sábado, 8 de octubre de 2011

Presunción de inocencia sí, pero el tufillo apesta. Por Magdalena del Amo

Vaya. Parece que estamos viviendo un dejà vu, pues nuevamente tenemos a un ministro socialista bajo sospecha. Y no por un tema menor que pudiera poner en peligro su honorabilidad por aquello de “La mujer del César no sólo debe ser honrada, sino parecerlo”, y los políticos deben llevan vidas ejemplares, sino por cobro de comisiones a cambio de agilizar la concesión de ayudas públicas a los laboratorios Nupel, propiedad Jorge Dorribo.

El guión tiene su origen en mayo de este año con la Operación Campeón, cuando se descubre que la empresa Nupel, propiedad de Jorge Dorribo, recibe subvenciones supuestamente irregulares del Instituto Galego de Promoción Económica (IGAPE), dependiente de la Consellería de Economía. La Operación Campeón implica también al director del Igape, Joaquín Varela, y al subdirector de Información Especializada, Carlos Silva, ambos en libertad con cargos y suspendidos de empleo y sueldo.


El empresario lucense protagonizó durante los últimos años una vida de excentricidades. Era de dominio público que llevaba un tren de vida por encima de sus posibilidades además de ser amante de todo tipo de lujos, como tener un jet privado y una escudería con un parque en leasing (alquiler con opción a compra), con más de cuarenta coches, entre ellos varios Porsche, Ferrari, Maserati, e incluso un Rolls Royce. Además hacía de intermediario entre algunas empresas y el Igape para conseguir subvenciones, presumiendo además de “tener hilo directo” con quienes las concedían. También se le relaciona con el mundo del narcotráfico. De hecho, el juzgado de Villagarcía decide detenerle con dos de sus colaboradores la noche de autos, tras mantener el imputado unas conversaciones telefónicas con varias personas vinculadas al negocio de la droga y descubrirse que preparaba un viaje a Portugal, cosa que alertó a los agentes de la Agencia Tributaria. En la actualidad, el empresario, en libertad provisional a condición de colaborar con la justicia, está imputado por fraude de subvenciones públicas, alzamiento de bienes, blanqueo de capital y fraude fiscal.

Con gente de este pelaje se relacionaba el diputado autonómico del PP y concejal por Oleiros, Pablo Cobián, obligado a dimitir –no es para menos, máxime en vísperas de unas elecciones generales—a quien Dorribo acusa de abrirle camino en la búsqueda de subvenciones a cambio de dinero (200.000 euros). También habría recibido comisiones el exconselleiro de Industria del Bipartito, Fernando Blanco (BNG) –que también renunció a su acta de diputado y a su candidatura de senador—, a cambio de facilitarle la obtención de partidas de dinero público (350.000 euros). El tercer político en lid es el ministro de Fomento, José Blanco a quien el empresario lucense declara haberle entregado 400.000 euros por medio de un primo suyo a cambio de agilizar las ayudas públicas. “Si tú te portas bien conmigo, yo me portaré bien contigo”, le habría dicho el Ministro a Dorribo. También le habría facilitado el contacto con dos empresas para viabilizar las subvenciones: Proitec, la consultora que supuestamente realizaba los informes para la Xunta para recibir las subvenciones y cuyos socios también fueron detenidos; la otra empresa recomendada fue Electricidad Espiñeira y Bran, propiedad del famoso primo del ministro Blanco. Con ayuda o sin ayuda, Dorribo recibió para sus empresas 5,6 millones de euros en subvenciones.

Por si la trama no fuera ya complicada por demás, varios medios, entre ellos El Progreso publican que hace tres noches se produjeron dos sospechosos robos uno en las oficinas de Prolusa Estudio Económico “uno de cuyos socios es administrador concursal dentro del procedimiento de concurso de acreedores de las empresas de Jorge Dorribo, Laboratorios Nupel, Innova y Tramipharma”. La parte importante del botín son tres ordenadores, uno de ellos con abundante información de la Operación Campeón, discos duros y copiosa información sobre el cobro de subvenciones. Afortunadamente, había copia de la información sustraída. El otro de los robos se perpetró en la oficina de otro de los socios. Confirma la policía que los robos fueron llevados a cabo por expertos; todo se hizo de manera muy profesional y no se dejaron huellas.

Los políticos dimitidos declaran su inocencia y han amenazado con emprender acciones legales contra Dorribo. Blanco es el único que no sólo no ha dimitido, sino que ya presentó la denuncia en el juzgado. De los tres, el Ministro sería, por su cargo, el más culpable, moral e institucionalmente. Corruptio optimi pessima. ¡Quién lo iba a decir de quien se pasó dos legislaturas dando clases de moral y hablando de vendavales en la dirección de los cuatro puntos cardinales que llevarían al PP por delante!

Dicho todo esto, quiero aclarar que defendemos ante todo la presunción de inocencia y que rechazamos los juicios paralelos en cualquier medio. Nuestro cometido es sólo dar información y hacer un análisis de un hecho rocambolesco que contiene todos los ingredientes de una película de cine negro.

Hay que aclarar también que dimisión no quiere decir aceptación de culpabilidad, e imputado no es sinónimo de culpable. Aun así, la cosa está rara si tenemos en cuenta que se trata de declaraciones ante la jueza de instrucción. Le han prometido “buen trato” a cambio de información y por eso “larga”. Pero, ¿por qué se filtra esto ahora? ¿Quién filtra desde los juzgados información que está bajo secreto de sumario? Sería bueno profundizar en esto. Pero, irregularidades aparte, las cosas pintan mal para el Ministro de Fomento, número uno por Lugo a las generales, y aspirante a gobernar en Galicia. Todos hablamos últimamente de su desembarco y, de hecho, su lucha por traer el AVE a nuestra comunidad autónoma se ha visto siempre como un concurso de méritos. Pero ahora lo tiene difícil. ¿Qué hacía el Ministro con su coche oficial en una gasolinera de Guitiriz (Lugo) con un tipo del pedigrí de Dorribo?

Presunción de inocencia sí, pero el tufillo apesta.


Periodista Digital – Opinión

PSOE-ETA. La fábrica de comunicados. Por Maite Nolla

Llevan todo el verano fabricando comunicados a granel en el Canal 24h, que le dan valor de comunicado a cualquier cosa, como dijo el despistado Conde-Pumpido, y que sacan el terrorismo a pasear para criticar a los que hablan de terrorismo.

Parece que al Gobierno no le ha sentado nada bien que Aznar haya dicho que el candidato socialista está rogando a los etarras para que se desprendan de cualquier trapo viejo que sea susceptible de ser presentado como un comunicado. Ellos, que llevan todo el verano fabricando comunicados a granel en el Canal 24h, que le dan valor de comunicado a cualquier cosa, como dijo el despistado Conde-Pumpido, y que sacan el terrorismo a pasear para criticar a los que hablan de terrorismo, consideran las palabras de Aznar miserables y mezquinas.

Aquí lo que sucede es que estamos ante una especie de resolución contractual. Lo lógico es pensar que esta extraña derrota del terrorismo –que los derrotados contemplan desde el presupuesto de la diputación de Guipúzcoa y desde el balcón del Ayuntamiento de San Sebastián– trae causa de algún tipo de compromiso para que Rubalcaba tuviera algo que vender en las fechas previas a las elecciones. Pero la caída libre de uno y el ascenso de los otros –hasta el punto de que el batasunismo está a las puertas de volver al Congreso, algo que creía que sólo se iba a volver a ver en un reportaje de Victoria Prego–, sitúa a "ese mundo" en la tesitura de dar por amortizados a Rubalcaba, a Zapatero y a su opción de premio Nobel, y pasar página para ir ideando la forma de saludar al gobierno de Rajoy y a sus doscientos diputados.


Así, cuando el Gobierno y Rubalcaba han sospechado que la ETA daba por resuelto su compromiso y que les iba a dejar sin un comunicado antes de noviembre, han utilizado a TVE para crear comunicados allí donde no existían."ETA anunciará en primavera el final... de las consultas con sus presos sobre su posible disolución". ¿Problema? Pues que pese a darle prioridad y máxima difusión, la sorpresa de la reforma constitucional –sobre todo para Rubalcaba–, dio al traste con el asunto y aquello tuvo menos repercusión que la reposición en la 2 de la Abuela de Verano, con guión de la candidata del PSC Rosa Regás. Ni siquiera cuando han hiperbolizado la adhesión al "acuerdo de Guernica", como si aquello fuera la firma del Convenio de Roma sobre derechos humanos, han conseguido tener efecto alguno.

No quisiera ser yo la portavoz de Aznar, pero me da que en el fondo su mensaje es un buen consejo para Rubalcaba: los tres votos que puedes ganar por aquí, los pierdes doblados cada día por cualquier otra cosa. Vamos, que no vale la pena.


Libertad Digital – Opinión

Hablemos del próximo presidente del Gobierno de España. Por Federico Quevedo

Sí porque si les soy sincero, a estas alturas lo que puedan aportar el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el resto de los dirigentes de ese partido al debate político nacional, es bastante pobre. No por nada, fíjense que hasta en este aspecto prefiero ser condescendiente, pero después de casi ocho años de Gobierno y de haber conducido al país a la situación en la que se encuentra, el margen de maniobra que tiene el Partido Socialista para hilvanar un discurso mínimamente coherente entre lo que se ha hecho y lo que se propone para el futuro es muy estrecho, por no decir que casi invisible.

Los acontecimientos, además, no ayudan a la campaña del candidato Rubalcaba, que se enfrenta a la que, en mi opinión, es la peor de las situaciones para un candidato sobre el que recae el peso de la responsabilidad de ocho años de gobierno: un decaimiento-desánimo-hastío colectivos como nunca antes se había vivido en este país.


El PSOE llegó al poder en el 82 en medio de una importante crisis social y económica, cierto, pero entonces había esperanza en el futuro. Ahora no. Y eso es lo que va a hacer que la ciudadanía castigue al Partido Socialista de un modo severo en las urnas el próximo 20 de noviembre, y el testigo de la gobernabilidad lo tendrá que recoger el Partido Popular y su líder, Mariano Rajoy. Un Partido Popular que del jueves al sábado celebra su Convención Nacional en Málaga, una Convención de la que se supone deben salir propuestas para el futuro, sobre todo para el futuro inmediato, pero sobre todo debe salir un discurso que empiece a despertar algo de esperanza y de ilusión colectiva en el electorado.
«Lo que va a hacer Mariano Rajoy es pedir a toda la sociedad un esfuerzo común, un gran acuerdo colectivo para sacar a este país adelante, un consenso social y político sin precedentes para ayudar a España a salir de la crisis.»
Será hoy cuando Mariano Rajoy intervenga en la Convención, para clausurarla, y esa será, sin duda alguna, la intervención más esperada de los tres días, porque tengo para mí que no va a ser un discurso cualquiera, sino que va a ser una de esas intervenciones en las que Mariano Rajoy sabe darlo todo y que puede empequeñecer, y mucho, el nivel que hasta ahora está demostrando un Partido Socialista que gasta de manera aleatoria y a la desesperada sus últimos cartuchos.

Ya el jueves por la tarde, Rajoy lanzo dos pequeñas ‘píldoras’ que son del máximo interés: limitación por ley de mandatos para todo cargo público y reducción de número de diputados, diputados autonómicos y concejales para adelgazar la administración y su coste. Verán, probablemente una de las grandes apuestas de este país para los próximos años sea la de llevar a cabo un ejercicio de regeneración democrática que limpie la cara a todo el sistema de arriba abajo, pero hasta ahora son pocos los políticos que se han atrevido a poner el dedo en esa llaga, por no decir ninguno. Mariano Rajoy lo va a hacer, y va a ir más allá el PP: una ley para evitar que las entidades financieras abusen de los más débiles, una reforma del BdE para evitar situaciones de una manifiesta inmoralidad pública como las retribuciones de los directivos de las cajas de ahorros, reforma de la ley de televisiones públicas para permitir su venta o su transformación y evitar el gasto que suponen para el erario público, una reforma laboral que establezca el contrato indefinido único para todos los trabajadores, ayudas a las empresas para que contraten a los más jóvenes y a los parados de larga duración, un reparto del coste de la crisis -que habrá que concretar- entre los más ricos…

¡Vaya! Resulta que después de varios meses mareando la izquierda la perdiz, quien se pone el gorro de defensa de los menos favorecidos y de apuesta por la regeneración del sistema es la derecha, mientras que en la otra orilla solo se les ocurre como gran reclamo para esa masa de indignados de la sociedad restablecer el Impuesto sobre el Patrimonio. Pero, lo más importante, lo que de verdad va a marcar la diferencia entre el discurso de Mariano Rajoy y el de Rubalcaba, entre los modos y las maneras de quien va a ser el próximo presidente del Gobierno y el candidato a dirigir la oposición, va a estar en la mano tendida.

Lo que va a hacer Mariano Rajoy es pedir a toda la sociedad un esfuerzo común, un gran acuerdo colectivo para sacar a este país adelante, un consenso social y político sin precedentes para ayudar a España a salir de la crisis. Eso es lo que vamos a escuchar de boca de Mariano Rajoy, y esa es la primera gran apuesta que necesita España para iniciar el camino de su regeneración y de su recuperación: volver a los tiempos del consenso y la concordia con los que en otros momentos de nuestras reciente historia hemos conseguido superar situaciones, si no igual de difíciles, sí al menos bastante aproximadas.


El Confidencial – Opinión

La «O» y el canuto. Por Alfonso Ussía

La estructuración parlamentaria de España no está dirigida al servicio de los ciudadanos. Los españoles elegimos a los diputados, a los senadores, a los presidentes autonómicos, los alcaldes y los concejales, pero no son nuestros, sino de los partidos políticos. Ningún español puede decir que va a ser recibido por su diputado, porque no estamos asignados a ninguno de ellos. Eso quiere decir que sobran. Y que el plan de Mariano Rajoy de reducir 50 diputados y 20.000 concejales no sólo es acertado, sino fundamental.


Hay diputados que trabajan a destajo, y muchos que no hacen absolutamante nada. Lo decía el Rey Jorge VI de la Gran Bretaña, padre de Isabel II y popularizado por la película del tartamudeo vencido. «Algunos parlamentarios no hacen nada, aunque sepan no hacer nada bastante bien». Los parlamentos democráticos no funcionan con la cantidad sino con la calidad de sus miembros. Tengo la imagen de las asambleas políticas comunistas de la Unión Soviética y China. Esos infinitos salones con miles de sillones ocupados por silentes y obedientes funcionarios del partido que votan coincidentes en un 100 por ciento. El Senado español fue ocupado durante el franquismo por una institución denominada Consejo Nacional. Una institución perfectamente inútil, y a la que don José María Pemán, el genial escritor gaditano olvidado en las alcantarillas progres, definió con su gracia luminosa. «El Consejo Nacional es una cosa que se reúne una vez al año para oír el discurso del aconsejado».


No conozco a todos los parlamentarios, pero me atrevo a asegurar que más de un cincuenta por ciento de ellos no sirven ni para hacer la «O» con un canuto. Esa incompetencia con la «O» y con el canuto está muy bien remunerada. Y lo mismo hay que decir y aplicar a los parlamentos autonómicos, tan innecesariamente inflados de componentes. La tendencia de los políticos es la de aumentar el número de escaños en toda institución, porque ese aumento garantiza la supervivencia económica de numerosas oquedades mentales, intelectuales y culturales. Antonio de Senillosa, que era un parlamentario diferente, dandy, culto, nada disciplinado y siempre a su aire, les decía «los tontitos». «Todos los grupos del Congreso tienen a sus tontitos. Sirven para mandarlos a la barra del bar a que nos traigan cafés a los más listos». Y Areilza asentía con su noble cabeza vascorromana.
El plan de Rajoy es bueno, pero habría de aumentarlo. Menos diputados, muchos menos senadores, y ampliar el recorte a los parlamentos autonómicos y municipios. Entiendo que en España las cercanías y vecindades no se llevan muy bien, pero las mancomunidades son imprescindibles. Hay localidades con más concejales que habitantes. Y todo eso desemboca en el gran río del derroche del dinero público, que se desborda cuando se unen todas las partidas inútiles, prebendas injustificadas, pesebres cejeros y ayudas exóticas que tanto gustan dilapidar las administraciones socialistas. Está bien ayudar a los homosexuales de Gabón siempre que hayan sido atendidos los homosexuales de Fuenlabrada, por poner un ejemplo.


Perderán los políticos grises y profesionales de las listas. Ganarán en eficacia las instituciones democráticas y a la postre, todos los españoles. Y a intentar hacer las oes con canuto en casa, que es más barato.


La Razón – Opinión

Rubalcaba. Las fotos ausentes del álbum. Por Pablo Molina

En la flamante página web del candidato se echan en falta ciertas instantáneas de gran utilidad para esmaltar en todo su esplendor los éxitos políticos del Sr. Rubalcaba en beneficio del bien común de los españoles.

La flamante página web del candidato Sr. Rubalcaba incluye una extensa nota biográfica que, junto a unas pinceladas entrañables por las que se hace saber que el niño Alfredito era muy bueno, estudioso y responsable, dedica la parte mollar de ese apartado a resaltar los hitos más destacados de su trayectoria política.

En esa sección de la web del candidato hay fotografías que recogen los grandes momentos vividos por el Sr. Rubalcaba en la cosa pública a su paso por las distintas responsabilidades que hubo de ejercer durante el felipismo y, más recientemente, de las que ha desarrollado bajo la batuta de José Luis Rodríguez Zapatero, en ambos casos con gran brillantez si hemos de creer al biógrafo digital de nuestro protagonista. Sin embargo se echan en falta ciertas instantáneas de gran utilidad para esmaltar en todo su esplendor los éxitos políticos del Sr. Rubalcaba en beneficio del bien común de los españoles.


Por ejemplo, cuando llevado por el entusiasmo el autor de la semblanza relata los extraordinarios beneficios que las reformas educativas ejecutadas por el Sr. Rubalcaba han proporcionado los niños españoles, no estaría de más adjuntar una fotografía de la portada del informe PISA, documento que acota perfectamente el éxito que la LOGSE y sus secuelas han tenido para España en términos comparativos.

Tampoco sobraría una imagen de Jesús Eguiguren intercalada en el párrafo donde se atribuye al Sr. Rubalcaba el mérito de la elaboración de la Ley de Partidos, la misma que el PSOE vulneró antes, durante y después de su aprobación por el parlamento, como el mismo presidente Zapatero se encargó de confirmar en su día.

Una foto de la fachada del Bar Faisán se antoja asimismo imprescindible para que el visitante ocasional de la página web se haga una idea cabal de la forma de hacer política del candidato así como de su línea "de firmeza" en la lucha antiterrorista, uno de los grandes logros del candidato según la información disponible en este prontuario digital destinado a captar el voto del internauta ocioso.

Hay más omisiones, pero con solucionar las tres citadas la imagen del Sr. Rubalcaba quedaría mucho más ajustada a la realidad. Con lo exigente y trabajador que es el candidato, seguro que al responsable de la web le cae una bronca de las que hacen época por su vagancia. Eso si no lo ha despedido ya.


Libertad Digital – Opinión

Cada vez menos y más viejos

El Instituto Nacional de Estadística publicó ayer un estudio en el que afirma, por primera vez en sus 66 años de historia, que el número de españoles, en vez de crecer, va a disminuir. En su Proyección de la Población de España a Corto Plazo (2011-2021), el INE asegura que, de mantenerse las tendencias demográficas actuales, el censo nacional decrecerá un 1,2% en los próximos 10 años, lo que supone una reducción de medio millón de habitantes. Por primera vez también, la tasa de crecimiento poblacional será negativa este año. En algunas comunidades autónomas los datos son especialmente alarmantes: Cataluña –que en 2010 vio aumentada su población en 30.000 habitantes– experimentará en 2011 una disminución de 60.000, recorte que se repetirá todos los años de esta década. De nada servirá que la tasa de fecundidad suba hasta los 1,5 hijos por mujer en 2020: la estructura de nuestra pirámide poblacional hará que el número de nacimientos decrezca debido a que la cifra de mujeres en edad fértil será sensiblemente inferior. Esta caída en los nacimientos se verá agravada por el aumento de los fallecimientos, consecuencia de un creciente envejecimiento poblacional que, para 2021, alcanzará cifras difícilmente sostenibles: habrá 1,4 millones más de españoles jubilados y seis personas inactivas (menores de 16 o mayores de 64) por cada diez en edad laboral. No hace falta ser experto en macroeconomía para entender la seria gravedad de estos datos en un país cuya tasa de paro se sitúa por encima del 20%. Mientras que en Francia y Alemania –por no citar a los países escandinavos– las políticas de apoyo a la familia y de fomento de la natalidad son cuestiones estratégicas y de Estado, en España la situación ha sido muy otra y durante estos últimos siete años el Gobierno ha estado más interesado en repartir preservativos en los colegios, legalizar el matrimonio homosexual, facilitar el divorcio y convertir el aborto en un derecho. No ha existido interés alguno en poner en marcha una política demográfica seria y eficaz que permita a España invertir una tendencia que no es de última hora, sino que ya era grave antes del boom de la inmigración. Las políticas de ayuda a la familia han sido espasmódicas, electoralistas o, sencillamente, inexistentes. Una nación, por encima de su PIB, de su índice bursátil y de la prima de riesgo de su deuda soberana, es antes que nada un conjunto de personas que nacen y crecen en el seno de familias. Perder de vista esta sencilla verdad dejándose llevar por la ideología o por el interés del momento es irresponsable e imprudente. El nuevo Gobierno que salga del 20-N no sólo tendrá que lidiar con la crisis económica, sino que también deberá adoptar medidas drásticas para invertir una tendencia demográfica que nos condena al envejecimiento acelerado, al incremento desmesurado de las jubilaciones y al raquitismo del mercado laboral. En suma, a la quiebra de un Estado del Bienestar que será insostenible por puras causas biológicas. España no dispone de demasiado tiempo para reaccionar, tras perderlo en estos últimos años, porque es ahora cuando se siembra lo que se recogerá en las próximas décadas.

La Razón – Editorial

Aznar y las excusas de mal pagador

Si a los socialistas les quedara algo de vergüenza, evitarían hablar de ETA, especialmente si es para criticar a Aznar. Pero claro, son el partido de Zapatero y Rubalcaba.

El Gobierno de José María Aznar fue el que sentó las bases de la actual decadencia de ETA. Víctima de un atentado diseñado para asesinarlo, el ahora presidente de FAES centró su política en el reconocimiento público a las víctimas, el cerco policial a los terroristas y las iniciativas legales para ahogar el frente amplio que utilizaba ETA para financiarse y aumentar su influencia y legitimación en el País Vasco.

Frente a ese impresionante historial, los socialistas se han aferrado tradicionalmente a la excusa de que al comienzo de la tregua-trampa, bajo la presión de una prensa, un PSOE y una mayoría de su propio partido favorables a la negociación, se refiriera a ETA como el "movimiento de liberación nacional vasco". Sin duda fue algo censurable, pero resulta ridículo tomarlo como una especie de eterna indulgencia plenaria que santifica todas las barbaridades cometidas por el Gobierno del PSOE liderado por Zapatero durante el proceso de rendición, primero, y esa versión soterrada de la misma infamia que ha desembocado en la legalización de Bildu.

Aznar no sólo tiene razón al recordar que el perdón es potestad exclusivamente de las víctimas, pues si no nos vengamos personalmente y cedemos al Estado la administración de justicia no es para que luego se la niegue a unos ciudadanos por motivos políticos. Aznar tiene además toda la autoridad moral y política para decirlo. Gracias a Aznar, se pasó de una suerte de "empate infinito" entre una banda terrorista y un Estado democrático a que éste empezara a tener la iniciativa hasta que la mayoría quedó convencida por fin de que se podía y, por tanto, se debía ganar a ETA. Desde la ley y sin atajos.

El PSOE y sus terminales mediáticas se encargaron de destruir todo eso. Cargó de legitimidad a unos criminales que estaban a la defensiva, los devolvió a las instituciones de las que se les había expulsado y les dio la esperanza de triunfar cuando ya se sabían derrotados. Por eso nadie que haya estado en ese Gobierno tiene ni una brizna de autoridad para criticar a Aznar en lo referente a la política antiterrorista. Si les quedara algo de vergüenza, evitarían hablar del tema. Pero claro, son el partido de Zapatero y Rubalcaba.


Libertad Digital – Editorial