miércoles, 10 de junio de 2009

LA SIESTA DEL RED SET. Por Rafael Gumucio

¿Cuán profunda es esta escisión en el seno del red set? ¿Qué queda hoy de esa gran fantasía? ¿Existe? ¿Existió alguna vez? ¿Tiene sentido todavía hablar de él? Todas esas preguntas las responde el escritor Rafael Gumucio, quien se define también como miembro de este grupo.

Tres de los candidatos a la presidencia de esta elección pertenecen a lo que los periodistas suelen llamar el "red set". Traducción chilena de la internacionalmente conocida izquierda caviar, o whizquierda, o gauche divine. Ninguno de los tres candidatos, Marco Enríquez-Ominami, Jorge Arrate, o Pamela Jiles, va en la lista de la Concertación. Mientras otro conspicuo ex miembro de la izquierda caviar, Jorge Schaulsohn, ha llegado más lejos aún y es parte, junto con el ex gurú del red set Fernando Flores, de la Coalición por el Cambio, del derechista Sebastian Piñera.


Por primera vez la experiencia común del exilio, la clandestinidad, la oposición a Pinochet, no parecen suficiente como para adherir al candidato de la Concertación. Un candidato que parece ser todo el reverso del red set: empresario casado una sola vez que apoyó el golpe militar.

¿Cuán profunda es esta escisión en el seno del red set? ¿Qué queda hoy de esa gran fantasía que se llama el red set? ¿Existe? ¿Existió alguna vez? ¿Tiene sentido todavía hablar de él? Carezco de las credenciales científicas para responder de manera terminante cualquiera de estas preguntas. Sólo puedo arriesgarme a sacar conclusiones personales, basado en mi experiencia como parte de esta entidad fantasma. Porque sí, lo confieso, soy del red set. Lo soy de nacimiento, lo seré hasta que muera. Es mi sino, un sino hecho de lealtades y exilio, de muertos, de dobles agentes y reuniones de comité central en Colonia o La Haya. Lo digo apurado porque hay siempre algo peyorativo en esa etiqueta. Un desprecio doble, el de los parientes de derecha que sienten que el pije revolucionario es un traidor a su clase, pero también el desprecio del izquierdista más auténtico, que sabe de antemano quiénes se salvarán siempre de las redadas y los ajustes de cuenta.

La izquierda burguesa - aunque no haya una izquierda que no lo sea, la revolución es después de todo una idea básicamente burguesa- es siempre doblemente culpable y doblemente culposa. Se la acusa de sectaria cuando se aísla en sus reductos buena onda, y de populista y manipuladora cuando se acerca demasiado a las poblaciones. Sus miserias y sus contradicciones son siempre públicas, porque no sería red set sin una buena dosis de frivolidad. Si juegan con las reglas del mercado, se los acusa de crueldad inaceptable; si no lo hacen, se ridiculiza a sus comunidades ecológicas llenas de polvo e hijos de muchos matrimonios. Son los hermanos tontos de las familias bien, los ingenuos, los artistas, hasta que ganan el partido y son inmediatamente acusados de corruptos, ladrones y traidores. Siempre traidores, acusados por los otros, pero acusándose también entre sí, esa terrible maldición que, hoy por hoy, suena tan pasada de moda.

La incomodidad está en el corazón mismo del red set. Es su esencia más profunda, y su herencia más despreciada hoy. Las casas de las comunidades Castillo Velasco no querían ser cómodas en el sentido clásico del término, sino ser auténticas. No querían imitar el estilo francés, o inglés, sino adaptarse al paisaje de la precordillera y ser completamente chilenas, terrestres, sencillas, pudorosamente cubiertas de árboles. Quedaban lejos del eje Providencia-Alameda-Apoquindo, porque querían justamente dar la espalda a esa línea directa, porque necesitaban ser de difícil acceso, hacer geográfica la incomodidad esencial de sus moradores.

El eje central Alameda-Providencia-Apoquindo, las comunas de siempre, se había vuelto por lo demás peligroso y adverso. Cuando estas casas se construyeron no se podía ir a cualquier doctor, hablar fuerte en cualquier restaurante, visitar cualquier pariente. Se debía ser cuidadoso, vivir entre sí, ganar el pan con dólares solidarios traídos de un mundo exterior. En otro país, pero en éste, las comunidades Castillo Velasco se abrazaban a la cordillera como si el valle abajo fuera a morderlos, como si necesitaran el refugio de un canal, y unas ventanas que solían mirar hacia el patio interior y nunca hacia la calle o el patio común. La privacidad, a diferencia de la Villa Portales, el otro proyecto emblemático de Fernando Castillo Velasco, era lo que había que salvar cuando la vida pública era tan peligrosa.

Mi padre vivió en una de esas casas, una que mis abuelos mandaron a construir desde el exilio. Un cerezo en el centro del patio de luz, una chimenea que, por orden municipal, tuvimos que dejar de usar, el ladrillo a la vista y la radiografía de un tío para cubrir una rajadura en el vidrio. La comunidad era la de Jesús, cerca de la Quinta Michita, donde el propio arquitecto Fernando Castillo vive aún. Al lado del cine Hoyts La Reina, habría que agregar ahora. Al lado de un multicine de muchas salas e interminables filas de automóviles y papas fritas y el metro. Al centro mismo de la ciudad de la que la comunidad originalmente huía. En una ubicación que es, ahora, cualquier cosa, menos incómoda.

Actualmente, en las casas de Castillo Velasco las parejas jóvenes suelen pasar un par de años, tener el segundo hijo e irse. No es seguro que los vecinos voten por Frei, o Arrate o Marco Enríquez-Ominami. Pocos, muy pocos trabajan en ONG, muchos saben perfectamente moverse en el mundo de los negocios. No todos son del red set en las comunidades Castillo Velasco, ni en Tunquén, como no todos son de derecha en Zapallar o en Farellones o en El Golf.

No deja esto de ser lógico. Las comunidades Castillo Velasco, o el mismo Tunquén, fueron construídas y pensadas en un periodo de excepción, cuando el país era varios países y la revolución era posible. La lealtad era con el futuro; el que traicionaba, traicionaba ese porvenir esplendoroso. La lealtad es ahora con el pasado, con los muertos, con los torturados de ayer. Aunque hasta ese pasado ha cambiado en estos veinte años. En una fiesta de ex miristas en una casa en la montaña, después de brindar y celebrar, todos se pusieron a bailar rock n'roll. Eso parecía ser lo que los unía, una música que solían despreciar por capitalista y alienante. El MIR no se distinguía ya demasiado de un club de motoqueros, o una junta de ex compañeros de colegio.

El red set baila, casa a sus hijos, a sus nietos, con miembros de las otras elites, vive y deja vivir. Siente una fascinación de niño castigado por los buenos vinos, los puros originales y el ron haitiano. Los que pedían perdín han aprendido que la mejor manera de hacerse perdonar es invitar al que los juzga desde fuera.

De los subsecretarios actuales, muchos vienen de familias que nada tienen de red set, aunque después de dos o tres años en el gobierno se mimetizan totalmente con sus mayores y escuchan a Sabina y bailan bossa nova y no Inti Illimani o Quilpayún, envueltos ambos grupos en una interminable guerra legal por saber quién se lleva el nombre y el repertorio tocado en gran parte por los hijos y nietos de los grupos originales.

La última discusión ideológica que dividió el red set, la que separó los autocomplacientes de los autoflagelantes, se resolvió al entrar todos no sólo los del MAPU, sino también los de la RDA, y los compañeros del interior? al gobierno. La Presidenta y gran parte de su equipo son miembros de ese segundo grupo del red set, ese que miró durante los noventa con desconfianza la llegada de los hermanos mayores al poder. Ese que a la hora de gobernar se unió con esos hermanos grandes, los ex barbones de la primera transición, para compartir con ellos el difícil arte de los límites. Así, el metro y el Hoyts cerca de la comunidad de Jesús es también, en parte, una victoria de todo el red set. Una victoria que puede parecer pequeña comparado a los objetivos iniciales de cambiar el mundo, pero que es mucho más de que lo que sus equivalentes de Argentina, Colombia, México, y Venezuela han dejado tras de sí.

La incomodidad ha dejado de ser razonable, este país ya no es para la gente que militó en la Unidad Popular y crió sus hijos en un país extranjero. Max Marambio, la cara mas visible del nuevo red set, es cualquier cosa menos una persona incómoda. Es justamente el quiebre con esa culpa ancestral lo que representa este empresario amigo de Fidel, izquierdista de siempre, que no siente que deba pedir disculpas por andar en helicóptero y casarse con la presidenta de Comunidad Mujer y hermana de los dueños de LAN Chile. Un desparpajo que es también el del The Clinic, el de los diputados "díscolos", y el de las acciones de arte de Pamela Jiles. Una nueva visión sin miedo, sin llanto, que de alguna forma reivindica como algo profundo lo aparentemente superficial, y como algo superficial la supuesta solemnidad de la gente seria.

En contraste, los discursos de Eugenio Tironi, Enrique Correa o José Joaquín Brunner, o el mismo candidato Arrate, sindicados al comienzo de la transición como el epítome del transformismo, parecen aún estar teñidos de un poco de esa incomodidad esencial que fue durante décadas la marca de fábrica de la izquierda chilena. Una incomodidad que tiene aún un dejo pastoral.

Y esa es quizás la clave secreta de lo que el red set perdió. Algo que ya nadie puede representar y que yo, al menos, he empezado a echar de menos. Mi madre descubrió la pobreza y a los pobres en un retiro espiritual universitario. La mala y la buena literatura latinoamericana ?desde Isabel Allende a Mario Vargas Llosa, pasando por Marcela Serrano? está llena de estas historias. Los niños en el barro, el frío de la población que de pronto le hace sentir a la niña de las monjas que su comodidad es un crimen. La sensación cierta de que el otro existe e importa. Una sensación que lleva a tantos errores, tantas frivolidades, tantos desencuentros, pero que al menos no es la indiferencia, la crueldad, la amnesia. Ante esta comodidad casi feliz pero tan estéril, tan sola, tan sorda del nuevo red set, me da por recordar a Confucio que enseñó que la dificultad enseña el camino. Me da por echar de menos esa fe de niña de mi madre y mis amigas que quizás no cambió el mundo, pero sí las cambió a ellas lo suficiente como para darles a sus vidas, por momentos, sentido.

Diario El Mercurio

PEPINO CULPA A PAJIN DE LOS MALOS RESULTADOS DEL PSOE Y LUEGO DICE QUE "BROMEABA"

Menuda bromita. El vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, Pepiño Blanco, se ha mostrado convencido de que los socialistas ganarán las elecciones generales en 2012 y ha asegurado que él coordinará la campaña , aunque, ante la reacción de sorpresa de los periodistas, dijo después que se trataba de una «broma». Aún se estará partiendo de la risa Leire Pajín.

Blanco se pronunció así en una conversación informal con periodistas en el Senado. A la pregunta de una periodista sobre si no es casualidad que hayan sido los Gobiernos socialistas los que han sufrido un mayor descenso en los comicios del domingo en Europa, Blanco respondió airado con un «a ver si te enteras», poniendo como ejemplo el de Angela Merkel.

El ministro se mostró «seguro» de que el PSOE ganará las elecciones de 2012. «Y yo coordinaré la campaña», agregó mientras se daba la vuelta para marcharse, ante la sorpresa de los periodistas, que le preguntaron si esto quiere decir que no está satisfecho con la coordinación de la campaña de las europeas, dirigida por Leire Pajín. Blanco aseguró entonces que su afirmación anterior era «una broma».

Por otra parte, el ex diputado Joaquín Leguina avisó ayer al PSOE de que mientras no suprima a Zapatero no ganará en Madrid, Valencia y Murcia. La líder de UPyD, Rosa Díez, exigió ayer el «cese inmediato» de la presidenta del Centro de Investigaciones Sociológicas por inducir el voto» a favor del PSOE.

Libertad Digital

LOS ESPAÑOLES ABORRECEN A LA MINISTRA "SINDESCARGAS"

No ha hecho más que pillar el sillón y ya tiene el dudoso mérito de ser la ministra menos valorada del Gobierno de Zapatero. La nueva ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, reciclada por el propio presidente del fiel 'sindicato de la ceja' recibe una valoración por parte de los españoles de sólo 3,39. ¿Será por su apego al canon digital y demás impuestos confiscatorios con los que nos están exprimiendo?

No tienen clemencia los ciudadanos a la hora de poner nota a los ministros del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Sólo cinco consiguen aprobados «raspados» y otros 12 no pasan la prueba. Así lo pone de manifiesto la última encuesta de NC Report para La Razón, que sitúa a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, como la más valorada de todo el Gobierno con una nota de 5,39 puntos. El último lugar es para la recién nombrada ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, que sólo obtiene un 3,39.

De la Vega sigue siendo la mejor vista por los ciudadanos desde diciembre, cuando los españoles la puntuaban con un 5,40. Cuatro meses después, en abril, bhttp://www.blogger.com/img/blank.gifajó un poco su calificación hasta los 5,23, pero mantenía su primer puesto. Ahora, ha vuelto a remontar.

La que más castigo recibe es otra «novata», la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. No gustó demasiado su nombramiento a los ciudadanos, principalmente a los internautas, que no han parado de criticarla. Su nota: un 3,39, peor incluso que la que obtuvo en abril, un 3,85. Ese último puesto se lo ha robado a la titular de Igualdad, Bibiana Aído, quien nota los ataques recibidos por la Ley del Aborto y reduce unas décimas su calificación, pasando de 3,50 a 3,44.

Periodista Digital

ZP NO HACE AUTOCRITICA Y PAJIN SALVA EL CUELLO

La desastrosa campaña electoral del PSOE ha hecho que muchos en privado pidan su cabeza. Pero la jovencísima secretaria socialista ha salvado el cuello. Tras días en silencio, Zapatero ha entrado a valorar los resultados del 7-J. Las críticas han hecho al presidente salir a hablar. Lo hizo con soberbia y chulería en el Senado y luego bajo el tono en Ferraz ante los suyos. Cree que los resultados son "muy dignos". En el PSOE la procesión va por dentro.
"Para llegar a la Moncloa hay que ganar en la Carrera de San Jerónimo, no en Estrasburgo, igual que para vestir el maillot amarillo en los Campos Elíseos, hay que subirse en la bicicleta y dar pedales, y no basta con ir en un coche alentando a los pupilos, porque hay que estar en la carrera que corresponda".
Así lo ha señalado José Luis Rodríguez Zapatero, que por fin ha entrado a valorar la derrota electoral del PSOE en las elecciones europeas.

El presidente del Gobierno, en una intervención en el acto de constitución del grupo socialista español en el Parlamento Europeo, no ha hecho en ningún momento autocrítica por los resultados logrados y ha asegurado que son muy dignos. En alusión al Partido Popular, ha dicho:
"Empujen lo que empujen, y van a empujar más, tendré la firmeza y determinación para hacer valer los más de once millones de votos que nos dieron la mayoría en las elecciones generales".
En un discurso dirigido a los suyos ("a vosotros, a los compañeros del partido, a los que nos apoyan"), que tras la derrota electoral habían reclamado abrir un debate interno, afirmó: "Las elecciones se ganan en la Carrera de San Jerónimo, no en Estrasburgo".

Zapatero no ha hecho la más mínima autocrítica por la campaña electoral. Pero hay mar de fondo en Ferraz. Las bromas de Pepiño iban teledirigidas y no fueron casuales. Sín embargo, ZP no ha criticado la labor de la coordinadora, la secretaria de Organización del partido, Leire Pajín, que se hallaba a su lado.

"Hemos obtenido un resultado muy digno, con casi seis millones de votos", dijo el presidente, para quien hay "una base muy sólida" de respaldo ciudadano.
"Ahora que el Partido Popular Europeo es mayoría en Estrasburgo, vamos a ser muy exigentes, porque Mayor Oreja nos dijo que iba a hacer grandes propuestas para paliar la crisis. Vamos a estar muy vigilantes".
Ni en los momentos malos el presidente es capaz de reconocer errores. La campaña del PSOe fue un desastre pero no ruedan cabezas en Ferraz y prefieren sonreír para tapar el descalabro. Para él todo va bien. Como en la economía hace unos meses.

Priodista Digital

COSAS DE FAMILIA. Por Yauma

No hace mucho tiempo, El Gran Honorable junto con el escritor cuatribarradoestelado Quim Monzón, denunciaron la mala salud del catalán, en un desayuno organizado por el Centro de Estudios Jordi Pujol. Según Monzón Cataluña se está hundiendo y convirtiendo en una región española. Señalando que el catalán está empezando a ser un dialecto del castellano. Monzón, además, ha criticado la inmersión lingüística, asegurando que no es real y que no ha existido nunca. Nada nuevo, estas “denuncias” se producen cíclicamente, por elementos destacados de la iglesia nacionalista, para mantener encendida la llama de la fe independentista, y, al mismo tiempo, permitirles, a gran parte de ellos, continuar viviendo como los antiguos curas y obispos vivían en sus respectivas aéreas de influencia.

Hay un libro escrito recientemente por un militante de ERC, Miquel Pueyo, donde se desmiente ese discurso catastrofista, cuya finalidad es perseverar en los errores del nacionalismo lingüístico, a saber, que la convivencia de lenguas es un juego de suma cero, donde la desaparición del castellano es condición necesaria para la supervivencia del catalán. Crear falsas alarmas para continuar manteniendo la proscripción del castellano en el espacio público catalán.

Puesto que del Gran Honorable ya hemos escrito abundantemente en este blog, y lo que escribiremos mientras el cuerpo aguante y el tiempo lo permita, hoy le toca turno al señor Monzón. Primer espada y santón entre los plumillas al servicio de la sagrada causa cuatribarrada. Hijo de inmigrantes “soy hijo de andaluza y nunca me ha pasado por la cabeza no pensar que soy catalán. En cambio, ¿Cuántos hijos de andaluza o de andaluz (o de ucraniana o de ecuatoriano) viven en este país decididos a no formar nunca parte completa de él, resueltos a mantener siempre cierta distancia, intentando incluso que sea el país quien se adapte (¡aún más!) a ellos”. (La inmigrantez permanente como método. La Vanguardia)
La tesis fundamental que defiende Monzón en su columna es la siguiente: Se puede una persona pasar toda la vida viviendo en Cataluña, incluso ser miembro de la tercera generación de descendientes de esa persona, y continuar siendo inmigrante. Puesto que catalán solamente se debe ser de una y sólo una manera, la estándar, la de libro. La del patriota cuatribarrado integral cerrado a todo lo que no sea el nacionalismo identitario y fanático donde él milita junto a una minoría ruidosa y poderosa que es la que aparece en los medios de comunicación habituales del oasis.
Veamos dos sutilezas importantes: Para el señor Monzón a efectos de ser extranjero en Cataluña es lo mismo un español nacido en Soria que un ecuatoriano nacido en Quito o un catalán nacido en Barcelona que hable castellano y se sienta tan catalán como español o tan español como catalán. (“un inmigrante “según su tesis). Otra es que ningún “inmigrante” tiene derecho a defender otras formas de ser catalán que no sea la “verdadera”.

Afortunadamente no sólo hay una única manera de ser catalán, español, francés o jardinero. El problema de los nacionalistas cuatribarradosnormalizados, como Monzón, aunque sean originarios de otros lugares, es que sólo reconocen a un determinado tipo de catalán, el patriota clásico a marcha martillo, que odia todo lo español y se siente superior por propia definición. El independentista explicito o críptico que no ve más allá de los límites que le impone su religión nacionalista. Para estos creyentes su relación con España sólo les proporciona agravios, menosprecios, desconsideración y odios. Creemos que ningún español debe permitir que se le considere inmigrante dentro de su propio país, y si algún nacionalista sin luces pretende hacerle creer lo contrario, mientras en España exista una constitución que le ampare debe saber defender sus derechos como español.
¿Acaso cualquier catalán que viva en Murcia o Madrid alguien tiene la desfachatez de considerarle inmigrante e intente imponerle que abandone sus costumbres o su manera de ser y sentir? .

Según Monzón “Eres inmigrante hasta que las circunstancias te permiten dejar de serlo y tú, si quieres, las aprovechas. Si no quieres, no. Conozco a dos hermanos nacidos en la provincia de Málaga, que son ejemplo claro de esa diferente voluntad. Uno de ellos, el mayor, dejó de ser inmigrante en cuanto pudo. Sus orígenes están allí en Málaga, pero su voluntad de ser estuvo aquí en seguida. El otro, en cambio, aún ahora mantiene cierta distancia con el país en que vive. Por su trabajo, a menudo está en contacto con políticos, y explica con orgullo que, cuando Pujol era president y a veces le decía que era catalán, él le replicaba: “No, president, yo soy malagueño”. Y es verdad: así como su hermano no tiene ninguna duda de que es catalán, él ha escogido ser inmigrante a perpetuidad.” Cuanta artificiosidad y retorcimiento mental hay que tener para presentar esto como una historia de buenos y malos, Caín y Abel, Esaul y Jacob, pero aquí el primogénito es el bueno el integrado, el patriota cuatribarrado, el catalán de adopción que ha sido bautizado en la única religión verdadera.
Menudo pájaro el tal Monzón, está rajando diariamente con un discurso hipócrita contra el castellano, el cual no tiene derecho moral a sostenerlo, mientras publica cada día un artículo en la Vanguardia en dicho idioma. Por lo que parece el castellano solamente está bien cuando cobra.
Este individuo, con mucha letra menuda y poca formación conceptual, enreda y enreda en sus escritos, la mayoría de las veces con cuatro anécdotas contadas con cierta gracia, todo hay que decirlo. Defiende con fuerza el turrón patriótico, pues de lo contrario no comería ni pan seco. Se le considera muy hábil defendiendo cualquier posición mediante el método escrito. Entre whiskey, y whiskey junto con variados pelotazos de ginebra y abundantes páginas pornográficas, de todo ello presume habitualmente en su columna diaria. Es miembro destacado de la liga antialcohólica y de la sociedad protectora de las buenas costumbres y hábitos sexuales tradicionales. Destacado comentarista del Kamasutra y defensor a ultranza del misionero. En ese ambiente especial compone relatos urbanos catalanistas como “El perqué de tot plegat 1993” libro muy premiado en el oasis.

Monzón acaba su columna con la siguiente perla: “Que el inmigrante se perpetúe, que los hijos de inmigrantes continúen siéndolo y que la inmigrantez se transmita de generación en generación: ese es el sueño de muchos ideólogos. Manteniéndolos en grupos separados, creando recelos, así pueden manipularlos mejor”
Qué los cuatribarradosestelados tienen todo el derecho a sentirse separatistas, y si quieren, adoradores de la diosa Venus, es una verdad incuestionable, no españoles y hasta antiespañoles, clarísimo como el agua clara. Lo que no tienen absolutamente ningún derecho, ni patente de corso alguna, es a imponernos su ideología al resto de los habitantes de Cataluña, catalanes muchos, de sentimiento, de hecho y de derecho. Ni el idioma único, ni el Barça, ni el resto de tópicos que según la doctrina clásica definen al buen catalán. Por decreto ley o con maneras suaves y jabonosas de manipulación social tan abundantes en estos tiempos, ni por artículos periodísticos cutres speudosociales como los que escribe Monzón.
Lo más lamentable de este asunto es que la presión constante sobre las personas venidas de otras tierras es que crean en ellas un cierto complejo de no pertenencia a la sociedad donde viven. Se refugian en ghettos, se callan y implícitamente dan la razón a individuos ventajistas como Monzón. Desde el respeto a los demás y la buena educación, mientras las leyes sean las que son, todos los habitantes de Cataluña con derecho a voto, pueden y deben reivindicar su derecho a no ser considerado como inmigrante en su propio país. Y, mucho menos por individuos de la cuerda política del señor Monzón. ¿ Quién da derecho a este personaje a llamar inmigrante a una persona que lleve viviendo trabajando y produciendo riqueza en Cataluña 20,30, y hasta 50 años, por el sólo hecho de no profesar la ideología cuatribarrada.?. ¿Qué inmoralidad política permite discriminar a personas que durante tantos años han creado empresas catalanas en mayor número que los autóctonos de siempre (dato comprobable para quién quiera hacerlo) y a otras que han trabajado y trabajan en compañías multinacionales españolas y extranjeras instaladas en Cataluña? Como ocurre con un número muy elevado de habitantes del principado. ¿Cuándo entenderán los nacionalistas cuatribarrados que la Cataluña real afortunadamente es plural?.

Para terminar explicaré mi propio caso y el de mi familia más cercana. Nosotros somos siete hermanos nacidos en la tierra de María Santísima, cuatro chicas y tres varones. Todos venidos a Cataluña hace cincuenta años. Todos casados con más o menos fortuna. De los siete, seis de ellos no son inmigrantes, los seis profesan la religión verdadera con diferentes grados de creencia y militancia. El garbanzo negro es el que hace este escrito, por cierto casado con una moza de Albacete, no sé si ello tiene algo que ver. Mi hermana Luisa, perdón Lluïsa, ha llegado a tal punto de integración, que junto a su marido, un manso de la plana de Vic, hace varios años hicieron un juramento, ante la tumba de Wifredo el Velloso, de que jamás en su vida volverían a hablar castellano, ni ellos ni sus descendientes, y, como el flamante diputado de ERC, Oriol Junquera, si tienen que comunicarse con personas de fuera de Cataluña lo hacen en italiano, francés o inglés, aunque esa persona sepa español.
Mi adorable hermanita cuando se dirige a mí, muy de tarde en tarde ciertamente, utiliza el calificativo del “immigrant” que es como se me conoce en su casa. ¡¡Cosas de familia!!.
Nota. Esta historia es tan cierta como la narrada por Monzón sobre los dos hermanos, uno malagueño y el otro catalán.
(El escrito de Monzón ha tenido un cierto grado de difusión en la Red ,ikuspegi, SIEI, blodico, Mugak……y otros varios).

El blog de Yauma

EUROPA INVERTEBRADA. Por Andrés Aberasturi

Los resultados de las europeas se han valorado a estas alturas desde casi todos los puntos de vista. Insistir en que es una llamada de atención para el PSOE -no una debacle- y un gran paso para el PP -aunque poco que ver con unas generales- es repetir más de lo mismo. Pero aunque en la mayoría de los países las elecciones también se han hecho, al parecer, en clave mas interna que continental, hay dos notas relevantes: la caída libre de los socialistas y la enorme abstención generalizada. Sobre este segundo punto convendría detenerse un poco y plantearse por qué ese desinterés continental.

Sería una exageración arriesgada creer que la idea de Europa esté en crisis. Todo lo contrario: cada vez son más los habitantes de este continente que han nacido y crecido sabiéndose/sintiéndose europeos sin tener que hacer una reflexión intelectual para ello: son franceses, alemanes o españoles y por tanto europeos, pertenecen a Europa sin más y no ven en las fronteras sino una muy leve línea de pequeñas cruces en los mapas. Manejan la misma moneda, van a las mismas universidades, chatean por la misma red de redes, conversan en ingles (es eso aun no hay clases y brechas) y protestan en todos sitios por el mismo plan Bolonia. ¿Por qué entonces esa bajísima participación. Seguramente porque hay una herencia histórica que les pesa como nos pesa a nosotros, porque ven, como nosotros vemos, que esto no funciona más allá de la moneda única y los intereses comunes y porque son conscientes de que hoy por hoy, el Parlamento Europeo no deja de ser un paquidermo inútil diga lo que diga la propaganda oficial sobre las importantes decisiones que allí se toman.

Europa es un gran mercado con leyes que intentan regir esas transacciones pero a fuerza de ser cada vez más grande, resulta mas desequilibrado y esos desequilibrios, producto de la prisa de algunos tras la caída del muro de Berlín, han invertebrado ese invento practico que es la Unión Europea, hija de un sueño que soñaron los primeros europeístas y que ya sabemos que nunca podrá ser al menos en varias generaciones. Todos los pasos que han intentado ir un poco mas allá del puro mercadeo, han fracasado estrepitosamente y ha dejado a las claras que aquí cada uno mira por lo suyo y que Francia y Alemania por un lado y Gran Bretaña a distancia, con el canal por medio, son las figuras que distorsionan -y cohesionan a su vez- un paisaje borroso que se adivina al fondo.

La duda estriba en si deberíamos conformarnos con esta cierta idea de Europa o seguir enzarzados en buscar una constitución común, dar poder real a ese Parlamento en el que nadie cree (los primeros los propios partidos europeos que lo utilizan como un dorado exilio) y hasta soñar un único presidente -y un solo gobierno- elegido por todos los europeos.

No hay que ser adivino para admitir que el futuro no es del todo alentador. La realidad es la que es y todo el que intente forzar la maquina, es que tiene ganas de perder el tiempo. ¿Ha tocado techo la Europa con la UE? Posiblemente, si. Al menos esta idea de Europa, la que nació del carbón y del acero, la que empezó siendo un selecto club con una cuota de entrada carísima y que hoy se abre a unos y a otros a precio de saldo. Naturalmente que estoy a favor de esa democratización y de la apertura, pero entonces habrá que convenir que la idea ha cambiado. Lo que no vale es creer que estamos en un coto privado cuando realmente nos encontramos en la tierra de todos. O nos ponemos de acuerdo en un proyecto nuevo, o seguimos jugando a las votaciones como si no pasara nada para que más de la mitad de los europeos ni se molesten en tomar parte.

Periodista Digital - Opinión

ODA A THOMAS PAINE. Por Hermann Tertsch

El lunes se cumplió el bicentenario de la muerte de un héroe, en el sentido más estricto, más puro del término. Fue aventurero, intelectual, escritor de inmenso éxito, líder político, adalid de la libertad individual, prisionero, condenado a muerte, vilipendiado por quienes le adoraron y un hombre que sólo tuvo miedo al daño que los demás se podían hacer a sí mismos por cobardía o necedad. Grandes hombres de la historia le pidieron consejo para después renegar de él. Millones de seres humanos se conmovieron con sus ideas y escritos. Cambió la forma de entenderse a sí mismos de campesinos y burgueses, y en ese sentido puede decirse que cambió el rumbo del mundo. Marcó con su humanidad las bases de la Constitución norteamericana. Con el polaco Koszciusko y el francés La Fayette, este inglés fue padre fundador de Los Estados Unidos pero también el único miembro extranjero de la Asamblea francesa en plena Revolución. Pese a no hablar francés. Fue inspirador de las dos grandes declaraciones de derechos humanos de nuestra historia. Hablo de Thomas Paine. No fue un guerrero ni mucho menos. Jamás se defendió por la fuerza ni mató a enemigo alguno aunque tuvo ejércitos deseando matarlo. Sobrevivió en mazmorras con la misma naturalidad y tranquilidad de espíritu con la que pisó las mejores moquetas de los palacios y centros de poder en Londres, en París, en Nueva York o Philadelphia.

Sus célebres panfletos «Sentido común», «La Crisis Americana» y «Los Derechos del Hombre» son una guía perenne del hombre de bien. A su entierro sólo asistieron seis personas. Y sin embargo, hoy aquí algunos le recordamos.


ABC - Opinión

EN MI PLANETA NO HAY PSOE. Por José Antonio Martínez

Murcia

«Tan, tan lejos pilla de la idea de una cierta Antiespaña que tiene Pajín, que en mi planeta el menos nacionalista de este rabo de Europa, el PP, elección tras elección, está en firme camino de triplicar el porcentaje de votos del PSOE.»

Al extraño planeta donde nací y aún vivo no ha llegado el comunicado interestelar de la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, "atención, terrícolas, al acontecimiento planetario que se va a producir...". Pilla muy lejos, lejos de la realidad virtual fabricada por los medios, y mis coterráneos y yo no hemos oído nada. Tan, tan lejos pilla de la idea de una cierta Antiespaña que tiene Pajín, que en mi planeta el menos nacionalista de este rabo de Europa, el PP, elección tras elección, está en firme camino de triplicar el porcentaje de votos del PSOE, tras doblarlo cumplidamente hace ya mucho tiempo (ahora la cosa va por el 62 por ciento PP y no llega al 30 por ciento PSOE). En la capital del planeta, donde moro, lo de triplicar está a mano ya (65 por ciento frente a poco más del 25). ¿Puede eso ocurrir en un universo a cuyos últimos rincones oscuros llega la sapiente luz producida por el próximo choque de titanes Obama-Zapatero?


Mi planeta se llama Murcia, y cae a trasmano de cualquier sitio, si bien sus habitantes no son en mi opinión pocos: pasan del millón y medio los censados, reunidos en una sola organización provincial, cerca de dos con los ilegales. Está, como tendrán noticia los más inquietos, en los confines del Sistema (no sé si el Solar), se encuentra habitado por gente peligrosa que los del PSOE del lugar, sabiendo de qué iba la cosa, trataron con bastante éxito de mantener completamente aislados por tierra, mar y aire durante decenios. Un sitio jodido que tiene la característica de que se traga como arenas movedizas, en un "amén Jesús", a los ministros de Zapatero que, derramando soberbia capitalina, han osado poner el pie aquí como no amigos (la ex ministra Narbona con el timo de su programa "A.G.U.A"; el dimisionario Bermejo, infamado cabeza de lista al Congreso por mi planeta, con sus cacerías de políticos del PP murciano, Unidad Central Operativa del general Hernando mediante, quien como siga haciendo méritos para sus jefes lo rebajan de nuevo a coronel).

No es ningún sitio que esté especialmente de moda y arrastra mala fama de antiguo, ahora mismo no tiene un modelo de crecimiento claro ni esperanzador (caído el ladrillo), toda esa chatarra espacial en forma de noticias chungas que se pierde en ondas concéntricas desde otros lugares va a parar hacia mi planeta y aquí sólo se leen algunos ejemplares de periódico más que en Extremadura y unos doscientos diarios menos por habitante/día que en Islandia. Pero a pesar de nuestras taras seculares que tanto se prestan a chufla entre el resto de españoles, es el primer paraje del cosmos donde el "diálogo entre civilizaciones" va camino resuelto de la clandestinidad. Aquí el 14-M, el día gallináceo, fue el único planeta donde Aznar no perdió ni un repajolero voto y entre los naturales hablamos un idioma notoriamente distinto al del telediario de la primera: aquí las limpias palabras castellanas –del idioma que se creyó un día era para hablar con Dios y a pesar de nuestro cerrado acento– siguien significando lo mismo de siempre, no lo que las asigna el que manda. En mi planeta no hay PSOE. Un planeta bien raro.

Libertad Digital - Opinión

ZP YA NO GANA ELECCIONES. Por José María Carrascal

«MUY listo no es, pero gana elecciones». Así definía Sarkozy a Zapatero. Bueno, pues ni siquiera gana ya elecciones. ¿Qué hará tras su segunda derrota consecutiva, sin apoyos en el Congreso, con una crisis encima a la que sus remedios hacen el efecto de una pulga a un elefante? Lo lógico sería un cambio de política y de estrategia. Pero no cuenten con ello. Eso sería tanto como reconocer que se ha equivocado, y hombres como él, que unen la ligereza y el fanatismo, no lo harán nunca. Así que tratará de arreglárselas como pueda, viviendo a salto de mata, pactando con unos o con otros a base de ingentes cantidades de dinero -¡lo que van a costarnos estas dos derrotas de Zapatero!-, refugiándose en Europa como «líder más importante de la izquierda» y rezando a San Barack Obama para que pase pronto la crisis económica y vuelvan los felices tiempos en que los españoles atábamos los perros con longanizas, lo que le garantizaba a él derrotar a Rajoy en el Congreso y en las urnas cuantas veces se enfrentaran. Su optimismo antropológico y su cortedad de miras se lo garantizan. ¿No le vieron multiplicar los vuelos en el Falcon cuando la prudencia aconsejaba restringirlos?

Lo malo es que la crisis no va a pasar ni tan pronto ni tan fácilmente, sobre todo en aquellos países que no han hecho sus deberes, como el nuestro; que Obama tiene bastantes problemas propios para ocuparse de los ajenos; que en la Europa surgida de las últimas elecciones va a encontrarse más solo que la una y que en España ya sólo cree en él Leire Pajín, mientras los demás empiezan a mirarle con desconfianza porque ya no gana elecciones. Vamos a ver lo que tardan los socialistas catalanes en plantarle cara por lo de la financiación autonómica que les había prometido y no acaba de llegar. Vamos a ver qué hacen los castellano-manchegos al comprobar su derrota en las últimas elecciones y los andaluces, su retroceso en las urnas. Vamos a ver lo que tarda Garzón en encontrar un caso grave de corrupción o de cualquier otro delito en su entorno. Vamos a ver cuánto tarda Bibiana Aído en meter de nuevo la pata. Vamos a ver, en fin, lo que tarda en calar en sus votantes la sensación de que apostar por él no es una buena idea, como ha calado ya en el resto de la población. Porque si nada tienen más éxito que el éxito, nada trae más fracaso que el fracaso, y Zapatero ha fracasado por segunda vez, pese a todos los maquillajes que quieran dar a lo ocurrido el domingo. Lo que importa es la tendencia, y la tendencia apunta a que entramos en el final de la era Zapatero, que puede ser más o menos larga, pero que ya no da más de sí, al habérsele agotado todos sus trucos.

ABC - Opinión

¿EN QUE SE EQUIVOCO ZAPATERO?. Por Fernando Jáuregui

Tras los resultados electorales del 7 de junio, lo más sencillo es, acaso, decir que el Gobierno socialista gestionó mal la crisis económica. Y que, de paso, se equivocó en no pocas actitudes, desmintiendo una tradición de talante que tantos éxitos le había dado a Zapatero. Pero hay más, mucho más y mucho más profundo en el análisis imprescindible de las razones por las que los resultados del 7-J favorecieron en España a Rajoy y no a los socialistas, quebrando una racha de cinco años de arrasadora marcha zapaterista.

Cierto es que algunas declaraciones y actitudes de miembros del Gobierno deben haber influido algo en los resultados ante las urnas; qué duda cabe de que el empecinamiento de Zapatero en posiciones tan erróneas como persistir en la utilización de un Falcon oficial para acudir a mítines ha irritado a una parte del electorado "neutral"; haber sacado a pasear una reforma de la legislación sobre el aborto ha crispado muchos ánimos; que el vicepresidente Chaves no haya salido personalmente a responder a ciertos ataques -me parece que un poco prendidos con alfileres, pero ese no es ahora el tema_ contra su honorabilidad es algo que sin duda también ha pesado en la campaña y en la votación posterior...

En fin: podríamos traer aquí a colación muchas cosas, bastantes meteduras de pata, ciertos deslices, un ápice de prepotencia, que han hecho un poco más antipático al Gobierno socialista, independientemente de sus errores (o aciertos) a la hora de enfocar la crisis global. Que, por cierto, no afecta solamente a los españoles, ni exclusivamente a los socialistas europeos, que tan mal librados han salido de este lance.

Todo lo dicho ha pesado, qué duda cabe, para lograr los malos resultados electorales de un Gobierno que parece sentirse perseguido personalmente por una crisis que, en teoría, afecta también a otros ejecutivos europeos. Pero hay más: me parece que los electores españoles, y probablemente también muchos en el resto de Europa, piden cambios profundos, mentalidades nuevas, una forma revolucionaria de encarar los problemas. Tengo para mí que acaso estemos viviendo nuestras últimas campañas de formato "clásico": dentro de poco, ni habrá mítines, ni nadie escuchará los vídeos propagandísticos de los partidos, ni conmoverán a los ciudadanos los groseros ataques que unos y otros se cruzan entre ellos. Todos pedirán, pediremos, soluciones.

Y es precisamente aquí donde, en mi opinión, más se han equivocado Zapatero y sus muchachos; la situación requiere, o muchos piensan que requiere, no parches aislados, sino soluciones arriesgadas, un valor torero para encarnar esta coyuntura. Una grandeza de miras que descarta, entre otras cosas, sectarismos o ideas excluyentes. Un gran pacto con el Partido Popular, en suma, y con quienes a él quieran adherirse. Puede que ahora, concluida la feroz campaña electoral, haya llegado el momento de que Zapatero llame a Rajoy a La Moncloa y lleguen a una serie de acuerdos a los que quizá puedan adherirse otras formaciones, aunque sea de forma coyuntural.

Siempre he dicho que la salida más lógica a la situación con la que partimos en 2004 hubiese pasado por un entendimiento de amplio espectro, generoso y magnánimo, entre los socialistas y el Partido Popular, entre los que, al fin y al cabo, no hay tan grandes diferencias como para hacer imposible el pacto. Se ha perdido la oportunidad.

En efecto, no ha sido así, sino precisamente al contrario: el Gobierno de ZP parece poner sus ojos en las pequeñas formaciones parlamentarias, en lugar de en un acuerdo de mayor calibre, para no perder así una cierto concepto de pureza izquierdista.

Y a mí me parece que el principal error de Zapatero consiste en seguir viviendo en una época en la que izquierda y derecha estaban frontalmente enfrentadas, como si no se hubiesen dulcificado los perfiles: esta derecha no es la clerical que niega sus derechos a los obreros. Ni la izquierda es esa corriente utópica enfrentada a los empresarios que algunos en el PP aún pretenden hacernos ver y cuyo espantajo han agitado en la campaña electoral. El diagnóstico correcto consiste, entiendo, en comenzar por admitir esto: de la crisis saldremos juntos...o puede que no salgamos. ¿Habrán entendido esta vez -al fin_ el mensaje de las urnas estos políticos nuestros, tan dados al "instant politik", a la estrategia a muy, muy corto plazo?.

Periodista Digital - Opinión

ENTRE UN EMBOSCADO Y UN PRUDENTE. Por Agapito Maestre

ZP

«Zapatero intuye que no será suficiente. Por eso, se ha escondido. Se ha refugiado a "deliberar". ¡Cuánto tiempo seguirá emboscado! El que haga falta, porque es preferible pasar por cobarde antes que por derrotado.»

El poder democrático siempre está en vilo. La política cambia, en efecto, a velocidades de vértigo en un sistema democrático. Así, la victoria del PP sobre el PSOE, que en la noche del domingo algunos consideraban escasa, es hoy por hoy un éxito arrollador de la oposición. Basta fijarse en la conducta del líder socialista y compararla con la seguida por el resto de líderes europeos para saber de qué hablamos. También en este asunto España parece incomparable. España no es sólo un "Estado-nación" singular, muy singular, sino que también está desgobernado por un "líder" que es cantado por sus leales como un Obama de la UE.


Por ese conjunto de circunstancias históricas de nuestro país –que tiene nación y nacionalidades, o sea nada–, y por los rasgos incomparables de su principal gobernante con el resto de líderes europeos, mantengo que la derrota de Zapatero en estas elecciones europeas es infinitamente más grave que la sufrida por otros candidatos socialistas y socialdemócratas de Europa. La prueba de lo que digo es que Zapatero, a pesar de que las elecciones fueron el domingo, aún sigue escondido. Ya sé, ya sé, que ha comparecido en el Senado, pero, en realidad, sigue emboscado desde la noche del 7 de junio por la derrota sufrida.

De momento, Zapatero se cobija en el partido y hace de la presidencia del Consejo de Gobierno una fortaleza inexpugnable. A él le gustaría estar por encima del resto de los mortales, pero eso es imposible. Si no ha dicho ni una sola palabra en público sobre la derrota de su partido en las elecciones europeas, es porque está más que tocado. Está resentido. Nadie ha dejado de afearle esa conducta medrosa y cicatera con todos los suyos, pero él sigue sin dar explicación alguna sobre la derrota. Una vez más, como sucedió después de la derrota en las elecciones gallegas, Zapatero prefiere emboscarse antes que dar la cara. Su actitud resulta bochornosa, sobre todo si es contrastada con las comparecencias públicas del resto de líderes españoles y europeos.

Pero aparte de la falta de responsabilidad y carencia de garbo estético, creo que esa actitud refleja algo más grave que cobardía ante la derrota y facundia en las victorias de su partido. No, no es un asunto de carácter psicológico y personal, sino que es una situación que puede objetivarse políticamente y a la que el PP aún no ha sabido darle trascendencia. Que Zapatero, el líder entre los líderes de la izquierda española, esté sonado o fuera de juego, no es un asunto personal sino de envergadura política. Que Zapatero prefiera emboscarse a salir a dar la batalla y enfrentarse a la oposición en público, tendría que ser un reto, una oportunidad, para que la oposición mine sus "poderes".

¡Vamos, señor Rajoy, déjese de celebrar el afianzamiento de su liderazgo y ejérzalo ahora con decisión y contundencia! Las elecciones europeas han puesto en su lugar a Zapatero. Él percibe, como un borracho ve imágenes borrosas, que todo el castillo "político" que ha construido puede caerse en cualquier momento y ante la derrota más insignificante. Él, mejor que nadie, sabe que debajo de su "edificio" no hay cemento sino arenas movedizas. Sabe que sólo le queda la agitación y la propaganda, que no es poco, y todas las cadenas de televisión, pieza clave de su presente y futuro.

Sin embargo, Zapatero intuye que no será suficiente. Por eso, se ha escondido. Se ha refugiado a "deliberar". ¡Cuánto tiempo seguirá emboscado! El que haga falta, porque es preferible pasar por cobarde antes que por derrotado. En estas circunstancias, es menester que la oposición le haga ver a Zapatero de modo claro su "intuición" borrosa, o sea, ninguna de las tretas que hasta ahora ha utilizado para mantenerse en el poder serán suficientes para detener al PP.

En otras palabras, ha llegado la hora del hombre "prudente". De Rajoy. O el líder del PP aprovecha con ímpetu que Zapatero está sonado o corre el riesgo de que en poco tiempo salga envalentonado de su emboscadura. Lea a Maquiavelo, señor Rajoy, antes de que lo haga Zapatero en su fortín: "Cuando ha llegado, para el hombre moderado, el tiempo de obrar con impetuosidad, no sabe él hacerlo, y resulta de ello su ruina. Si él mudara la naturaleza con los tiempos y cosas no se mudaría su fortuna".

Libertad Digital - Opinión

BIBIANA, EL CANON. Por Ignacio Camacho

UNA vuelta de tuerca. Sofisticada, retorcida, maquiavélica, sutil. Eso es lo que han hecho los ideólogos de la campaña contra el castellano en Cataluña al elegir para el examen de selectividad universitaria un texto (?) de la célebre lexicógrafa Bibiana Aído. Los muy taimados han cambiado de táctica y ante las protestas que suscita la exclusión del idioma común en la enseñanza han optado por la vía sibilina del desprestigio. Nada de Marsé, ni de Mendoza, ni de Cercas, ni de Terenci Moix, ni de Vázquez Montalbán, ni siquiera del sobrevalorado y mediático Ruiz Zafón, por hablar de escritores de la tierra. Nada, por supuesto, de Cervantes ni de Quevedo, esas antiguallas. Nada de Delibes, ni de Borges, ni de Valle, ni de García Márquez, ni de Torrente Ballester. El canon contemporáneo, el rabioso paradigma de la escritura en español es para los programadores docentes catalanes la ministra de Igualdad, eminente prosista, deslumbrante oradora, fecunda innovadora lingüística, vanguardia feminista de la renovación semántica.

El fragmento sometido a análisis textual era un informe sobre los jóvenes y la política, feliz compendio doctrinal de la flamante minerva del zapaterismo, pero con probabilidad mecanografiado por algún escribiente del Ministerio. Lástima de prosa administrativa que ha privado a la muchachada estudiantil de los espontáneos dones expresivos de su autora; el pensamiento bibianesco brilla en su esplendor a través de la expresión oral, cuando toda su frescura posmoderna ilumina hallazgos de preclara originalidad precursora como el de las «miembras», abre horizontes inexplorados del discurso metafísico sobre la condición existencial del ser humano o deroga la oscura terminología científica para hablar de «ponerse tetas» con el atrevido desparpajo de la cotidianeidad más coloquial. El versátil lenguaje de Aído se empequeñece encorsetado en la frialdad estilística de los documentos oficiales; su potencial rompedor, su arrolladora insolencia iconoclasta, su audacia «destroyer» se expresa con mucha más desenvoltura en la improvisación verbal que la ha lanzado con toda justicia al estrellato del firmamento humanístico.

Tal como lo han recibido los perplejos examinandos, desnudo del luminoso ropaje verbal de las bibianadas, el escrito no debe de requerir un comentario demasiado prolijo. Pocas ideas en una carcasa verbal ramplona, burocrática y gris, llena de términos políticamente correctos y expresiones de modernidad líquida. Sin duda se trataba de eso: de una solapada, tortuosa manera de mostrar a la muchachada la estéril vaciedad del esfuerzo que supone enfrentarse a un texto en castellano. Se ve de lejos la intención torticera. Porque en catalán pusieron un complejo poema de Carner en vez una soflama parlamentaria del egregio Tardá o un esclarecido dictamen de Benach, el honorable jardinero.

ABC - Opinión

MAYOR OREJA. Por Alfonso Ussía

Lo han tenido durante un tiempo desencajado de sitio. No encajaba en la nueva estructura del Partido Popular. Él, todo un señor de la política. Creo que Mariano Rajoy se apercibió de su error y ha sabido aprovechar su prestigio para ganar en las elecciones al Parlamento europeo. Ha ganado también Rajoy. Se sostiene. Es buen fajador. No golpea pero resiste a los puñetazos. Los de fuera y los de casa. En Galicia se la jugó y ganó. En Europa se la ha jugado y ha ganado. Podrán decir que el margen no ha sido excesivamente amplio. Que se le ha ido vivo el conejo de la crisis. No tan vivo.

La expresión de María Teresa Fernández de la Vega cuando anunciaba los resultados no era de alegría. Rubalcaba, más acostumbrado, hacía gestos y regalaba guiños a los periodistas presentes. Pero la Vicepresidenta estaba hecha polvo. Y Leire Pajín, que me voy a comprar un aparato de televisión de alta definición sólo para ver con detalle el pelo de Leire Pajín. ¡Qué naranjeo, que mandarineo! Rajoy se ha mojado hasta la rabadilla en la campaña electoral y negar su victoria es de zafios. Los análisis son más sencillos. Y los datos de Madrid y Valencia, estremecedores para las esperanzas socialistas. Para mí, que Gómez haría bien en retomar la alcaldía de Parla, que creo que era Parla de donde era alcalde, que me puedo equivocar y mucho que lo sentiría. Esperanza Aguirre ha tenido su primer nieto. Si no lo aceptan en Parla que lo contrate de aña.

Y Jaime Mayor ha dado lo mejor de sí, que es mucho. Mi admiración al buen saber perder de Juan Fernando López Aguilar, que es un político educado y culto. Jaime Mayor Oreja es un héroe de nuestra libertad. Cabían en un taxi, allá en San Sebastián, los primeros de la UCD. La ETA asesinaba un día sí y el otro también. Y Jaime Mayor no se rindió. Fue un gran ministro del Interior, y a él se debe en gran parte la quiebra económica de los terroristas. Sucede que es un defensor del núcleo familiar y un cristiano practicante, y eso no se perdona hoy en día fácilmente. Bueno, pues que se fastidien los que no le perdonan. Ha ganado. Su figura, después de siete años alejada del poder político, sigue inspirando verdad y honradez. Algunos –de entre los suyos–, han dibujado su protagonismo como una claudicación de Rajoy ante el aznarismo. Soberana majadería. Rajoy también viene de Aznar, y con más contundencia. Para mí que Mariano Rajoy ha interpretado como un gallego fino e inteligente el difícil cuadro del Partido Popular. Vistos los resultados, quiso que Esperanza Aguirre compartiera con Jaime Mayor y con él la barandilla de la andanada de Génova. Ahora tiene tiempo por delante para endurecer sus mensajes, que no sus formas, siempre cordiales y civilizadas.

Jaime Mayor Oreja puede ser, en su dimensión doméstica, el responsable del retorno de María San Gil. La gente, la buena gente que vota, es más sensible que la gente, la gente que es votada. Rajoy es gallego y sabe desdecirse. Los vascos, como Jaime y María, son más cabezotas. Gracias a la cabezota de uno el PP ha ganado. Falta la otra cabezota para que la armonía interior se recupere. Y la cabeza, menos atribulada por vientos y nortazos de Mariano Rajoy, que ha resistido y vencido. Y eso no hay quien lo discuta. Ahí está la aritmética.

La Razón - Opinión

EL ELECTRICISTA DEL «POETA AROLAS». Por Antonio Burgos

PARA sacudirse el mochuelo de la derrota en las europeas, el sofisma de turno por parte del Gobierno, repetido por sus terminales mediáticas y tertulianos alquilones, es de summa cum laude en cinismo: «Este resultado no es culpa del Gobierno; es cosa de la crisis».

Son maestros en el sofisma. Hablan de la crisis como algo externo. Primero, la crisis no existe; cuando existe, es cosa de Bush, de Aznar y de la derecha. Y si influye en los resultados electorales, no tiene nada que ver con el Gobierno. ¿Cuántas veces lo hemos escuchado desde la noche del domingo? Desde la vez primera que lo dijeron, pensé: esto me suena. ¿A qué me suena? ¡Claro que me suena! Esto es como la historia de la avería eléctrica del barco mercante que se cuenta por todos los puertos, de mostrador en mostrador como en «Tatuaje», y que oí por vez primera a bordo del «J.J.Sister» de la Transmediterránea, contada por uno de sus oficiales y referida al Musel. Es más que probable que por muy de tierra adentro que sean, conozcan la naviera historia, que yo mismo he referido: el electricista absolutamente indocumentado que al producirse una avería gorda en la iluminación del barco, y siendo totalmente incapaz determinar la causa y mucho menos de repararla, dice que el apagón es cosa de la calle, de la compañía suministradora. En cada puerto o en cada barco, según la zona eléctrica de la tripulación que la refiera, hartándose de reír al contar el sucedido antiguo, la avería es de Hidroeléctrica Española, o de Fenosa, o de Saltos del Sil, por poner compañías históricas.

La verdad es que no le di la menor importancia a la narración de la oficialidad del «J.J.Sister». Comprendí la grandeza del relato como compendio de la poca vergüenza más tarde, cuando se la escuché contar, floreada, barroca, cargada de guiños, a mi maestro Beni de Cádiz (cuya primera comunión por lo civil tuvo aquí el domingo tanto éxito de crítica y público). Como el difunto Chano Lobato, como todos los grandes artistas de Cádiz, Beni no sólo era un gran cantaor, sino un gran «contaor». Contaba los embustes como nadie. Con su filosofía del agrado: «Yo te voy a decir la verdad, todo lo que yo cuento es mentira. Porque la mentira hace felices a los demás». Con esta filosofía, Beni ponía nombres propios a la historia de la avería eléctrica del barco, embuste todo. El barco según Beni era el «Poeta Arolas», de la Transmediterránea, construido en los astilleros de Euskalduna en 1920. Según cuenta el evangelio gaditano de Beni, el muy flamenco Agustín el Melu andaba completamente tieso por la Tacita de Plata, a dos velas, cuando sus amigos se enteraron de que Franco había fletado el «Poeta Arolas» para llevar en cumplimiento coránico hasta La Meca a los moros notables de nuestro Protectorado de Marruecos. Y que buscaban tripulación. Animaron los flamencos al Melu para que se enrolara como electricista y saliera así de su completa ruina. Cosa que hizo Agustín, que sin tener la menor idea de barcos se las ingenió para entrar como electricista en el «Poeta Arolas». Contaba Beni que El Melu era feliz a bordo, comido y bebido, hasta que se produjo aquella avería eléctrica, cuando el barco navegaba a la altura de Sicilia, precisaba. Requerido que fue El Melu en el puente para solucionar el apagón, sacó sus alicates, toqueteó enchufes y cables simulando pericias que no tenía, trasteó fusibles con miedo al calambrazo y sentenció ante el capitán:

-Don Fernando, esta avería no es del barco: esto es de la calle. El corte de luz es de Sevillana de Electricidad.

Como El Melu, tras las elecciones del domingo, ZP se ha enrolado de electricista en el «Poeta Arolas» de la poca vergüenza. Total, ha venido a decir lo mismo:
-Este resultado no es de aquí del barco del Gobierno. Este resultado es de la calle, es culpa de la crisis.

ABC - Opinión

UNOS CRITERIOS NEUTRALES PARA SANEAR LAS CAJAS

Gobierno y oposición coinciden en la necesidad de buscar soluciones frente a la crisis que atraviesan las cajas de ahorro. Una decena de ellas tiene problemas de liquidez.

LA DURA Y LARGA pugna por el control de Caja Madrid finalizó ayer con un acuerdo entre Esperanza Aguirre, CCOO e IU, que pactaron la sustitución de Miguel Blesa en septiembre próximo. IU y CCOO aceptan que Mariano Rajoy designe el presidente de la entidad a cambio de una vicepresidencia. No es una buena solución, pero al menos es una salida que desbloquea el problema.

Caja Madrid es una de las cajas más afectadas por la crisis inmobiliaria y el crecimiento de la morosidad, por lo que al nuevo presidente no le aguarda una tarea fácil. En cualquier caso, resulta especialmente significativa la ausencia del PSOE en este acuerdo, lo que refleja las diferencias que existen entre los dos grandes partidos para reflotar el sector.


Hay una cosa en la que coinciden el Gobierno y el PP: la necesidad urgente de hacer frente a la crisis de las cajas de ahorros, que se agranda cada día que pasa. En lo que no están de acuerdo es en cómo resolverla, ya que Mariano Rajoy teme que el Gobierno y el Banco de España no sean neutrales en el proceso de absorciones y fusiones que está a punto de comenzar.

El líder del PP pidió ayer «una hoja de ruta» que «defina la magnitud del problema, plantee los cambios normativos adecuados, determine la asunción de responsabilidades y los sistemas de entrada y salida del capital de las entidades».

De momento, el Gobierno ya ha aprobado la creación de un fondo de 90.000 millones de euros para sanear el sistema financiero, a pesar de que la ministra y vicepresidenta Elena Salgado precisó anteayer que no hay ninguna caja que necesite ser intervenida en estos momentos. Salgado sí reconoció «la sobrecapacidad» del sector financiero, que, según calculaba Luis de Guindos, ex secretario de Estado de Economía, implicaría el cierre de 10.000 oficinas y la reducción de 35.000 puestos de trabajo.

Al margen de la lógica cautela con la que se ha expresado la ministra, lo cierto es que hay una decena de cajas con serios problemas de liquidez y de morosidad, que necesitan una urgente inyección de fondos para poder seguir operando.

Hay distintos modelos para afrontar esta crisis, pero lo más racional sería aprovechar la coyuntura para reducir el número de cajas, a todas luces excesivo, y crear entidades más fuertes y más diversificadas.

Rajoy tiene razón al pedir al Gobierno que se pacten unos criterios objetivos y neutrales para medir a todo el mundo con el mismo rasero, pero ello no será fácil porque detrás de las cajas hay intereses políticos. Cataluña y Andalucía, por ejemplo, se niegan a perder o ver reducido el control de entidades como La Caixa o Unicaja, lo que se traduce en que no quieren ni oír hablar de una eventual reforma legal que disminuya el peso de las instituciones en los órganos de representación.

El asunto es muy complejo, pero existen dos principios que nos parecen irrenunciables: la transparencia en el reparto de los recursos y la exigencia de responsabilidades a los gestores que lo hayan hecho mal, como Hernández Moltó en CCM. Culminado el proceso, los dos partidos deberían pactar una reforma del estatuto legal de las cajas para disminuir el peso político en los Consejos y profesionalizar los cargos directivos. Lo coherente y lo deseable es que los presidentes fueran elegidos por un procedimiento mucho menos politizado, lo que redundaría en una mayor autonomía de los gestores, que parece necesaria para que las cajas no sean instrumentalizadas por motivos partidistas.

El Mundo - Editorial

CUANDO PRIMA LA FARSA. Por Gabriel Albiac

LA conjunción planetaria no fue feliz para la astróloga Pajín: es lo que tiene abandonarse a los furores zodiacales. «Para arrebatar todo crédito a los astrólogos -anotaba, en el siglo XVI, Guicciardini- bastaría con imponerles que, junto a sus predicciones para el año que viene, reeditasen las que hicieron el año pasado». Pero la perfección del Matrix en el cual vivimos es su potestad de borrar el disco duro. Aun en lo sucedido hace un segundo. Diez días atrás, el CIS garantizaba un voto masivo. El domingo votó un masivo 46 por ciento. Dio igual. Igual, que el PSOE perdiera. Retornó la astróloga: el español era el mejor librado de los partidos socialistas europeos. Y todo retornó al orden.

Las palabras inventan realidad a la medida. «Socialista» es una de las más enigmáticas de esta neolengua, a través de la cual transita lo político. Partido Socialista fue sinónimo de revolución en el siglo XIX: en su corriente mística («socialismo utópico») como en la ascética («socialismo cientifico»). El primer tercio del XX desintegró el concepto. Que pasó a significar cualquier cosa: «socialdemocracia», «nacional-socialismo», «socialismo revolucionario«... Acabada la segunda guerra mundial, de su contenido quedaba, en rigor, nada. Había grandes partidos comunistas -Francia, Italia, Grecia y, en función de la dictadura, España-. Grandes partidos conservadores. Y un relente de vieja socialdemocracia en el centro y el norte del continente y en la Gran Bretaña.

El PSOE fue calcado sobre el modelo del PS francés. Que es un partido recientísimo. Tanto como para haber sido fundado en el Congreso de Issy, en julio de 1969. Mediante decapitación de la organización socialista histórica: la marginal SFIO de hombres tan honrados, y ya tan anacrónicos, como Pierre Mend_s-France. Para alzar sobre sus ruinas el instrumento personal de un hombre ni anacrónico ni honrado. Letal, sí. Nacido a la política en la cantera fascista de La Rocque y La Cagoule. Funcionario de Vichy hasta el 43. Resistente, luego. Ministro de adscripción variable en la IV República. Damnificado por De Gaulle, quien lo juzgaba indigno. François Mitterrand: de vocación, superviviente. En torno suyo, se teje la marca PS, que se zampó a los mayoritarios comunistas. El partido dura lo que el Jefe duró. Extinto en 1995, del PS quedan las siglas. Y una voraz herrumbre, culminada este domingo.

Como un calco suyo, el PSOE español nació en las vísperas de 1975. Birlando siglas dignas a honorables ancianos ya anacrónicos. Sumando dinero exterior y demagogia interna. Aglutinando a quienes barruntaron la gran máquina de promoción material y social que era aquello. Sin más factor de identidad que un Jefe, por encima de escrúpulo moral, bagaje intelectual e ideología. Felipe González fue, en versión no muy alfabetizada, el Mitterrand hispánico. Con aquel mágico toque de PRI mexicano, que prometía medio siglo de poder hermético. Que, pese al robo de Filesa; que, pese a los secuestros, desapariciones, asesinatos de los GAL, su caída tardara tanto, es signo de lo bien trabado del negocio. Y de lo hondo que enraizaba en la conciencia española: que político es igual a mala gente; que, cuanto peor, mejor. Para medrar a su abrigo.

Hoy, el PSOE pervive. Al revés de lo que sucede en Francia. No hay enigma. La fortaleza de interés y corrupción que ha alzado, parece inexpugnable. Europa se repliega en una aburrida normalidad que la política española -pasado el espejismo Aznar- no conoce: el fracaso conservador aquí reside en eso. Prima la farsa. Y un partido estrafalario. Almodóvar, Pajín, Sinde y Zeja: remake tonto de Tod Browning.

ABC - Opinión

CARRERA DE OBSTACULOS

Para atraer al elector ya no basta con apelar al miedo; hay que demostrar eficacia contra la crisis.

El sector más impaciente del PP ya ha pedido un adelanto electoral, y el menos ha emplazado a Zapatero a plantear la cuestión de confianza. A medio camino, el portavoz parlamentario de CiU anima a Rajoy a presentar una moción de censura contra el presidente. No habrá nada de eso, al menos mientras no se modifique la situación que ha fotografiado el resultado electoral: serio aviso a Zapatero, pero a casi tres años de las legislativas y con más del 50% de abstención, lo que deja abierta la posibilidad de recuperación.


No es probable que haya moción de censura porque el PP quedó vacunado con la que presentó Hernández Mancha contra Felipe González y que acabó con la carrera de ese aspirante a sucesor de Fraga. Y porque la moción de censura es en España constructiva, es decir, que sólo prospera si hay un candidato alternativo que obtiene la mayoría absoluta. Pero el propio Duran ha adelantado que CiU no avalaría una candidatura de Rajoy. Y la cuestión de confianza presentada por el presidente sólo tiene sentido en situaciones de crisis política grave: para ganar tiempo antes de adelantar las elecciones.

Además, el avance de Rajoy se ha producido por el raíl de la irritación que suscitan los efectos de la crisis económica, pero sin que el PP haya sido capaz de otra respuesta que el discurso exclamativo (¡cuatro millones de parados!). Rajoy parece estar a la espera de que el paro acabe con Zapatero, pero éste cuenta con que para cuando lleguen las elecciones se haya iniciado la reactivación.

Toda esa esgrima poselectoral tiene que ver con la siguiente prueba de la carrera de obstáculos a la que se enfrenta el Gobierno: la de los Presupuestos de 2010, para cuya aprobación, en vísperas de la presidencia española de la UE, Zapatero necesita apoyos que sólo pueden venir de los nacionalistas, además de IU.

La apuesta de Zapatero por apoyos variables pareció justificada en su momento, para librarse de su dependencia de partidos como ERC, que tan cara le había salido. Pero la opción de gobernar sin el PNV en el País Vasco, tras las elecciones del 1 de marzo, le ha dejado sin un respaldo garantizado. Hay una cierta incoherencia en quienes apoyan esa opción y le reprochan su aislamiento parlamentario. Los resultados de las europeas en Euskadi avalan la apuesta: el PSE, que en marzo estaba a ocho puntos del PNV, queda ahora a menos de uno, lo que indica que el intento de deslegitimación del Gobierno de Patxi López no ha tenido seguimiento. Tal vez ese fracaso haga reconsiderar su política a Urkullu, pero no es probable que ello implique volver a los acuerdos con el PSOE en el Congreso.

Zapatero tendrá que negociar con los nacionalistas catalanes, y seguramente no es casual que haya anunciado un acuerdo sobre financiación autonómica para julio, cuando también se espera la resolución del Constitucional sobre el Estatuto. Lo necesita para eliminar obstáculos a un acuerdo con CiU; pero también, según el PSC, para recuperar la movilización socialista en Cataluña después del preocupante dato de una abstención insólita. El PP ha ganado por 600.000 votos en toda España, y el PSC ha tenido un millón menos que en las generales de 2008. Las encuestas siguen dando que el electorado catalán prefiere a Zapatero antes que a Rajoy en La Moncloa, pero los partidos nacionalistas no desdeñan votar con el PP en las Cortes para evidenciar su desconfianza.

Es por tanto la hora de la política. La denuncia de la corrupción es imprescindible, pero no puede sustituir a las políticas eficaces contra la crisis. Y ya no basta con satanizar al rival con vídeos maniqueos para atraer a las urnas a votantes cabreados. Apelar al miedo atrae el peligro, más que conjurarlo.

El País - Editorial

LA GENERACION DE DONALD. Por M. Martín Ferrand

ENTRE los muchos personajes de ficción que enriquecen nuestra cultura y conforman la civilización occidental ocupa un lugar estelar el Pato Donald, Donald Duck según su partida de nacimiento. Es un producto industrial de la factoría Walt Disney, pero tiene mucho que ver con lo que somos. Encarna el sentido de la protesta, con o sin causa, y es el gran maestro de la oratoria contemporánea. Sus discursos resultan ininteligibles, como los de la mayoría de los grandes líderes, y ha creado un estilo expresivo que, admitiendo la perversión de la comparanza, es tan notorio como el de Demóstenes, Cicerón, Emilio Castelar o, más en nuestros días, Fernando Suárez.

Donald cumplió ayer 75 años desde su presentación al público en La gallinita sabia, un corto inspirado en la fábula de Esopo, al que puso voz, parte esencial en el éxito del personaje, un actor llamado Clarence Nash. Desde entonces sus peripecias forman parte de nuestro mundo «real». Es una referencia. Su dibujante y creador, Carl Barks, le supo imprimir un estilo vivencial y ético que no es ajeno a nuestro colectivo modo de ser. No es la carne lo que configura al ser humano, sino su carácter, su conducta y su obra y en eso Donald no está escaso a pesar de sus dos únicas dimensiones y contra lo que pudiera indicar su ingenuo e intrascendente atuendo de marinerito.

La generación de los nacidos en 1934 ha sido próspera y, si bien se mira, en todos ellos hay un rasgo de Donald, algún leve apunte de su personalidad. Sin salir de España, sin pretensión censal y fijándonos sólo en quienes están vivos y en activo, los coetáneos de tan fabuloso Pato acreditan su magisterio. Emilio Botín, más que del Tío Gilito, es un trasunto de su vitalidad y vocación internacional, como Pablo Castellano o Javier Pradera podrían serlo de su sentido de la contestación y la protesta. Olegario González de Cardedal, aunque de distinta escuela, no tiene menor proyección en el mundo de las ideas y la filosofía que el del Pato universal y Julia Gutiérrez Caba o Paloma Gómez Borrero bien pudieran simbolizar la generosa ternura que alienta bajo sus plumas de diseño. Antonio Garrigues, Landelino Lavilla, Rodolfo Martín Villa, Elías Querejeta o Juan Manuel Romay Beccaria, por no citar a nadie más, también se integran en la generación. Ustedes les conocen y saben que no les engaño. En todos ellos, y para su bien, hay algo del Pato Donald.

ABC - Opinión

EL LIDER PLANETARIO Y LA PAELLA MARIANIL. Por Pablo Molina

Rajoy

«Rodeado de frikis semialfabetizados, con una recesión brutal, el ridículo más espantoso como divisa en nuestras relaciones internacionales y un vicepresidente implicado en casos de nepotismo, el PSOE ha quedado tan sólo a menos de cuatro puntos del PP.»

Cualquier derrota del socialismo es, además de higiénica, muy beneficiosa para los ciudadanos y contribuyentes sea cual sea su condición o ideología. Es bueno que el socialismo pierda apoyo electoral en cualquier país, como la historia demuestra y España acredita en primera persona desde hace varias décadas. Bajo esta premisa incontestable no cabe sino celebrar que setecientas mil personas que votaron PSOE en las últimas europeas hayan decidido enviarle un mensajito al co-líder planetario negándole su apoyo. Claro que también puede hacerse la lectura contraria: A pesar de los dos millones de nuevos parados que ha creado Zapatero el descenso en número de votos ha sido inferior a la mitad. Y encima el PP, con una economía destruida, las generaciones futuras hipotecadas y el peor gobierno de la historia de la humanidad, sólo ha conseguido aumentar en doscientos mil votos su último resultado europeo.


Y como la cocina de los partidos es capaz de reconstruir la realidad para convertir en victoria hasta la derrota más evidente, al día siguiente de las elecciones todos nos venden su actuación en clave de éxito. Se trata tan sólo de encontrar un argumento lo suficientemente complicado para que el espectador se limite a aceptar las conclusiones que el partido ha establecido de antemano. Esto es lo tradicional, pero lo cierto es que Rajoy se ha pasado de entusiasmo con su explicación de la victoria pepera.

Dice Mariano, sin que nadie le pregunte, que la victoria del Partido Popular en las elecciones europeas confirma la validez de la estrategia surgida del congreso de Valencia (capital Sofía). Bien, es posible que tenga razón, pero si es así habrá que convenir que la política socialista surgida del caletre del líder cósmico es a su vez perfectamente válida para renovar indefinidamente su presencia en La Moncloa, pues rodeado de frikis semialfabetizados, con una recesión brutal, el ridículo más espantoso como divisa en nuestras relaciones internacionales, un vicepresidente implicado en sonados casos de nepotismo y a punto de llegar a la cifra monstruosa de cinco millones de parados, su partido ha quedado tan sólo a menos de cuatro puntos del PP, en unas elecciones que, además, interesan muy poco a los votantes.

Si esto es todo lo que el congreso de Valencia da de sí en términos electorales, ya puede Mariano convocar dos o tres guateques más antes de 2012 para confirmar la idea seminal surgida en aquellas tierras (fuera María San Gil, fuera liberales, fuera conservadores y aquí estamos p’ayudar), y alfombrar convenientemente su añorado aterrizaje en La Moncloa. Es difícil saber a quién invitará a dejar el partido en esas nuevas ediciones, pero una cosa es segura: Gallardón no está nominado.

Libertad Digital - Opinión

LEY DE «MUERTE DIGNA»

EL Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó ayer el proyecto de la comúnmente conocida como «ley de la muerte digna». En ocasiones, las labores de gobierno de las comunidades humanas no se circunscriben a la adopción de unas medidas instrumentales que hagan más dinámica y llevadera una convivencia a menudo salpicada por la conflictividad. Por el contrario, la Administración intenta con frecuencia creciente llegar a lo que Unamuno llamaba «el hondón del alma». Es lo que parece perseguir el Gobierno andaluz con este exhaustivo texto legal que, finalmente, se ha visto forzado a desechar la promulgación de un régimen de sanciones, probablemente merced a los informes de los servicios jurídicos, pero que no ha renunciado a regular hasta el último aliento de las personas que agonicen en Andalucía. Se ignora la objeción de conciencia de los médicos, exclusión que abre una peligrosa puerta en tan agrio debate.

El pretexto es preservar los derechos de «autonomía» de los moribundos. Pero hasta hoy los andaluces han muerto, en sus casas o en los hospitales, sin necesidad de que una normativa meticulosa y entrometida les reconozca sus facultades para el bien morir. La insensibilidad de un legislador que en lugar de emplear sus vigilias en evitar el millón de parados juega con la vida y la muerte de los seres humanos produce desazón. Se nos exhibe un escaparate de rebajas del dolor como panacea para las angustias del tránsito final, algo que ni los más penetrantes pensadores han logrado desentrañar. Sin el menor reparo, la consejera de Salud afirma haber despejado todas las dudas, simplemente con acelerar y sedar los últimos momentos de una vida. ¡Qué gran ligereza! ¡Qué imperdonable frivolidad!

El mandato del Estatuto de Autonomía, pobremente refrendado por los andaluces, es el imperativo categórico que va a regir la formulación de la llamada «muerte digna». La terminología ha sido siempre una coartada perfecta para perpetrar los mayores males. El proyecto remitido ayer al Parlamento andaluz es un nuevo paso en falso, que confunde las máximas prioridades en una mente sana. Vuelve a estar el PSOE obsesionado con la cultura de la muerte, y lo mismo que finge ignorar cuándo hay ya un ser humano, presta a la anestesia un protagonismo casi operístico, como si en la vida y en la muerte todo fuera cuestión de adormidera. Andalucía vuelve a ser pionera en esto como lo fue en la manipulación legal de embriones. El aventurerismo en punto a principios ontológicos del Hombre parece haberse convertido en bandera de progreso para la Junta de Andalucía.

ABC - Editorial

LA EDUCACION DEL MINIMO ESFUERZO

«Hay algo peor que el abandono escolar de quienes no quieren aprender, y es la obligación, en detrimento de los demás alumnos, de retenerlos aunque no asuman las obligaciones que debería llevar aparejadas su derecho a la enseñanza.»

No hay teoría del aprendizaje que no relacione el esfuerzo y su influencia en el nivel del éxito o fracaso del alumnado. Sin embargo, está visto que para el Gobierno de Zapatero el valor del esfuerzo –como el de la disciplina– es algo caduco, propio de épocas pretéritas, por lo que su única solución para el problema del elevado fracaso escolar en nuestro país pasa por rebajar todavía más el nivel de exigencia en la enseñanza. Así, y en un primer momento, el Ejecutivo de Zapatero aprobó por decreto que los alumnos pudieran pasar a segundo de bachillerato aunque tuvieran tres y hasta cuatro asignaturas suspendidas del curso anterior.


Tras la reciente sentencia del Tribunal Supremo, que ha anulado dicho decreto y que ha recordado que la LOE sólo permite pasar a segundo de bachillerato con dos materias suspendidas como máximo, el Ministerio que ahora dirige Ángel Gabilondo ha vuelto a la carga y ha anunciado un "acuerdo" por el que los estudiantes de primero de bachillerato que suspendan tres o cuatro asignaturas no tendrán obligatoriamente que repetir curso sino que podrán matricularse al año siguiente sólo de las materias suspensas conservando las notas restantes. El Ministerio ofrece también a esos alumnos la posibilidad de matricularse de todas, pero pudiendo conservar las notas sacadas en las aprobadas en caso de que en el nuevo curso las empeoren.

Antes de analizar ambas posibilidades, hay que señalar que ese "acuerdo", supuestamente alcanzado este martes en el seno de la Comisión General de Educación entre el Ministerio y las Comunidades Autónomas, no ha logrado la unanimidad que ha pretendido transmitir el Departamento de Gabilondo. Varios viceconsejeros y directores generales –entre ellos, la viceconsejera madrileña de Educación Alicia Delibes– han mostrado su rechazo o bien han expresado su deseo de tener más tiempo para valorar lo que no es otra cosa que una propuesta.

Por nuestra parte, rechazamos ambas posibilidades por varios motivos. La primera posibilidad –la de cursar solo las asignaturas suspendidas– propicia la ociosidad de quienes sólo asistirán a clase unas determinadas horas, habituándolos a hacer en dos años lo que deberían hacer en uno. En cuanto a la posibilidad de volver a matricularse también en las asignaturas ya aprobadas, pero conservando la nota del año anterior en caso de que las suspendan, eso es tanto como dar validez a un fracaso. La motivación es inseparable del esfuerzo, pero ¿qué motivación van a tener estos alumnos para conservar y mejorar su conocimiento de lo que han aprendido si pueden conservar una nota que ya no refleja su conocimiento de la materia?

Por otra parte, difícilmente educaremos a los alumnos en el valor del esfuerzo si, para empezar, ni ellos ni nosotros somos conscientes del enorme esfuerzo económico que para los contribuyentes encubre la mal llamada "gratuidad" de la enseñanza. No debería ser de recibo que el dinero de los contribuyentes sirva para perpetuar indefinidamente a los alumnos en un sistema educativo a la espera de obtener unos títulos degradados. La enseñanza debe estar abierta a los alumnos sin recursos económicos, pero no a los alumnos sin voluntad de esforzarse en el aprendizaje. Hay algo peor que el abandono escolar de quienes no quieren aprender, y es la obligación, en detrimento de los demás, de retenerlos a toda costa, aunque no asuman las obligaciones que debería llevar aparejadas su derecho a la enseñanza. Esa obligación se llama esfuerzo y mérito, y es precisamente lo que se debilita con la nueva propuesta de este Gobierno.

Libertad Digital - Opinión

GOBIERNO SIN CONFIANZA

NI elecciones anticipadas, ni cuestión de confianza, ni siquiera una reflexión sensata sobre su fracaso electoral. El PSOE continúa empeñado en esconder la cabeza debajo del ala para ignorar el mensaje inequívoco de las urnas europeas. Como siempre, la culpa se le atribuye al Partido Popular, en este caso por su «ansiedad» en aprovechar la coyuntura, según dijo ayer José Blanco, recuperado para las funciones de ariete partidista después de una etapa con perfil institucional. El propio Rodríguez Zapatero confirmó en la sesión de control del Senado que nos esperan nuevos episodios de esta práctica sorprendente que imita a la política del avestruz. El presidente recordó al PP que sigue en la oposición y recomendó a los populares que disfruten de los resultados en lugar de utilizar un supuesto tono agrio incluso cuando ganan. Una vez más, se trata de lanzar dardos contra el adversario -en este caso, el portavoz Pío García- Escudero- sin la más mínima autocrítica y sin aceptar ninguna responsabilidad por un resultado muy negativo. La posición oficial de los socialistas parte de una falacia evidente: no es la crisis la que pasa factura al Gobierno, sino la gestión lamentable de dicha crisis a cargo de un presidente que primero la niega, después intenta eludir sus efectos y ahora le echa la culpa de todos los males. Varios gobiernos europeos -eso sí, de centro-derecha- han salido más fuertes de las urnas, a pesar de que tienen que lidiar también con una recesión de alcance universal. Lo malo es que Rodríguez Zapatero pretende salir del paso a base de maniobras y ocurrencias que una sociedad moderna termina por rechazar cuando las cosas se ponen serias. Si no lo quiere entender, todos vamos a pagar las consecuencias porque España no puede permitirse otra larga temporada a base de retórica sin contenido y de falsos equilibrios parlamentarios que ya ni siquiera permiten al Grupo Socialista evitar la pérdida de votaciones.

La sociedad española no asume en un contexto como el actual que el Gobierno sea incapaz de reaccionar con medidas sensatas y, si es preciso, con reformas estructurales. Confianza es precisamente lo que necesitan nuestras empresas y trabajadores, así como las miles de familias que sufren el drama del paro o el temor a que se acerque el fin de mes. Esta sociedad desconfía profundamente de un Ejecutivo oportunista, que malgasta su tiempo en una propaganda sin sentido para ocultar la evidencia de un equipo poco sólido y superado por las circunstancias. Cuando Rodríguez Zapatero insinúa ante los suyos que el PSOE sólo ha sufrido un «desgaste moderado», no sólo está dilapidando el caudal electoral de su partido, sino -lo que es mucho peor- la última esperanza de muchos ciudadanos acerca de una reacción gubernamental en favor del interés general. Pedir elecciones anticipadas o apelar a los instrumentos parlamentarios que miden los apoyos del Ejecutivo no es una maniobra táctica del PP, sino un criterio que gana fuerza por momentos en la opinión pública y que podría convertirse en un clamor en los próximos meses. En efecto, tal y como están las cosas, la negociación de los próximos presupuestos generales del Estado podría convertise en la prueba definitiva de la incapacidad de este Gobierno está encauzar la situación. Mientras tanto, da igual que el PSOE alivie sus penas en el marco del desastre general de la izquierda en toda Europa.

ABC - Editorial