sábado, 13 de junio de 2009

FLAGELACION. Por Yauma

“Vaya por Dios: Zapatero no se flagela. Tres días estuvimos esperando que apareciera en carne mortal, dándose golpes con un látigo, confesando su derrota, pidiendo perdón por los pecados cometidos, con el polvo mordido en su boca ensangrentada, y decepcionó a la afición. Ni una nota de autocritica. Ni una palabra de arrepentimiento ni reproche. Resultado decente; “muy digno”. Ni siquiera se cargó a Leire Pajín: la felicitó por la campaña. Ese es el sonido de José Luis Rodríguez Zapatero en medio de la algarabía postelectoral.” (Fernando Ónega La Vanguardia).

En efecto: parece qué, el risueño permanente, no se flageló, al menos públicamente, a pesar de su altísimo componente femenino, no apareció con señales claras de haber atormentado su cuerpo. Sabido es qué, los flagelantes gozan atormentando su estructura corporal, vista por ellos mismos como una parte viciada. Históricamente el cuerpo femenino se ha llevado la palma en esa perversión asociada a la mística tradicional. Los flagelantes históricos veían el cuerpo como basura y querían someterlo al orden divino. Los flagelantes inquietaron a la Iglesia: escapaban a su control, y se les acusó de poseídos.
Una estudiosa de estos temas es la académica francesa Elizabeth Roudinesco, de origen rumano, historiadora del psicoanálisis y psicoanalista. Recientemente ha escrito un libro “Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos”. En este nuevo trabajo recorre lo que fue considerado a lo largo del tiempo como “perversión”, es decir, una especie de historia de las nociones de bien y mal, desde los flagelantes de la Edad Media, pasando por el infanticida Gilles de Rais, el Marqués de Sade y el nazismo, para describir el estado de cosas en una sociedad a la que la escritora define como perversa, en la cual el sujeto es considerado por el Estado como “una cosa”, tal cual está sucediendo en los países occidentales.

¿Dónde empieza la perversión y quiénes son los perversos? Desde la aparición del término en la Edad Media, se considera como tal a aquel que goza con el mal y con la destrucción de sí mismo o de otro. ¿Quién es perverso? “un verdugo en plena faena con una erección” Contesta Elisabeth. No obstante, cada época juzga y trata a la perversión a su manera. La historia de los perversos en Occidente se narra en el libro de Elizabeth Roudinesco a través de sus figuras emblemáticas, desde la época medieval , Gilles de Rais, los místicos, los flagelantes, hasta nuestro tiempo (el nazismo, los tipos complementarios del pedófilo y el terrorista), pasando por el siglo XVIII (Sade) etc. Nuestra época, que cada vez cree menos en el hecho de que cada uno de nosotros encierra su lado oscuro, finge suponer que la ciencia pronto nos permitirá acabar con la perversión. “El mal fascina, por eso lo negamos”. Una historia extraordinaria de la transgresión, no deja de ser un ensayo apasionante. La autora pretende demostrar en su libro que todos tenemos un lado oscuro y perverso. Es la mirada de la sociedad sobre lo perverso la que se modifica a través del tiempo, y el estudio de esa mirada histórica permite comparaciones en ocasiones chocantes.
“Si el mal no existiera no sabríamos lo qué es el bien” dijo un gran pensador. Ello de alguna manera permite normalizar, hermosa palabra, la perversidad. Todos somos perversos. Pero, sin caer en la criminalidad, unos más que otros y con una consideración social que se transforma con los siglos. La señora Roudinesco cataloga a los perversos de la historia, como flagelantes, místicos, nazis, pedófilos, terroristas, y casos tan extravagantes como (los niños masturbadores, los homosexuales, y las mujeres histéricas). Esta buena mujer pone algunos ejemplos muy curiosos: “No es lo mismo masturbar un caballo que violar una gallina” en relación a una de las últimas perversiones vigentes, la zoofilia.

Lo perverso es un concepto variable. Originalmente, el término significaba a contra natura y se aplicaba a los que practicaban el sexo de forma antiprocreativa . Actualmente con todas las variables sexuales permitidas por ley, mientras sea entre adultos y con consentimiento mutuo, la perversión solo puede aplicarse a aquellos que gozan haciendo daño al otro, o tratándolos como objetos. El perverso disfrutará destruyendo o autodestruyéndose, es quien goza dañando. No necesariamente el perverso es criminal. Sin embargo, es el perverso criminal el que más horroriza y fascina. Todo lo extremo fascina. La perversión es fruto del animal humano. En cada momento histórico percibiremos algo como perverso.
Desde la Edad Media hasta nuestros días, Roudinesco convoca a seres tan despreciables como Gilles de Rais, mariscal de Francia, compañero de armas de Juana de Arco, y, asesino en serie, que descuartizó a más de 300 niños en orgías cuidadosamente montadas, o transgresores como el marqués de Sade, que parece que le excitaba ver a los otros como objetos para el sexo anal. Encarcelado durante 28 años, Sade canalizó sus pulsiones en literatura. Si Sade hubiera vivido hoy, sería un señor con sus particulares gustos sexuales, no penados si son consentidos. A Sade solo se le reprocharía el maltrato a su mujer, porque la forzaba al sexo anal.
Continuando con las opiniones de la señora Elisabeth, menuda especialización la suya, el arte sublima las perversiones en muchos casos y pone como ejemplos a Sade, Wilde, Proust, Süskind ( El perfume),y……Almodovar. “Por su mirada complacida hacia los transexuales, que a la postre son la nueva encarnación del flagelante, pues someten su cuerpo a una mortificante transformación para ganarse el paraíso de una identidad sexual”.

Para no desviarnos mucho del tema, el motivo de este escrito es el gran mentiroso, ¿ La mentira compulsiva con fines de aprovechamiento político es una perversión? . La autora del libro lo deja entrever definiendo la figura del perverso como aquella persona que no siente empatía por el otro. Instrumentaliza al otro como a un objeto. Suele ser seductor. Inteligente. ¡O estúpido!. Flaubert equiparaba la estupidez y perversión. “El psicoanálisis puede con todo menos con la estupidez”.
Claramente ZP no cuadra con la modalidad de flagelante, luego ante este tipo de perversión queda descartado. Si el periodista Ónega, esperaba la flagelación zapateril , demuestra no haber leído a la señora Roudinesco. De haberlo hecho su planteamiento hubiera transcurrido por otros andurriales conceptuales. No sé, si la gallina o el caballo, no lo sé, o la erección del verdugo, tampoco lo puedo afirmar, todo son hipótesis de trabajo más o menos fundamentadas en la observación diaria de los comportamientos políticos de los líderes de los grandes y pequeños partidos, no perdamos de vista al Neng y su entorno, vaya otro, después de reducir a la nada un partido político lleno de vitalidad y fuerza emergente, aparece en público diciendo que no ha ocurrido nada. Creemos que estas cosas solamente se pueden explicar desde el análisis psicoanalítico más elaborado y desde la perversión política más escatológica.

Ya sabíamos, sin la ayuda de la doctora francesa, que la perversión forma parte de la naturaleza humana. Todos tenemos un lado perverso, que da de relieve a nuestro lado compasivo. Pero hay casos y casos, no es lo mismo el individuo qué, por ejemplo, sale al campo y por puro placer sexual se dedica a matar hormigas o a pisotear flores. Qué otro, que desde su privilegiado puesto de poder joroba con sus decisiones políticas a medio país. Otras situaciones de perversión aparecen claramente como grupales: el caso de la normalización obligatoria cuatribarrada ¿Existe algún tipo de perversión de mayor enjundia? A propósito la última perversión de naturaleza cuatribarrada parece que ha sido la siguiente: Reunidos Montilla y zapatero en la Moncloa, junto con la Chacón como intérprete, con la intención de resolver, de una vez por todas, el tema de la financiación Zapatero propuso a Montilla 2500 euros para cada habitante del Estado español (en palabras de ZP). Montilla dijo no. Zapatitos fue subiendo hasta llegar a 15000 euros por persona. Montilla no, y NO. Zapatero desesperado no sabía qué hacer. Entonces la Chacón le sopló al oído (bis….bis). El presidente de España le ofreció a Montilla 1500 euros por cada catalán y doscientos para cada uno del resto de españoles. El convenio se firmó en el acto. Cosas de las perversiones cuatribarradas. No se sabe si Montilla tuvo en ese momento supremo una erección.
De todas maneras no hay que desanimarse, la académica francesa dice que pretender extirpar toda perversión deviene en la mayor perversión. La aversión al mal puede a su vez ser perversa. Anhelar una sociedad perfecta, sin sombra de infelicidad, limpia de todo mal ….es muy perverso. Una humanidad del todo beatífica ¿sería humanidad?. Decididamente el que no se conforma es porque no quiere.

El blog de Yauma

BARCENAS DE NUEVO. Por José Cavero

Pudo pensarse que el PP se jugaba en las elecciones del pasado domingo "el caso Gürtel" y que, con su victoria, lo había dejado atrás. Algunos dirigentes del principal partido de la oposición llegaron a sugerir, en efecto, que el electorado, al dar su triunfo al PP, había preferido pasar esa página oscura y preocupante que tiene a unos cuantos responsables del partido de Rajoy "en entredicho". A muchos más, escandalizó que ese caso y sus ramificaciones no hubiera tenido el menor efecto electoral, sino todo lo contrario: en los "feudos" del PP en los que se centra el caso Gurtel, Madrid y Valencia, se habían producido los mejores datos para el partido. ¿Cómo cabe explicar ese fenómeno?

Pues bien, los nuevos datos conocidos sobre el tesorero del PP, el senador Luis Bárcenas, vuelven a traer al primer plano de atención el delicado asunto. También el hecho de que se venga especulando desde hace unos cuantos días con la probabilidad de que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana dé carpetazo al caso en su apartado valenciano, es decir, en el que tiene a Camps y su segundo, Ricardo Costa, como objetivos de su atención y de sus investigaciones. ¿No han hallado materia delictiva en el presunto cobro "en especies" por los favores de haber encargado a "El Bigotes" decenas de encargos de organizar eventos como el mismísimo Congreso del PP de Valencia, que dentro de pocos días tendrá la celebración del primer aniversario?.

Ahora, tras las nuevas revelaciones, una vez más a cargo del diario El País, se sabe que el personaje Bárcenas llegará a ser materia que aborde el Tribunal Supremo, por la condición de aforado del tesorero-senador, así como del diputado Jesús Merino, también mezclado en esta historia. Por cierto, que el PP ha vuelto a protestar por la revelación de estos datos y se indica que también ha reaparecido Federico Trillo, que se había oscurecido voluntariamente a raíz de la sentencia sobre la fraudulencia identificación de los militares de la tragedia del Yak-42.

Ahora, se asegura que Trillo está presionando al Fiscal General, Cándido Conde Pumpido, y acusa al Gobierno de forzar al Ministerio Público, o Fiscalía General del Estado. Pese a lo cual, todo permite suponer que el juez de Madrid elevará la causa, y con la velocidad que el caso requiere, ya que estaría a punto de verse sobreseído por temor a que prescriba el próximo día treinta de este mes. Ese día prescribirá la primera de las infracciones fiscales atribuidas a Bárcenas y descubiertas ahora por la inspección de Hacienda. Se trata de una operación, según nos cuenta El Mundo, de 330.000 euros no declarada a Hacienda, cuantía que coincide con la que aparece en la "contabilidad B" de las empresas de Francisco Correa como entregada a "L.B", siglas correspondientes a Bárcenas.

Bárcenas habría liquidado con dos cheques bancarios de 300.000 euros cada uno. Ya con anterioridad, algunos otros movimientos bancarios de Bárcenas habían levantado toda clase de sospechas. Estos pagos de esta historia coinciden con un ingreso bancario efectuado con billetes de 500 euros, uno de los modos más frecuentes de la economía "negra" o "B"... Los informes tributarios, en efecto, están siendo clave para el relanzamiento del Caso Gürtel en sus más elevadas instancias, el Tribunal Supremo, que habrá de depurar el presunto cohecho y fraude fiscal del tesorero del PP. El informe tributario llegó hace pocos días a la Fiscalía Anticorrupción, y parece destinado a elevarse con la mayor agilidad y rapidez hasta el Supremo, para que la caducidad del caso no termine de amparar la impunidad de los probables delincuentes.

La pregunta ahora es qué hará Rajoy con su "hombre de confianza", si solicitará su dimisión o le dará el apoyo que ha venido dando a los presuntos implicados valencianos. El triunfo de Rajoy no ha llegado a disfrutarlo ni una sola semana...

Periodista Digital - Opinión

¡Y AUN DICEN QUE EL PAN ES CARO!. Por Juan Manuel de Prada

EN el célebre cuadro de Sorolla, el pescador al menos era auxiliado en la bodega del barco por alguien que podría haber sido su patrono; pero a este boliviano que se acaba de rebanar el brazo mientras amasaba pan su patrono lo ha dejado tirado a cincuenta metros de un hospital, mientras se desangraba como un marrano en la matanza. ¡Y aún hemos de dar gracias de que no hiciera con él lo mismo que con el brazo rebanado, que apareció entre desperdicios! Tal vez a ese patrono le ocurriera, mientras veía desangrarse al boliviano, lo mismo que a la miembra Aído le ocurrió cuando le preguntaron en la radio si un feto era un ser vivo. ¡Un ser vivo sí, pero no un ser humano! Y como a un ser vivo trató ese patrono al boliviano: su brazo rebanado lo echó al cesto de los residuos biosanitarios; y al resto de su organismo lo dejó a la puerta de un hospital, como antaño se dejaba a los niños expósitos a la puerta de un convento.

Entonces llega el ministro Corbacho y, con esa cara de feldespato que se les pone a los politiquillos en sus alardes cínicos, suelta que sobre el patrono «caerá todo el peso de la ley». Hay un método infalible que permite distinguir el propósito verdadero del alarde cínico: mientras quien está animado por un propósito verdadero de combatir una calamidad la ataca en sus orígenes, quien está animado por el cinismo la ataca en sus consecuencias visibles, después de haberla alimentado en sus orígenes. Esto de combatir las calamidades en sus consecuencias visibles, después de haberlas alimentado en sus orígenes, es signo distintivo del Mátrix progre; como también lo es tildar de retrógrado a quien pretende combatirlas en sus orígenes. En el Mátrix progre, por ejemplo, se proclama a los cuatro vientos en época de vacas gordas que habrá papeles para todos los inmigrantes; y, como los inmigrantes no son sordos -aunque sí ingenuos- vienen en tropel en busca de esos papeles que les permitirán participar del festín. Pero llegan las vacas flacas y los papeles se esfuman; de modo que si los inmigrantes desean subsistir, siquiera con las migajillas de aquel festín soñado, tienen que emplearse clandestinamente y conformarse con sueldos misérrimos.

¡Qué gentuza sin escrúpulos, qué esclavistas carroñeros son esos empleadores clandestinos!, nos dice el Mátrix progre, aprovechando que un boliviano se rebana el brazo mientras amasa pan. Pero la panificadora en la que trabajaba ese boliviano no era un cuchitril subterráneo: empleaba a decenas de personas que trabajaban a destajo, de sol a sol, probablemente en el mismo régimen de explotación que el boliviano del brazo rebanado. ¿Es que no hay una inspección de trabajo encargada de denunciar tamañas irregularidades? ¿Es que no hay unos sindicatos que defienden la dignidad de los trabajadores? ¿Y por qué sindicatos e inspección de trabajo no se preocuparon antes de que cayese «todo el peso de la ley» sobre el dueño de esa panificadora? Pues por la sencilla razón de que en el Mátrix progre las calamidades sólo se atacan en sus consecuencias... siempre que las consecuencias sean visibles. Porque mientras estas consecuencias se pueden esconder, como la chacha guarrona esconde las barreduras debajo de la alfombra, un empleador clandestino desempeña una misión si se quiere sórdida, pero extraordinariamente eficaz, puesto que contribuye a mitigar los efectos de aquellas proclamas de papeles para todos que se hicieron irresponsablemente en época de vacas gordas. Un brazo rebanado es, sin embargo, una consecuencia demasiado visible; y entonces el Mátrix progre hace caer «todo el peso de la ley», que antes no aplicaba. ¿Y qué más hace el Mátrix progre? Bueno, también va a regularizar al boliviano del brazo rebanado, porque no hay verdadero alarde cínico sin coartada emotiva; además, así se tranquiliza la mala conciencia de la masa idiotizada.

ABC - Opinión

MANUEL CHAVES O EL NEGOCIO DEL PODER. Por Federico Quevedo

Verán, no tenía muy claro que es lo que iba a decirles a ustedes aquí esta tarde, porque lo que yo pueda decir prácticamente lo han dicho ya mis compañeros de mesa antes que yo. Pero esta mañana han venido don Manuel Chaves González, a la sazón ex presidente de la Junta de Andalucía y actual vicepresidente tercero del Gobierno de no se sabe qué, a salvarme. Me explicó. Manuel Chaves ocupa un lugar muy destacado en el libro El Negocio del Poder. Lo ocupa porque sin duda es un ejemplo muy elocuente de lo que cualquier ciudadano de bien espera que no sea un político, es decir, un caradura, y perdonen la expresión, si quieren un poco vehemente. Chaves ha gobernado la Junta durante veinte años, y durante ese tiempo ha convertido aquella comunidad autónoma en una verdadera república clientelar de la que él es el máximo cacique.

Durante veinte años ha convivido, permitido y alentado la corrupción a su alrededor, ha favorecido a sus amigos, se ha aprovechado de las instituciones y ha montado todo un auténtico negocio paralelo del que se ha aprovechado convenientemente su familia, principalmente sus hermanos, pero también su familia más cercana como hemos podido comprobar estos días desde que el diario El Mundo destapara el escándalo de las subvenciones a la empresa Matsa, de la que es apoderada su hija Paula, contraviniendo todas las normativas legales.

Pues bien, esta mañana Manuel Chaves, en un ejercicio de funambulismo político propio de caudillos de repúblicas bananeras, le ha dicho a la oposición que lo acosaba con sus preguntas sobre este escándalo lo siguiente, y cito textualmente: “Durante 20 años no me han derrotado en las urnas y ahora tampoco podrán con mentiras e insidias”. Inconmensurable demostración de desprecio a la democracia y al Estado de Derecho. Cuando Daniel y yo escribimos este libro y, sobre todo, cuando en su epílogo denunciamos de manera clara y contundente la patrimonialización del poder que algunos políticos ejercen sin complejos, como si, lejos de ser una delegación de la soberanía nacional, fuera un derecho adquirido por ellos desde la cuna, nunca imaginamos que un miembro del Gobierno de España, nada menos que todo un vicepresidente tercero aunque no sepamos de qué, nos iba a dar una lección tan elocuente de lo que estábamos denunciando y porqué.

Pero, fíjense, lejos de hacerme reflexionar este hecho relevante sobre la figura del señor Chaves y sobre lo que debería hacer él o debería hacer sobre él el presidente del Gobierno -dimitir en el primer caso, cesarlo en el segundo-, a lo que me lleva es a hacerme una pregunta sobre la que me gustaría plantear un debate serio y profundo, porque creo que nos jugamos mucho con esto: qué políticos tenemos en España, ¿los que queremos, o los que nos merecemos?

Me dirán ustedes que, en la medida en que los elegimos, son los políticos que queremos. Pero, ¿de verdad los ciudadanos han elegido como diputada a una mujer sin currículum conocido más allá de los escuetos parámetros de la vida partidaria, capaz de decir delante de un auditorio de personas ilustres que el año que viene el planeta va a vivir un acontecimiento único como es la coincidencia de presidencias en Estados Unidos y Europa de Obama y Zapatero? ¿De verdad los ciudadanos quieren tener como ministro de Fomento a un hombre que no fue capaz de terminar la carrera de Derecho? Ya no digo que hiciera al menos una oposición… ¿De verdad los ciudadanos han elegido como ministra de Igualdad a una mujer que considera que para una niña de dieciséis años es lo mismo abortar que operarse las tetas? Yo creo que no. Yo creo, más bien, que los ciudadanos se ven obligados a elegir a los políticos que los propios partidos incluyen en las listas con mecanismo que poco o nada se parecen a una democracia, y eso indudablemente revierte en la degradación del sistema. No son, por tanto, los políticos que queremos, sino los que otros quieren por nosotros, sin darnos ni siquiera la posibilidad de ofrecer nuestra opinión.

¿Son, entonces, los que nos merecemos? Probablemente sí, y con esto quiero terminar mi reflexión. Verán, este libro que hoy presentamos no es, y así lo hemos dicho, una enmienda a la totalidad de la clase política, pero si pretende ser una denuncia expresa de la casta que se ha instalado en el poder haciendo de este un patrimonio personal. Pero esos políticos no existirían si la propia sociedad no se lo permitiera. El libro, por tanto, debe servir de denuncia, pero también de autocrítica de los propios ciudadanos. Es cierto que esta nuestra es una democracia muy limitada por sus leyes y sus normas, con escaso espacio para todo aquello que no forme parte del sistema partitocrático que tenemos. Pero aunque pueda parecer que eso es así, existen mecanismos para que la sociedad civil reaccione ante los abusos del poder, en lugar de quedarse sentada mirando para otro lado como sin esto no fuera con ellos, con nosotros.

Se trata de nuestro poder, no del suyo; de nuestro dinero, no del suyo; de nuestra libertad, no de la suya; de nuestras leyes, no de las suyas; de nuestra soberanía en definitiva, no de la suya. El suyo es un poder delegado, cedido temporalmente por un periodo de cuatro años para que lo ejerzan de acuerdo con las constantes que nosotros les imponemos. Si no nos movemos, si no hacemos valer nuestros derechos y nuestras decisiones, si no reaccionamos en la calle, en las aulas, en las tribunas periodísticas, en las urnas, incluso dentro de los propios partidos, estaremos entregando lo que es nuestro a políticos que, como Manuel Chaves, consideran que una victoria en las elecciones es un cheque en blanco para hacer de su capa un sayo porque los sitúa, ya no al margen de la ley, sino por encima de ella.

*Palabras del autor en la presentación el pasado miércoles día 10 del libro El Negocio del Poder. Así viven los políticos con nuestro dinero, escrito junto al periodista Daniel Forcada y publicado por la editorial Altera.

el confidencial - Opinión

EL CASO BARCENAS. Por Fermín Bocos

La justicia no puede atener sus ritmos a los latidos de la política, ni a las conveniencias de los políticos pasando de puntillas por los casos de presunta corrupción.

Sería perverso; sería tanto como admitir que los políticos están por encima de la ley. Digo esto, al hilo de la vía en la que está entrando una hijuela del "caso Correa", transformada en "caso Bárcenas" por obra de la acometida del ex ministro Federico Trillo relacionando la actuación de la Fiscalía Anticorrupción (que ha remitido las investigaciones sobre el senador Bárcenas al Tribunal Supremo) con la larga mano del Gobierno.


Bárcenas, senador cunero por Cantabria, es, como se sabe el tesorero del Partido Popular. Las portadas de algunos periódicos reflejan cifras y circunstancias que cubren de sospechas de cohecho el origen del abultado patrimonio de este político. Con elecciones a la vista o sin elecciones, en democracia, nadie está por encima de la ley.

Por eso me ha sorprendido que un ciudadano inteligente como Federico Trillo haya salido en tromba cargando contra el fiscal en lugar de preguntar a su compañero, el senador Luis Bárcenas, cómo es que le ha cundido tanto su paso por la segunda fila de la política. En su día, Mariano Rajoy defendió la honradez del tesorero del partido. Se echa en falta su voz tras conocerse el último movimiento de la Fiscalía.

Periodista Digital

LA AUDACIA DEL FRACASO. Por Alberto Acereda

Obamérica

«El honesto deseo de que Obama fracasara en sus políticas se confundió por parte de muchos con el deseo del fracaso de la nación entera, cuando se trataba de lo contario: desear el fracaso de Obama era aspirar a conservar lo mejor de Estados Unidos.»

De la audacia de la esperanza con la que Barack Obama tituló su libro hemos pasado en poco tiempo a la audacia del fracaso. Es así como en menos de cinco meses se empieza ya a definir la nueva América que Obama está rediseñando. Del cambio y la regeneración de la vida nacional enarbolada durante su campaña presidencial hemos pasado a la repetición de los viejos errores, a un incremento del intervencionismo, a la monopolización de una crisis y a la mayor ampliación del Gran Estado jamás visto por estas tierras. Es por eso que la elección de Obama a la presidencia constituye a juicio de quien esto escribe uno de los mayores timos políticos de la historia de Estados Unidos. El tiempo y la historia dirán si nos equivocamos.


De momento, los números cantan y Estados Unidos sufre ya hoy el mayor índice de desempleo en más de un cuarto de siglo. Nunca antes un presidente había nombrado tantos "zares" con sumo poder sobre tantas cosas y sin responsabilidad alguna hacia el poder legislativo. Nunca antes tampoco un presidente había generado un déficit público tan abominable como el que ahora padecemos y que algunos han calificado ya de robo generacional. Una mirada objetiva a los datos económicos explica que fuéramos muchos quienes deseáramos desde buen principio que Obama fracasara en su gestión. No tanto por Obama en sí, sino porque sus propuestas y su gestión eran y siguen siendo la pócima perfecta para encaramar a Estados Unidos hacia un hondo precipicio. Como bien apuntan nuestros amigos de la revista Reason en su más reciente portada, Obama va a repetir el error japonés de la década perdida de los noventa. O peor.

Lamentablemente, la honesta expresión del deseo de que Obama fracasara en sus políticas se confundió por parte de muchos con el deseo del fracaso de la nación entera, cuando precisamente se trataba de lo contario: desear el fracaso de Obama no era más que aspirar a defender y conservar lo mejor de Estados Unidos y los pilares de su libertad individual y económica. Los pocos que han venido hablando claro y deseando el fracaso de Obama fueron atacados, vejados y demonizados en la vida pública y especialmente en los medios de comunicación, mayormente favorables a Obama. Los miembros del Partido Demócrata se llevaron hipócritamente las manos a la cabeza cada vez que algún conservador salía deseando el fracaso de Obama. A partir de ahí, la maquinaria para marginar a la oposición se puso en marcha y mentar siquiera al señor presidente resultaba y sigue resultando casi un ejercicio de heroísmo.

En esto, como en tantas otras cosas, la hipocresía de la izquierda enquistada en el Partido Demócrata alcanzó y sigue alcanzando cotas impensables. Como las hemerotecas no mienten, siempre resulta un sano ejercicio intelectual echar una mirada a las muchas veces que estos maestros de la hipocresía zurda desearon el más absoluto fracaso de George W. Bush y aun el de la acción militar de Estados Unidos en Irak. En los años más duros en Irak durante la Administración Bush, los políticos del Partido Demócrata, incluidos sus líderes y sus serviles títeres de la incomunicación, no se mordieron la lengua y airearon su esperanza y su deseo de un estrepitoso fracaso de Bush. Desde diversos frentes, lo anhelaron y aun lo promovieron. Por entonces, desear el fracaso del cowboy de Crawford era permisible. Hacer ahora lo mismo con el mesiánico elitista de Harvard resulta, en cambio, prohibido. Veamos algunos ejemplos de lo dicho por la hipocresía del Partido Demócrata y sus adeptos sobre Bush, los mismos que tanto se enfadan ahora cuando se cuestiona a Obama.

Jesse Jackson, ya en diciembre de 2000, antes de acceder Bush a la presidencia afirmó: "Vamos a llevar nuestra protesta a las calles, deslegitimaremos a Bush, lo desacreditaremos, haremos lo que haga falta pero nunca lo aceptaremos". El comentarista Bill Press, en diciembre de 2000, aseguró: "Ciertamente no queremos que Bush acierte mucho". El periodista EJ Dionne Jr., tituló su columna de opinión en enero de 2001 así: Los demócratas a la espera de que George W. Bush falle. El asesor demócrata James Carville, horas antes del 11-S: "Espero que Bush no tenga éxito". Lo mismo el senador demócrata Jay Rockefeller, quien en octubre de 2003 escribió y distribuyó un memorándum entre los demócratas para politizar la guerra de Irak y presentar a Bush como un perdedor y la guerra como algo ya perdido. Harry Reid, el hoy líder de los senadores demócratas, afirmó en un colegio en mayo de 2005: "Este Bush es un perdedor". Y Howard Dean, en diciembre de 2005, afirmó: "La idea de que vamos a ganar la guerra de Irak es una idea llanamente errada".

Tras las elecciones intermedias de 2006, los demócratas siguieron deseando que Bush y sus políticas fracasaran, incluida la escalada de tropas en la guerra de Irak. Así, otra vez Harry Reid, en abril de 2007: "Creo que esta guerra de Irak está perdida y que la escalada de tropas no está logrando nada". El congresista demócrata Jack Murtha afirmaba en julio de 2007: "La escalada de tropas en Irak es una locura. Es una política fallida envuelta en espejismos. No se puede ganar militarmente. Esa escalada es un perfecto ejemplo de la falta de avances. No ha habido ningún progreso". También el entonces novato senador Barack Obama afirmaba en agosto de 2007: "Los esfuerzos para estabilizar Irak han sido un completo fracaso". Y de nuevo el mismo Obama en septiembre de 2007 auguró erradamente: "No hay solución militar en Irak y nunca la hubo". Más recientemente, Nancy Pelosi se contradecía en febrero de 2008: "Lo de Irak es un fracaso. Un fracaso. Las tropas han tenido éxito. Dios las bendiga".

Los ejemplos del desesperado deseo entre los demócratas de que Bush fallara en casa y en Irak se pueden multiplicar y todos apuntan a lo mismo. Hoy sabemos ya que Bush y Petraeus acertaron finalmente en Irak. Uno entiende que la política sea un juego sucio e incluso a veces perverso. Pero precisamente por eso hace falta no perder de vista la historia. Igual que los políticos y comentaristas demócratas desearon que Bush fallara, sin importarles nada lo que Estados Unidos se jugaba entonces, hoy hay que aceptar que haya un importante sector de la población norteamericana que desea que las políticas intervencionistas de Obama fracasen por el bien de Estados Unidos: que falle en cada una de sus agendas socialdemócratas tendentes a hacer de esta nación lo que nunca fue y a fin de no seguir cayendo por el precipicio al que lleva esa audacia del fracaso.

Libertad Digital - Opinión

ESCLAVOS DEL SIGLO XXI. Por M. Martín Ferrand

ESPAÑA ha sido, desde sus más remotos orígenes, tierra de intolerancia y exclusión. La mitra y la corona, de consuno y en beneficio mutuo, así lo determinaron y, como se sabe, donde hubo siempre queda algo. El certificado de Limpieza de Sangre, a partir del siglo XV, era condición necesaria para incluirse lo mismo en un convento que en un batallón. Incluso en un gremio artesanal. El objetivo era rechazar y no incluir, por cristianos que se confesaran, a moros, judíos y protestantes, en la actividad profesional y mercantil. A menor bulto, se decía con evidente cortedad de miras, mayor claridad y todos, menos las víctimas, contentos. Unos pensaban que así salvaban el alma y otros entendían el método como bueno para la prosperidad del reino.

En estos pasados días ha llamado la atención, y golpeado las conciencias que siguen en activo, el accidente padecido por Franns Rilles Melgar, un trabajador boliviano sin papeles, de 33 años, que perdió su brazo izquierdo mientras trabajaba en una empresa panificadora de Gandía, Valencia. Su empleador, más negrero que empresario, abusaba de la situación ilegal del inmigrante y, para evitarse problemas, tiró el brazo amputado a un contenedor de basura y acercó al herido hasta las proximidades de un hospital. Los abuelos de nuestros abuelos se conformaban con no darle empleo a quienes no eran «iguales» a ellos y a pedirles, para que lo fueran, cinco testimonios de limpieza de sangre. Querían «gente bien nacida». Lo del empleador de Gandía es más bárbaro y grave: admitió a Rilles en la fábrica como esclavo del siglo XXI, pero a costa de su sangre.

Ayer, la Fiscalía de Siniestralidad Laboral de Valencia -¡tenemos de todo!- ha solicitado la concesión de un permiso de residencia para Rilles. Una vez más el buenismo de las instituciones trata de enmascarar su inoperancia. Rilles no debiera estar en España en situación ilegal, la panificadora tendría que haber sido inspeccionada y sancionada con dureza por su intolerable mecanismo de contratación de esclavos contemporáneos y alguien -ignoro quién en razón de la atomización de nuestras Administraciones públicas- será responsable político del suceso. El presunto empresario y evidente responsable del brazo cortado ya debiera haber sido conducido ante el juez y, seguramente, la noticia de su ingreso en prisión preventiva tendría que acompañar a la del permiso de residencia de su víctima.

ABC - Opinión

MANIFIESTO CONTRA LAS CENTRALES NUCLEARES, O CASI. Por Juan Carlos Escudier

El eventual cierre de la central de Garoña ha avivado el debate sobre el futuro de la energía nuclear en España que, como todo en este dichoso país, llega tamizado por la reyerta política. Así, se supone la derecha está a favor de esta energía y la izquierda en contra, aunque al credo del átomo se hayan sumado relevantes figuras del socialismo patrio como Felipe González o cuente entre sus sacerdotes con ministros del PSOE, como el titular de Industria Miguel Sebastián. Saltando por encima de ambas trincheras, se trataría de determinar si reducir la dependencia mundial del petróleo y, con ello, las emisiones a la atmósfera de CO2 hacen inevitable recurrir al uranio y sus derivados, sin entrar en los problemas asociados al almacenamiento de sus residuos.

La primera cuestión es puramente fabril. ¿Estaría en disposición la industria nuclear de ofrecer al mundo su presunta energía limpia en el plazo perentorio al que obliga el cambio climático? Y si fuera capaz de ello, ¿a qué coste? Sobre este último asunto, existen dos referencias recientes. Una la del reactor Olkiluoto 3, que se está construyendo en Finlandia, del que se dijo que se terminaría en el plazo récord de cuatro años (lo habitual son diez) por un importe de 2.500 millones de euros. Iniciado en 2005, se han anunciado ya varios retrasos que, según la francesa Areva, su impulsora, demorará su puesta en servicio al menos hasta 2012, con un sobrecoste de otros 3.000 millones de euros.

La segunda referencia es una detallada estimación de costos para una central nuclear comercial que una compañía norteamericana, la Florida Power and Ligth presentó en 2007 ante la Comisión de Servicios Públicos de Florida. Según el informe, el desembolso necesario para un proyecto de 2.200 megavatios con dos reactores de 1100 megavatios cada uno oscilaba entre los 12.100 y los 17.800 millones de dólares, o lo que es lo mismo, entre 8.600 y 12.500 millones de euros.

En definitiva, poner en marcha una central requiere mucho dinero y mucha paciencia. Y ello sin contar con que la capacidad de producción de su industria auxiliar es muy limitada. Sirva como ejemplo este dato que recoge un estudio de mayo de este año de la Fundación Ideas: sólo hay dos empresas en el mundo homologadas en la OCDE para construir las enormes vasijas metálicas de una sola pieza que requiere un reactor.

De ser posible, el renacimiento que predicen algunos de sus lobbies, como el español Foro Nuclear, entrañaría problemas adicionales. Uno de ellos sería el precio del uranio, que se ha multiplicado por diez en los últimos cinco años. Pero es que, además, no hay uranio rentable para tanta gente, que hubiera dicho Celia Cruz, al extremo de que un tercio de lo consumido en las centrales civiles proviene de stock militares. Es verdad que se podrían acometer nuevos yacimientos en el que el mineral estuviera presente en cantidades más bajas, pero su extracción requeriría demasiada energía convencional, o lo que es lo mismo, mucho dióxido de carbono, y habíamos quedado en que la energía nuclear era muy limpia. Y también es cierto que se confía en una nueva generación de reactores que funcionen con plutonio o con torio, que multiplicarían por cien el aprovechamiento actual del combustible. ¿Problemas? Pues que estamos ante una posibilidad teórica, como lo demuestra el hecho de que la partida recogida en el proyecto de presupuestos de EEUU de 2010 para I+D en este campo es de 191 millones de dólares. La IV Generación quizás esté a punto a mediados de este siglo y entonces habrá que enfrentar otro reto: siendo una constante la amenaza terrorista, ¿cómo se guardaría el plutonio y el torio, que son los ingredientes básicos de las armas nucleares? Y hablando de seguridad, ¿no constituyen las propias centrales objetivos perfectos para ataques de este tipo?

Por resumir, la energía nuclear es cara, lenta, contaminante en sus fases previas, y peligrosa, y todo ello sin contar con que seguimos sin saber muy bien qué hacer con sus desechos. Pero vayamos al caso español, donde llegaron a proyectarse hasta 39 centrales, se construyeron finalmente diez y, tras la moratoria impuesta por el propio González, que ahora se ha convertido en uno de sus partidarios, se cerraron dos: Vandellós I, por un grave accidente, y Zorita por falta de seguridad. Ambas pertenecían a la primera generación de centrales, de la que también forma parte Garoña. En 2008 la energía nuclear atendió el 22% de la demanda española, cinco puntos menos que en 2004, según el avance del año de Red Eléctrica Española. En el conjunto mundial, el porcentaje desciende hasta el 16%.

En ese período, entre 2004 y 2008, se ha aumentado en 35.000 gigavatios la generación neta de electricidad, gracias al fuerte impulso de la eólica, que ha duplicado su potencia instalada, y de otras fuentes renovables o biocombustibles. Pese a su variabilidad, el viento satisfizo el año pasado el 11,7% de la demanda, con picos como el del pasado 24 de noviembre a las 4.47 horas cuando el 43% fue cubierta por esta energía.

Los defensores de lo nuclear sostienen que es hipócrita rechazar esta energía porque la demanda española se cubre con las centrales francesas, pero este argumento es erróneo, por no decir falso. Basta con comprobar los balances de Red Eléctrica de los últimos cinco años. Vayamos al más reciente, al de 2008. España exportó más energía a países interconectados como Portugal o Marruecos que la que importó de Francia y Europa. En concreto, los intercambios internacionales registraron un saldo exportador de 11.221 gigavatios, un 95% más que en 2007.

Es en este cuadro en el que hay que contemplar la hipotética no renovación de la licencia a Garoña, sobre cuya continuidad se ha mostrado favorable el Consejo de Seguridad Nuclear pese a la existencia confirmada de grietas en la vasija de la central. Se trata de una decisión política, que se tomaría una vez que el despliegue de energías renovables la convierten en prescindible y que debería ir acompañada de un plan de reindustrialización serio para la zona y los trabajadores afectados. ¿Debemos correr el riesgo que representa mantenerla en funcionamiento más allá de su vida útil cuando no existen problemas de abastecimiento?

A partir de ahí, lo prudente sería avanzar en el despliegue de energías renovables y en el diseño de una red de distribución dotada de suficiente capacidad de almacenamiento, mientras se vislumbra qué resultado puede esperarse de las nuevas centrales programadas en otros países. Existe margen de maniobra porque el fin de la vida útil del resto de las centrales españolas concluye entre el 2021 de Almaraz I y el 2028 de Vandellós II y Trillo. Si los resultados son los prometidos, siempre podría prolongarse el funcionamiento de las centrales -como ahora se pretende con Garoña- mientras se construyen las nuevas. Y si no lo son, contando con que la energía procedente de renovables compense a la producción nuclear actual, habrá que cerrarlas y completar el sistema con gas natural.

El informe ya citado de la Fundación Ideas cree que es posible contar en 2050 con un parque eléctrico totalmente desnuclearizado, integrado exclusivamente por fuentes no contaminantes. Sería una meta para el país y un gigantesco nicho de cientos de miles de puestos de trabajo. Ya en 2007, según un informe de CCOO, el sector de las energías limpias ocupaba a 190.000 personas, entre empleos directos e indirectos, diez veces más que la industria nuclear. ¿Que nos costaría más dinero? Posiblemente, pero algo menos que sanear las cuentas del podrido sistema financiero. Hay cosas que se pagan con gusto.

el confidencial - Opinión

RESISTIRE AUNQUE EMPUJAN. Por José Cavero

El pulso establecido tras las elecciones del domingo entre el PSOE y el PP es posible que se prolongue un tiempo. Hasta que las dos fuerzas y su dirección acepten las nuevas condiciones a las que les han conducido las urnas: con un Partido Socialista menguado en representación -aunque sea en Estrasburgo- y con un PP que, por el contrario, se ha visto beneficiado por la votación popular. Desde el Gobierno se insiste en que en esa elecciones se trataba de renovar el Parlamento Europeo, y nada más. Pero desde el PP se esfuerzan en extender a la política nacional los efectos de unas urnas favorables, que han demostrado que el PP disfruta de mayor apoyo popular que el PSOE.

En ese pulso, Zapatero insiste en que cada una de las elecciones -municipales, autonómicas, generales, al Parlamento Europeo- sirven para lo que son convocadas: las generales para gobernar la nación, y las Europeas para tener representación en Estrasburgo. Y que hará valer los once millones de votos conseguidos en las generales de marzo de 2008, que le servirán para agotar la legislatura y convocar nuevas elecciones generales en marzo de 2012. Zapatero habla de la necesidad de mantener el "orden de las cosas" en las elecciones de hace poco más de un año, y de no dejar que tengan efecto quienes "empujan" desde la oposición, crecidos por sus resultados. A su vez, Mariano Rajoy y sus colaboradores, han invocado la conveniencia de la moción de confianza, -en la que Zapatero comprobaría la dificultad de gobernar en solitario, sin apoyos estables de algún otro grupo parlamentario-, pero que tampoco se ven en condiciones de recurrir a la moción de censura constructiva, porque no disponen de apoyos ajenos a los propios, y que incluso desearían que las elecciones generales se anticiparan a una fecha inmediata, desearían que ese "cambio de ciclo político" tuviera efectos inmediatos.

Periodista Digital - Opinión

EL GOBIERNO NO VA EN LA BUENA DIRECCION

Sube las tasas de los combustibles y del tabaco y no descarta retocar al alza los impuestos indirectos para hacer frente a un déficit público desbocado.

EL GOBIERNO aprobó ayer un paquete heterogéneo de medidas para combatir la crisis económica. La más relevante de estas iniciativas es una subida de los impuestos indirectos, más concretamente de las tasas sobre los combustibles y el tabaco.

La gasolina y el gasóleo van a aumentar 2,9 céntimos por litro y la cajetilla de tabaco, 19 céntimos. Ello permitirá al Gobierno recaudar adicionalmente unos 2.300 millones de euros, una cifra estimable en otra situación pero que apenas supone una gota en el vasto océano de un déficit público desbocado.


Elena Salgado, que presentó ayer unas nuevas previsiones del Gobierno para este ejercicio y el próximo, reconoció que el déficit público alcanzará este año el 9,5% del PIB, un porcentaje sin precedentes en el último medio siglo.

La recaudación fiscal se ha desplomado en los cinco primeros meses de 2009, mientras que el gasto se ha disparado. El boquete en las cuentas públicas es enorme y ésta es la causa de la subida de los impuestos indirectos, una medida regresiva que penaliza siempre a los ciudadanos con menores niveles de renta.

El alza que el Gobierno aprobó ayer no será seguramente la última, ya que si la economía cae este año un 3,6% -la nueva previsión del Ejecutivo-, Elena Salgado va a tener que afrontar nuevos incrementos de los impuestos para intentar reducir ese impresionante déficit que se ha generado en unos pocos meses y que tardará muchos años en desaparecer.

Ayer, el Gobierno se vio obligado a aprobar también un crédito extraordinario de 17.000 millones de euros para pagar el desempleo, que acabará este año en el 17,9%, una previsión extraordinariamente optimista. Según las nuevas cifras de Elena Salgado, la economía no crecerá hasta 2011, lo que pone en evidencia que los famosos «brotes verdes» eran una alucinación.

Las previsiones del Gobierno corroboran que la segunda mitad de este año va a ser tan mala como la primera. La preocupación y la desconfianza de los ciudadanos hacia el Gobierno es mayor que nunca, como demuestra la encuesta del CIS, que refleja que el paro y la situación económica son las principales preocupaciones de los españoles.

La única medida positiva que el Gobierno aprobó ayer es un proyecto de ley para simplificar los procedimientos administrativos en el sector de servicios, que supondrá la adecuación de la legislación española a las normas comunitarias. Estamos convencidos de que tendrá un impacto positivo sobre la creación de empleo a largo plazo, pero de momento apenas se va a notar.

De forma significativa, el Ejecutivo ha dejado fuera de esta reforma la liberalización de los horarios de los comercios, sin duda para no desairar a los nacionalistas. Es una lástima porque se trataría de una medida que podría tener un efecto positivo sobre el consumo.

Es cierto que el Gobierno ha aprobado muchas iniciativas para reactivar la economía en los últimos meses, pero falta una coherencia interna y da la impresión de una permanente improvisación. La decisión de subir los impuestos nos parece un error porque no va a contribuir a incentivar la inversión o el consumo. Más bien, lo correcto sería hacer lo contrario: reducir la presión fiscal a las empresas y recortar el abultado gasto que no genera empleo.

Eso es lo que propone el PP, pero Zapatero no quiere escuchar las propuestas de la oposición, mientras se encierra en una concepción dogmática de la economía que sólo sirve para empeorar la situación.

El Mundo - Editorial

25.000 VOTOS MENOS. Por Maite Nolla

PPC

«Han situado al PPC en el lugar que ellos quieren: un partido marginal y marginado en Cataluña, que no moleste y que esté en condiciones de darle la Generalitat a CiU a cambio de futuros apoyos en Madrid o de nada.»

Seguro que muchos de ustedes piensan que el PP de Cataluña ha tenido unos buenos resultados en estas elecciones. Las declaraciones de su presidenta o, incluso, de Alejo Vidal-Quadras les pueden inducir a ese error. Sólo algunos como Federico Jiménez Losantos o Daniel Tercero han recordado que el PP ha perdido veinticinco mil votos en Cataluña, de ellos, más de veinte mil en la provincia de Barcelona, tres mil en Lérida, –¡tres mil en Lérida!– unos mil en Tarragona y otros tantos en Gerona. Y se me olvidaba: se pasa de la segunda a la tercera posición. ¿Y entonces? Pues que de la abstención de los socialistas se beneficia el PP que, perdiendo muchos votos, mantiene el porcentaje. Y así, Alicia Sánchez-Camacho, desde la noche del domingo, lleva vendiendo como buenos unos resultados desastrosos. Ese es el problema del PP de Cataluña desde el pasado verano hasta la fecha: que vive de mentir.


Dice Vidal-Quadras que los resultados son magníficos porque Piqué dejó el partido como un solar. Es hora de que lo que pasa en el PPC se impute a sus dirigentes actuales y a las familias que los controlan; yo no estoy dada de alta en el club de fans de Piqué, pero él dejó de tener culpa el día que se hizo cargo de Vueling. Además, Alicia Sánchez-Camacho está haciendo la política de Piqué sin Piqué. Si Rajoy vinculó la victoria del domingo al congreso de Valencia, la derrota del PP de Cataluña hay que agradecérsela al nefasto congreso veraniego, a Arenas, a Ana Mato y a Mariano Rajoy.

Desde hace unos meses el PPC miente en su autopropaganda. Cospedal dijo aquello de que estaban muy contentos con la presidenta, que hacía una gran labor –por no entrar en la cosa de somos tan catalanes como los demás, que ya ofende– y hasta engañaron a Victoria Prego, que se creyó que algo iba bien en el PP cuando Cospedal vino a Cataluña, en fechas recientes, a entregar cuatrocientos nuevos carnets; cuatrocientos carnets más, veinticinco mil votos menos. ¿Contentos ahora?

Por cierto, algunos comentaristas, de forma apresurada, se lanzaron a relacionar la victoria del PP en las europeas con la presencia de Vidal-Quadras; tampoco es verdad, visto lo visto. ¿Por qué? Porque Alicia Sánchez-Camacho y Vidal-Quadras son incompatibles y, por desgracia, la gente no se ha creído a Vidal-Quadras. En la misma línea, les recomiendo que comparen lo que dice Aznar sobre el sistema de financiación autonómico y lo que dice la señora Sánchez; ya me dirán algo.

También miente o mentía Rajoy. Leo en un confidencial que ahora, aconsejado por Jorge Moragas –que empieza a ser más negativo que Arriola–, se arrepiente de haber presentado el recurso contra el estatuto de Cataluña, algo que ya les avancé algunos artículos más atrás, porque le perjudica en su estrategia de hacer buenos a los convergentes.

En lo único que no mienten es en que están contentos. Han situado al PPC en el lugar que ellos quieren: un partido marginal y marginado en Cataluña, que no moleste y que esté en condiciones de darle la Generalitat a CiU a cambio de futuros apoyos en Madrid o de nada. Mariano: sin un buen resultado propio en Cataluña, no de CIU, no vas a ser presidente nunca. Buen resultado=más votos.

Libertad Digital - Opinión

LA TABERNA. Por Ignacio Camacho

UN par de tipos que probablemente considerarán un disparate el precio del traspaso de Cristiano Ronaldo se reunieron el otro día en una taberna de Madrid para regalarles a las cajas noventa mil millones de euros. Acodados en la barra, ellos dicen que para tomar un poleo, los señores Granados y Montoro, portavoces económicos del PSOE y el PP, urdieron en un plisplás un acuerdo para acudir con fondos públicos al rescate del desastre en que sus manirrotos colegas han sumido al sector financiero español, antes conocido como el más sólido del mundo. Al menos Florentino Pérez va a pagar a su estrella con dinero de los socios del Real Madrid; en cambio el agujero de las entidades de ahorro lo vamos a sufragar a escote entre todos los españoles, y va a costar hasta mil veces más. Aunque lo más irritante son las formas; a estas alturas nadie duda de la necesidad de sostener el sistema para que no se desplome, pero al menos que se guarde un cierto respeto institucional. Los símbolos tienen en política más importancia de la que les otorga nuestra clase dirigente; no se puede cerrar un pacto de este calibre en una tasca.

Claro que peor fue lo del día siguiente a la cumbre tabernaria: el PP anunció con máxima solemnidad un acuerdo con Comisiones Obreras para repartirse el control de Cajamadrid, cuyo futuro presidente será designado por Mariano Rajoy en persona. El compromiso resulta sin duda muy importante para la cohesión del partido, toda vez que viene a zanjar ciertos conflictos internos y deposita en su líder una prerrogativa pretendida por Esperanza Aguirre, pero choca de frente con su razonable discurso sobre la despolitización de las cajas: al final, prevalecen los intereses de casta y nadie está dispuesto a renunciar al control del aparato financiero. Los dirigentes peperos se agarran al argumento de que mientras la ley sea la que es están de su derecho de aplicarla, pero de un partido que aspira a regenerar vicios adquiridos cabría esperar que empiece a comportarse de un modo diferente al que pretende cambiar.

El espectáculo de las cajas, muchas de las cuales están en quiebra disimulada, constituye un escándalo que retrata la degradación del sistema. Los partidos que las tomaron al asalto para subordinarlas a los poderes autonómicos son incapaces de arbitrar una regeneración en la que tendrían que hacerse el harakiri. La única solución que se les ocurre es acordar un rescate multimillonario con el que se cuidarán de poner en la picota a los responsables del fracaso. Les une la solidaridad corporativa, porque están todos involucrados: socialistas, populares, nacionalistas y hasta los sindicatos. Todos han metido las manos en un negocio que desconocían, y ahora nos las van a meter en los ciudadanos en la cartera. Esto se veía venir, pero no que el atraco lo urdiesen en una taberna.

ABC - Opinión

EUROPA INTERESA POCO

La campaña electoral fue un desastre: millones y millones despilfarrados en toda clase de actividades auxiliares imprescindibles para que nuestros líderes pudiesen lanzar sus mensajes salvíficos desde sus púlpitos, en estos momentos tan desesperados para tantos que están viviendo una crisis durísima. Pero la verdad, para lo que ha sido el debate, esa aburrida sucesión de improperios y obviedades, llegaba con un par de puestos callejeros.

La participación ha sido la más baja de todos los tiempos , sobre todo en los menores de 30 años. No ha sido una cuestión sólo española: la participación media de la UE refleja que la convocatoria ha sido un fracaso: 43.24% de votantes, unos 20 puntos menos que el 61,99% alcanzado en las primeras elecciones al Parlamento Europeo en 1979. En los países donde la participación es obligatoria (Grecia, Bélgica, Luxemburgo, Chipre e Italia, país en que se define como obligación cívica) la participación oscila entre el 63.22% heleno y el 91.35% del Gran Ducado.

Han corrido ríos de tinta sobre la necesidad de que las instituciones europeas contasen con la necesaria legitimidad democrática para el desempeño de sus crecientes funciones. Dicha democratización vendría por la vía de potenciar las potestades y competencias del Parlamento. El resultado fue la implementación del procedimiento de codecisión que el Tratado de Maastricht introdujo en 1992 y el de Amsterdam amplió y reforzó en 1999.

Es muy dudoso que el ciudadano medio conozca los mecanismos de primera, segunda y tercera lecturas por los cuales Parlamento y Consejo llegan al acuerdo para “codecidir” y que se apruebe el texto de una ley europea. Actualmente, dos de cada tres leyes europeas pasan por el Parlamento y afecta a materias como el transporte, medio ambiente, derechos de los consumidores o alimentación.

El Parlamento también goza de potestad presupuestaria en asuntos que no sean gastos obligatorios: los derivados de un tratado internacional. También las llamadas competencias de control: financieras e investigación además de la acción que tiene ante el tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas cuando se actúa contra una norma europea pero también cuando, debiendo aplicarse, no se haya hecho nada. También cuenta con un derecho de petición de los ciudadanos europeos ante su Parlamento.

Las elecciones al Parlamento deberían haber interesado más a los ciudadanos. En España, una buena opción hubiera sido dar a conocer las instituciones europeas. En concreto, el papel del Parlamento.

Saber que algunos eurodiputados se embolsaban hasta 40.000 € al mes, o la defensa acérrima de los Verdes de una faraónica reforma del gimnasio de la cámara en que sólo la piscina, en plena crisis, iba a suponer un dispendio de unos seis millones de euros, puede haber afectado a que el Parlamento caiga en el mayor de los descréditos. Cierto: ante el latrocinio palmario de unos señores que van a embolsarse 12.000€ al mes, un salario a todas luces excesivo para unas personas que van a seguir teniendo todos los gastos pagados aunque ya no puedan forrarse a costa de la diferencia entre lo asignado para el gasto y lo que ellos realmente abonaron por él.

Sin embargo, hemos democratizado las instituciones europeas, quizá no tanto como sería posible, pero las hemos democratizado. Aun así, la democracia formal no basta: ahora hace falta adecentar los Parlamentos: aquí y en Europa. Si no, llegará el día en que dejen de interesarnos.

Por lo que respecta a las opciones electorales huelga abundar en el giro del electorado hacia las posiciones democristianas y liberales, en España también. Y hay que destacar de manera muy especial que Izquierda Unida, Iniciativa per Catalunya, Verdes, Esquerra Unida y Alternativa-bloque por Asturies, que no llegaban a sacarle un punto a UPyD; la llamada “Coalición por Europa” compuesta por el Partido Nacionalista Vasco, Convergència i Unió, Coalicion Canaria, Bloque nacionalista Valenciano, Partido Andalucista, Unio Mallorquina, con muchísimos más recursos que el citado UPyD, no llegaba siquiera a doblarle en votos.

Ya se habla de UPyD como tercer partido en España, en sustitución de una moribunda Izquierda Unida y unos nacionalismos caducos, inconcebibles fuera de su pequeño ámbito territorial y cuyo discurso se le aparece a cualquiera como periclitado. Muy distinto es dar el voto a quien te da de comer. Parece pues que no todo sea marketing: que la lucha por unos ideales, desde unos valores y unos principios, sea una opción cada vez más atractiva para muchos.

Aplíquense el cuento unos y otros y entretanto, hágannos partícipes de sus opiniones y comentarios porque con ellos, como siempre, elaboraremos nuestro Manifiesto.

el confidencial - Editorial

TESTIMONIAL. Por Pío Mora

PP

«El PP es un partido estafador a la manera de aquellos derechistas de la Restauración que llevaron al sistema a la ruina por su maniobrerismo necio, falto de nervio moral e intelectual.»

A la pregunta de Jiménez Losantos de por qué votar al PP y no a AES, Mayor Oreja contestó, inesperadamente en él, que su objetivo en política no era "hacer testimonio" o "estar en algo testimonial", sino en un partido "con voluntad de articular mayorías".


Pero en realidad todos los partidos tienen "voluntad de articular mayorías", como dice con expresión rebuscada; es decir, de ganar la mayoría en lenguaje no politiqués. Y muchos partidos empezaron siendo testimoniales, ya sea el PSOE, el PNV, en otros tiempos la Lliga catalana, el Radical de Lerroux, y tantos más dentro y fuera de España (el PSOE en su etapa actual, no: fue masivamente apoyado desde antes de la Transición por los alemanes, los mejicanos, los franceses, los suecos, la Guardia Civil y los que ustedes quieran). Es cierto en cambio que el PP, en sus versiones anteriores y actual, se benefició de una situación extremadamente favorable: la existencia de una gran masa de opinión que de antemano apoyaba lo que significaba o, mejor dicho, parecía significar esa "gran derecha". Todo lo que tuvieron que hacer sus políticos es aprovechar una corriente que se les venía a las manos.

Pero incluso un partido masivo, y en contra de lo que piensa Mayor, tiene que dar testimonio de unas ideas, y el problema es que el PP carece hoy de cualquier otra idea que no sea desplazar a Rodríguez para ponerse en su lugar, y hacerlo poco a poco, para que no le toque afrontar la crisis. Fuera de eso, el PP es sólo un remedo cutre y descafeinado del PSOE, sigue a Rodríguez, que sí tiene algunas ideas, por nefastas que sean. ¿Qué significan, si no, los estatutos de autonomía a la catalufa y los "hechos nacionales" propugnados por el PP, o su política lingüística en Valencia, Baleares o Galicia, o su práctica asunción del aborto y el matrimonio homosexual, o su persecución, por medio de intrigas y también judicial, a periodistas independientes –los poquísimos independientes que hay en este país–, o su actitud ante el 11-M, o ante la colaboración del Gobierno Rodríguez con el terrorismo, o ante la "muerte de Montesquieu" y santísimas otras acciones y omisiones?

Pues el PP –hoy también Mayor Oreja–, no vive de dar testimonio de unas ideas y valores, no de defender unas posiciones políticas determinadas, sino de engañar a una gran parte de sus votantes mediante sugerencias y movimientos contradictorios para hacerles creer que sigue representando lo que ya antes de Aznar apenas representaba, y después de él ha dejado por completo de representar. En otras palabras, es un partido estafador a la manera de aquellos derechistas de la Restauración que llevaron al sistema a la ruina por su maniobrerismo necio, falto de nervio moral e intelectual.

Antaño Mayor dio testimonio, incluso heroico, frente al terrorismo. Y, aunque no lo crea, sigue dando testimonio: de su evolución a la miseria política. El país vive en plena involución, causada por los dos grandes y cada vez más impresentables partidos. Mayor no resiste, se apunta a la corriente del futurismo, de la economía lo es todo y de la nena angloparlante, como ha sintetizado el estadista que preside el PP.

Comprendo que es muy difícil afrontar una travesía del desierto cuando se dispone de la aparente comodidad de un partido grande y con amplios espacios de poder; pero la historia muestra que muchas veces esa comodidad es la antesala de la ruina, y torres más altas han caído. El problema es que caigan sobre la sociedad española entera.

Libertad Digital - Opinión

BILINGÜISMO NATURAL

EN la campaña electoral para las elecciones gallegas, Alberto Núñez Feijóo prometió rectificar los disparates en materia lingüística del bipartito entre socialistas y nacionalistas. Elegido presidente de la Xunta, ha cumplido su promesa y las 477 «galescolas» pasan a ser «escuelas infantiles» que serán gestionadas por Educación, en lugar de por la extinta vicepresidencia, en manos del Bloque. Además, se eliminan las pruebas adicionales de conocimiento del gallego en las oposiciones a la función pública, ofreciendo la posibilidad de hacer el examen en cualquiera de las dos lenguas cooficiales. La Xunta promueve también una macroencuesta que permitirá conocer la opinión de 330.000 familias con hijos en edad escolar respecto de una cuestión que ha generado debates artificiales en el seno de una sociedad que practica el bilingüismo con toda naturalidad.

Acierta el presidente gallego al rechazar un «nacionalismo de importación» que intenta crear un sentimiento antiespañol allí donde no existe. Frente al oportunismo del PSOE que permitió toda clase de excesos a sus aliados radicales, el PP gallego recupera el sentido común en busca de una política lingüística «amable y cordial», con pleno respeto a la Constitución, al estatuto y a la realidad social. La movilización de muchos particulares y asociaciones ha demostrado de manera inequívoca cuál es la voluntad real de los ciudadanos, refrendada por la victoria contundente del PP en Galicia en las europeas. Núñez Feijóo ofrece un perfil moderado que resulta plenamente compatible con la firmeza en las decisiones al servicio del programa político con el que consiguió la investidura. Nadie tiene derecho a provocar una guerra de lenguas en una comunidad que conoce de sobra las ventajas de compartir con el resto de los españoles un idioma universal y, al mismo tiempo, cuenta con otra lengua propia de larga y fecunda tradición literaria. Todo consiste en actuar con rigor y eficacia para cumplir y hacer cumplir la Constitución, cuyo artículo 3 proclama sin rodeos que el castellano es «la lengua española oficial del Estado» y que «todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla». El bilingüismo enriquece la cultura y la educación cuando se practica con normalidad y sin imposiciones; y en este sentido, acierta Núñez Feijóo al poner en práctica el mandato expreso de sus electores. Los escolares gallegos serán los primeros beneficiarios de una política responsable y bien orientada.

ABC - Editorial

VIRAJE FISCAL

El Gobierno cancela la política de tributos a la baja y sube los impuestos para pagar la crisis.

El Consejo de Ministros de ayer marca un cambio de tendencia en la política económica española. Si desde 1996 los Gobiernos sucesivos mantuvieron el principio de que era posible bajar impuestos y, al mismo tiempo, mantener la calidad de los servicios públicos y las prestaciones sociales, las subidas de los impuestos especiales que gravan los combustibles y el tabaco entre el 7% y el 10% preludian una nueva etapa política en la que será necesario elevar la imposición para hacer frente a los costes de la recesión económica. Los indicios de este cambio de política se aprecian además en la decisión de reducir la aplicación de las devoluciones de 400 euros a las rentas más bajas, la reducción del techo de gasto público en el 4,5% sobre el límite de 2009 y la advertencia realizada por la vicepresidenta Fernández de la Vega de que en la elaboración del Presupuesto para el año que viene se revisarán varios tributos, previsiblemente al alza.


El tratamiento de la crisis económica ha exigido aumentar el gasto público hasta límites insostenibles con la presión impositiva actual, heredera de la competencia desatada entre el PP y el PSOE para ofrecer a los votantes impuestos directos cada vez más reducidos e impuestos indirectos prácticamente congelados. Las previsiones de déficit público para este año y el próximo, difundidas ayer por el Gobierno, reflejan perfectamente ese coste. En 2009 el déficit de las administraciones públicas escalará hasta el escalofriante porcentaje de casi el 10% del PIB y hasta el 7,9% en 2010, para hacer frente al aumento de las inversiones públicas, los planes de estímulo de la demanda y el desbordamiento de los costes sociales provocados por el desempleo. Y no es remedio suficiente aplicar recortes del gasto público, mal que le pese al portavoz económico del PP Cristóbal Montoro, porque están creciendo a gran velocidad los costes del desempleo. Parece muy razonable dar por terminada la época de la competencia fiscal a la baja. Otros Gobiernos europeos ya lo han hecho. Y conviene recordar que la fiscalidad española de los combustibles es más baja que la europea, por lo que tiene recorrido para subir la imposición especial.

Ésta no fue la única dosis de realismo económico que se inyectó el Gobierno. También revisó el cuadro macroeconómico para 2009 y 2010. De acuerdo con esa revisión, el PIB se contraerá este año en el 3,6% y en el 0,3% durante 2010; la tasa de paro llegará al 17,9% durante 2009 y aumentará al 18,9% en 2010. En principio, presentan una lógica más consistente que las predicciones anteriores. Para empezar, reconocen explícitamente que no se puede saltar desde un ejercicio recesivo, el de 2009, a otro consecutivo con crecimiento positivo, como pretendía el equipo económico anterior. Las tasas elevadas de paro ratifican que el Gobierno acepta que la recuperación económica en España no podrá anunciarse hasta principios de 2011 y ya se verá si, incluso en fecha tan tardía, se avanzan crecimientos en torno al 2% compatibles con aumentos del empleo neto.

El País - Editorial

LAS MENTIRAS SOCIALISTAS DEJAN LA CAJA VACIA

«Que el PSOE ha tratado de engañarnos parece evidente a estas alturas; lo que ya no está tan claro, aunque las cifras así lo sugieren, es que se engañaran a sí mismos a la hora de elaborar los Presupuestos.»

Las mentiras del PSOE en cuanto a la situación económica no tienen efectos únicamente políticos. Es evidente que la manipulación de los datos y la tergiversación de los hechos han ayudado a los socialistas a obtener más votos de los que habrían merecido en los diversos comicios electorales. Sin embargo, la historia no termina ahí. Las consecuencias de la mentira no se restringen a su permanencia en el poder, sino que tarde o temprano terminan mostrando su cara más amarga.


Los Presupuestos Generales de 2009, aprobados después de la quiebra de todo el sistema financiero estadounidense (momento que Zapatero suele utilizar para datar el punto de inflexión a partir del cual ya nadie podía dudar y negar la crisis), estaban basados en la absolutamente irreal previsión de que la economía española crecería durante ese ejercicio un 1%. Dicho de otra manera, se asumía optimistamente que los ingresos tributarios apenas caerían un 0,1% y que las necesidades de emitir deuda pública para atender desembolsos extraordinarios no superarían los dos puntos porcentuales.

Obviamente, las crisis económicas se caracterizan justo por lo contrario: la recaudación fiscal se desploma, los gastos, especialmente los más ligados a la coyuntura (como el subsidio de desempleo), tienden a dispararse y, por tanto, las necesidades de endeudamiento explotan. Si el Gobierno hubiese abandonado sus mentiras y hubiese reconocido que España decrecería cerca de un 5% como, siendo optismistas, sucederá este año, tendría que haber aprobado ingentes recortes presupuestarios para cuadrar sus cuentas. No lo hizo así; propagó a los cuatro vientos la falacia de que los presupuestos estaban basados en un análisis realista de la economía y descartó cualquier imprescindible medida de austeridad.

Claro que apenas tres meses después de que se presentara tan absurdo cuadro macroeconómico, Solbes tuvo que claudicar y admitir que el PIB caería en 2009 un 1,6%. Ahora, cinco meses después de esa segunda revisión, la nueva ministra de Economía, Elena Salgado, la misma que anunció los brotes verdes que tan bien se retrataron en un vídeo del Ministerio de Trabajo pocos días antes de las europeas, vuelve a reconocer que el futuro será peor de lo que se previó: el PIB español se contraerá un 3,6% este año (aunque la cifra real, con toda seguridad, será bastante peor).

La divergencia entre la cruda realidad de la crisis y las previsiones risueñas del Ejecutivo ha provocado una carestía de fondos en las arcas públicas, hasta el punto de que el Estado ya se está endeudando para atender gastos corrientes. ¿Y cómo es posible que nuestros gestores hayan errado tanto en el balance de la Administración Central? Pues simplemente por lo que ya hemos explicado: previsiones disparatadas sobre el crecimiento económico les llevaron a expectativas igualmente engañosas sobre la evolución de ingresos y gastos. Frente a la caída esperada de la recaudación de un 0,1%, hasta abril el IVA ya lo había hecho en un 33%, el IRPF en un 12% y Sociedades en un 28%. Y ante este hundimiento de los ingresos, ¿cómo se está comportando el gasto público? ¿Acaso, como sería deseable y de esperar en esta coyuntura, también se está reduciendo? No, aumenta en casi un 3%.

Que el PSOE ha tratado de engañarnos parece evidente a estas alturas; lo que ya no está tan claro, aunque las cifras así lo sugieren, es que se engañaran a sí mismos. En cualquier caso, no parecen dispuestos a rectificar: para 2010 afirman que la economía sólo decrecerá un 0,3% y para 2011 ya apuntan a una recuperación del 1,8%. Si ahora no hay dinero, espere a dentro de unos años.

Libertad Digital - Editorial

¿Y LOS BROTES VERDES?

HABRÍA que preguntarle al Gobierno de qué tamaño y de qué tonalidad dentro del verde son los brotes que desde hace dos meses divisa en medio del sombrío panorama de la crisis, porque las nuevas previsiones macroeconómicas anunciadas ayer por la vicepresidenta económica, Elena Salgado, destierran de cuajo cualquier indicio de recuperación. El Ministerio de Economía vuelve a rebajar sus cálculos para llegar a una nueva conclusión: España no crecerá hasta 2011. Tras cargar virulentamente contra el FMI, discrepar de la OCDE y poner en cuestión las previsiones de la UE, el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero tiene que plegarse a la evidencia y aceptar que sus cuentas eran erróneas. Enésima rectificación y nuevo paisaje, sin brotes verdes, que demuestra que la imprevisión del Gobierno se ha hecho crónica. Lo malo, pese a todo, no es que el Ministerio de Economía vuelva a errar en el diagnóstico, sino que las cifras hechas públicas ayer nacen superadas por una realidad que las convierte en papel mojado.

Según Elena Salgado, el paro se situará en 2009 en el 17,9 por ciento, obviando de manera inexplicable que el desempleo en España se situó ya en abril en el 18,1 por ciento, dos décimas por encima del peor escenario contemplado por el Ejecutivo para el presente ejercicio. No parece que las previsiones del Ejecutivo, aún rebajadas de ese optimismo planetario que caracteriza al Gabinete socialista, tengan mucho que ver con los datos fehacientes del momento. Alguien debería explicar cómo es posible que si lo que pronostica el Gobierno es un deterioro del desempleo, a fin de año la tasa de paro sea mejor que la del pasado mes de abril.

En medio de este panorama, el Consejo de Ministros aprobó ayer un crédito extraordinario para afrontar las prestaciones por paro, como consecuencia del brutal aumento registrado en el último año y por la caída de los ingresos fiscales. Diecisiete mil millones de euros, un dos por ciento del PIB, que incrementa el diámetro del agujero negro de unas cuentas del Estado en fase crítica. Para tratar de compensar el gasto, el Gobierno anuncia una subida de los hidrocarburos y del tabaco para «hacer la economía sostenible», que es una curiosa manera de disfrazar el incremento de impuestos no llamando a las cosas por su nombre. Tras una serie de medidas de dudosa eficacia para combatir la crisis, finalmente se aumenta la fiscalidad.

En definitiva, el cuadro presentado ayer por el Gobierno resulta desolador, tanto como comprobar que, pese a rectificar las previsiones anteriores, los nuevos objetivos pueden ser barridos de antemano por una realidad que desmonta la retórica. Hace poco más de una semana, el Gobierno celebraba los datos del paro de mayo con entusiasmo desmedido y el PSOE realizaba con urgencia un vídeo en el que, casualmente, florecía un brote verde en vísperas de las elecciones europeas. Justo después de los comicios, se anuncia la enésima rectificación macroeconómica. Sería deseable que fuera la última, porque un país con cuatro millones de parados necesita más que nunca un Gobierno fiable que afronte con determinación y valentía un situación que se le ha escapado de las manos.

ABC - Editorial