jueves, 30 de abril de 2009

EUROPA COMO BALNEARIO. Por M. Martín Ferrand

EL PP y el PSOE, tan aparentemente distintos en sus respectivas fuentes ideológicas y sus proyectos políticos, resultan dramáticamente iguales en lo que respecta a su funcionarial organización interna y a su escasa voluntad representativa de una sociedad que, en un gran ejercicio de paradoja, les respalda con el ochenta por ciento de los votos que vienen sumando en los comicios de ámbito nacional. Es un efecto más de la partitocracia degenerativa que secuestra el espíritu de la Constitución y, todavía más grave, nos impide confiar en el futuro.

A la vista tenemos las listas -cerradas y bloqueadas, no faltaba más- que las dos formaciones a las que se reduce la hipótesis de la alternancia nos proponen de cara a las elecciones para el Parlamento Europeo. ¡Cuánta miseria biográfica! Con la excepción de unos pocos nombres, no más de media docena en cada una de ellas, es una nómina de fantasmas, de personalidades sin personalidad. Entre la obligatoria paridad -¡esa norma que tanto perjudica al respeto a la condición femenina!- y las cuotas que se deben a los barones regionales y a los jefes de clan, lo mejor que puede decirse de ellos es que resultan menos tranquilizadores los nombres conocidos que los muchos ignotos que las integran.

Ni Europa ni nosotros merecemos tan poco respeto y consideración.

Con manifiesta irresponsabilidad, lo mismo José Luis Rodríguez Zapatero que Mariano Rajoy, han completado sus propuestas con nombres más aptos para ir a Baden-Baden, el más significativo de los grandes y clásicos balnearios del Continente, que para cubrir una representación en Bruselas y Estrasburgo. Ni Europa ni nosotros merecemos tan poco respeto y consideración. Cubrir unos puestos que comportan una cierta bicoca remunerativa sin buscar la idoneidad de sus titulares y, por el contrario, entendiéndolos como una compensación para cesantes y perjudicados es un grave síntoma de instrumentalización del poder que, por delegación ciudadana, adorna a nuestros dos líderes principales. El hecho de que tanto el PP como el PSOE entiendan estos comicios como una suerte de «primarias» con vistas a 2012, nos permite sospechar los niveles de degradación que hubiera podido alcanzarse en la selección de candidatos sin esa espuela estimulante. España es un país menguante, pero no por el fatalismo de la Historia. El esfuerzo que nuestros líderes hacen para que lo sea no es menor. En un ambiente democráticamente cierto daría grandes resultados.

ABC - Opinión

LA IZQUIERDA FASHION VICTIM. Por Cristina Losada

Sarkozy

«Zapatero le ha hecho a Sarkozy una solemne promesa muy parecida a la que escuchó Ségoléne. Incluye un "para siempre". Impregnarse del aura carismática del presidente francés bien merecía perdonar que le llamara imbécil.»

La visita de Sarkozy ha permitido observar en qué consiste este socialismo nuestro. Aunque consistencia es lo que falta. Los socialistas han caído rendidos a los pies de un político al que hace dos años tenían por la viva encarnación de cuanto proclaman que les resulta odioso. Entonces, el hoy admirado líder francés era para el "progresismo" patrio un sospechoso amigo de Aznar y Berlusconi, un neogaullista, un neoliberal y casi un neocon, un partidario a ultranza del mercado, la globalización, y las privatizaciones, un atlantista, un reaccionario, un tipo de la derecha dura y un alter ego de Le Pen en asuntos como la inmigración y el patriotismo.


¿Ha cambiado de ideas Sarkozy? No especialmente. ¿Ha cambiado el PSOE? Tampoco. Y, sin embargo, unos socialistas adictos a la guerra ideológica se han inclinado con particular unción ante un representante de la derecha. Que –conviene recordar– no por ser francesa y chic deja de ser derecha. Qué caras de felicidad mostraban junto a él. Qué aplausos cuando impartía lecciones de política antiterrorista que eran la antítesis de lo que han hecho. El entusiasmo socialista por Sarkozy ha sido desbordante y, desde luego, nada inocente. Pero va más allá del obvio intento de adquirir popularidad por contacto con la glamourosa pareja.

El espectáculo dejaba a la vista que los herederos de aquella izquierda de la lucha de clases, que aún resucita como farsa en ocasiones, son un grupo de niños bien y de aspirantes a nuevos ricos que se funden ante un vestido de Dior y un aire cosmopolita. Y que lejos del radical chic que descubría Tom Wolfe en un guateque de los Bernstein, se quedan en un ordinario quiero y no puedo. La frivolidad reordena las fobias y filias de estos socialistas, pero también rellena el vacío de su ideario, que componen con restos de temporada que van dejando las modas políticas.

Pobre Ségoléne. Dos años atrás, Zapatero le hacía a ella y a los socialistas franceses una promesa de amor eterno. Con un "siempre, siempre estaré a vuestro lado", concluía en Toulouse un emotivo discurso de respaldo a la candidata. Perdió Royal, fracasó el partido hermano del PSOE, tal vez primo, y al cabo Zapatero le ha hecho a Sarkozy una solemne promesa muy parecida a la que escuchó su rival. Incluye un "para siempre". Impregnarse del aura carismática del presidente francés bien merecía perdonar que le llamara imbécil.

Libertad Digital - Opinión

DOS LIDERES. Por Ignacio Camacho

EL ideal democrático consiste en una política participativa en la que los ciudadanos manejen con fluidez sus propios asuntos y en la que los representantes públicos sean tan sólo leves intermediarios de una voluntad popular encauzada a través de una sólida sociedad civil, pero en tiempos de crisis la incertidumbre colectiva demanda liderazgos firmes que establezcan objetivos claros y posean la determinación necesaria para impulsarlos. No es fácil encontrarlos en circunstancias claves, pero cuando aparecen -Churchill, Rooselvelt, De Gaulle, Kennedy, Adenauer- emerge con ellos un beneficioso espíritu de esperanza colectiva. Dirigentes dotados de pujanza para hallar caminos donde los demás sólo ven obstáculos; tipos capaces de trazar nuevas fronteras donde la gente sólo encuentra límites antiguos.

Quizá por esa necesidad histórica la psicología social ha hecho brotar en esta época indecisa figuras de referencia como las de Obama o Sarkozy. El primero expresa una profunda ambición de cambio en el modo de dirigir las relaciones políticas, y representa con tal fuerza ese anhelo capital que su popularidad se mantiene intacta cien días después de haber pasado sin logros patentes de la utopía de las expectativas a la realidad de las decisiones. El segundo ha tenido ya tiempo incluso de decepcionar algunas de las ilusiones que despertó su arrolladora irrupción, pero conserva un encanto magnético de cuyo hiperactivo despliegue acaba de ofrecer en España una seductora puesta en escena.

Obama y Sarkozy encarnan, cada uno a su modo, la resistencia contra la mediocridad y el conformismo

Con una común vocación de liderazgo, con un mismo empeño de aglutinar voluntades para modificar el curso adverso de las cosas, ambos se han convertido en referentes de un mundo que se enfrenta a un vertiginoso cambio de ciclo. Agotada la mortecina etapa de los Bush, Chirac o Schröder, capitanes sin galones morales ni prestigio intelectual, esta acelerada convulsión social, económica y política requiere el revulsivo de una intuición ganadora. Requiere gente que no se conforme, que no se arrugue, que no se quede inmóvil, que afronte incluso el riesgo de equivocarse antes que el de quedarse a gestionar el desplome de los escombros. Requiere una política de principios y una ética de valores.

En ese sentido, Obama y Sarkozy encarnan, cada uno a su modo, la resistencia contra la mediocridad y el conformismo. Por eso les salen imitadores superficiales, impostores de gestos o de retóricas que tratan de manejarse en la pasión del poder copiando estilemas de su imagen de marca. Pero lo mejor que tienen no es su carisma, ni su fascinación, ni su coraje, sino la propiedad de contagiar a los ciudadanos el espíritu de la rebeldía. Ellos están enseñando un mensaje que acabará por calar en la mentalidad social: que en tiempos de turbación sí conviene hacer mudanza.

ABC - Opinión

LOS CONDONES DEL TRIBUNO HERRERA. Por José García Domínguez

Benedicto XVI

Lo que a la progresía le resulta intolerable del Papa no son sus principios, sino el hecho, subversivo en sí mismo, de que los posea. Es eso lo inaceptable a sus ojos: que ose rehuir el universal eclecticismo contemporáneo.

Por lo visto, el diputado comunista Joan Herrera acaba de enterarse de que la Iglesia católica se muestra refractaria al uso de cualquier tipo de anticonceptivo en las relaciones sexuales desde hace unos dos mil años. Y, contrariado por la noticia, ha decidido presentar una urgente proposición en las Cortes Generales con tal de afearle la doctrina canónica a Jesús de Nazaret. Así, el tribuno Herrera aspira a que en la Carrera de San Jerónimo se "repruebe" al Papa de Roma por predicar tal conducta privada a los fieles. En fin, como en España apenas hay problemas, algo tenían que ingeniar sus señorías para andar entretenidas, que el caso, ya se sabe, es pasar el rato.


Ahora ya sólo restará que el juez Garzón dicte la preceptiva orden internacional de búsqueda y captura contra el ciudadano romano Pablo de Tarso en el momento procesal oportuno. Y que se vayan preparando Irán, Arabia Saudita, Pakistán y demás protectorados terrenales del Profeta: en cuanto el erudito Herrera acuse recibo de que el Corán prohíbe comer jamón a los musulmanes, promoverá su fulminante expulsión de la OMC, del FMI, de la ONU y de la FIFA. Nadie lo dude. Sobre todo, teniendo en cuenta que las soberanas gansadas de tal Herrera cuentan con el inestimable aval político, jurídico e intelectual de Ana Pastor.

Por lo demás, en ese asunto los condones suponen mera anécdota, jamás categoría. Y es que, en el fondo, lo que a la progresía le resulta intolerable del Papa no son sus principios, sino el hecho, subversivo en sí mismo, de que los posea. Es eso lo inaceptable a sus ojos: que ose rehuir el universal eclecticismo contemporáneo, ése que ordena seleccionar los valores morales con la laxa indiferencia de quien maneja el mando a distancia de un televisor. Renunciar a diluir en simples opciones los imperativos morales que impone su fe, he ahí pecado de lesa modernidad que no le habrán de perdonar jamás ni los nihilistas herreras, ni las vocingleras consortes de los oportunistas arriolas.

Para él, la Biblia no resulta equivalente al último manual de autoayuda que arrase en las estanterías de El Corte Inglés; del mismo modo que la doctrina de Cristo no es intercambiable por la afición al tarot, ni la Iglesia de Pedro representa una alternativa a los cursillos por correspondencia de meditación trascendental. Horror, a estas alturas del fin de la Historia el Papa aún sostiene que hay valores absolutos. ¡Anatema!

Libertad Digital - Opinión

LIDERAZGO Y EMOCION. Por Hermann Tertsch

PESE al título, queridos amigos, desengáñense. No vamos a hablar de Carla Bruni. Vamos a reflexionar un poquito sobre la responsabilidad y el liderazgo, dos cosas que a muchos de ustedes ya les parezcan remotos conceptos históricos perfectamente arcaicos. Hubo gente en este país, en España, que en regímenes muy diferentes creían y sentían su vocación por servir a una serie de gentes que no tenían con ellos nada más en común que la pertenencia a una patria. Hubo mucha gente, aquí en España, que luchó, mató y murió creyendo firmemente que lo hacía por mejorar España. En todas las trincheras. En todos los frentes. Este país ha tenido obviamente una sobredosis de patria y de historia. Y una inmensa caterva de personajes del tres al cuatro que no sólo pretendieron ser líderes. Que lastimosamente acabaron siéndolo. Con todo el respeto para sus familiares y descendientes. A sus calles y apellidos. Como comprenderán, yo prefiero una calle dedicada a Merry Gordon, gran e ilustre general, que a la madre de Javier Bardem.

Para valorar el liderazgo, para valorar el servicio al bien común, para valorar la vocación de servicio, hay que tener ante todo un sentido que unifique dignidad personal con proyección histórica. Esto puede parecerles muy cursi a unos. Y muy borde a otros. Pero no hay otra forma de conseguir la fuerza que requiere el ser humano para acudir a un estado de emergencia colectivo. Los estados de emergencia privados los resolvemos por el acuerdo o la violencia, por la fuerza de la concordia o la intimidación. La profundidad en la asunción de un liderazgo tiene muy diversas formas. Los ha habido de toda suerte y calidad. Muchos de ellos con consecuencias muy trágicas para las naciones lideradas.

Nadie accede al liderazgo, querido presidente Sarkozy, consorte de Bruni, por muchas elecciones que gane.

Pero lo que es evidente es que aquellos que son petimetres, por muchas elecciones que ganen, seguirán siendo petimetres. Nadie accede al liderazgo, querido presidente Sarkozy, consorte de Bruni, por muchas elecciones que gane. Muchos pueden hundir a su país en catástrofes que eran imprevisibles y evitables y en pocos años pueden hacer daños que sufran generaciones. La vida es muy caprichosa. Y el determinismo histórico de la secta inflamada es siempre falso. Aunque engañe cien veces y sirva a gente sencillamente inverosímil como son tantos de los que hoy vemos en cargos públicos. El liderazgo sea bueno o malo, nada tiene que ver con pataterismo o zapaterismo. El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, dio una lección de liderazgo el martes en el Hotel Ritz. Por supuesto no acudió nadie del Gobierno socialista de Zapatero para ver si aprendía algo. Si no se leen siquiera los papeles que nos afectan al mal o buen vivir de los españoles es absurdo pensar que ninguno de ellos acuda a un sitio donde puede mejorar, como persona y líder. Sarkozy es un líder. Ya se verá si para bien. Uribe ha demostrado ser un líder que ha sacado a Colombia de una sima y la ha convertido en ejemplo para Iberoamérica. Por aquí, por lo demás, poco que contar al respecto.

ABC - Opinión

NO TAN LISTAS

Las candidaturas para las europeas se deciden en función de problemas y equilibrios internos

El desinterés de los ciudadanos de los Veintisiete por participar en las elecciones europeas de junio es proporcional al que demuestran los gobernantes hacia la dimensión europea de los problemas políticos y económicos de cada país; ahora, especialmente, los relacionados con la crisis. Y ese desinterés se refleja también en la elaboración de las candidaturas.

El ex presidente portugués Mario Soares lamentaba aquí el pasado domingo el mínimo interés con que los partidos socialistas de la UE habían acogido la declaración sobre la crisis firmada en marzo por sus líderes. Cumplido el expediente, las propuestas no han sido objeto de debate en cada partido, por más que casi todos ellos insistan en la necesidad de políticas concertadas a escala europea. Y Zapatero avala la continuidad del conservador Durão Barroso en la presidencia de la Comisión.


Los 736 eurodiputados que se eligen tendrán la oportunidad de aprobar leyes que condicionarán la legislación interna de cada país. Sería lógico promover a los candidatos más preparados para proponer y defender esas políticas contra la crisis, y que la campaña girase en torno a las propuestas que derecha e izquierda plantean al respecto. Sin embargo, de lo que discursean sus candidatos es de asuntos de política interna. No es que no les importen las elecciones europeas, pero sólo en cuanto sirvan para mejorar o empeorar su posición en la trifulca nacional.

La elaboración de las listas es coherente con esa visión. Si se repasan las candidaturas de las últimas convocatorias se observa la presencia destacada de dirigentes a los que más que enviar a Estrasburgo se les separa de la política interna. Vidal Quadras está allí desde que Aznar descubrió, en 1996, al catalanista que llevaba dentro.

También fueron enviados a ese destino personas con ideas propias, como el socialista Borrell, recuperable, o Rosa Díez, para ver si lo era. O ex herederos frustrados como Mayor Oreja una vez consumada la sucesión a dedo en favor de Rajoy y enviado Rato al FMI. A Ramón Jáuregui, un político que se distingue por ser capaz de argumentar y no sólo afirmar, se le saca del puesto en que más podía brillar, en aras de la renovación generacional; le acompaña Magdalena Álvarez, como consuelo por su cese en Fomento. Y Rajoy zanja por eliminación las dudas internas sobre la continuidad de Galeote, investigado por el caso Correa, para evitar que su presencia dé argumentos a los socialistas.

El País - Editorial

CUANDO LA PANDEMIA SE ACERCA

Todo apunta a que este virus no es demasiado agresivo, por lo que es muy improbable que se repita una catástrofe como la de 1918

LA GRIPE PORCINA -que las autoridades sanitarias bautizaron ayer como nueva gripe- se extiende rápidamente por todo el mundo.Hay ya casos sospechosos no sólo en Europa y en el continente americano sino además en Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó la alerta a la llamada fase cinco, que indica que el riesgo de pandemia es inminente.El nivel de alerta cinco está caracterizado por «la propagación del virus de persona a persona al menos en dos países de una región de la OMS».


El Ministerio de Sanidad detectó ayer que una joven catalana que había estado recientemente en México contagió a su novio, el primer caso que se ha registrado en todo el mundo de una persona que se infecta sin haber estado en el país de origen del foco.

La OMS calcula en estos momentos que existen 2.000 casos sospechosos de nueva gripe en cuatro continentes. Es evidente que un porcentaje alto de quienes hayan contraído el virus lo ha transmitido a sus familias o sus amigos, lo que anticipa que van a aparecer muchos más casos de personas que se han infectado sin moverse de los lugares donde viven.

Si ello es así, la pandemia de la nueva gripe está a la vuelta de la esquina, lo que no debería suscitar alarma entre la población porque el nivel de mortandad es muy bajo y porque existen tratamientos antivirales que curan o amortiguan sus efectos.

Hasta ahora, los Gobiernos están actuando correctamente, aislando rápidamente a las personas que tienen síntomas de haberse contagiado del virus. La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, informó ayer que hay ya 10 casos confirmados en España, donde se están habilitando zonas en algunos hospitales para internar a los enfermos.Esto es lo que se puede hacer de momento, al igual que informar a los ciudadanos. Ayer, el Gobierno británico encargó la elaboración de millones de folletos sobre la gripe, que serán distribuidos entre toda la población. También encargó de forma preventiva 30 millones de mascarillas, protector que en España se fabrica ahora mismo a destajo.

Uno de los debates que ha surgido en los últimos días es el de la conveniencia de cerrar las fronteras con México y EEUU y, más concretamente, la prohibición de vuelos procedentes de ambos países. Un portavoz del Gobierno francés pidió ayer una reunión urgente en Bruselas de los ministros de Transportes de la UE para discutir la suspensión de los vuelos procedentes de México.Es cierto que el cierre de las fronteras evitaría el riesgo de una propagación más rápida e intensa, pero la medida presenta dos graves inconvenientes: que ya es tardía y que su coste económico sería altísimo.

Desgraciadamente, vivimos en un mundo interconectado que facilita la instantánea difusión de las infecciones. Ello impide evaluar con precisión cuál es la extensión real de esta gripe, como demuestra el episodio de una mujer austriaca de 26 años que se contagió hace una semana en Guatemala cuando fue a visitar a sus padres.

El primer caso de contagio -el del niño cuya foto aparece en nuestra portada- fue detectado en México el 2 de abril. En tan sólo 28 días, la nueva gripe se ha extendido por todo el mundo.Ello pone en evidencia la fragilidad de nuestra sociedad globalizada ante eventuales enfermedades infecciosas, causadas por mutaciones que no podemos controlar. De cualquier forma, el contraste entre el niño mexicano que ha superado la gripe y el alarmismo suscitado en todo el mundo provoca la reflexión de si no se está exagerando la magnitud de la amenaza. Afortunadamente, todo apunta a que este virus no es demasiado agresivo, por lo que es muy improbable que se repita una catástrofe como la llamada gripe española de 1918.

El Mundo - Editorial

AGUIRRE, EN LA BUENA DIRECCION

«Con estas medidas Aguirre apunta en la buena dirección para salir de la crisis, que no es otra que la de reducir los impuestos, introducir austeridad en la Administraciones Públicas y emprender reformas estructurales.»

A pesar del escaso margen del que dispone en política fiscal, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha anunciado una serie de reducciones impositivas dentro de un próximo paquete de 49 "medidas anticrisis", entre las que destaca la eliminación del recargo autonómico del Impuesto de Actividades Económicas (IAE), la reducción en un 20% del impuesto de matriculación, así como una rebaja de 1 punto del IRPF a todos aquellos compradores de vivienda nueva, que sea su primera casa.


Para que nos hagamos una idea del beneficio que para los bolsillos de los madrileños supondrá la eliminación del recargo autonómico del IAE debemos tener en cuenta que los ingresos previstos por este concepto para las arcas de la Comunidad de Madrid en el presupuesto de 2009 ascendían a más de 30 millones de euros. Al margen de su cuantía, se trata de una forma directa y eficiente de inyectar liquidez en las empresas sin necesidad de acudir a intermediarios financieros o al ciego gasto público.

Asimismo, la reducción fiscal para la compra de primera vivienda nueva es especialmente oportuna para minorar el stock de inmuebles que no encuentran comprador y que servirá para acortar de forma sana la purga a la que está abocado el deprimido sector de la construcción.

Otro tanto se podría decir del estimulo que va a recibir el sector del automóvil con la ayuda económica, equivalente al 20% del impuesto de matriculación, que van a recibir los compradores de un coche nuevo en la Comunidad de Madrid. Es cierto que, en lugar de dar al comprador "una cantidad equivalente", Aguirre podría haber reducido directamente la cuantía del impuesto, si bien esta forma restaría visibilidad al desahogo que supone la reducción fiscal.

No menos destacable es el hecho de que esta apreciable reducción de impuestos va acompañada de un compromiso de reducción de gasto, como el que permitirá la supresión de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, cuyas funciones serán asumidas por la Vicepresidencia y la Consejería de Economía.

Aunque se puedan plantear objeciones a la escasa cuantía o a la naturaleza sectorial de estas reducciones fiscales, lo que nos parece incuestionable, al margen de recordar las limitadas competencias autonómicas en este campo, es que con estas medidas Aguirre apunta en la buena dirección para salir de la crisis, que no es otra que la de reducir los impuestos, introducir austeridad en la Administraciones Públicas y emprender reformas estructurales, como la que requiere nuestro rígido mercado laboral.

Se trata de una dirección opuesta a la que está protagonizando Zapatero, absolutamente renuente a que sea el Estado el que se apriete el cinturón en desahogo del contribuyente. La política de Zapatero no es otra que la del inmovilismo, la del irresponsable endeudamiento o la de hacer proclamas tan vacías de contenido como esa de que va a "plantar batalla al desempleo" o de que se va a "dejar la piel" por un "orden económico más justo". Si tenemos en cuenta que con este Gobierno no hacemos otra cosa que aproximarnos a marchas forzadas a los cinco millones de parados, ya nos podemos hacer una idea de lo que entiende Zapatero por un orden social justo o por plantar batalla al desempleo.

Libertad Digital - Editorial

LA LEALTAD Y LA POLITICA. Por J. J. Armas Marcelo

Una es la moral del ciudadano y otra la del político, dijo el filósofo. En la noche del 30 de julio de 1812, Simón Bolívar, entonces joven coronel de la I República venezolana, detiene al generalísimo Francisco de Miranda, su superior máximo, por traición a la patria. Miranda había llegado a un pacto con el jefe realista Domingo de Monteverde: entregaba el ejército de Venezuela a cambio de que el español no hiciera matazón alguna contra el republicano y derrotado. Bolívar sostiene que Miranda es un traidor. Quiere hacerle juicio sumarísimo y fusilarlo. El dueño de la mansión de La Guaira donde suceden los hechos, De las Casas, convence a Bolívar y entrega a Miranda a los españoles a cambio de un salvoconducto para que Bolívar pueda salir de Venezuela rumbo a Curazao. La Historia (los historiadores) no suelen decirlo (ni escribirlo), pero quien traiciona no es Miranda, sino Bolívar. Traiciona a Miranda y gana dos veces: se lo quita de arriba y salva su vida. Telón.

La vida política está llena de lealtades y traiciones. En cuanto aparecen dos figuras aparece la lealtad y, a su lado, el enemigo: la traición. De la transición española a la democracia se han escrito decenas de libros donde la traición no es más que un elemento que juega en el escenario la parte teatral que le corresponde en la vida. «Anatomía de un instante», escrito por Javier Cercas y aparecido muy recientemente, es un estudio sobre la conducta humana de los políticos en un momento clave de sus vidas y de la vida de la España contemporánea: el 23 de febrero de 1981. Desde mi punto de vista, Cercas ha escrito un libro extraordinario, no porque diga algo nuevo en la investigación de las tramas negras del «golpe», sino precisamente por lo contrario. Al no decir nada nuevo sobre ese episodio bochornoso, todo lo que dice es viejo salvo una cosa: el modo de contarlo, la manera en la que el escritor, un narrador insoslayable, relata cada punto exacto de la cuestión y cómo (el modo, la manera, la forma) resuelve narrativamente cada uno de los encartes sustanciales del ensayo. Ahora bien, la resolución narrativa no tiene siempre que ver con «la verdad» histórica del asunto del que se habla y escribe, aunque en el caso de «Anatomía de un instante», ambas parecen encajar a la perfección. Lo sé: no es lo mismo escribir sobre la marcha, y en caliente de su suceso ocurrido ayer, que escribir del mismo episodio bastantes años después de que haya sucedido. También lo sé: no es lo mismo un libro oportunista que un libro oportuno, como no es lo mismo escribir bien que escribir mal. Y Cercas ha escrito un libro oportuno y lo ha escrito muy bien. ¿De qué trata este libro?

Con el telón de fondo de un episodio aparentemente esperpéntico de nuestra vida política más reciente, Cercas escribe un ensayo sobre la traición en la vida y la traición en la vida política. Claro que en la vida (y en la vida política mucho más) la traición ha pasado ya a ser una «vía de conocimiento», mientras que la lealtad es una suerte de antigualla que provoca sonrisas entrecortadas en el común de los protagonistas informados. A los ejecutores de la traición, Cercas los llama sin ironía (y con muy buen tino) «los héroes de la despedida». Tales deconstructores son, en este episodio y en la vida política del país en los primeros años de nuestra democracia, Adolfo Suárez, el general Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo. Suárez «traiciona» al idear el modo exacto de desmontar el Movimiento y el franquismo; Gutiérrez Mellado «traiciona» al contener y desmontar los «instintos básicos» del ejército de Franco, y Santiago Carrillo «traiciona» al desmontar los dogmas del comunismo estalinista.

En medio de todos está el Rey de España, que piensa que aquel presidente del gobierno, Adolfo Suárez, ya es un lastre para el desarrollo democrático. El Rey, como toda España, tiene mucha prisa por gobernar con la izquierda. Sabe que esa será la señal de la nueva democracia española y su convalidación como demócrata. Suárez es entonces un estorbo. Pero Suárez es un converso de verdad: el general De la Rovere, pero sin teatro. Se ha creído tanto su papel de demócrata que los demócratas de toda la vida están muy asustados con aquel joven con pinta de tenista de club náutico de provincias costeras que se resiste ahora a salir del poder. Digámoslo una vez más, como lo dice Cercas: todo el mundo está contra Suárez en ese momento. Todos menos Gutiérrez Mellado y Carrillo. Otra paradoja de aquel instante: los dos «traidores» son leales al «traidor» que ha hecho leales votos democráticos hasta fundir el juramento en su alma más profunda. Los demás, incluso los suyos, traicionan la lealtad debida. Por ambición, por traicionares, por mediocres, por oportunistas. Por lo que sea, son desleales. «¡Jo, vaya tropa!», diría Romanones (y decimos nosotros).

Tengo noticias muy fidedignas de la existencia de un documento fechado en 1969, y firmado por Suárez, donde «le cuenta» al entonces príncipe Juan Carlos todos y cada uno de los vericuetos y desfiladeros que hay que atravesar para llegar a la democracia plena en España. El Rey se lo cree y confía en el joven con pinta de tenista provinciano. Y, llegado el momento, lo elige para ese papel en el teatro de la historia. Pero el actor se lo cree. Es decir, no cree que sea sólo un actor, sino que se transforma en protagonista real y uno de los motores velocísimos de la política española de la transición a la democracia. No he visto ni he leído el documento al que me refiero, pero de existir tal papel forma parte de la Historia de España y tenemos derecho a conocerlo.

Después pasó lo que pasó. ¿Y qué pasó? Cercas, y otros antes que Cercas, lo esbozan, sugieren y hasta dicen: la clave central está en Cortina, que juega con su apellido y con una inmensa inteligencia para el papel que juega en el supuesto esperpento. Su nombre aparece en el golpe, en el contragolpe, en el contragolpe del contragolpe e, incluso, en el golpe contra el contragolpe. Y, sin embargo, judicialmente, no tuvo nada que ver ni con los golpes ni con los sucesivos e hipotéticos contragolpes. Indemne, tal vez no formó parte de la traición, pero no me creo que no haya formado parte de «un algo inasible» y etéreo que flota con pesadez excesiva en el aire de aquel episodio.

El libro de Cercas quiere decir, además, que podemos seguir escribiendo periodística y literariamente (aunque se hace periodismo o se hace literatura) del 23-F como si tal cosa. Sí. He leído mucho de aquel suceso. Estuve a dos metros (como todo el mundo, ¿no?) del Palacio del Congreso aquella noche y terminé por irme a dormir (como todo el mundo) cuando el Rey de España dijo por televisión lo que dijo. Escribiendo de todo esto, me acuerdo de mis amigos Fernando Castedo y Jesús Picatoste. Me consta que, en medio de tantas traiciones, ellos fueron una vez más leales a sí mismos. Como Cercas al escribir «Anatomía de un instante» en un momento tan oportuno.

ABC - Opinión

DESPERTA FERRO. Por Yauma

!Desperta ferro! o Dispierta fierro, era uno de los gritos de guerra entonados por los almogávares antes de la batalla, mientras hacían repicar sus espadas contra el suelo haciendo saltar chispas contra las piedras.
"Aur, aur...Desperta ferro" gritó el Gran Honorable hace varios días en la fiesta de Convergéncia (CDC sin unión U) ante 11.000 personas reunidas en Vic-Gur para celebrar el día del partido. El Gran Honorable llama a los catalanes a rebelarse contra las "migajas de Madrid". En el mismo acto Mas reivindica el papel de Convergència como movimiento patriótico al servicio de los catalanes.
El ex president Jordi Pujol cree que ha llegado el momento (? Cuantas veces creen los nacionalistas que ha llegado el momento sublime de no sé qué?) de que Cataluña plante cara a España y rechace de pleno "las cuatro migajas que nos quieren dar desde Madrid".


"Lo que ahora nos proponen : darnos infraestructuras, competencias y servicios a cambio de que nos portemos bien,que no reclamemos más poder político ( y del otro), que no reclamemos ser tratados como una nación..Debemos ser capaces de resistir esto, si no estaremos perdidos como nación y como pueblo". El Gran Honorable se huele que los que están en el Govern van a sacar una buena tajada a costa de Madrid, ósea de toda España, y está vacunando al personal para que el tripartito no obtenga rédito político en el oasis. Pujol advirtió que hay mucha gente en Cataluña dispuesta a aceptar un trato de este tipo y recordó, como no podía ser de otra manera, que tan sólo CiU está por la labor de negarse a ello. Prueba palpable de que la mejora en medios, estructuras y recursos de progreso le importa una higa si ellos, los nacionalistas, no pueden sacar beneficio propio.

"Tenemos un panorama nacionalmente complicado caracterizado por falta de sensibilidad de buena parte del Estado y marcado por la pretensión de los socialistas y el partido popular de convertir Cataluña en una pequeña Diputación sin poder y sin conciencia colectiva, porque no quieren que seamos un pueblo, un país que vaya hacia adelante". Llegado a este punto del discurso, un servidor ya no pudo aguantar las lágrimas patriotas y, el moco acompañante,agotando los cuatro pañuelos, mocadors, que llevaba encima más dos de mi acompañante, y un paquete de clínex que me ofreció una amable señora compañera de partido.
El Gran Honorable acabó el discurso reivindicando la fortaleza de CiU y destacó que pese a estar en la oposición y a que les han negado el pan, el agua y la sal, hoy por hoy, para el resto de las fuerzas políticas el hombre a batir es Mas.

Mas dijo entre otras cosas " Convergència tiene un alma suficientemente fuerte para ser un gran movimiento patriótico al servicio de los catalanes" . otra vez dándole vueltas al alma, ya no solamente un alma catalana si no también un alma convergente.! Cuanta espiritualidad cuatribarrada impregna nuestro ser y llena de gozo nuestros corazones.! " Los que nos critican por hacer la Casa Gran del Catalanisme etiquetan a todo el mundo, nosotros no etiquetamos a nadie; hablar de autonomistas, soberanistas, independentistas....es una trampa para dividir el catalanismo y debilitarlo". Todos somos almogávares. !Aur, aur......Desperta ferro !"Hace falta acoger a todos, sin etiquetas, los que quieran poner su grano de arena al servicio de la construcción nacional".
En fin, el lenguaje de siempre en cuya base está el rechazo a la diversidad, cuya expresión es la tensión identitaria, el rechazo del diferente que la política nacionalista transforma en interés y conflicto y los líderes nacionalistas instrumentalizan hacia sus intereses particulares.

Según Doodou Diènne, ex relator especial de la ONU en materia de racismo: El racismo es un iceberg: lo que se combate con la ley es la parte visible, para llegar al fondo y cambiar las fuentes profundas del mismo, hay que hacerlo desde la infancia. Hay que reescribir y enseñar la historia de otra manera, porque todas las historias nacionales son construcciones de odio y prejuicio hacia otro.Hay que relacionar el combate contra el racismo con la construcción del multiculturalismo. Prohibir las discriminaciones, promover la igualdad etc. Europa vive un choque entre las identidades nacionales y las dinámicas multiculturales actuales.Cuanto más multicultural y plural es la sociedad, más los partidos políticos fundamentalmente los partidos nacionalistas, se refugian en las antiguas identidades nacionales, y de ahí la instrumentalización del racismo. En el discurso de estos partidos políticos siempre encontramos la noción de defensa de la identidad nacional, y defender, como atacar, siempre se hace contra alguien.

Al Gran Honorable se le considera un restaurador de los valores nacionales catalanes. Gracias a que la sociedad catalana es una sociedad madura e inteligente, el enfrentamiento lingüístico y de sentimientos de pertenencia, hasta el momento, afortunadamente, no ha tenido lugar. Pero eso no quita que si los nacionalistas continúan tensando la cuerda, no se pueda producir en un futuro más o menos cercano. Diversos elementos contribuyen a alimentar la idea de que las posibilidades de mantener este equilibrio se están agotando. La oleada inmigratoria de los últimos años, la impaciencia de los jóvenes cuatribarrados educados en el catalanismo más rancio y la resistencia de muchos jóvenes castellano hablantes al abandono de la lengua de sus padres pueden estar en la base del conflicto.
A pesar del gran volumen de vaselina con que los nacionalistas intentan trajinase al personal no cuatribarrado, principalmente en el tema lingüístico, los medios de comunicación extranjeros detectan el hecho y sus consecuencias. El pasado mes de noviembre The Economist dio un aviso. El miércoles de la semana pasada otro diario internacional, Financial Times, manifestaba las consecuencias de una política lingüística excluyente. Las inconveniencias que una implantación lingüística como la nacionalista tiene para todos los castellano hablantes.Y para muchos catalanes también. Para los inversores puede ser incluso peor, tanto nacionales como extranjeros. Debido a tanta burocracia, autonómica y estatal, llega a afirmar el diario, que la Administración española padece elefantiasis.

No querría terminar este escrito sin explicar una de las singulares anécdotas del Gran Honorable, guía y luz serenísima de nuestro destino nacional. Hace poco tiempo visitó un barrio marginal del extrarradio barcelonés, en calidad de ex president, acompañado de un sólo escolta, craso error en estos tiempos que corren. Un tipo del público con aspecto de fanfarrón de encrucijada, un perdonavidas mal educado, encarándose con el Gran Honorable llegó a faltarle al respeto, haciendo referencia a su avanzada edad y a sus atributos como varón. Sugiriéndole que lo más adecuado para él sería dedicarse a ver los programas de dibujos animados de TV3 y alimentarse "con sopitas y buen vino" y, que lo más propio sería estar contemplando ahora su cenotafio (increíble palabra para un individuo tan bruto) que las divagaciones patrióticas cuatribarradas en lugar tan poco apropiado como este barrio obrero repleto de emigrantes. El maromo en cuestión, se creía muy macho debido a que padece elefantiasis de los órganos sexuales externos y, en su barrio, el éxito con el personal femenino le aumenta la auto estima considerablemente.

El Gran Honorable, muy digno, pidió silencio con voz almogávare e improvisó sobre la marcha el siguiente discurso:
"Pero viejo soy y no tengo edad de retozos. Porque ya no estoy en tiempo de ir a pacer verde hierba, sino de alimentarme con seco forraje; que ésta mi cabeza blanca pregona mis años y mi corazón está tan marchito como mi cabeza misma. Aunque bien pudiera pasarme lo que al níspero, que es el más desabrido de los frutos hasta que madura entre estiércol o paja. Quizá los viejos seamos así y sólo con el tiempo entremos en sazón, y luego ya bailamos al son que el mundo nos toca. Sabed, además que los ancianos tenemos la cabeza blanca y el rabo verde, como la hierba del puerco, de manera que, aun si vamos perdiendo las fuerzas, la voluntad incítanos a las mismas locuras. Y, si otra cosa no podemos, dámonos a hablar. Por ende, fuego hay en nuestras cenizas, y cuatro ascuas se encierran en ellas, vanidad, mentira, cólera y ambición. Podrá costarnos esfuerzos regir nuestros gastados miembros, pero nuestra voluntad niégase a decaer, a buen seguro. Y, en fin, aún tengo yo, a pesar de mis años, un diente primerizo, de los que me salieron cuando la espita de mi vida comenzó a fluir. Pues ha de entenderse que, cuando se nace, quita la muerte el tapón de la espita y deja correr la vida hasta que el barril queda exhausto. Ya casi vacío mi barril está. Puede la triste lengua alardear de las menudencias que años atrás acaecieron, pero de esto tan sólo."
(Cuentos de Canterbury)
Según explica un testigo presencial, ex militante de Ciutadans para más señas, la verdad, la verdad verdadera, el episodio acabó con el gañán provocador abandonando el lugar cabizbajo y silente ante tanta dignidad y majestad demostrada por el Gran Honorable.

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