sábado, 24 de septiembre de 2011

Ahora, rojo. Por Iñaki Zaragüeta

Vaya bluf este Rubalcaba, perdón, señor Pérez Rubalcaba. Como dicen en mi pueblo, se ha debido quedar calvo de tanto pensar. ¡Pues no dice ahora que se deberá confeccionar un plan estratégico para defender el corredor mediterráneo y conocer así qué tipo y cuánta mercancía transportará!. ¿Es que el Gobierno al que ha pertenecido hasta hace poco pide a la UE las subvenciones para infraestructuras sin saber si van a ser utilizadas y sin responder a una necesidad?.

Da la impresión de que Rubalcaba, perdón, señor Rubalcaba, no se ha enterado de que las regiones por las que discurre el Corredor concentran el 60 por ciento de las exportaciones, el 50 del PIB y población españoles, el 65 del tráfico de mercancías marítimas, el 30 del territorio, el 70 del turismo y a 9 millones de trabajadores.

Rubalcaba, perdón, señor Rubalcaba, aparece como candidato bastante menos atractivo que en épocas pasadas. Habla de del impuesto de patrimonio, pero no dice nada de una reforma fiscal. Ahí es donde está el meollo recaudatorio, en una fiscalidad para las verdaderas grandes fortunas que no cotizan y en el control de la evasión de capitales. ¿Por qué no ha influido en los ocho años de ZP?. Después ir de morado, se quiere vestir de rojo. Así es la vida.


La Razón – Opinión

Réquiem por el peor presidente que ha tenido este país. Por Federico Quevedo

Se acabó la legislatura. El lunes, si no se hunde el mundo, el presidente del Gobierno disolverá las Cortes y convocará a los ciudadanos a las urnas para el próximo 20 de noviembre. Habremos dado fin a uno de los periodos más tristes y oscuros de la historia de este país llamado España. No es ninguna exageración, por más que a algunos pueda parecérselo: Zapatero se va y nos deja como herencia un país sumido en una de las peores crisis de toda su historia. Es verdad que la situación no afecta solo a España, pero más allá de una debacle económica que compartimos con buena parte del mundo desarrollado, la realidad es que nuestro país acumula otros sinsabores que van desde la crisis del modelo territorial hasta el descrédito de las instituciones, pasando por un sinfín de problemas que afectan a la convivencia, a la clase política, a los jueces, a las fuerzas de seguridad, a nuestra política exterior y un largo etcétera que sería imposible enumerar en estas líneas.

¿Ha hecho algo bien Zapatero? Esta es la gran pregunta que nos hacemos estos días en los que suena la campana del final de estas dos legislaturas, y la respuesta no puede ser más pobre. Es verdad que se ha mejorado el capítulo del tráfico y que hay menos accidentes mortales. Es verdad que se ha aprobado una Ley de Violencia de Género y se ha han dado pasos hacia la concienciación social sobre este problema gravísimo. Es verdad que se aprobó una Ley de Dependencia que tampoco había en este país y que era necesaria. Es verdad que ha habido una prioridad política por la igualdad de sexos. Y es verdad, no podemos negarlo, que en el último año y medio ha dado la vuelta como a un calcetín a su política económica y algún paso ha dado en la buena dirección, aunque fuera obligado por las circunstancias.


La parte negativa de esos aspectos positivos es que sigue creciendo el número de víctimas de la violencia machista, que faltan recursos para poder cumplir los objetivos de la Ley de Dependencia, que la igualdad no solo no se consigue mediante cuotas, sino que además éstas acaban perjudicando a la mujer, y que, sin embargo, no se ha hecho nada en cuanto a medidas racionales para evitar la discriminación; las reformas han llegado tarde y son incompletas, y prueba de ello es que los mercados nos pasan factura por ello.
«Durante la primera legislatura se practicó el sectarismo contra la oposición, con todo aquello del Pacto del Tinell y el cordón sanitario contra el PP.»
Como comprenderán, no puedo apuntar en la columna de aspectos positivos la Ley del Aborto, porque por convicción no puedo considerar como tal un atentado tan flagrante al primero de todos los derechos del ser humano, la vida, sobre todo la de un ser indefenso. Ni puedo apuntar en su haber la ley de matrimonios gays, no porque me moleste, sino porque considero que lo podía haber hecho buscando el consenso social en lugar de hacerlo para provocar a una parte de la ciudadanía muy importante. Ese es, probablemente, el gran reproche que se le puede hacer a Rodríguez Zapatero: el hombre que llegó al poder vendiendo imagen de talante y tolerancia, luego gobernó desde la confrontación y la marginación del contrario. Cuando digo que ha sido una época en ocasiones oscura, me refiero a la manera en que, durante la primera legislatura, se practicó el sectarismo contra la oposición, con todo aquello del Pacto del Tinell y el cordón sanitario contra el PP.

Luego vino otro de los grandes errores a apuntar en los errores del presidente saliente: el ‘proceso de paz’; la búsqueda del fin de ETA mediante la cesión a sus pretensiones, y que culminó con ese oscuro episodio que todavía hoy sigue sin aclararse llamado el ‘caso Faisán’. Por alguna razón que desconozco, la izquierda siempre ha escogido atajos que han bordeado e incluso, superado, la línea roja de la Ley y el Estado de Derecho en su empeño por acabar con ETA lo más rápido posible. Miren, yo no voy a participar de teorías que señalan al Gobierno como colaborador de la banda terrorista en un intento de desmembrar el Estado español… Lo he podido hacer en algún momento, pero reconozco que es una locura. Ahora bien, sí es cierto que Rodríguez Zapatero buscó sus alianzas en el nacionalismo radical y que, como consecuencia de ello, dio impulso a un debate territorial sin tener claro nunca a donde quería llegar y dejando la iniciativa en manos de los nacionalismos.

Hoy heredamos las consecuencias de aquello, y la ‘cuestión nacional’, como les decía la semana pasada, va a ser uno de los temas principales con los que se va a encontrar el nuevo Gobierno. Como lo será la necesaria reforma del Poder Judicial, que si siempre se ha visto condicionado por el Poder Ejecutivo, en estas dos legislaturas lo ha sido más que nunca, lo que ha dado lugar a una crisis institucional sin precedentes que ha puesto en entredicho y bajo sospecha a una de las más altas instituciones del estado: el Tribunal Constitucional.

¿Qué más? No ha habido política energética, y la política agraria ha pasado tan desapercibida que ni siquiera sabíamos quién ocupaba la cartera… Desde el punto de vista de la Cultura, este Gobierno pasará por ser el mayor enemigo de la libertad en la Red y por haber considerado a todos los ciudadanos de este país como presuntos delincuentes. Tuvo en su mano un acuerdo para la Educación y el propio Zapatero evitó que se firmara… seguimos siendo los últimos en los informes Pisa. El Gobierno del ‘No a la Guerra’ nos sacó de Iraq, es cierto, pero nos metió de lleno en todo conflicto bélico que se le puso por delante a Zapatero. Abandonamos a su suerte a los saharauis, amparamos los ataques a los derechos humanos en las dictaduras bananeras latinoamericanas, financiamos revoluciones antidemocráticas. Nos alejamos de Europa y pasamos a ser convidados de piedra en cuanta reunión de los países más importantes del mundo ha habido. Nos hemos enfrentado a Marruecos e insultado a la mitad de los líderes europeos. Se han aprobado leyes prohibicionistas que recordaban aquellas otras de principios de siglo XX en Estados Unidos. Se han tirado a la basura millones de vacunas de la gripe A… Podemos seguir y no acabaríamos nunca. Puede ser que, con el tiempo, la historia sea algo más benévola con Rodríguez Zapatero de lo que hoy podemos ser los analistas. No lo sé, pero dudo mucho que al presidente de los cinco millones de parados haya en el futuro un solo libro de historia que le dedique más de un par de párrafos, y no precisamente para alabar su aportación al bien común porque de eso, desde luego, nada de nada.


El confidencial – Opinión

Golpe a la independencia informativa. Por Rosa Villacastín

Nunca ha sido Televisión Española un ejemplo de convivencia, no por culpa de los profesionales de la información que trabajan en esa casa, sino por parte de quienes pretenden desde los poderes políticos, económicos y sociales controlar algo tan esencial en una democracia como es la libertad de información. De ahí la sorpresa que ha causado en el sector la decisión tomada en la tarde de ayer por el Consejo de RTVE -a iniciativa de los representantes del PP y de CIU, y con la llamativa abstención del PSOE- que permite el acceso de todos los consejeros a la elaboración de la información que se ofrece en los telediarios.

Sólo quienes trabajamos en los medios, escritos o audiovisuales, sabemos la trascendencia de una decisión de ese tipo, de ahí que se hayan encendido todas las alarmas, hasta el punto de que el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando González Urbaneja, se haya planteado una posible reclamación judicial por lo que considera un ataque a la libertad de información. Un golpe bajo, diría yo, en la línea de flotación de unos medios que han demostrado que se pueden hacer unos informativos muy dignos -premiados por los espectadores de todas las ideologías con altos índices de audiencia-, pese a las críticas y amenazas a alguna presentadora que se ha limitado a hacer su trabajo con rigurosidad e independencia.

Lo dramático de este asunto no es que los consejeros de tal o cual partido hayan intentado supervisar o censurar el trabajo de los profesionales de la radio y televisión pública, lo verdaderamente dramático -aunque los consejeros del PP hayan rectificado después-, es que veamos como normal lo que es un atentado contra uno de los pilares de nuestra Constitución.


Periodista Digital – Opinión

Palestinos. Por José María Marco

En la endiablada situación de Oriente Medio hay algunos hechos que a pesar de todo, no son muy difíciles de entender. Uno de ellos es que los palestinos no tienen un Estado porque sus autoridades no han querido tenerlo. Para los líderes palestinos siempre ha sido más sencillo vivir de los réditos del victimismo que enfrentarse a la realidad de construir un Estado solvente, capaz de crear unas condiciones de vida digna para sus habitantes, dispuesto a defenderse, claro está, pero también a vivir en paz con sus vecinos, entre ellos Israel. La política de Israel no siempre ha sido, ni es ahora mismo, todo lo clara que se podía exigir. Ahora bien, el hecho fundamental sobre el que gira el conflicto palestino-israelí es la negativa de los palestinos a dotarse de un Estado porque eso llevaría al reconocimiento de Israel, y, con el reconocimiento, al ingreso en la edad adulta, la de las responsabilidades. El «órdago» –como dijo Isaac Querub en el primer foro «LA RAZÓN de...» de este curso– de apostar ahora por un reconocimiento del Estado palestino no supone, por desgracia, un cambio sustancial en esta estrategia. No surge, como debería haber ocurrido, de un proceso previo negociador entre la autoridad palestina y el Gobierno israelí. En consecuencia, no ha ofrecido garantías suficientes a los israelíes. Tampoco supone el fin del terrorismo. El «órdago» ha surgido al amparo de las revueltas árabes, en un momento de cambios en las alianzas en la zona y con un trasfondo de amenaza. Desde esta perspectiva, la actuación del Gobierno de Rodríguez Zapatero, comprometiendo la posición de España en el respaldo a una actitud cuyo único valor es, en el mejor de los casos, puramente táctico, resulta la traca final de la irresponsabilidad militante que ha caracterizado estos años.

La Razón – Opinión

PPC. De moratoria y oro. Por Maite Nolla

Por más que los nacionalistas hayan prohibido las corridas de toros pensando que son un símbolo español, los toros son un espectáculo y un negocio, y ya hubiéramos querido que a otros asuntos más importantes se les hubiera dedicado la mitad del tiempo..

Habrán oído ustedes que el PP va a pedir una moratoria para la inminente entrada en vigor de la ley que prohibirá las corridas de toros en Cataluña. En algunos medios han llegado a decir que poco menos que el PP iba a condicionar sus apoyos a CiU por este asunto. Realmente, lo que han dicho los dirigentes del PP es que van a pedir que se negocie demorar el cierre tres años más. Y yo no digo que sea mentira que lo vayan a pedir, pero que sepan ustedes que es la segunda vez que nos lo anuncian, con el resultado que es de ver. Antes del verano la presidenta del PP de Cataluña filtró a algunos medios que había conseguido condicionar el apoyo a los presupuestos de la Generalitat a que CiU retrasara la efectividad de la norma. Eso, traducido, simplemente quería decir que el PP había presentado en el Parlament una iniciativa para alargar el tercio hasta 2015. Pese a presumir de ser socios preferentes y confirmando las teorías que se decantan por afirmar que el apoyo del PP a CiU es gratis total o casi, los convergentes tiraron de sus primos de Esquerra y devolvieron la iniciativa al corral. En concreto, el 6 de julio de 2011; hace nada. Vamos, que si Sánchez-Camacho pinchó hace menos de dos meses, cuando PP y CiU estaban negociando la aprobación de los presupuestos y el reparto de alcaldías, no se me ocurre qué puede ofrecer el PP ahora. De hecho, el torero Serafín Marín, que el año pasado se tragó el anzuelo y hasta le brindó un toro a Alicia Sánchez-Camacho, ya ha dicho que el PP ha tirado la toalla y que a él no le venden la misma moto vieja dos veces. Pongo en su conocimiento esta información de servicio público porque a lo mejor alguno de los asistentes a la Monumental el domingo tiene la tentación de aplaudir a alguna política pensando que ha hecho algo por evitar que la Monumental se convierta en un macro Zara, en un Corte Inglés o en una sede de Unió.

De todas formas, por más que los nacionalistas hayan prohibido las corridas de toros pensando que son un símbolo español, los toros son un espectáculo y un negocio, y ya hubiéramos querido que a otros asuntos más importantes se les hubiera dedicado la mitad del tiempo y un tercio del apoyo. Simbologías aparte, hay prioridades más prioritarias. Y aunque el PP sea socio de CiU, no tiene ni poder ni diputados suficientes para apretar excesivamente las tuercas, pese a que ustedes puedan haber oído otra cosa. Ya sé que es de suponer –como pasa con el asunto de la lengua– que en el PP no están por prohibir los toros; otra cosa es que, como dice Serafín Marín, no hagan nada por evitarlo. Eso, al menos, les coloca en mejor posición que los socialistas, que se lavan las manos con el asunto de los toros, y están por ser más nacionalistas que nadie en la cuestión de la lengua. Y aunque la buena voluntad del PP se presuma, sólo Ciudadanos ha pedido en el Parlament la derogación de la ley. Y como todo eso es así, sólo se les pide que no nos engañen. Hoy por hoy, ni pueden, ni quieren, ni van a hacer nada.


Libertad Digital – Opinión

Las siete reglas de oro. Por Carmen Tomás

El presidente del PP y candidato a la presidencia del Gobierno dejó claro el miércoles en el Congreso en la última sesión de control que Zapatero les ha mostrado el camino de lo que no hay que hacer. Son siete reglas elementales, incluso obvias, en las que Rajoy basará su gobernanza y que Zapatero se ha saltado una tras otra en sus casi ocho años al frente del Gobierno. No me cabe la menor duda de que nos hubiera ido bastante mejor si el todavía presidente del Gobierno las hubiera puesto en práctica. Decir la verdad a los ciudadanos, hacer un buen diagnóstico, no gastar más de lo que se tiene, tener un plan, no crear falsas expectativas, previsiones razonables, hacer reformas y no gobernar a golpe de decreto y de improvisaciones. Cualquiera diría que esto lo sabe hasta un niño. Pero, Zapatero y su Gobierno han optado en estos años por todo lo contrario y así nos ha ido.

Ahora ya no sólo nos sacude la crisis de Grecia o lo que pase en Portugal o Italia es que nosotros mismos, como dijo no hace mucho el destacado economista Roubini, estamos viviendo al borde del precipicio y con los pies colgando. Se ha mentido a mansalva, se ha gastado a espuertas y no se ha hecho ni una sola de las reformas que de verdad necesitaba este país. En la despedida, todos los ministros preguntados se sentían satisfechos, algunos hablaban de la herencia recibida de Aznar y otros se quejaban de la desleal y agitadora oposición. Daba vergüenza ajena comprobar que ni uno de ellos, con el presidente a la cabeza, se sintiera responsable y compungido por dejar al país como unos zorros y a millones de personas sin presente y sin futuro.

Oír a Zapatero, que deja el país como un erial y que no ha tenido las agallas de presentarse, echarle en cara a Rajoy que la oposición no diera confianza y no haya colaborado fue de sonrojar. O a la ministra Salgado sintiéndose orgullosa del trabajo realizado y menos orgullosa de la oposición. El país está patas arriba y como muy bien dijeron Rajoy y Soraya la herencia que van recibir está envenenada y el traspaso de poderes es un auténtico traspaso de deberes. Lo peor es que aún quedan dos meses en los que todavía pueden pasar muchas cosas dentro y fuera de España.


Periodista Digital – Opinión

Estáis en casa. Por Alfonso Ussía

El pasado jueves tuve el honor de presentar a Isaac Querub en «La Razón». Isaac Querub Caro es el presidente de la Federación de Comunidades Judías en España, español, hijo de Sefarad, conciso, directo, emotivo, culto y pacífico. También es del Atlético de Madrid. La intervención de Querub emocionó a todos los presentes, entre ellos dos obispos de la Iglesia católica, el Auxiliar de Madrid y el de Ávila. Estaba el ministro de la Presidencia, el siempre educado Ramón Jáuregui, que es el socialista con menos aspecto de socialista de cuantos conozco, y de muy buena cosecha, la de 1948. Intuyo que su postura respecto a Israel no es la misma que la de muchos de sus compañeros de partido, con esa Alianza de Civilizaciones absurda, y su permanente defensa del ingreso de Turquía en Europa, que significaría la entrada del Islam en la libertad de Occidente.

Porque la única nación occidental del Oriente Medio, la única democracia, no es otra que Israel, que hizo nacer un vergel en el desierto, mientras los árabes rechazaron la misma extensión de tierra para crear el Estado palestino.


Se habló del antisemitismo en España, la Patria de Isaac Querub. Su gran Patria es Israel, porque los judíos distribuidos por el mundo comparten el amor por sus raíces y el amor por sus antepasados. Isaac Querub estuvo muy educado y apuntó que el antisemitismo en España es un problema que viene de la ultraderecha y la ultraizquierda. No hay que irse tan lejos en la izquierda. Incluso en la izquierda moderada se abomina de los judíos, precisamente –no lo sé–, por haber constituido una nación democrática ejemplar que tiene que defenderse todos los días de los ataques de sus vecinos, que no desean su derrota, sino su aniquilación. Una nación con un nivel de inteligencia y preparación científica superior a la de los Estados Unidos o Alemania, que en su periodo nazi asesinó a millones de ellos. Un millón y medio de niños judíos fueron asesinados sólo por el hecho de ser judíos. Cuando Querub ofreció este dato con las mismas palabras, contagió a todos los asistentes la emoción profunda de sus sentimientos.

Aquí en España, en Sefarad, la cuna de los judíos españoles, el odio a Israel está instalado en la demagogia de las izquierdas. Los comunistas y socialistas, que disfrutan de la cultura y los avances judeocristianos, aborrecen a los hebreos. Entre los comunistas es lógico, por cuanto después de Hitler, el más eficiente asesino de judíos fue Stalin. Entre los socialistas me sorprende más su descerebrado apoyo a la Edad Media.

«Ni Moisés, ni Jesucristo, ni Marx, ni Freud, ni Einstein, que contribuyeron al progreso de la civilización humana con planteamientos universalistas, han podido evitar la expansión del antisemitismo». Einstein se lo tomó con humor: «Si mi Teoría de la Relatividad es acertada, Alemania dirá que soy alemán, y Francia que ciudadano del mundo. Pero si es errónea, Francia dirá que soy alemán y Alemania que soy judío».

El representante de los judíos en España habló de paz, de libertad, de modernidad, de democracia, de entendimiento. Ni una expresión de desprecio o de odio a quienes los odian y desprecian. Israel nunca será aniquilada porque cree en sus gentes. Europa está obligada a definir con más firmeza su respaldo a Israel, al siglo XXI, tan alejado de la brutalidad del medievo. Isaac, estáis en casa.


La Razón – Opinión

Conocer la verdad. Por Cayetano González

Que el 4 de mayo de 2006 alguien -y ese alguien no pudo ser nadie distinto a quien tuviera conocimiento de los hechos que se iban a producir- avisó al responsable de la red de extorsión económica de ETA que se iba a llevar a cabo una operación policial contra ese entramado es algo que nadie niega. Tampoco lo ha hecho el Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que en una decisión ciertamente sorprendente y con sabor a componenda jurídico-política, ha pedido al juez Pablo Ruz que siga investigando, porque en opinión de los magistrados, los indicios que llevaron al citado juez a imputar al Director General de la Policía de entonces y a dos altos cargos policiales bajo el delito de colaboración con banda armada, no son suficientes.

No resulta ocioso recordar el contexto en el que se produjo ese "chivatazo" a ETA por parte, repito, de quienes eran conocedores de que se iba a producir una operación policial. Zapatero estaba metido por aquellas fechas hasta las cejas en un proceso de negociación política con ETA, y para ayudarle en el mismo había nombrado meses antes como ministro del Interior a Alfredo Pérez Rubalcaba. Lo que sucedió es que se pensó que esa operación policial podría molestar a los interlocutores etarras. Por eso se abortó. Tal fueron así los hechos, que cinco meses después del "chivatazo", el actual vocal del Consejo General del Poder Judicial e interlocutor del Gobierno con ETA en ese mal llamado proceso de paz, José Manuel Gómez Benítez, esgrimió ante sus interlocutores etarras que el "chivatazo" era una prueba de buena voluntad por parte del ejecutivo para que el citado proceso siguiera.


Los ciudadanos tenemos derecho a saber toda la verdad de aquel sórdido episodio, que se llegue hasta el final y que se depuren todas las responsabilidades penales a que hubiera lugar. Las políticas parecen claras, porque no es imaginable que unos funcionarios policiales lleven a cabo tal fechoría -a la que tenían la obligación de haberse negado- si no reciben órdenes directas de los responsables políticos del Ministerio del Interior.

Al final, cuando se toman atajos en la lucha antiterrorista, pasan estas cosas. Se empieza secuestrando en el sur de Francia a un ciudadano galo, Segundo Marey, que luego se demuestra que no tenía nada que ver con ETA y se acaba avisando a los terroristas para que puedan huir antes de ser detenidos. Cuando quien tiene obligación de luchar contra el terrorismo con la ley, dentro de la ley, pero con toda la ley, se sale de ese camino, la impunidad está servida y el Estado de Derecho salta por los aires. Para acabar con aquella y para restituir este es muy importante que el juez Pablo Ruz siga investigando y llegue hasta el final. Es una exigencia democrática.


Periodista Digital – Opinión

La izquierda. Un día en la vida de un líder progresista. Por Pablo Molina

La jornada comienza muy temprano para el ungido izquierdista. En la cocina del moderno adosado de la mejor zona residencial del extrarradio y bajo un poster enmarcado del Che Guevara..

Ser de izquierdas con carácter profesional es un trabajo muy exigente. No por el horario, claro, porque al contrario de lo que se exige a las empresas privadas y sus trabajadores, a los que se prohíbe taxativamente cualquier modelo contractual ajeno a la férrea dictadura del convenio colectivo, el líder izquierdista goza de una flexibilidad absoluta para organizar su vida laboral y familiar.

La jornada comienza muy temprano para el ungido izquierdista. En la cocina del moderno adosado de la mejor zona residencial del extrarradio y bajo un poster enmarcado del Che Guevara, la sirvienta, ciudadana inmigrante a la que algún día habrá que dar de alta en la seguridad social (pero hoy no... mañana), sirve el café y el desayuno para los niños, todos repeinados y con el uniforme del mejor colegio privado de la zona. Porque los niños obviamente no van a la escuela pública; ni siquiera a un colegio concertado, que esos los suelen manejar los curas y no es cuestión de que le metan a las criaturas en la cabeza conceptos morales ajenos a la ciudadanía progresista. Privado, privado, de esos que garantizan la mejor preparación para afrontar la experiencia universitaria que, ocioso es decirlo, realizarán también en una institución privada, preferiblemente anglosajona, por aquello de los idiomas.


Acabado el desayuno, el dirigente izquierdista monta a la familia en el coche, un todo terreno de gran cilindrada, de esos que están acabando con el medio ambiente lanzando gases de efecto invernadero a mansalva. Primero hay que dejar a los niños en el colegio y después a la señora en el centro oficial donde trabaja de asesora contratada a dedo a razón de cuatro mil euros mensuales. A continuación, nuestro héroe llega al "partido" o al "sindicato", donde pasará la mañana defendiendo a la clase trabajadora de los embates del capitalismo.

El resto del día es un ajetreo vertiginoso. En primer lugar hay que organizar las manifestaciones contra los recortes educativos de la derechona. Es cierto que es el PSOE el responsable de los únicos recortes en el sueldo de los docentes, pero ZP es de los nuestros, qué coño, y si lo ha hecho ha sido por imposición de "los mercados", los mismos entes sospechosos a los que nuestro izquierdista imaginario confía sus finanzas, pues sus ahorros los tiene todos repartidos en varios fondos de inversión.

Por la tarde toca manifa violenta frente a un hospital que va a ser visitado por un alto cargo de la derechona, lo que le recuerda a nuestro protagonista que tiene que pedir cita en la clínica privada en la que suele pasar una revisión anual por cuenta del partido o el sindicato.

Ya en casa, la sirvienta a la que un día habrá que legalizar baña a los niños y sirve la cena a la feliz familia. Con las criaturas ya en la cama, el matrimonio disfruta de una velada tranquila viendo la programación de La Sexta. El Che Guevara les observa desde un flanco del salón. Mientras suben al dormitorio, nuestro protagonista rumia para sus adentros "y que haya todavía quien dice que la izquierda lo ha hecho mal estos siete años..."


Libertad Digital – Opinión

Dedicado, por ejemplo, a Fran Llorente. Por Fernando Jáuregui

Esta opinión, mi opinión, no es sino la de un profesional que lleva cuarenta años, con distintos gobiernos y hasta distintos regímenes, ejerciendo labores informativas en distintos campos y pretendiendo, aunque mal esté el decirlo, hacerlo con el máximo rigor y honradez de los que me siento capaz. Supongo que no tengo más títulos ni credenciales que esos años de penitencia a mis espaldas, y el haberlos vivido con entusiasmo vocacional, para decir ahora que probablemente nunca he sentido tan amenazada la verdadera esencia de lo que, a mi entender, ha de ser el periodismo.

No lo digo solamente por las ruedas de prensa sin admitir preguntas, ni por las salidas de tono de algunos de los consejeros de Administración de RTVE, a los que les gustaría "estar muy al tanto" de lo que hacen los redactores, vaya usted a saber con qué propósito. Ni tampoco lo digo por esa pretensión de "uniformar" las informaciones televisivas en las campañas electorales. Ni siquiera por el elevado índice de desempleo, de subempleo, de injerencias autonómicas y locales en la función del informador. Todo eso parece, ay, estar ya aceptado en nuestros usos y costumbres. Y, por ello, me ha parecido emocionante la rebelión del director de los informativos de la tele pública, Fran Llorente, ante lo que podrían intuirse como indicios de censura previa por parte del Consejo. Un Consejo de Administración en el que una parte de sus integrantes parece haber aprovechado la situación de interinidad en que vive RTVE para lanzar el órdago, afortunadamente ya superado, de "supervisar" la elaboración de los telediarios. Una aspiración, por lo demás, largamente sentida por algunos en un Consejo que no ha sabido encontrar su papel en los dificilísimos meandros de lo que fue el Ente.

Ya digo que lo de Llorente es solamente un ejemplo, el último, de sana rebeldía ante una mala coyuntura, en la que los medios, zarandeados por una revolución tecnológica sin precedentes y por una crisis económica que tiene muy variados motivos y vectores, también tendremos que hacernos, en general, una autocrítica. Supongo que no en vano hemos descendido bastantes peldaños en las encuestas de aprecio social. Ahora se abre ante nosotros una nueva era, y no podemos, ni los periodistas, ni los políticos, ni los empresarios en sus relaciones con los medios, actuar como hasta aquí. Vivimos tiempos de zozobra, en los que la rebeldía es casi oficiosamente aconsejada y, en ciertos ámbitos, conveniente. Por eso quiero dedicar hoy este comentario, por ejemplo, a Fran Llorente y al equipo, zarandeado desde la derecha y la izquierda, que ha hecho piña con él en este (pen)último capítulo que trata de evitar caer en el abismo.


Periodista Digital – Opinión

Lecciones del Fondo

La estancada economía española necesita reformas laborales y fiscales para crear empleo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha lanzado dos mensajes claros que implican con distinta intensidad a la economía española. Sugiere que Europa necesita una nueva ronda de recapitalización bancaria, y a este reclamo acudió el comisario de Mercado Interior, Michael Barnier, pidiendo más capital para 16 bancos de la zona euro, siete de ellos españoles. El Banco de España ha negado que las entidades españolas necesiten más capital. Parece más prudente creer al gobernador Fernández Ordóñez. En la coyuntura actual, Bruselas debería preocuparse sobre todo de los bancos italianos y alemanes.

Pero el segundo mensaje sí golpea de lleno a España. La previsión de desaceleración económica mundial es poco tranquilizadora. Para la economía española prevé una tasa de crecimiento del 1,1% en 2012, lo cual significa que no habrá recuperación el año próximo. La sociedad española tendrá que soportar al menos durante otro ejercicio una tasa de paro superior al 20%. La visión relativista ("otros están peor, ni siquiera crecen") es equivocada. Porque lo que asfixia las opciones de crecimiento español son las restricciones crediticias, se supone que en camino de corrección, y la descomunal tasa de paro, que obliga a sobreesfuerzos en el ajuste económico y cercena cualquier posibilidad de reactivación de la demanda.


Estas deberían ser razones suficientes para que el Gobierno que se forme después de las elecciones tenga que ocuparse prioritariamente de reducir el paro, hasta el punto de hacer de ello una causa nacional. Para ello, el nuevo Gobierno tendrá que ajustar tres piezas relacionadas entre sí y en ellas no puede cometer errores. La primera es una revisión en profundidad de la reforma laboral aprobada en esta última legislatura; ya está demostrado que la actual es un fiasco.

La segunda pieza decisiva es una reforma fiscal. Se trataría con ella de permitir el funcionamiento de la tercera pieza, que no puede ser otra que la articulación de las políticas de estímulo de la demanda que sea posible financiar en las condiciones actuales (es decir, aceptando el compromiso de reducción del déficit). Se entiende pues que esa reforma fiscal no puede pretender una rebaja de impuestos, sino lo contrario. Y se entiende también que los estímulos no pueden ser los triviales mecanismos de desgravaciones fiscales, nada menos que en el impuesto de Sociedades, que anuncia el candidato del PP.


El País – Editorial

La caída de Occidente. Por Luis del Val

No necesito releer a Spengler para hacerme una idea aproximada de la caída del Imperio Romano. Me imagino a los patricios, en las termas, haciendo cálculos sobre lo que les va a costar la boda de una hija, de la misma manera que los pijos de Houston o de Madrid, en la cafetería del gimnasio, comentan los últimos desastres de los Yorkers o del Real Madrid, mientras Wall Street reacciona ante las medidas de Obama como si se hubiera declarado un incendio, y el Ibex baja por las escaleras del 8.000 hasta darse de bruces con el Siete.

Sólo me faltaba escuchar a los sindicalistas de la enseñanza hablar del éxito de la huelga, que permitirá con esta grandilocuente victoria que los profesores cobren este mes dos o tres días menos, mientras el público en general, y los padres en particular, recuerdan que los profesores tienen trabajo fijo, y que claman mucho por la enseñanza y la sanidad pública, pero los jerarcas llevan a sus hijos a la enseñanza privada y, como funcionarios que son, huyen de la Seguridad Social y se acogen al sistema sanitario de la Muface.

La decadencia del Imperio Romano comenzó el día que los hijos de los patricios dejaron de nutrir a las centurias, y la decadencia de Occidente cuando se consideró que los Ejércitos debían de estar formados por los pobres o los inmigrantes que aspiraban a tener papeles. La gente habla de que hay apretarse el cinturón para salvarnos todos, con la boca pequeña, pero se pone como un basilisco si le exigen legalmente dos horas más de trabajo, mientras los sindicatos, que viven tiempos difíciles para mantener cierto prestigio y salvar la cara, curan su silencio ante el ataque a las pensiones con esta fiesta folklórica tan triunfal.

No necesito ir a la biblioteca para releer "La Decadencia de Occidente", y percibir que estamos ante el final de un ciclo, en la agonía de un periodo que da los últimos estertores, mientras algunos sordos se entretienen con nacionalismos de juguete, mientras caen los muros imperiales y siguen alimentando leyendas que nunca existieron. Se trata de un panorama patético, terrible y estremecedor: cientos de millones de personas caminando hacia el abismo como si hubiera un puente que nunca existió.


Periodista Digital – Opinión

Los toros y la libertad

La Monumental pondrá mañana fin a cien años de toreo en virtud de la ley aprobada por el Parlamento de Cataluña que prohíbe las corridas de toros a partir del 1 de enero de 2012. La terna elegida por la empresa es un cartel de lujo, con José Tomás a la cabeza, con una respuesta del aficionado abrumadora y un lleno absoluto en las 20.000 localidades. Lo que ocurrirá después de este domingo supone uno de los mayores ataques contra la libertad de los ciudadanos, cimentado no en la defensa y la preocupación por la vida de los animales, sino en la animadversión a lo español y en los complejos atávicos del nacionalismo. La respuesta de estos grupos políticos por el supuesto maltrato a las reses bravas se limita a un símbolo de la españolidad de Cataluña como es la Fiesta Nacional, pero no alcanza, por ejemplo, a los tradicionales «correbous», los festejos típicos de los municipios del sur de Tarragona, que fueron blindados por el mismo Parlamento sólo dos meses después de censurar la tauromaquia. La diferencia entre ambos fenómenos es considerable, pues los toros se rigen por un reglamento, normas y controles que amparan al ganado, mientras los «correbous» son entretenimientos callejeros proclives a los excesos. La hipocresía de estos grupos nacionalistas sólo es comparable a la displicencia y la falta de respeto que han demostrado con esa parte de la sociedad catalana que disfruta y respalda con una representación cultural inigualable y con esa inmensa mayoría de ciudadanos que defiende la libertad. Que políticos nacionalistas, como el alcalde de Barcelona y otros, hayan ninguneado a los aficionados es una actitud que no se corresponde con la responsabilidad de quienes representan a todos los ciudadanos de Cataluña. En cualquier caso, entendemos que esa última tarde en la Monumental no puede ser el punto final, sino que debe ser un punto y seguido. La grandeza y la historia de este singular y magnífico producto cultural que es el toreo merece emprender todos los esfuerzos posibles para reparar una injusticia e impedir que Cataluña sea un poco menos libre que el resto de la nación. Hay un buen número de alternativas antes que resignarse a ejercer de víctima pasiva ante un atropello. Primero, el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el PP en octubre de 2010 contra la prohibición por ser contraria a la libertad de manifestación y creación artística, al acceso de los españoles a manifestaciones culturales y a la libertad de empresa, amparados todos estos derechos por la Carta Magna. Segundo, la Iniciativa Legislativa Popular, impulsada por la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, para que el Congreso declare los toros Bien de Interés Cultural en todo el territorio. Y, tercero, que el Gobierno del cambio, que surja de las elecciones del 20-N, blinde la Fiesta Nacional como una disciplina artística arraigada en las raíces culturales de España. Hay, por tanto, respuestas para corregir el desatino y la única alternativa rechazable es la de cruzarse de brazos mientras se transgrede el derecho de la gente a elegir o no su asistencia a un acontecimiento inigualable y admirable con millones de aficionados.

La Razón – Editorial

Sin vergüenza. Por Julia Navarro

Pues no, no sintieron la más mínima vergüenza los consejeros de RTVE que votaron a favor de tener acceso directo a los guiones de los informativos. No la tuvieron porque aseguran que la decisión es legal. Y se quedan tan tranquilos.

Lo cierto es que esta es una de las noticias más escandalosas de los últimos tiempos y eso que hay muchas donde elegir. El caso es que la consejera de RTVE Rosario López Miralles, consejera por obra y gracia del PP, tuvo la ocurrencia de sugerir a sus compañeros lo estupendo que sería que pudieran tener acceso al trabajo de los servicios informativos y así saber qué se iba a emitir en los Telediarios. La propuesta fue bien recibida por sus compañeros porque a excepción de los representantes de UGT y de IU el resto la apoyó. Y sí, la votaron afirmativamente sin sonrojarse, sin sentir el mínimo atisbo de vergüenza.

Se ha tenido que organizar un escándalo para que hayan decidido rectificar, pero no porque se hayan dado cuenta de que intentar ejercer un control sobre la información sea inaceptable sino porque, como han dicho algunos consejeros, no es oportuno dado que estamos en periodo electoral. Y sí, lo han dicho sin sentir vergüenza.


Verán, después de más de treinta años dedicada a contar lo que sucede en nuestra política he aprendido que ningún partido político se siente cómodo con la libertad de expresión, y que prefieren a los propagandistas en vez de a periodistas. De manera que en cuanto tienen mando en plaza, ya sea el PSOE, el PP, los partidos nacionalistas, allí donde gobiernan, allí donde tienen una televisión a su medida, convierten a los medios públicos en correas de transmisión, sólo contratan a quienes están en su onda ideológica y si alguien se atreve a intentar discrepar o ser independiente simplemente se le da el finiquito con las más variadas excusas. Es decir, los partidos tratan a los medios públicos de comunicación como sus fincas particulares.

Pero también hay que decir que si esto sucede es porque quienes trabajan en esos medios no alzan la voz reivindicando que se cumplan sus estatutos y defendiendo, por tanto, su independencia. Pero no, lo que sucede es que suelen acomodarse a cada momento. Que ahora gobierna el PSOE, pues el medio público en cuestión adquiere tintes socialistas, que lo hace el PP, inmediatamente es inconfundible el tinte popular, que se trata de Cataluña y gobierna CIU, pues ya saben de que pie cojea la tele pública, o lo mismo se puede decir del País Vasco, Galicia, o donde sea.

Por decirlo claramente, los políticos no permiten que los medios públicos sean eso publico, donde se haga una información independiente. De ahí que a la consejera Rosario López Miralles y al resto de sus compañeros del Consejo de Administración de RTVE les pareciera lo más normal poder tener acceso al trabajo de quienes elaboran los Telediarios.

A mí me parece un hecho vergonzoso que retrata a sus protagonistas. Claro que para empezar las historias de los Consejos de RTVE es la que es, nunca ha estado formado por profesionales de prestigio sino que lo forman personas de obediencia debida a los partidos y allí cada cual no va a defender los intereses públicos sino cuánto tiempo dedica el Telediario a sus jefes políticos.

No quiero ni pensar la que se nos viene encima cuando el PP gane las elecciones el 20 de noviembre como parece que va a suceder. Si a la señora López Miralles se le ha ocurrido ahora tener acceso directo a los Telediarios lo mismo se le ocurre que para no perder el tiempo mejor mandarles el minutado ya hecho, eso sí dedicada a la mayor gloria del PP. Y no crean que el PSOE me parece mejor en esta cuestión, porque a la vista está que apoyaron la propuesta de la señora López Miralles.

En fin, que votar lo que votaron los unos y los otros es la mejor muestra de que para ellos la tele pública es un medio de propaganda y no de información. Eso sí, según ellos es legal. ¡Que vergüenza!


Periodista Digital – Opinión

La puerta a la ONU

La negociación entre Palestina e Israel debe comenzar en breve para evitar el veto de EE UU.

La suerte está echada; pero no tanto. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, habló ayer ante la Asamblea General de la ONU y presentó la petición oficial de ingreso de un Estado inexistente llamado Palestina. Pero eso no significa que la votación de los 15 miembros del Consejo de Seguridad, instancia habilitada para entender del caso, deba pronunciarse de inmediato. Y si el Consejo se toma su tiempo, Washington demoraría cuando menos la interposición del veto si la votación fuera favorable a los intereses palestinos.

Porque Estados Unidos corre no solo el riesgo de que la calle árabe se subleve en ese caso en su contra. Aliados históricos de Washington, como Arabia Saudí y Jordania, ya han advertido que tras el veto nada podría ser igual. Son amenazas ya pronunciadas en ocasiones anteriores, pero que ahora podrían cumplirse. Y para Israel también es un respiro, puesto que sus relaciones son ya lo bastante malas con vecinos tan decisivos como Egipto y Turquía como para resignarse a que el veto las empeorara.


Y en ese plazo, que probablemente ahora comienza, cabe poca duda de que Washington ejercerá toda la presión de que sea capaz -que hasta ahora no ha sido gran cosa- para que se reanuden unas negociaciones directas entre israelíes y palestinos que comenzaron en Oslo en 1993 y no han dado ningún fruto hasta la fecha, ni han sido capaces siquiera de poner fin a la violencia en la zona. Las negociaciones, más tiempo interrumpidas que en curso, han fracasado, básicamente, porque Israel se niega a cumplir la resolución 242 de la ONU, que ordena la retirada de todos los territorios ocupados en la guerra de 1967 -y no como dijo el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, también ante la asamblea, de solo cualquier parte de ellos-, así como también la incapacidad o la falta de voluntad palestina de acabar con los atentados terroristas y así dar garantías de seguridad a Israel.

Para que esas negociaciones se reanuden, Israel debería detener la colonización en Cisjordania y Jerusalén Este, como exige la parte palestina y hasta implora el presidente Barack Obama, porque si lo que se discute es una retirada, la colonización continuada no parece ser el mejor camino para la paz. Pero a tenor de lo que dijo Netanyahu, lo mínimo que exigiría su Gobierno para congelar la progresiva ocupación del territorio sería que la Autoridad Palestina reconociera a Israel como Estado judío. Eso equivale a renunciar al derecho de varios millones de refugiados palestinos a regresar a su tierra, de la que huyeron o fueron expulsados por Israel en 1948 y 1967, o, en otro caso, ser compensados adecuadamente, como establece la resolución 194 de la ONU.

Estamos ante una nueva etapa del conflicto en forma de impasse. O en un plazo más o menos prolongado se reanudan las negociaciones o hay veto de Washington. Y esto es otro nombre para pandemonium.


El País – Editorial

La pretensión impúdica. Por Charo Zarzalejos

A iniciativa de su presidenta hoy se reúne el consejo de RTVE para, esperemos, rectificar oficialmente lo que ha sido algo más que un error. Los cuatro consejeros del PP, con el apoyo del representante y la abstención de los consejeros propuestos a iniciativa del PSOE, lograron sacar adelante una pretensión que sólo puede ser calificada de "impúdica". De acuerdo con lo aprobado, los consejeros tendrían acceso a los trabajos de los diversos equipos de informativos y así conocer de antemano el contenido de telediarios y entrevistas. Como es lógico, los profesionales de RTVE han salido todos a una rechazando semejante pretensión.

La medida ha sido rectificada. Así lo han hecho saber quienes con su apoyo expreso o su abstención han facilitado que semejante pretensión llegará a tomar forma. Bienvenida sea la rectificación pero no por eso se puede dejar pasar por alto la absoluta falta de sentido común y ese pavoroso empeño por el control indisimulado de casi todo lo que se mueve.

Es difícil separar la iniciativa ya rectificada de los tiempos electorales en los que nos encontramos. Y es verdad que cuando se está campaña las ocurrencias, las frases gruesas, las descalificaciones desmedidas encuentran una cierta justificación por la pasión que ponen en la busca y captura del voto. Pero todo debe tener un límite. El estar en campaña no debería ser atenuante de posiciones que atentan directamente al sentido común, que atropellan la inteligencia de los ciudadanos y el despelleje cruel del adversario.

Habrá que estar muy atentos para que nuestros políticos no se pasen de rosca y lo que ha ocurrido en el consejo de RTVE ha sido una auténtica pasada de tal calibre que la obligada rectificación no evita que este asunto haya dejado un mal, muy mal, sabor de boca.


Periodista Digital – Opinión

No al Estado palestino... aún

Un Estado palestino con una Gaza en manos de Hamás y una Autoridad Nacional Palestina empeñada en seguir alimentando con antisemitismo a sus hijos no tendría una vida muy larga.

Es difícil encontrar un objetivo más unánimemente compartido en todo Occidente, al menos de cara a la galería, que el de la partición de la llamada Palestina histórica, es decir, la convivencia en paz del Estado de Israel con un Estado de Palestina en el que se incorporaran tanto Gaza como Cisjordania. No ocurre así en el mundo árabe ni en Palestina, donde desde su misma creación en 1948 se han negado a reconocer el derecho de Israel a existir, manteniendo su empeño de expulsar a los judíos al mar, y fracasando en todas las guerras que han librado para conseguirlo.

Precisamente porque Israel es nuestra primera línea de defensa frente a la barbarie, pocas noticias podrían ser mejores que la creación de un Estado palestino, ese que se negaron a aceptar en 1948. Pero no de cualquier manera. Como dijera la ex primera ministra de Israel, Golda Meier, "la paz llegará cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros". Un Estado palestino con una Gaza en manos de Hamás y una Autoridad Nacional Palestina empeñada en seguir alimentando con antisemitismo a sus hijos no tendría una vida muy larga.


El problema es la ocupación, se ha dicho infinidad de veces. Pero cuando Israel ha abandonado la ocupación de forma unilateral en Gaza, lo único que se ha fomentado es el lanzamiento de cohetes contra civiles israelíes. No, el problema no es la ocupación. El problema es que los colegios palestinos enseñan en el odio al judío y las cadenas para niños fomentan al terrorista suicida como un héroe. El problema es que si un judío empieza a disparar contra los árabes recibe la inmediata condena del Gobierno israelí y el peso de la ley cae sobre él. En cambio, el terrorista palestino es homenajeado y su familia recibe una subvención de las autoridades.

Mientras esto siga así, ningún plan de paz ni ninguna decisión unilateral cambiará sustancialmente la situación. La petición de Abbas es un gesto de cara a la galería. El Consejo de Seguridad de la ONU retrasará previsiblemente cualquier decisión con la vana esperanza de que las negociaciones lleguen a alguna parte, y cuando finalmente haya que votar EEUU ya ha anunciado que impondrá su derecho de veto. No parece, por tanto, que la intención del líder de Al Fatah sea el reconocimiento del Estado palestino, sino recuperar apoyo interno.

La solución de los dos Estados parece la única viable para un futuro en paz. Israel ya ha demostrado en numerosas ocasiones –y en especial en Camp David el año 2000– su disposición a alcanzar un acuerdo. Cuando tanto los líderes como, sobre todo, el pueblo palestino tenga mayoritariamente la misma disposición, el acuerdo llegará. No parece que ese momento haya llegado.


Libertad Digital – Editorial

Medias mentiras y mentiras gruesas. Por Francisco Muro de Iscar

La inversión en educación es una apuesta segura para salir de la crisis. Bueno, y el cambio de un modelo productivo que nadie se atreve a abordar. Pero más dinero en educación, más profesores y más medios no garantizan una mejor educación ni mejores resultados. Gastamos igual que Finlandia, Japón o Corea del Norte y no mucho menos que otros grandes países europeos y nuestros resultados educativos son radicalmente inferiores. No sólo eso, son de los peores, con unos índices de abandono, de fracaso escolar, de repetidores y de absentismo que deberían hacer enrojecer de vergüenza a todos los ciudadanos. También a cierta parte de los profesores.

No es de ahora, ni es culpa de Esperanza Aguirre -que ni mucho menos ha sido la mejor ministra de Educación, pero tampoco el/la peor- aunque ahora todos los que nunca protestaron por el fracaso escolar, por la marginación del profesorado, por los continuos cambios legales o por una educación que anuló el esfuerzo de los alumnos y premió la incompetencia, han tomado la calle contra una política que no se caracteriza por tener el don de la oportunidad.


No es verdad que no se puedan obtener mejores resultados educativos con los recursos que empleamos. En la concertada, con muchos menos medios, con profesorado peor pagado y con un veinte por ciento más de horas lectivas, los resultados son claramente superiores. Y el coste del puesto escolar en la escuela concertada es un tercio menor que en la escuela pública. No se retira dinero de la pública para dárselo a la concertada. No es verdad. Y no lo es desde hace décadas. Y la escuela concertada, creación del PSOE, no sólo ha ahorrado mucho dinero al Estado, que no hubiera podido crear ni mantener los centros de enseñanza necesarios, sino que ha sido la que ha sostenido las reformas educativas que han puesto en marcha gobiernos socialistas -Rubalcaba lo sabe- que la escuela pública no apoyó por razones estructurales y de falta de compromiso.

Hay tanto miedo en enfrentarse al problema, que hasta Gabilondo abandona la idea del MIR de los profesores que daría más calidad a nuestra educación. Que Aguirre diga que hay que pensar en si podemos sostener la enseñanza que no es ni pública ni obligatoria no es sólo una provocación, que seguramente lo es, sino muestra de sentido común. No es de recibo que los universitarios -los ricos y los que no tienen medios- estén financiados en un 90 por ciento por los ciudadanos, porque sólo pagan un diez por ciento del coste de la enseñanza. Menos cuando se cierran hospitales o ambulatorios- en Cataluña, no en Madrid-, no hay dinero para pagar las nóminas de los profesores universitarios -en Cataluña, no en Madrid-, las Administraciones acumulan más de 4.000 empresas públicas, muchas ineficientes e innecesarias, han cerrado más de 67.000 empresas y la morosidad se carga a los autónomos. La vaca del Estado del Bienestar está ordeñada y sin leche. Podemos optar por recortar para salvar lo fundamental y no dejar de atender a los más desfavorecidos o seguir el ejemplo de Grecia. No hay más.


Periodista Digital – Opinión