jueves, 4 de agosto de 2011

Rodríguez Zapatero empuja a España a ser pasto de los tiburones. Por Federico Quevedo

Somos unos cuantos los que venimos reclamando desde hace un año la necesidad de unas elecciones generales anticipadas para que los ciudadanos de este país elijan a quienes ellos consideran los más adecuados para sacar a España de la profunda crisis en la que se encuentra. Pero el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha hecho oídos sordos a esta petición y ha conducido a nuestro país al abismo. Esa es la realidad.

El anuncio, el viernes pasado, de la convocatoria anticipada de elecciones para noviembre llega tarde. Demasiado tarde, y los mercados financieros no han respondido como presumiblemente quería Zapatero que respondieran, es decir, relajando su presión sobre España. Pero, de nuevo, lo que hizo Zapatero el pasado viernes fue ganar tiempo anunciando un calendario a largo plazo para lo que el país necesita en estos momentos, que hubiera sido una convocatoria de elecciones a la vuelta del verano, es decir, cumpliendo exactamente con los 54 día de rigor y acudir a las urnas en septiembre... Si me apuran, en la primera quincena de octubre, pero no más.


En lugar de eso, Zapatero pensó que el anuncio de la agenda relajaría los mercados y le daría cierto margen, y ahora la realidad es que nos encontramos en una especie de callejón sin salida. Tenía seguramente razón ayer Mariano Rajoy cuando aseguraba que España no será rescatada... Es probable, en primer lugar porque semejante rescate pondría al borde del colapso al propio euro, y en segundo lugar porque los 27 ya se han proporcionado a sí mismos de mecanismos de crédito que permitirían huir del rescate, aunque en el fondo venga a ser más o menos lo mismo.
«Y esto es lo terrible, que hablamos de la relajación de los mercados si estos marcan una diferencia de 378 puntos básicos sobre el bono alemán, cuando hace tan solo un par de meses cruzar la barrera de los 300 puntos básicos era el 'acabose'.»
Es verdad que Grecia, cuando fue rescatada, tenía su prima de riesgo en 1.000 puntos básicos respecto del bono alemán, y Portugal en 600 puntos básicos. España llegó a rozar ayer los 410 y después se relajó la presión hasta los 385, pero nadie se atreve ya a asegurar que no volvamos a sentir en nuestra nuca el aliento de la intervención. Y esto es lo terrible, que hablamos de la relajación de los mercados si estos marcan una diferencia de 385 puntos básicos sobre el bono alemán, cuando hace tan solo un par de meses cruzar la barrera de los 300 puntos básicos era el 'acabose'.

Lo cierto es que en estas circunstancias el acceso de nuestras entidades financieras al crédito externo es prácticamente imposible, y eso hace que todavía se cierre mucho más el grifo del crédito interno a las familias y las pymes... Y en esas circunstancias hablar de recuperación es una quimera... Lo peor de esto es que es una pescadilla que se muerde la cola: sin recuperación económica los mercados seguirán manteniendo la presión sobre España, pero esa misma presión dificulta enormemente que se pueda dar la recuperación económica. Y sin recuperación económica el Reino de España no puede generar ingresos suficientes para pagar la enormidad de deuda que está atesorando a tipos de interés escandalosos que aceptamos resignados para que los tiburones financieros compren nuestra deuda y nos aporten algo de liquidez al sistema... Es imposible.

El sistema está enfermo de origen y lo único cierto es que estamos intentando salir de esta situación crítica con las mismas recetas que nos han llevado a ella. Esto tenía que haber sido solucionado hace ya meses, con propuestas duras de ajuste encima de la mesa... En Portugal, el Gobierno se va a quedar con la mitad de la paga extra de todos los trabajadores del país: eso es tomar medidas duras, jodidas, pero duras. Aquí, el Gobierno de Zapatero ha huido en todo momento del verdadero ajuste, ese ajuste que está por venir, porque no quería tener revueltas sociales en la calle, y prefería dejarle ese marrón al Partido Popular.

El ajuste vendrá, y las revueltas también, pero hay que decir ya, desde este momento, que el principal responsable de que el ajuste sea más duro de lo que hubiera sido hace un año se llama José Luis Rodríguez Zapatero, quien por un egoísta cálculo electoral y personal ha preferido empujar a España al abismo al tiempo que intentaba salvarse él. Ni se ha salvado él, ni ha salvado a España: la ha convertido en pasto de los tiburones. Hasta el último momento ha hecho daño a este país.


El Confidencial - Opinión

¡Cuidado con agosto!. Por César Lumbreras

El mes de agosto suele ser muy dado a que se desate la tensión en los mercados financieros y se compliquen las cosas desde el punto de vista económico. Hace cuatro años, por ejemplo, comenzó en Estados Unidos la actual crisis, de la que no hemos salido. En 1992 hubo tensiones monetarias que terminaron con reajustes de varias divisas, entre ellas la peseta, que se devaluó en los meses siguientes. Ahora la cosa va con la deuda pública, los bonos y la prima riesgo país. España e Italia han sido las dos victimas propiciatorias durante los últimos días. Para los expertos no se trata de una sorpresa, porque algunos de ellos ya habían vaticinado semanas atrás un mes de agosto más que caliente. La prima de España ha llegado a rebasar los 400 puntos básicos, algo impensable hace poco tiempo. Pero, por lo que se ve, la realidad supera con creces a la ficción. Ayer hubo momentos de tensión y de un cierto relajo aparente, con el IBEX a punto de perder los 9.000 puntos. La pregunta ahora es cuánto tiempo se podrá mantener esta situación. El primer test llegará hoy, cuando el Tesoro lance una nueva emisión: la dificultad para cubrirla y el tipo de interés serán las dos claves a seguir. Prueba de la preocupación existente son la interrupción de las vacaciones por parte de Zapatero, que Rajoy haya salido a la palestra y que el Rey haya pedido a los políticos altura de miras. Hay quien dice que así no se aguantan los cuatro meses hasta las elecciones, que son más de cinco hasta que el nuevo Gobierno funcione. Se han oído voces pidiendo un nuevo anticipo electoral. ¡Menudo agosto nos espera!

La Razón - Opinión

Prima de riesgo. Pocas alternativas. Por Jaime de Piniés

En una situación donde los mercados no dan el tiempo suficiente para implementar las reformas estructurales de calado que necesitamos para competir dentro del euro, hay que implementar medidas de ajuste, sean cuales sean, con tal de que sean inmediatas.

A menos que en el próximo Consejo de Ministros del día 19 de agosto, o incluso antes, el Gobierno ponga en marcha una serie de medidas contundentes y suficientes para convencer a los mercados que podemos evitar la bancarrota, necesitaremos un rescate. Y como sabemos que un rescate no es posible para una economía tan grande como la española, y mucho menos si la italiana también cayera, las alternativas son esencialmente dos:
Institucional, España permanece dentro del euro y la Unión Monetaria Europea pasa a avalar la deuda pública española (la misma solución que en su día comentamos para evitar un rescate de Portugal). A cambio, Europa y el FMI toman el control del presupuesto de todas las AAPP españolas. Esto supone una perdida profunda de soberanía nacional y el fin del Estado autonómico tal como lo hemos conocido al día de hoy.
España abandona el euro.
En mi opinión, no queda suficiente tiempo para implementar una programa de reformas estructurales decidido por los españoles. El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha dilapidado todo el margen de tiempo que disponíamos para hacer estas reformas. El próximo Gobierno simplemente no llegará a tiempo. Podría haber una ligera posibilidad de salir airosos en el próximo Consejo de Ministros si se adoptan medidas de calado. Pero lo que está meridionalmente claro, tras haber superado un diferencial con el bono alemán a diez años de 400 puntos básicos, es que la situación no aguanta hasta el día 20 de noviembre, la fecha puesta por nuestro presidente para las elecciones generales. De ahí que muchos estemos insistiendo en la necesidad de adelantar aún más las elecciones (a octubre, incluso a septiembre si fuera técnicamente posible).

En una situación donde los mercados no dan el tiempo suficiente para implementar las reformas estructurales de calado que necesitamos para competir dentro del euro, hay que implementar medidas de ajuste, sean cuales sean, con tal de que sean inmediatas. En la situación límite en que ya se encuentra España, pensar que una devaluación podría ser una solución no es en modo alguno descabellado. Lejos de óptimo, al menos cierto. Pero cuando la cruda realidad económica aparece, las alternativas son escasas. En mi opinión, la opción que denomino "institucional" podría ser la mejor. Pero para que esta pueda tener lugar debe contar con el beneplácito de los alemanes, holandeses, finlandeses, etc. que verán automáticamente encarecida su financiación... esto es lo que supone avalar a un Estado en bancarrota. Queda por ver si Europa nos avalará o no, o bien si el Sr. Rodríguez Zapatero por fin despierta y hace todo aquello que se ha negado a hacer en los últimos siete años. Ante esta tesitura, el abandono del euro, por muy costoso que pueda parecer, no se puede descartar entre las escasas posibilidades de la economía española. Insistimos en una constante, todo parece descabellado, quizás se nos escape la lógica que no se deja ver.


Libertad Digital - Opinión

A la deriva. Por Javier G. Ferrari

¿Quién toma decisiones en este país si uno no se ha ido, el otro no ha llegado y los partidos no dedican sus esfuerzos a otra cosa que no sea contar posibles votos? La sensación de que vamos a la deriva es absolutamente alarmante. Desde el Gobierno la única señal que llega a los ciudadanos es que Zapatero, ahora sí, le informa todo el que quiera oírle de que la cosa va francamente mal. A buenas horas señor presidente. La cantidad de tiempo perdido en España por su empeño en negar la evidencia no se recupera porque haya decidido adelantar las elecciones en cuatro meses. La herencia que deja es, sencillamente, escalofriante. Usted deja un país a la deriva mientras se marcha al Coto de Doñana a meditar sobre su futuro después de dejar en suspenso el de muchos millones de sus conciudadanos. Claro que usted no es el único culpable. Todos los integrantes de sus gobiernos desde que la crisis asomó la cabeza y usted, con la ayuda del desaparecido señor Solbes y el hoy flamante candidato y autoproclamado líder del PSOE, Pérez Rubalcaba, se dedicaron a lanzar cortinas de humo para que los ciudadanos no vieran la realidad y revalidaran su mayoría en marzo del 2008. Aún ahora, cuando estamos colgando de un hilo sobre el abismo, portavoces de su partido, en el que usted por lo visto pinta lo mismo que la Tomasa en los títeres, siguen tildando de antipatriotas a los que dicen la verdad y descalificando al PP que, si bien no es precisamente especialista en crear ilusión y esperanza en la gente, al menos ha demostrado cuando tiene el poder que no se deja llevar por la insensatez, una de las características más acusadas de sus casi ocho años de mandato. La última, con ribetes esperpénticos, elegir el 20 de noviembre para ir a las urnas para reafirmarse en uno de sus grandes logros como ha sido la ley de Memoria Histórica que, como todo el mundo sabe, ha servido para crear un gran ambiente social y, sobre todo, muchos, muchísimos puestos de trabajo. Yo no sé donde estaba usted el 20-N del 75. Yo en mi puesto de trabajo en una radio que había sido tomada y obligada a conectar con la radio pública durante tres días. Pero desde antes de la muerte del dictador ya estábamos trabajando por la democracia a cara descubierta en programas que hoy son marcas y entonces eran emblemas. Ninguno de nosotros sabíamos quiénes eran los que hoy lideran la izquierda. En la Universidad sólo el PCE y CCOO habían tenido el valor de aparecer. En noviembre del 75 Franco se murió en una cama de hospital sin que los antifranquistas supiéramos nada de la presunta lucha en la clandestinidad de su partido. Esto también es memoria histórica, señor presidente. Claro que ya se sabe que la memoria es traicionera y la Historia la escriben los vencedores. También los vencedores en procesos electorales, aunque ninguno de ellos hubiese tomado parte activamente en la lucha por conquistar libertades. Tengo la impresión de que esta última cortina de humo al elegir la fecha para votar no le va a servir de nada a su delfín. Bueno al delfín que le han colocado.

La Razón - Opinión

Faisán. Beni, cuéntalo. Por Maite Nolla

El Faisán no es Rubalcaba, es Zapatero, por mucho que el PP se haya empeñado en darse golpes contra la pared..

Que el presidente de la Sala que tiene que decidir sobre la imputación de tres policías por el caso del Faisán haya mandado a su señora esposa a avanzar su posición en "Twitter", resulta impresentable. Que a pocos días de tomar una decisión de ese tipo, la mujer de Gómez Bermúdez vaya formulando tesis doctorales sobre el delito de colaboración y el de encubrimiento demuestra que cuando los jueces se meten a politiquear pierden cualquier relación con el sentido común. Pero cada uno elige la forma de hacer llegar su mensaje y si el Consejo General del Poder Judicial no dice ni hace nada al respecto, menos podemos hacer nosotros. Y es que a lo mejor resulta que estamos ante un hito del periodismo y no nos hemos dado cuenta.

Sucede que los que piensan que el caso del Faisán no es para tanto, utilizan tres líneas de defensa. Una, la del desprestigio. Es decir, esto es una tergiversación de lo que fue una operación policial, y el PP y parte de la prensa han cogido el rábano por las hojas. Otra, es la línea de Beni o del Fiscal General del Estado, que es la de discutir la calificación legal de los hechos, debate del que supongo que ya están ustedes bastante instruidos. Y la última es decir que sin Rubalcaba no habría caso Faisán y que no es más que una forma de desgastarlo.

Lo que pasa es que quien da la respuesta a los tres argumentos fue el propio Gobierno. El que desmonta que esto sea una persecución a Rubalcaba, que sea una cosa de "frikis" y el que desvirtúa el argumento jurídico de la pareja Beni-Gómez Bermúdez, fue el emisario del Gobierno en la negociación con ETA: Gómez Benítez, de cuyos apellidos resulta un simpático juego de palabras con los de los otros dos. Quién da carta de naturaleza al caso del Faisán y lo convierte en una señal de buena voluntad en la negociación, fue este abogado que actuaba en nombre del Gobierno. Es más, su manera de presentar este activo en la mesa de Paz, desmonta incluso la teoría de que sin Rubalcaba no habría Faisán. El Faisán no es Rubalcaba, es Zapatero, por mucho que el PP se haya empeñado en darse golpes contra la pared. Y esto no se viste de encubrimiento ni acudiendo a la sección de tallas grandes.


Libertad Digital - Opinión

Hay que generar confianza

Se antojaba imprescindible que el Gobierno diese algunas explicaciones después de que durante dos días consecutivos la prima de riesgo española cruzase la línea roja de los 400 puntos básicos, aunque cerró la jornada a 389. Fue la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, la que ofreció una rueda de prensa para sosegar a los mercados. Sincera, habló de la preocupación del Gobierno, que las tensiones se mantendrán durante algunos días, pero también habló de la responsabilidad y la confianza del Gobierno para superar este episodio. Sin embargo, Salgado no respondió con firmeza a la volatilidad de los mercados, ya que no detalló un nuevo paquete de medidas ni las medidas que va a emprender el Gobierno para atajar esta situación de incertidumbre. Lo que sí transmitió es tranquilidad y seguridad , sin caer en discursos contradictorios como en otras ocasiones. Salgado se limitó a exponer las tesis que había comunicado el presidente del Gobierno al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy: es imprescindible para relajar a los mercados que se agilice el plan de ayuda para Grecia y que se pongan en marcha las medidas para hacer frente a los ataques contra las deudas soberanas. Para ello, los diferentes gobiernos deben actuar con diligencia para emprender la reforma del mecanismo europeo de apoyo a los países de la zona euro porque, si de algo está seguro Rodríguez Zapatero es que una de las condiciones para salir de esta situación crítica es que los países afectados ofrezcan una respuesta unitaria.

Como en anteriores jornadas, el presidente del Ejecutivo mantuvo conversaciones con el resto de los partidos políticos. Especialmente enriquecedora fue la conversación que tuvo con el líder de la oposición, Mariano Rajoy. Éste –tras asegurar que Zapatero le dijo la verdad– aseguró que España no va a ser intervenida. Con esta declaración Rajoy demostró una gran altura de miras. En calidad de líder de la oposición también quería transmitir sosiego y confianza a los mercados y se mostró dispuesto a escuchar al Gobierno en el que caso de que quiera tomar alguna decisión. Coincidió con Zapatero en que el fondo que se creó en la pasada reunión del Eurogrupo debe entrar cuanto antes en vigor porque permite en una situación de dificultad la compra de la deuda en mercados secundarios e incluso hacer préstamos sin que sea necesario un rescate. Rajoy insistió en que, con todo, la prioridad es hacer los deberes, que pasan por una política de control de gasto, menos déficit y menos deuda pública.

Además de todas las conversaciones que ha mantenido Zapatero, en las que incluso el Rey le transmitió su preocupación, su Gobierno debe acometer un nuevo paquete de medidas. El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, anunció un segundo Consejo de Ministros que se celebrará el 26 de agosto. Aunque Jáuregui no entró demasiado en detalles, se prevé que se incluya un decreto ley que contemple la reforma del gasto farmacéutico, con un importante recorte, así como la modificación del Impuesto de Sociedades. Sea como fuere, Zapatero y su equipo tienen que poner toda la carne en el asador porque los mercados no pueden vivir con la incertidumbre de que España tiene un Gobierno con poco músculo político y económico.


La Razón - Editorial

España vende su futuro

Si "España ya no es dueña de su futuro" es porque nadie quiere hacerse cargo de ese futuro: Zapatero porque se va; Rubalcaba porque sabe que no lo va a alcanzar; Rajoy porque no quiere hacerse responsable de él hasta que sea presente.

Tras otra jornada de desplome en la bolsa y en la que la prima de riesgo de los bonos españoles ha vuelto a marcar un nuevo máximo histórico, no queremos restar un ápice de veracidad ni de dramatismo a la prensa internacional que asegura que "España ya no es dueña de su futuro". El problema, sin embargo, no es tanto esa falta de control sobre nuestro futuro como el persistente hecho de que nuestro Gobierno desde hace años y hasta el día de hoy se ha comportado y se sigue comportando como si no le importara nuestro provenir.

No hay una sola medida que, en caso de rescate o intervención exterior, los inversores o nuestros socios comunitarios nos obligaran a tomar en el futuro que no podamos tomar por nosotros mismos. El problema es que el Gobierno se ha negado y se sigue negando a ejecutarlas y, en menor medida que el principal partido de la oposición tampoco termina de anunciarlas para cuando, previsiblemente, forme Gobierno dentro de cuatro meses.


Ya podrá Zapatero suspender sus vacaciones; ya podrá el Rey pedir a los políticos que se "dejen de batallitas"; ya podrá el líder de la oposición echar una mano al Gobierno diciendo que España es "solvente" y no va a ser "rescatada". De nada servirá si Zapatero piensa seguir hasta noviembre como ha estado hasta ahora, sin trabajar en lo único que debe, que son las reformas estructurales que no ha emprendido y que él da por concluidas; o si los políticos no dan la batalla por reducir drásticamente y en todos los ámbitos un gasto público que nos aboca a un endeudamiento por el que cada vez tenemos que pagar más. Tampoco servirá de nada que el líder de la oposición calme a los inversores si no es anunciando ya las medidas, aunque sean duras e impopulares, que se han de tomar para revertir este proceso de caída libre de nuestra economía.

Si "España ya no es dueña de su futuro" es porque nadie quiere hacerse cargo de ese futuro: Zapatero porque se va; Rubalcaba porque sabe que no lo va a alcanzar; y Rajoy porque no quiere hacerse responsable de él hasta que sea presente.

En lugar de cultivar nuestro propio futuro, lo más que pretende este Gobierno en funciones es que sean nuestros socios los que articulen una respuesta conjunta frente a lo que denigra como "ataques especulativos"; una especie de rescate, sin que se note mucho y que, en lugar de forzar las reformas y la disciplina en el gasto, diluya entre todos los costes de nuestra propia irresponsabilidad.

El problema es que hasta para eso se ha mostrado incompetente nuestro Gobierno por culpa de su pésima política exterior. Zapatero se lamenta ahora por no ser capaz de concitar esa "respuesta europea" que tranquilice a los inversores, pero ¿qué pensaba si, en lugar de cultivar las relaciones con los países que cuentan en el panorama internacional, se ha dedicado a estrechar lazos con Marruecos, Cuba o Venezuela? Lo de la "alianza de las civilizaciones" servirá para despilfarrar dinero, pero no para que te lo presten. Y desde luego, con lo de la "fracasada" Merkel o, más recientemente, "irresponsable" Merkel, Zapatero no va a lograr que Alemania vea con mejores ojos maquillar nuestra irresponsabilidad con eurobonos o monetizando deuda.

En definitiva, que lo de "a largo plazo, todos muertos" ha dejado de ser una célebre excusa de un economista de funesta memoria para convertirse en divisa de nuestro Gobierno. No nos extrañemos, pues, de lo mucho que tenemos que pagar por la prima de riesgo.


Libertad Digital - Editorial