jueves, 14 de mayo de 2009

GALICIA BILINGÜE, DECEPCIONADA CON FEIJOO

La presidenta de Galicia Bilingüe, Gloria Lago, consideró hoy "un fraude" la elección de Anxo Lorenzo como nuevo responsable de Política Lingüística en la Xunta de Galicia, una decisión "que decepciona a quienes creímos en las intenciones del presidente, Alberto Núñez Feijoo, expresadas durante la pasada campaña electoral", matizó.

Lago denunció que el docente vigués fue uno de los "responsables" de la "manipulación de la realidad" en que se basó una campaña a favor del "controvertido" decreto 124/2007 desarrollada recientemente por la Universidad de Vigo bajo el título 'Europa é pluriling~e. Quen sabe galego, sabe máis'. Así, subrayó que Lorenzo "se mostró siempre a favor del proceso de imposición ling~ística impulsado por el anterior Gobierno de la Xunta".

Lago sostiene que el nombramiento "da a entender" que Núñez Feijoo "no está muy dispuesto a atender sus compromisos de campaña", y aún así puntualizó que las promesas del Gobierno autonómico "de llegar a cumplirse" están "alejadas" del principal objetivo de la asociación, "aplicar en Galicia el mismo sistema de libre elección de la lengua vehicular de la enseñanza, por parte de padres o alumnos, del que gozan los ciudadanos en todas las democracias europeas con más de un idioma oficial" afirmó.

FICHAJE "INDEPENDIENTE"

En su intervención ante los medios, Núñez Feijóo elogió también la "independencia" de su nuevo fichaje para la Secretaría Xeral de Política Lingüística, el filólogo y profesor de la Universidade de Vigo Anxo Lorenzo Suárez, al que encomendó el reto de derogar el decreto del gallego en la enseñanza y presentar al Gobierno uno nuevo "consensuado".

"Hay que recuperar el consenso y la convivencia pacífica entre el gallego y el castellano", proclamó el máximo mandatario autonómico, convencido de que la trayectoria profesional de Lorenzo Suárez avala su capacidad para sacar adelante el reto de convertir el nuevo decreto en "un punto de entendimiento" de la mayoría social de Galicia. Por el momento, este cometido no tiene fecha. "Hay que esperar a que tome posesión", puntualizó.

Sobre la vinculación con el PSOE del nuevo responsable de Política Lingüística, que trabajó con su antecesora en el cargo, Marisol López, Feijóo insistió en que Lorenzo es un fichaje "independiente" que "da cumplimiento" al compromiso que adquirió durante la campaña electoral de conformar su gobierno "sin mirar el carné político" de sus miembros. "La lengua es de todos y no del Gobierno", argumentó.

Por su parte, Anxo Lorenzo aseguró, en declaraciones a Europa Press, sentirse "satisfecho" por el hecho de que Feijóo haya pensado en él para éste cargo, que asume con ganas de empezar a trabajar de inmediato. "Llego con el máximo ánimo de empezar a trabajar en Política Lingüística", sentenció.

"CORDIALIDAD" CON LA RAG

En cuanto a las críticas contra sus "decisiones" en materia de Política Língüística realizadas por el presidente de la Real Academia Galega (RAG), Xosé Manuel Barreiro, Núñez Feijóo indicó que ya ha hablado con el académico y ratificó la "absoluta cordialidad" entre el Gobierno gallego y la institución.

"Nos veremos el próximo domingo", continuó Feijóo en referencia al acto convocado por la RAG para realizar una ofrenda floral a Ramón Piñeiro, autor homenajeado con motivo del Día das Letras Galegas.

En este escenario, reiteró su apuesta por promocionar el gallego "dentro de la libertad lingüística" y se mostró convencido de que Barreiro "comparte" este principio. "Considero libertad y normalización un excelente tándem que pienso mantener", concluyó.

Periodista Digital

Tras el pitorreo de ZP con el 11-M: "Elvis me da igual; quiero saber quién mató a mi hija"

"El tiempo ha puesto a cada uno en su sitio. Bien es verdad que habrá gente que siga pensando en las cosas más abominables que se dijeron del 11-M, igual que hay gente que todavía piensa que Elvis Presley vive o que hay gente que todavía no cree que el hombre llegó a la Luna. Ésa es la realidad". El presidente no tuvo mejor ocurrencia en el Debate del estado de la Nación que ponerse sarcástico con un tema tan hiriente. Las víctimas del terrible atentado le han respondido.

La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, que entre las dos agrupan a más del 70% de los afectados por la matanza de los trenes, reaccionaron con estupor y desconcierto ante la alusión que hizo el presidente del Gobierno durante el Debate sobre el estado de la Nación acerca de las últimas averiguaciones sobre el atentado: Zapatero comparó a quienes intentan mantener viva la investigación sobre la masacre con «gente que todavía piensa que Elvis Presley vive o que todavía no cree que el hombre llegó a la luna».

«A mí Elvis Presley me da igual; lo que yo quiero saber es quién mató a mi hija», sostuvo con aplomo Ángeles Pedraza, vicepresidenta de la AVT, que perdió a su hija, Miriam, en el atentado. La representante de las víctimas, que precisamente el lunes colgó en la web de la asociación un escrito bajo la rúbrica El 11-M es aún un caso abierto, afirmó haber sentido «vergüenza» ante la intención del presidente de «frivolizar» con la matanza, según dijo, según informa El Mundo.

Ángeles Pedraza reprochó a Zapatero que se pusiese del otro lado de la trinchera de las víctimas, que son quienes con más ahínco reclaman que se aclaren las dudas que surgen sobre la autoría intelectual de la matanza: «El tiempo que me quede de vida lo dedicaré a pedir que se investigue quién planificó ese atentado».

En esa línea coincidió con la presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Ángeles Domínguez, que mantuvo que el presidente «lo que persigue es una provocación a las víctimas».

Periodista Digital

Los sindicatos evitan ridículamente perturbar a ZP y se manifiestan ahora contra la UE

Ya ni disimulan. CCOO, UGT y USO protestarán este jueves en Madrid contra la ineficacia de las medidas anticrisis de la Unión Europea. Los sindicatos eluden, una vez más, criticar la política del Ejecutivo español, en la misma línea de los últimos seis meses. Prueba de ello es el lema más empleado en las últimas manifestaciones: "Frente a la crisis: empleo, inversión pública y protección social". Y contra Esperanza Aguirre, eso siempre.

CCOO, UGT y USO se manifestarán este jueves en Madrid a las 12 horas con el objetivo de denunciar la respuesta "ineficaz" de la UE ante la crisis económica.

Bajo el lema "Combatir la crisis. Lo primero el empleo", la marcha se enmarca en las euromanifestaciones organizadas por la Confederación Europea de Sindicatos (CES). El objetivo, según explicó el secretario general de UGT, Cándido Méndez, es hacer reflexionar a la Comisión Europea sobre el papel que ha ejercido en la lucha contra la crisis.

Una vez más, los sindicatos eludirán las críticas al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y ya han dejado claro que no es el momento de hacer una convocatoria de huelga general.

Pocas críticas

Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández "Toxo" y Cándido Méndez, han negado que exista un "pacto de no agresión con el Ejecutivo, y recordaron que todas las huelgas generales que se han celebrado en España han sido "reactivas", ya que pretendían reaccionar a alguna agresión clara contra de los trabajadores.

Sin embargo, los lemas de las manifestaciones convocadas en los últimos seis meses han atacado más a la crisis que a los gestores de la misma. En este sentido, el lema más empleado en este último medio año, que también presidió la manifestación del Primero de Mayo, ha sido "Frente a la crisis: empleo, inversión pública y protección social".

Durante este tiempo, y a pesar de la escalada de las cifras del paro, los sindicatos han optado por una postura dialogante. El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández "Toxo", dejó claro el pasado 19 de abril en una manifestación en Madrid que el diálogo "será mucho más productivo para los intereses de nuestro país". Cándido Méndez también lo dejó claro aquel día al afirmar que la manifestación no pretendía ir contra nadie, sino a favor de la defensa de los intereses de los trabajadores, del empleo y de la protección social, según informa El Imparcial.

En este marco de colaboración, han pedido un pacto de las administraciones públicas para luchar contra la crisis y por la defensa del empleo y la protección social.

En cambio, las críticas y toques de atención al Ejecutivo han sido leves. Los líderes sindicales han hablado de "paños calientes" para atender la grave crisis económica que atraviesa nuestro país.

"Plantemos cara a la crisis"

Los más críticos durante el último medio año han sido las secciones sindicales de Cataluña. El pasado 14 de marzo CCOO y UGT se manifestaron bajo el lema "Plantemos cara a la crisis" con el objetivo de "decirle al Gobierno que no podemos pagar la crisis los de siempre, los trabajadores".

En cualquier caso, los empresarios han sido los principales objetivos de los gritos coreados en las manifestaciones con ejemplos como "Empresario, te cambio mi salario", "Hombres sabios y banqueros, a la hoguera todos ellos" o "Menos paro y más trabajos".

Periodista Digital

¿NEGOCIA EL PSOE CON ETA?. Por Edurne Uriarte

No tengo ningún dato concreto que avale ahora mismo esta posibilidad. Pero la pregunta es obligada tras las exigencias de Zapatero a Rajoy el martes, conminándole a que retirara su afirmación de que el Gobierno había rectificado la política antiterrorista. Esto nos coloca delante de dos problemas. El primero, conocido, de un Zapatero que en realidad no siente cuestionada su negociación con ETA porque la dio por avalada con el triunfo electoral de 2008. Y el segundo y principal, derivado de lo anterior, de un Zapatero que nunca ha dado por cerrada completamente esa negociación y que la puede reemprender en cualquier momento. Porque cree en ella. En la teoría de la paz y de las dos partes que explicó durante tres años. Y que el martes volvió a reivindicar con su encendida y radical negación de la rectificación.

En un tono y en un absurdo político que recordaba el show que le montó Patxi López a Rajoy hace un año en la capilla ardiente de Isaías Carrasco. Por lo mismo, por el cómo se atreve usted a cuestionar mi negociación con ETA, y que lleva a preguntarse cuál es la consistencia y fiabilidad de los únicos dos grandes pactos que el PP mantiene con el PSOE, en el País Vasco y en la lucha antiterrorista.

Por eso precisamente han llorado en la tribuna del Congreso estos dos últimos días todos los engañados por Zapatero. Por la absoluta falta de credibilidad de este presidente que, como decía Josu Erkoreka, pretende hacer melodías con todas las teclas del piano y cambia constantemente de cartas y jugadores.

En cualquier momento se pone a jugar de nuevo a las cartas con Josu Ternera y compañía, si no lo está haciendo ya en los ratos libres. Lo más sorprendente es que aún queden significativos sectores que pidan más pactos con Zapatero a Rajoy. Por el placer del engaño, debe de ser, o el afán de ser otra tecla de Zapatero.


ABC - Opinión

ZAPATERO Y LOS TRAIDORES. Por Hermann Tertsch

CON su habitual sorna, comentaba el pasado lunes Alejo Vidal-Quadras en el «Diario de la Noche» de Telemadrid que «las encuestas hay que tomarlas como lo que son, porque detrás de ella siempre hay gente bastante oscura». Entendí que se refería a que la demoscopia política es un negocio que, como todos los negocios, suele adaptar lo más posible sus resultados a los deseos y las órdenes del amo, es decir, del que paga. En el caso del CIS, bajo la directa batuta de la vicepresidenta De la Vega, el hecho ya resulta escandaloso por mucho que sepamos que en este país nadie se escandaliza por nada.

Viene esto a colación por la angustia que, tras los Debates sobre el estado de la Nación, surge siempre en los esfuerzos generalizados por determinar quién ganó la batalla retórica en el estrado. ¿Alguien cree realmente que en el debate del martes hubo un triunfador? En ocasiones, el intercambio de golpes bajos, gracietas fallidas, tontunadas y acusaciones pueriles por ambas partes, además de la voluntad manifiesta del presidente de engañar a su rival, al hemiciclo y a la opinión pública, fue una reyerta personal inserta en un mitin del presidente. Nadie hizo ayer un balance del estado de la Nación que es el que notamos los ciudadanos día a día y los datos nos confirman también de forma cotidiana e implacable. Si Mariano Rajoy intentó en algún momento que lo fuera, el Trilero Supremo abortó de inmediato todas las posibilidades. Todo el sentido común que lleve un Rajoy a una lucha verbal con Zapatero siempre se topará con el muro infranqueable de quién tiene tanto respeto a la lógica como a los ejercicios espirituales del cardenal Rouco. ¿Ganó Rajoy el llamado debate? Por supuesto que no. Por mucha razón y muchas verdades que blandiera, tenía enfrente a un ser inmune a argumentaciones. Y ducho en trampas y engaños como nadie en la historia de nuestra democracia. ¿Ganó Zapatero? Tampoco. El presidente tan sólo mostró lo peor de sí mismo, como viene haciendo desde que la terca y trágica realidad española le ha cogido la medida y le persigue sin pausa. El presidente no está acosado por una oposición que sigue atenazada por su timidez y no se atreve a dar la batalla general. No para rebatir las mentiras puntuales aunque sistemáticas del presidente. Esas son obvias. Sino para cuestionar todo el perverso sistema de la mentira estructural que ha impuesto la izquierda y que el PP parece haber interiorizado. El hecho de que la sociedad civil española no tenga vitalidad ni coraje para enfrentarse a este Gobierno tan desnortado como tóxico, no exime a la oposición de la responsabilidad de denunciar este inmenso desafuero y sinsentido que lleva al país a la ruina económica y moral. Aunque hoy los tachen de antipatriotas y traidores, algún día, no lejano, los españoles saldrán de su letargo y sabrán valorar a quienes hicieron frente a los que han sumido al país en este lodazal.

ABC - Opinión

LA FARSA DEL TRILINGÜISMO. Por Javier Moreno

Cataluña

«Que las políticas lingüísticas deriven en la exacerbación de nuestros peores instintos no parece preocupar a nuestros progresistas, cuyos ideales e irrealizables fines siempre justifican sus nefandos y destructivos medios.»

Suponemos que en Cataluña apostar por el trilingüismo es una opción razonable. Sin embargo, la noble aspiración a que los ciudadanos catalanes se expresen correctamente en catalán, inglés y español, por este orden, oculta la innoble perversión de los términos de la dictadura nacionalista. En primer lugar está el orden: podemos decir sin temor a equivocarnos que la lengua primera es la catalana, puesto que se establece claramente como lengua vehicular en la enseñanza. En las otras dos podría invertirse el orden, indistintamente en principio, puesto que se trata de lenguas consideradas ambas como extranjeras. Que se igualen es ya un claro síntoma de que se degrada al castellano. Esto es así porque no puede considerarse como extraña –sin discriminar a muchos– una lengua que hablan de forma rutinaria y natural, teniéndola por lengua primera en sus opciones diarias, que son las que cuentan, casi todos los residentes en Cataluña. Sin embargo esta igualación entre castellano e inglés encierra nuevamente un engaño. El deseo de distinguirse de "los de al lado", aparejado al deseo de desgajarse políticamente y el de manejar el lenguaje de la ciencia y de los negocios, parejo al de formar parte del mundo, les lleva suavemente a anteponer el inglés.


El lenguaje es probablemente uno de los mejores ejemplos de instinto en lo natural y de orden espontáneo en lo social. Los niños no necesitan una educación formal para aprender a hablar, y la sociedad no requiere de ningún sabio que le diga como han de hablar sus miembros (y menos en qué idioma). La RAE le sigue los pasos a los hablantes, y los psicólogos del desarrollo aprenden sobre la naturaleza humana con la naturalidad del aprendizaje de los niños.

Pero los políticos son distintos al resto de los mortales. No sólo son más infalibles que el Papa de Roma, sino también más buenos. Su religión progresista les dice que el mejor modo de igualar a todos es forzarles a caminar juntos en un determinado sentido. Todos a una, como en Fuenteovejuna. Si queremos un buen rebaño de mansas ovejas necesitamos buenos pastores y una buena vara con la que medir y administrar varapalos. La educación es una herramienta de gran trascendencia para todo aquel que cree en el progreso: para lograr una sociedad ideal de hombres libres e iguales tenemos que educar a la masa y reeducar a los desviados de la norma que nosotros imponemos.

Dentro de esta filosofía, la lengua sirve al deseable fin de establecer una clara frontera entre el grupo propio y el ajeno: levanta un muro lingüístico que impide o al menos limita notablemente la comunicación, y de paso se convierte en el vehículo ideal de transmisión de los valores de la tribu. Que al final esta clase de políticas deriven en la exacerbación de nuestros peores instintos no parece preocupar a nuestros progresistas, cuyos ideales e irrealizables fines siempre justifican sus nefandos y destructivos medios.

Como dice el lingüista Derek Bickerton:
La lengua es una buena frontera porque distingue claramente un grupo de otro (¡piense en "shibboleth"!). Es muy conveniente poder distinguir a un miembro del grupo de un no miembro (o, dentro de un grupo, enterarse rápidamente de los antecedentes de una persona, que es por lo que hay dialectos, o al menos por lo que se conservan los dialectos, incluso los socialmente despreciados).
Sabemos a día de hoy poco sobre el origen del lenguaje. Pero hay algo de lo que podemos estar seguros: este surgió para el intercambio. En la naturaleza predadores y presas no colaboran, sino que se alimentan unos de otros. Comunicar implica siempre perseguir un fin común. En una especie social como la nuestra el lenguaje surgió para echar abajo barreras, no para levantarlas. Ha habido, desde su origen, una evolución cultural y social que ha propiciado las diferencias y ha dibujado las fronteras. Con la globalización, con el verdadero progreso, dichas diferencias y dichas fronteras deberían difuminarse. Pero para que esto se logre hacen falta menos dictados políticos y más libertad para que cada ciudadano hable, diga y practique lo que le venga en gana. En Cataluña cada vez están más lejos de lograrlo.

Libertad Digital - Opinión

LA ABEJA MAYA. Por M. Martín Ferrand

NO es cierto que el mosaico español se componga con diecisiete únicas teselas, tantas como Autonomías. Es un mosaico de más de cuarenta millones de piezas, una por ciudadano. Para que todo resulte más complejo, la figura resultante no se ajusta a un único modelo. No es como un puzle que reproduzca La rendición de Breda, pongamos por caso, sino que, como en la vida misma, hay de todo y en distintas proporciones en esa figura final de la Nación. Así se entiende que nunca se entienda nada.

El sistema electoral en beneficio de la partitocracia imperante, difumina la condición representativa del Congreso y, tras un Debate sobre el Estado de la Nación, sólo puede decirse con rigor que en él se escucharon ruidos procedentes de la realidad; pero que, en puridad, ni fue un debate ni se refirió al Estado y que de la Nación sólo se abordaron algunos, y no los mayores, de sus problemas económicos. Una mixtificación en la que cooperaron, con entusiasmo, todas las voces intervinientes en la Cámara. Sólo las minorías nacionalistas le pusieron un puntito de diversidad al espectáculo cuando, en ceremonia clientelista, cada uno de sus representantes le preguntó al presidente del Gobierno: «¿Qué hay de lo nuestro?».

Si aceptamos el principio democrático de que no es un Parlamento una sala repleta de diputados si en ella no se abordan con diáfana claridad los asuntos que interesan a los ciudadanos, el palacio de la Carrera de San Jerónimo es sólo un monumento del catálogo arquitectónico de Madrid. Como el Teatro Real o el de la Comedia. Un espacio para la representación de una parodia. Así actúan un protagonista cuyo final feliz está determinado por el argumento convenido, un antagonista a la espera de un cambio de papeles y unos agonistas más que le prestan a la función un cierto aire plural. Ni tan siquiera hay lugar para el happening. Los actores llevan escritos y aprendidos hasta los insultos que dirigirán a sus interlocutores en respuesta a los que ellos pueden llegar a decirles. Un fraude.

Ayer seguí por La 2 el último tramo del Debate y al final, me pudieron el sopor y el aburrimiento. Desperté cuando la programación ofrecía un episodio de La abeja Maya, la popular serie japonesa para niños. La voz de la dobladora española de Maya, Matilde Vilariño, me resultó más real y próxima, muchísimo más fiable, que las de Zapatero, Rajoy y demás actores de la representación.

ABC - Opinión

ZAPATERO Y LA PIZARRA MAGICA. Por Cristina Losada

Debate

«Hubo un tiempo en que había en el Partido Socialista muchos maestros. Ya pasó. Ahora, uno tiene la sospecha y, en ocasiones, la certeza de que sus dirigentes o apenas han pasado por las aulas o las aulas no han pasado por ellos.»

El verdadero atractivo del socialismo siempre ha estado en su sugerencia de que no hay que pagar por nada. De joven y naif, circunstancias que no siempre van juntas, uno piensa que el gancho socialista es el ideal de una sociedad más justa. Puro desconocimiento de la naturaleza humana. Incluso cuando ofrecía esa doctrina cierto alimento espiritual y prometía una vida sin frustraciones, la clave del asunto estaba en la gratuidad. Se disfrutaría de todas las bendiciones de la modernidad y no habría que abonar la factura de sus costes psicológicos.


Cuando ha de parecer que todo sale gratis, no conviene mencionar siquiera conceptos como esfuerzo, trabajo y sacrificio, valores conservadores que quitan esa alegría de vivir al día, fundada en que el Estado proveerá si algo se tuerce. De manera que no. No se oirán preceptos retrógrados como los antes citados, ni otros igualmente tenebrosos, tales como mérito, autoridad o disciplina. Mentarlos sería como espantar al electorado y tenemos a un electorado que quiere creer, con todas sus fuerzas, en la gratuidad y que puede hacerlo, pues está convencido de que los impuestos los pagan otros y que el dinero público se genera milagrosamente, como el maná.

Ninguno de los abalorios que mostró Zapatero en el debate ejemplifica tanto esa filosofía de base (y para la base) como el de la pizarra digital y el portátil por alumno. No sólo van a salir "gratis" esos costosos gadgets, sino que también representan la ilusión de que se puede salir gratis, sin esfuerzo, de la crisis. El PSOE ha resucitado el viejo latiguillo suyo del cambio de modelo productivo y, ficción sobre ficción, viene a decir que esa mutación se hará sin cambiar el modelo educativo. Ni tampoco, por supuesto, el laboral. Con una ley, una pizarra y un portátil trasformaremos el país del ladrillo en un Silicon Valley... funcionarial. Y, en el fondo, esa gran falacia de que todos los problemas económicos se pueden resolver por medios políticos.

Los telecos y otras gentes de poca fe cuestionan el realismo de la promesa zapaterina, pero nada podrá la realidad contra la superstición, tan extendida, de que una conexión a internet y un ordenata garantizan el conocimiento por sí mismos. Y, en todo caso, mejor que un profesor, unos libros y una clásica pizarra con su borrador y su tiza. Quienes sufren el purgatorio de las aulas se preguntan si el destino del incierto portátil será la reventa, si servirá como elemento de distracción o se empleará para propagar bonitos virus informáticos. Hubo un tiempo en que había en el Partido Socialista muchos maestros. Ya pasó. Ahora, uno tiene la sospecha y, en ocasiones, la certeza de que sus dirigentes o apenas han pasado por las aulas o las aulas no han pasado por ellos. Lo que es peor.

Libertad Digital - Opinión

EL FUNAMBULO. Por Ignacio Camacho

EN una opinión pública forjada a base de percepciones simples, toda la complejidad de un debate parlamentario se condensa en concepto competitivo, esquemático, de quién gana y quién pierde. Por eso las pléyades de asesores, portavoces y demás séquito de la fontanería política se precipitan tras cada confrontación a proclamar vencedor a su líder en un intento -a menudo eficaz- de anticiparse con su presión al veredicto de una observación independiente. Pero el éxito o el fracaso de un debate no se mide sólo por el resultado inmediato del cruce dialéctico, sino que necesita el análisis de las expectativas previas con que cada cual acude al duelo. En ese sentido relativo todo depende de cómo se entra y cómo se sale.

Las dos grandes frases del martes fueron de Rajoy: «El estado de la nación es éste: cuatro millones de parados» y «usted ha dado la puntilla a las clases medias». El líder del PP dominó las réplicas y fue superior en los argumentos y en las razones. Su diagnóstico resultó más exacto y más certero. Y sin embargo, la sensación de fondo es que se le escapó el conjunto del debate. Que dejó sin rematar a su adversario cuando éste le cambió el marco con su discurso trufado de sorpresas embaucadoras. Que Zapatero logró que, en vez del escalofriante desempleo y el desplome social, el eje de la discusión pública acabase determinado por sus banales propuestas, y que evitó el vapuleo que le esperaba con trucos de distracción y hábiles evasivas tácticas.


Ello es así porque el presidente entró al Congreso en unas condiciones imposibles. Con cuatro millones de parados ningún gobernante puede salir vivo y ningún líder de la oposición puede permitirle un resquicio de escapatoria. Todo eso sucedió, empero; Rajoy endilgó un primer discurso ortopédico y llegó tarde y descolocado al cuerpo a cuerpo. Incluso la victoria a los puntos era un éxito corto, cicatero, ante un gobernante que tenía que haber abandonado la sesión hecho unos zorros, listo para el descabello y el arrastre. Y se fue eufórico porque sabía que le valía cualquier balance que no fuese una paliza.

Objetivamente, Zapatero se quedó solo en su autismo malabarista, repudiado por una oposición que no le hizo en conjunto una sola concesión de benevolencia. Cabreó a las clases medias a las que va a suprimir la desgravación de las hipotecas, ofendió a los desempleados al eludir su drama y decepcionó a los empresarios sin ofrecer reformas socioeconómicas de fondo. Presentó un discurso para mileuristas, un programa de demagogia populista de corto plazo, con su clásico recurso a las dádivas, subvenciones y regalos. Pero cumplió su principal objetivo, que era esquivar una tunda terminal. Y aunque carece de credibilidad y de criterio para gobernar, es un funámbulo del poder dispuesto a cualquier cosa con tal de seguir haciendo equilibrios en el alambre.

ABC - Opinión

Nada, que no hay manera de que Zapatero y Rajoy se entiendan. Por Fernando Jáuregui

Más de lo mismo. Zapatero encuentra a Rajoy igual de "faltón" y "despreciativo" que hace dos años. Rajoy dice que el estado de la Nación es "más de cuatro millones de parados". Como en las tres últimas ediciones del debate parlamentario del año, el del estado de la Nación, el presidente del Gobierno ve la botella, pese a la crisis, casi llena, al menos casi llena de esperanza en la mejora. El jefe de la oposición la ve casi vacía, al menos mientras sea Zapatero quien administre la crisis.

Quien esperase manos tendidas entre populares y socialistas tendrá que aguardar a mejor ocasión. Y eso que ambos hablaron de acuerdos necesarios, y Rajoy, inconcreto, recalcó que "le he ofrecido muchas veces nuestro respaldo político para aplicarlo en beneficio de los españoles, pero usted, por no dar su brazo a torcer, aunque se hunda el mundo, no ha querido hacer ni caso". Pues eso: ni caso por ambas partes.


Zapatero estuvo dolido con su adversario parlamentario; Rajoy, algo cáustico ("este hombre, ya se ve, es una bendición para España"). Ambos se tiraron las hemerotecas a la cabeza, recordándose mutuamente lo que dijeron en el último debate, allá por 2007, cuando las condiciones económicas y hasta políticas eran muy diferentes. Como si no hubiese ahora una crisis económica nacional e internacional pavorosa y casi cuatro millones de parados más por medio, reclamando soluciones y propuestas inéditas.

Quienes hemos seguido ya tantos debates entre ambos nos encontramos con más de lo mismo. Ambos se fueron desgranando incumplimientos, falsedades presuntas o reales. Ni la menor voluntad de concordia. Personalmente, me resulta difícil determinar cuál de los dos ganó, aunque haya que reconocer que el inquilino de La Moncloa lanzó, al menos, algunas iniciativas, que ya veremos cómo se plasman en la realidad. Tampoco soy muy capaz de hacer una lista de las diferencias mutuas en materia de planificación económica, más allá de la diversa expresión de voluntades sobre la disminución o no del gasto público.

De las once medidas anunciadas por Zapatero en su primera intervención abriendo el debate sobre el estado de la Nación, destacan la relativa a la supresión de la desgravación por hipoteca a las rentas más altas -desde 24.000 euros, que no pueden calificarse precisamente como una renta excesivamente elevada_ y el plan de ayudas directas por la compra de un automóvil: dos mil euros, sin especificar demasiado cómo, a quién y por qué tipo de vehículos se entregaría esta subvención, en colaboración con las autonomías y los fabricantes. Nuevamente hubo promesa de ordenadores para los escolares. Y no hubo anuncio -al menos, en esta primera jornada- de una medida que había sido publicada por algún medio: una subvención de 422 euros a cada una de las trescientas mil personas que ya han perdido hasta el subsidio de desempleo. Puede que sea conejo a sacar de la chistera posteriormente, quién sabe.

En todo caso, hay que reconocer que el batiburrillo de medidas apresuradamente -en menos de una hora, incluyendo los prolegómenos_ anunciadas por Zapatero cogió a contrapié a la oposición: "confuso", "vago", "con qué se va a pagar todo eso", "inconcreto", fueron algunos de los adjetivos con los que Sus Señorías de los bancos del grupo Popular se despacharon cuando abandonaban el hemiciclo. Pero un alto dirigente del PP reconoció: "me temo que nos vamos a quedar sin comer preparando la respuesta de esta tarde". Es decir, que previsiblemente Rajoy tenía que variar o actualizar el contenido de sus papeles. Lo cierto es que no cambió ni actualizó demasiado, a tenor de lo que dijo: se limitó a minimizar genéricamente el alcance de las medidas enunciadas por la mañana por Zapatero. Pero sin entrar a fondo en ellas, cosa que, por lo demás, tampoco había hecho el presidente.

Al margen de las cuestiones económicas, las referencias a la situación internacional, a la reforma de la Justicia o a la lucha contra ETA fueron apresuradas y tangenciales. Es la economía, la economía y la economía. Y ya se ve que no hay propuestas ilusionantes para quienes se ven agobiados por la economía. Nada, que no hay manera de que estos dos señores, tan importantes para nuestras vidas, se entiendan.

¿Qué sacamos en limpio de la confrontación entre los representantes de los dos principales partidos nacionales? Yo, me temo, poco, excepto una nueva decepción. Con lo felices que nos las prometíamos algunos con el pacto en el País Vasco.

Periodista Digital - Opinión

EL PERON DE LOS ANCARES. Por José García Domínguez

Ordenadores

«De sobras sabe Zapatero que la memoria del pueblo soberano, al igual que la de los peces del mar, dura exactamente tres segundos; ni uno más. No hay peligro alguno, por tanto, de que nadie descubra el bonito timo de los ordenadores escolares.»

Zapatero, ese Perón de los Ancares, cada día me recuerda más a Espronceda, que, al llegar a Lisboa, arrojó al Tajo los cuatro reales que llevaba en los bolsillos alegando que no quería entrar en tan gran ciudad con tan poco dinero. De perdidos al río, debió barruntar también el presidente antes de plantarse en el Congreso disfrazado de Antonio Garisa en Bienvenido Mister Marshall. Y es que, más que un velatorio sobre el estado ausente de la Nación, el Debate pareció una tómbola de fiesta mayor como con inopinada lucidez acaba de lamentar el nuevo ex ministro de Asuntos Exteriores, Duran Lleida.


Cuando la Transición, a un paisano de Zapatero, el directivo de Prisa y célebre luchador antifranquista Rodolfo Martín Villa, le llamaban El Sastre, porque siempre que abría la boca era para anunciar que iba a tomar medidas. Bien, pues al consorte de Sonsoles empieza a pasarle tal que lo mismo. Compulsivo, no para el hombre de anunciar medidas. Por lo demás, poco importa que con las medidas económicas de Zapatero se constate idéntica contradictio in terminis a la que Pío Baroja creyó identificar en la cabecera de El Pensamiento Navarro, aquel entrañable rotativo carlista de Pamplona.

Importa poco, sobre todo, porque algunas de esas novísimas medidas resulta que ya eran viejas hace un lustro. Aunque de sobras sabe Zapatero que la memoria del pueblo soberano, al igual que la de los peces del mar, dura exactamente tres segundos; ni uno más. No hay peligro alguno, por tanto, de que nadie, y menos que nadie la legión de asesores en nómina del PP, descubra el bonito timo de los ordenadores escolares.

Ése que ya pusiera en práctica durante la campaña de 2004, cuando el PSOE prometió por activa, pasiva y perifrástica en su programa electoral que los escolares de España dispondrían de un PC por cada pupitre. Un ordenador cada dos alumnos, palabra de ZP. Hace cinco años. Cinco. Está en la hemeroteca, que es el sitio, don Mariano, donde se guardan los periódicos antiguos; el mismo, por cierto, donde puede descubrir que, a día de hoy, el promedio es exactamente de una máquina por cada trece escolares. Trece, don Mariano, trece por cada uno.
Ve qué fácil, ya tenemos una réplica demoledora para el Debate del año que viene.

Libertad Digital - Opinión

DEBATE DE CENSURA

LA segunda jornada del debate sobre el estado de la Nación confirmó la ausencia de apoyos explícitos de las minorías al presidente del Gobierno, dibujando así un escenario político muy complejo para Rodríguez Zapatero. Es evidente que el Gobierno no cuenta con una mayoría estable en el Congreso, sin perjuicio de que consiga apoyos aislados para determinadas iniciativas. Aunque así fuera, su estado de precariedad está completamente contraindicado para un período de crisis, porque no sólo tiene necesidad de respaldos para aprobar leyes y convalidar medidas como las anunciadas estos días, sino también para enfrentarse a un horizonte despejado que le permita aprobar los presupuestos generales del Estado para 2010. Después de la chapuza cometida con las cuentas públicas para 2009, el Gobierno no está en disposición de pedir a sus antiguos aliados nuevos actos de fe sobre predicciones de optimismo inverosímil.

Por otro lado, el Gobierno se empeña en gestionar como cierta una situación distorsionada por sus diagnósticos y así es difícil atraer voluntades. Los hechos, los resultados, los datos de la realidad desmienten la estrategia urgente ejecutada por el Gobierno para presentarse como víctima de culpas ajenas y para absolverse a sí mismo de su cadena de equivocaciones sobre la evolución de la crisis. No hubo equivocación, sino falseamiento, porque a diferencia de aquellas instituciones que sí erraron sobre la gravedad de la crisis, pero la reconocían, Rodríguez Zapatero directamente la negaba. Es la diferencia entre un error y una mentira. Hace poco más de un mes, hizo una crisis de gobierno para relanzar su imagen. La operación ha sido un fracaso -salta a la vista- y hace aún más inexplicable la autocomplacencia de Rodríguez Zapatero con la gestión de la crisis. Ahora, la pregunta es con qué aliados fiables cuenta el Gobierno y para qué tipo de política económica quiere sus apoyos. Rodríguez Zapatero anunció ayer y anteayer una batería de medidas, cuya letra pequeña augura efectos muy distintos de los prometidos por el jefe del Ejecutivo y que, antes o después, acabarán traduciéndose en un incremento de los impuestos o de la presión fiscal, porque el déficit público que se está formando, si no aumenta la recaudación del Estado por un relanzamiento de la actividad económica, tendrá que ser pagado con cargo a los ciudadanos. Por tanto, si el Gobierno vive en el filo de la navaja se debe a que no plantea un proyecto global de recuperación económica, a que su modelo productivo alternativo está lastrado por la abstracción, a que rehúye las evidencias sobre la necesidad de reformar el mercado laboral y vigilar la situación de las pensiones y a que toma medidas sin estudiar su repercusión.

Lo de menos es saber quién ganó el debate sobre el estado de la Nación. Lo que importa es saber si de ese debate ha salido un gobierno reforzado o si, por el contrario, se han agravado sus carencias. Este debate tenía que servir para despejar dudas, pero ha creado más de las que había. El rechazo al Gobierno ha generado una coalición negativa de todos los grupos parlamentarios. No significa que una moción de censura del PP vaya a contar con su apoyo, pero políticamente, Zapatero ha salido censurado de este debate.

ABc - Opinión

CUANDO VALE MAS TENER CINTURA QUE RAZONES

EL PRESIDENTE del Gobierno se le escapó vivo ayer a Rajoy en el Debate del estado de la Nación. Construyó un discurso efectista con el anuncio de nuevas propuestas contra la recesión, lo que le permitió mantener la iniciativa. Aunque la mayoría de estas medidas tienen más apariencia que realidad, merecían ser discutidas, y ahí le faltaron reflejos a la dirección del PP, que seguramente esperaba una intervención de contenido más ideológico.

Zapatero anunció la rebaja fiscal de las pymes y la subvención directa a la compra de vehículos, y se apuntó ambas como un éxito propio, pese a que son dos medidas que ha venido reclamando el PP y que él se había negado a tomar en consideración... hasta ayer. Reveló que en 2011 desaparecerán las deducciones por vivienda para las rentas que superen los 24.000 euros como forma de incentivar la compra de pisos antes de esa fecha. Adelantó su intención de dotar a los escolares, progresivamente, de un ordenador portátil. Y todo ello envuelto en medidas tan dispares como un nuevo recorte de gastos en la Administración, la aprobación de una ley de «economía sostenible» que engloba desde las energías renovables hasta la moda, o la implantación de un plan de inversión local para 2010 de 5.000 millones de euros centrado en la dependencia.

Sólo el batiburrillo de propuestas revela que estamos más ante un conjunto de parches que ante un verdadero plan. Además, la mayoría de medidas tiene trampa. La rebaja fiscal de las pymes es sólo por tres años, en una época en que pocas empresas van a poder presentar beneficios; la ayuda a la compra de coches obliga a los fabricantes a desembolsar 1.000 euros por cada operación, una circunstancia que nadie ha negociado con la industria del automóvil; las medidas para la mejora de la educación no solucionan el problema, que es de calidad y de exigencia; y la amenaza de retirar la desgravación por compra de vivienda es la subvención más barata imaginable y, en el fondo, una subida indirecta de impuestos a la clase media a dos años vista.

Pese a que el debate llegaba en el peor momento para el Gobierno -cercado por la crisis, con cuatro millones de parados y debilitado por la falta de apoyos en el Parlamento- es verdad que los nuevos conejos sacados de la chistera sirvieron a Zapatero para jugar al despiste. Sobre todo porque Rajoy perdió la ocasión de discernir qué había de positivo y qué de artificio en sus propuestas. El líder de la oposición se enredó en un prolijo memorial de afrentas pasadas y entró en un cuerpo a cuerpo que no le convenía y que le hizo patinar con algún comentario desafortunado, como cuando acusó a los socialistas de «no saber leer». Claro que Zapatero fue también muy mezquino cuando dijo que el PP se frota las manos con la crisis y la ansía con tal de desgastar al Ejecutivo.

Rajoy cargó contra el «refrito de improvisaciones sucesivas» y la política «despilfarradora» y de «gestos» del Gobierno, y acusó a Zapatero de «dar la puntilla» a la clase media. «Lleva usted cinco años de retraso» y «se ha convertido en el lastre de la economía española», llegó a decirle. Aunque su análisis era correcto, la inconcreción a la hora de aportar propuestas le sirvió en bandeja la respuesta demagógica al presidente: «Han pasado del España se rompe al España se hunde».

El debate de ayer aleja toda posibilidad de llegar a unos nuevos pactos de la Moncloa. Ni el PSOE ni el PP quieren acuerdos. Las elecciones europeas serán un paréntesis que darán paso a dos años y medio de estancamiento, de tablas interminables que se resolverán en las generales de 2012. Rajoy tuvo más razón de fondo -hoy habrá 7.000 parados más-, pero Zapatero demostró más habilidad. La cabeza no pudo con la cintura. Mal andamos.

El Mundo - Editorial

ETA INTENTA COLARSE EN ESTRASBURGO

«De lo que no debemos tener dudas es de la intención de ETA de conservar los recursos políticos y económicos que le otorga la representación institucional que desgraciadamente ha seguido manteniendo tras la entrada en vigor de la Ley de Partidos.»

El Gobierno, a través de la Abogacía del Estado, ha decidido finalmente impugnar este miércoles la candidatura presentada por Iniciativa Internacionalista a las elecciones europeas, que está encabezada por un proetarra con pretensiones de dramaturgo, el ex candidato de HB, EH y ANV, Alfonso Sastre. La demanda se presentará este jueves, al entender los servicios jurídicos del Estado que "existen bastantes pruebas que acreditan que esta candidatura es una sucesión fraudulenta del entorno ETA-Batasuna".


Desde 1989, Sastre se ha presentado en listas proetarras en seis ocasiones: la primera por HB, después por Euskal Herritarrok y por HZ, y la última, en 2008, por ANV. Aunque el único de los candidatos supuestamente "contaminado" es el propio Sastre, la sustitución de los avales perdidos por otros procedentes de un partido ilegalizado por pretender suceder a Batasuna ha llevado a la Fiscalía a inclinarse por impugnar la candidatura. Hay que tener presente, por otra parte, que en esta lista de Iniciativa Internacionalista-Solidaridad entre los Pueblos figuran candidatos que, si bien no han integrado nunca las ilegalizadas terminales políticas de ETA, han dejado en numerosas ocasiones de manifiesto sus simpatías hacia ella. Tal es el caso de la abogada Doris Benegas, miembro de Izquierda Castellana, que ha participado en varios actos públicos junto a Batasuna, o el de la ex dirigente de IU Ángeles Maestro, que en 2005 fue reprobada por el PCE por pedir el voto para el posteriormente ilegalizado PCTV.

El tiempo dirá si las pruebas son suficientes como para que esté justificada la impugnación de esta lista. De lo que no debemos tener dudas es de la intención de ETA de conservar los recursos políticos y económicos que le otorga la representación institucional que desgraciadamente ha seguido manteniendo con posterioridad a la entrada en vigor de la Ley de Partidos. Así lo siguen acreditando varios y recientes documentos de ETA, entre ellos uno del comando Hego Haizea y dos de la planificación bianual de Batasuna. Lo que ocurre, tal y como han señalado fuentes fiscales, es que ETA y su entorno actúa de forma que las impugnaciones de sus listas entrañan cada vez una mayor dificultad, pues innovan con "sistemas más sofisticados y complejos". La ley está prevista para partidos y agrupaciones electorales, pero hubo que cambiar este enfoque después de que Batasuna utilizara un partido ya existente, como era Acción Nacionalista Vasca, y ahora hay que estudiar si Batasuna podría estar "contaminando" esta coalición integrada por varios partidos que son legales. En cualquier caso, ha de quedar claro que, tal y como evidencia la incuestionada candidatura de Aralar, la Ley de Partidos no ilegaliza ideas, ni siquiera las del secesionismo vasco de izquierdas, sino las que sirven de plataforma a una organización terrorista.

Cabe señalar, por último, que este encomiable celo de los órganos judiciales dependientes del Gobierno de cara a impedir que los proetarras se cuelen en Estrasburgo, contrasta con la pasividad del Ejecutivo a la hora de erradicar definitivamente la presencia que los proetarras todavía conservan en numerosos ayuntamientos vascos y navarros. Así se podría hacer, sin necesidad de tener que esperar a las próximas elecciones municipales, si Zapatero aplicara el artículo 61 de la Ley de Bases de Régimen Local. Claro que esa es una de las nefastas herencias de un pasado en el que este Gobierno socialista no sólo se negó a aplicar la Ley de Partidos a PCTV y ANV, sino que además respaldó el diálogo con ETA hasta en la mismísima sede del Parlamento Europeo.

Libertad Digital - Editorial

EL CAPITALISMO SE PUEDE REPARAR. Por Guy Sorman

Los que confíen en que ésta sea la crisis definitiva del capitalismo van a llevarse, una vez más, una decepción. La crisis en el capitalismo es innegable: es la tercera recesión en un siglo, pero no es una crisis del capitalismo. A diferencia de los años treinta, y de los setenta, las críticas (toda crítica es legítima) no proponen un sistema alternativo: el fascismo de los años treinta y el socialismo de Estado de los años setenta han dejado de ser opciones creíbles. Casi todos los economistas están de acuerdo en que el capitalismo es igual de imperfecto que las propias sociedades humanas, pero también ha sacado a la Humanidad (prácticamente en su totalidad) de la miseria, y esto en todas las civilizaciones. Lo que queda por hacer es reparar el sistema, lo cual no será sencillo y exige de antemano una comprensión precisa de lo que se ha de reparar. Los economistas y los gobiernos que más o menos les escuchan se enfrentan, en realidad, a dos crisis distintas: una es banal, y la otra, revolucionaria.

La primera exigencia, que a menudo se ha puesto a prueba en el pasado, exige que se haga humanamente tolerable la transición entre las actividades anticuadas y las profesiones futuras que todavía desconocemos. Este proceso denominado «destrucción creativa» (abandonar lo antiguo para pasar a lo nuevo) es el motor del capitalismo: en un cierto grado, exige una colectivización de los riesgos, es decir, que el Estado se haga cargo de los daños. Ése es el supuesto que se mantuvo en todos los países industrializados en los años setenta, cuando las explotaciones hulleras, la siderurgia o la industria textil se trasladaron a lugares en los que la explotación era más rentable, en concreto a Asia y a Iberoamérica. Los Estados supieron dirigir dicha transición, y eso salvó al capitalismo e hizo que se volviera económicamente más rentable y socialmente más aceptable. Este mismo escenario se repite en la actualidad, de forma idéntica en Estados Unidos en la industria automovilística y, en parte, en el sector bancario. Sin duda, la fabricación de automóviles está condenada a la larga en América del Norte, y quizás también en Europa; y el sector financiero está ciertamente sobredimensionado en todas partes en relación a las necesidades de la economía real. Los gobiernos norteamericanos y europeos intentan por tanto anestesiar sin demasiado dolor a un mundo antiguo para que dé a luz a un mundo nuevo: esta transición, afirma Barack Obama, no es una nacionalización y, en este tema, hay que creerle a pies juntillas. Y el arte de los empresarios capitalistas, perfeccionado a lo largo de los siglos, consiste en hacer que las pérdidas sean mutuas: nada nuevo bajo el Sol.

La crisis financiera es más compleja. Al parecer, y ésta es la causa de la crisis, el mercado financiero se ha convertido en un objeto, un poco monstruoso, distinto a la economía real. Sabemos relativamente cómo funciona la economía real: responde a modelos relativamente previsibles conforme a leyes que los economistas y los gobiernos dominan más o menos. Pero el mercado financiero responde a sus propias leyes, que nadie conoce realmente ni controla: de este modo, las cotizaciones de la Bolsa no suben ni bajan en función de los resultados de las empresas que cotizan, sino en función de las estrategias de inversión. La decisión de los inversores influye en los precios que, a su vez, influyen en las estrategias de inversión: esta cadena es autónoma. Esta desconexión entre la economía real y las finanzas virtuales no es constante: ambas están destinadas a coincidir más tarde o más temprano, pero no se sabe cuándo. Esto puede llevar 10 años. Todos los intentos de moldear el comportamiento del capitalismo financiero han fracasado hasta la fecha, en concreto las grandes desigualdades del tipo actual. La ley de las finanzas es el «azar salvaje» (Benoît Mandelbrot). ¿Podríamos alejarnos del capitalismo financiero para volver a centrarnos en el capitalismo real? No, porque no hay innovación real sin finanzas virtuales. Además, el enorme crecimiento mundial desde hace 25 años, del que se ha beneficiado casi todo el mundo, ha sido posible gracias a las innovaciones financieras, hoy perversas pero ayer benéficas, como la titularización del crédito hipotecario. Por tanto, es el exceso de las finanzas lo que es peligroso pero, ¿podemos regularlo? Ésa es la cuestión actual. Nos olvidamos de que el mercado financiero ya estaba muy regulado antes de la crisis bursátil: se ha comprobado que estas reglas eran contraproducentes y estaban aplicadas por reguladores incompetentes. La regulación ha acelerado la crisis, y ha obligado, por ejemplo, a los bancos a vender sus acciones, lo que ha hecho que se desplomaran las cotizaciones.

Una buena regulación que encuadrara la desconexión de las finanzas y la economía dentro de unos límites razonables (un azar sabio) es la quimera del momento. Esta regulación implica un conocimiento de los flujos mundiales que no tenemos pero que se podría adquirir. Rama Cont, economista en París y en la Universidad Columbia de Nueva York, propone la creación oportuna de un observatorio mundial de riesgos que alertara a los gobiernos nacionales de una posible tempestad. Correspondería a estos gobiernos (la Administación de Obama ya ha anunciado que no renunciará a la soberanía nacional en la regulación de su mercado financiero) proteger a los ahorradores, a los accionistas, a los bancos y a las aseguradoras frente a estrategias especulativas que amenazaran con llevar el sistema a la quiebra. Sin duda, la crisis actual hará progresar el conocimiento y la previsión del riesgo: este enfoque mejorado debería volver a unir el mercado financiero y la economía real. La crisis se terminará cuando empresarios, trabajadores, consumidores e inversores crean que los dos ventrículos del capitalismo vuelven a latir al mismo ritmo. El capitalismo, en definitiva, se basa en la confianza que ponemos en él y en los servicios concretos que ofrece. A nadie se le exige que ame el capitalismo.

ABC - Opinión