante las campañas electorales al Parlamento Europeo no se hable de programas y propuestas políticas europeas, sino sólo de las refriegas y de los problemas internos de cada país. Dicho de otra manera, las elecciones europeas se convierten en una especie de primera ronda para las generales; de ahí que la participación en las mismas sea directamente proporcional a la influencia que se espera que tengan en la política nacional.

En los próximos comicios del 7 de julio, tanto Zapatero como Rajoy se la juegan; ambos necesitan el apoyo de las bases de su partido para reafirmarse en la errante estrategia política que han emprendido. El primero para que su debilidad parlamentaria ante la crisis económica no precipite un adelanto electoral; el segundo para cerciorarse de que podrá alcanzar La Moncloa convirtiéndose en el sucesor del zapaterismo.

Por ese motivo, la precampaña está orientándose no hacia las necesidades que pueda tener Europa –ni siquiera España dentro de Europa– sino hacia disputas típicamente internas. Zapatero se ha dedicado a acusar a Mayor Oreja de no haber colaborado en la lucha contra ETA, mientras que éste ha criticado el brutal incremento del paro en España ante la inoperancia del Gobierno socialista. Al margen, por supuesto, de que Zapatero, para no romper con su costumbre, esté mintiendo y Mayor Oreja apuntando hacia el más grave problema de España, ni uno ni otro parecen decididos a hablar sobre Europa y sobre sus proyectos para la misma: ¿Qué opinan sobre el posible ingreso de Turquía? ¿Qué piensan hacer ante los crecientes recortes a la libertad económica como son, por ejemplo, las restricciones nacionales a los movimientos de capital intraeuropeos o la esterilización de la directiva Bolkestein? ¿Qué postura tienen hacia el proteccionismo comercial de la UE? ¿Qué infraestructuras transeuropeas ambicionan? ¿Qué criterio adoptan hacia el Protoloco de Kyoto y la energía nuclear? ¿Y hacia la extensión del copyright hasta los 70 años?

La única manera que tenemos los españoles de averiguar cuáles son sus opiniones sobre estos y muchos otros temas de competencia europea es deducirlas de sus actuaciones en la política nacional; algo así como si la Unión Europea fuese una España multiplicada por 27. Pero esto, obviamente, resulta bastante inútil y, sobre todo, caro. Ni hacen falta dos Parlamentos ni dos campañas electorales; para obtener el mismo resultado bastaría con agregar los votos de las asambleas nacionales.

En tiempos de crisis, en los que por motivos obvios la austeridad se convierte en un objetivo fundamental de la organización política, tal vez convendría replantearse la necesidad de conservar ciertas burocracias que sólo consumen las rentas de los ciudadanos sin aportar nada a cambio o, lo que es peor, sin aportar nada bueno. Desde luego, o la Unión Europea cambia –empezando por los políticos que la integran– o terminará completamente desacreditada ante la ciudadanía. No puede pretender seguir subsistiendo como un simple granero de impuestos.

Libertad Digital - Opinión

SARKOZY ES MUY INTELIGENTE. Por Darío Valcárcel

Y precisamente por eso, porque es inteligente, Nicolas Sarkozy corre peligro. Acaba de perdonar la vida a Merkel y a Brown, ha hecho comentarios sorprendentes sobre Zapatero, ha dado lecciones a Obama sobre Turquía. Estas proezas hubieran liquidado a otro mandatario. Sobre todo, si los elogios se reservan para Berlusconi: Areva, compañía nuclear del Estado francés, podrá vender a Italia su nuevo reactor EPR.

Sarkozy es tan rápido, tan peligrosamente listo, que recompone él mismo, en el acto, con mucho pegamento, los platos rotos que caen a derecha e izquierda, como Fernando de Aragón. El Rey Católico vivía en el siglo XV, Sarkozy es la era electrónica. Si sumamos esto a la capacidad personal, todo se vuelve prometedor y peligroso. Un sindicalista insultaba al presidente hace un año: «Quítenme a este imbécil de en medio», pedía de inmediato Sarkozy, carnívoro de la realidad.


En estas cumbres late un problema. Desde el siglo XV, Francia es una gran potencia media. España ha tenido fogonazos de gloria, a remolque de su mala organización financiero-administrativa. La fuerza de una gran administración ha estabilizado casi constantemente a Francia. A pesar de los saltos, Revolución Francesa, Vichy, Francia recupera el equilibrio. Desde 1945 a 1980, hay 35 años de milagro francés. Fuerza nuclear. Sillón permanente en el Consejo de Seguridad. Gracias al general De Gaulle, militar superior en no pocos rasgos a Bonaparte.

España recorrió el camino contrario, guerra civil, cruel posguerra, cutre dictador mirando de reojo al gigantesco vecino.

España remó, remó y remó, desde 1970. Su recuperación fue un prodigio europeo. Gracias al tesón de millones de gentes, al sistema democrático pactado y a la UE. También a la estabilidad que aportó la Corona (no olvidar al Conde de Barcelona en el exilio). España fue una fuerte (y débil) potencia media, gracias al esfuerzo de empresarios, profesionales, fuerzas armadas, universidades, autónomos, agricultores constantemente adaptados...

Francia roza el 9 por cinto de desempleo, España casi dobla el porcentaje. Pero España tiene formidables sectores punteros. Al margen de las mayorías políticas, hay fuerzas bastante permanentes: Telefónica, Santander, BBVA, Corte Inglés... Detrás, empresas competitivas, Indra, Técnicas Reunidas, Mapfre, Iberdrola... Este es el suelo español más firme. Los países no se miden sólo por su PIB. El tejido empresarial francés es estratégicamente más fuerte: poder político con mayor capacidad de leverage: Suez, agua; Areva, nuclear; Axa seguros; EADS, aeroespacial. Y así en medicamentos, alimentación, tecnologías de seguridad...

La Unión para el Mediterráneo es precisamente una operación de Sarkozy para llevar a la Orilla Sur, de Marruecos a Turquía, no abstracciones sino infraestructuras, sanidad, finanzas solventes, alimentación fiable... España no debe dejar ese campo a Francia. En Marruecos y Argelia pesa casi igual. España pasaba su peor momento en 1900, cuando Francia hacía el imperio. Hoy son naciones más próximas. PIB medido en dólares por el Banco Mundial, 278 billones frente a 158.

Hay cuatro sectores en los que Sarkozy buscará el apoyo de Zapatero.

Energía nuclear: posibilidad pensable como puente hacia el futuro. Los riesgos de los residuos se prolongan durante 9.000 años. La opinión pública española está mayoritariamente en contra de esta fuente de energía, como está en contra de un mayor presupuesto de Defensa. Tendrá que evolucionar, pronto además, el tiempo va muy deprisa. En el terreno militar, Francia tiene cuatro submarinos, con 120 cabezas atómicas cada uno. Fuerza muy distinta a la de España.

Otan: Francia, como Reino Unido y Alemania, ha llegado a un acuerdo con Obama para reforzar sus efectivos en Afganistán. Obama ha enviado 21.000 hombres más. La escandalosa legislación contra la mujer chií la prohíbe ir a la escuela o al médico. Pero las fuerzas de ISAF no están allí para reorganizar la moral sino para impedir, en primer lugar, nuevos ataques como los de Las Torres Gemelas o Atocha. Es probable que los soldados americanos, británicos, españoles, canadienses, alemanes, permanezcan en esta nueva Guerra de los Treinta Años. Francia tiene en Afganistán 4.000 hombres si se suman soldados, gendarmes y personal civil.

Unión Europea: Sarkozy, Zapatero y Merkel quieren una Europa política. Los tres rechazan que los funcionarios manden. Cautamente, a veces cínicamente, los británicos favorecen la gestión. Alemania, Francia y España avanzan hacia un eje vertebrador. Necesitan dos condiciones que ahora se dan: colaboración de Washington (después de ocho años de estúpido boicot) y Tratado de Lisboa. En éste, son determinantes los artículos 31 a 46, sobre Defensa, Seguridad y Política Exterior. Sarkozy y Zapatero coinciden en dar prioridad a proyectos concretos sobre abstracciones: ejemplo, el avión de transporte militar de EADS, el gigantesco A400M. Los gobiernos europeos han encargado 180 unidades. El apoyo de la industria americana (hay intercambios interesantes) llevan la expectativa comercial, y política, a 500 unidades. No hay acuerdo aún sobre los motores del avión, pero lo habrá. Es un prodigio de capacidad táctica, capaz de proyectar la fuerza militar a 8.000 kilómetros.

Crisis. El estímulo financiero francés dista del promovido por Obama, Geithner y Bernanke. El entendimiento entre Europa y EE.UU es mayor que las discrepancias. Francia corre el riesgo de una creciente tensión social. Los galos son duros: tienden a la exasperación social, a las bandas y jacqueries... En cualquier universidad china se sabe lo que es la Revolución Francesa o Mayo del 68 en París.

La persona del presidente cuenta, pero la francesa es una sociedad integrada. La vertebración marca las diferencias entre un país y otro. Sarkozy le echa valor al cargo. Cree en la prioridad de la política, Yes We Can. Podrá dar una sorpresa, si tiene salud, cuando al cabo de 10 años en el Elíseo, tendrá entonces 62, pueda aspirar a la presidencia europea. No es un discípulo de la ENA ni un politécnico como Chirac, Jospin, Juppé o Giscard. Es un abogado, más próximo al sector privado. Grande y desordenado luchador. Ataca cinco frentes a la vez. Va deprisa.

Zapatero habrá de enfrentarse a este tipo reactivo, valeroso, devorador, bulímico. Los equipos son importantes. Del lado español habrá ministros de peso, Pérez Rubalcaba, Moratinos, frente a la ministra del Interior, la señora Alliot-Marie, o Bernard Kouchner, socialista, ministra de Asuntos Exteriores. La excelente economista Christine Lagarde se sentará ante la novicia Elena Salgado. Hervé Morin, ministro de Defensa, frente a Carme Chacón. El Rey español no gobierna pero reina: Será pieza clave para lograr acuerdos y evitar roces. Los consejeros del Elíseo pedirán al presidente que no toque mucho a sus interlocutores (¡¡el hombro de Benedicto XVI!!). Con todo, el mando socialista votó en secreto el mes pasado sobre Sarkozy: le dio 14 puntos sobre 20.

ABC - Opinión